viernes, 7 de agosto de 2020

Crítica: The Jack in the Box (2020)


Película escrita y dirigida por Lawrence Fowler (Curse of the Witch's Doll). Se estrenó en VOD y DVD dentro del Reino Unido durante el mes de febrero.

Sinopsis:

Cuando una antigua caja sorpresa es desenterrada y abierta, los nuevos dueños pronto se darán cuenta que han liberado sin querer a un diabólico payaso deseoso por encontrar nuevas víctimas.



Comentarios generales:

En los últimos dos años se ha visto una explosión de trabajos independientes provenientes del Reino Unido que dejan en manifiesto el surgimiento de talento dentro del género en aquel territorio. Sin duda una gran noticia con vistas al futuro, pero que al menos en el corto plazo nos ha hecho transitar por un camino rocoso dado a que muchas de estas películas significan un verdadero reto para el espectador y por lo regular piensas que serán bastante malas; aunque en ocasiones te encuentras con cosas entretenidas como The Jack in the Box.

Un proyecto que está muy lejos de ser algo de primer nivel, pero con el que Fowler logra un balance interesante para ocultar sus falencias y explotar su principal fortaleza.

Presentándonos una historia bastante sencilla en la que todo el atractivo recae en el payaso (Jack) y por ello el director hace que lo relacionado a este durante el primer acto resulte un tanto misterioso para no quemarlo tan rápido, ya sea por medio de apariciones sin revelarlo en su totalidad o tratando de construirle cierta mitología alrededor para que el hecho de que esté ligado a un juguete no resulte tan ridículo como parece.

Gracias a esto la primera media hora es poco llamativa más allá de algunas muertes fuera de cámara, pero con el pasar de los minutos las cosas empiezan a tomar mejor forma y la aparición total del payaso resulta un diferenciador importante. Esto porque realmente las acciones no son nada del otro mundo, incluso se puede decir que son genéricas; sin embargo, la presencia de este ayuda a que el terror aumente debido a que visualmente resulta imponente y con ello se genera una sensación de peligro elevada que se logra mantener por el resto del metraje.

El cual se desarrolla bajo un ritmo ágil que hace que todo fluya sin muchos contratiempos para llegar a una parte final que ciertamente es predecible y contiene situaciones un tanto aceleradas para conveniencia del desarrollo. Aunque esto no representa un gran problema dado a que el desenlace se realiza como debe de ser, contiene un ligero incremento en la violencia e inclusive dejan abierta la posibilidad para una posible secuela.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, pero cumplen para lo que se necesita en esta clase de historias. En términos de producción te encuentras con algo mucho más cuidado de lo habitual: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte discreta, el score cumple, el trabajo de sonido tiene altibajos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje es por mucho lo más destacado gracias a la caracterización de Jack.

Opinión final: The Jack in the Box está ok. Película discreta para ver a un payaso bastante aterrador.

Ojometro:
***