viernes, 29 de noviembre de 2024

Crítica: Heretic (2024)

Película dirigida por Scott Beck y Bryan Woods (Haunt), quienes además son los co-escritores del guión. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de noviembre, mientras que en México hizo lo propio el pasado 21 de noviembre; recaudando hasta la fecha $34.5 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cuando dos jóvenes misioneras mormonas intentan predicarle a un hombre (Hugh Grant), este las arrastrará a un peligroso juego del gato y el ratón que muestra lo peligroso que es.


Comentarios generales:

El que A24 haya crecido tanto no solo significa que sus películas reciben más exposición, sino que también son objeto de un mayor escrutinio por parte del público en comparación de hace algunos años atrás y por lo mismo su conocida experimentación puede llegar a ser un arma de doble filo. Simplemente es un tipo de cine que no es para todo el mundo y eso los obliga a tener que buscar propuestas con las que puedan encontrar un término medio para que todo tipo de público pueda disfrutarlas y creo que Heretic es un buen ejemplo de ello.

Esto porque lo traído por Beck y Woods es terror psicológico en su estado más puro, pero no rehúye a utilizar elementos simples para que la historia no se vuelva tan enredada al estar fuertemente sustentada en el dialogo, aunque durante el primer acto puede existir un reto importante desde el lado de la paciencia. Ya que en este lapso nuestros tres personajes principales nos llevan a una interesante conversación con la que no solo conocemos un poco de sus personalidades, vidas o creencias, sino que también es la vía principal para ir generando una atmósfera incomoda en la que uno sabe que evidentemente algo no anda bien, pero nunca se está totalmente seguro sobre las verdaderas intenciones de Mr. Reed con las chicas y eso lleva a que exista un misterio de peso que en todo momento mantiene tu atención.

Mucho más cuando llegando al segundo acto Mr. Reed empieza a mostrar un mayor nivel de locura a pesar de que el personaje como tal es muy elocuente en todas sus explicaciones sobre la religión, llevándonos a una dinámica en la que básicamente las chicas no tienen ninguna otra opción más que seguir su juego. Iniciando así el periodo en el que la película se centra más en un terror convencional con el que se plantean dudas sólidas respecto a lo que ocurre, aunque también hay que decir que por momentos las cosas caen en cierta repetitividad y gracias a esto el ritmo puede resultar un tanto pesado ante las pocas emociones que existen.

Las cuales básicamente son guardadas para una parte final que presenta un poco más de violencia y situaciones que requieren mayor intensidad, logrando con esto que en general se tenga un desenlace entretenido que responde varias de las dudas existentes y deja un cierre que, si bien puede parecer un tanto ambiguo, creo que es efectivo.  

En lo que respecta a las actuaciones tenemos a un Hugh Grant como nunca antes lo habíamos visto gracias a una interpretación potente llena de elocuencia, soberbia y locura que vuelven a su personaje uno muy peligroso. Mientras que Sophie Thatcher (Hermana Barnes) y Chloe East (Hermana Paxton) son un gran contrapeso por su enfoque más jovial e inocente en ciertas cosas.

En cuanto a producción vemos una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está muy bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos son bastante simples y la labor de maquillaje resulta correcta.

Opinión final: Heretic me gustó. Película sólida que apuesta por un terror psicológico simple y efectivo.

Ojometro:
****

lunes, 25 de noviembre de 2024

Crítica: Never Let Go (2024)

Película dirigida por Alexandre Aja (High Tension, Crawl), cuyo guión fue co-escrito por KC Coughlin y Ryan Grassby. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México a finales de septiembre, mientras que hizo lo propio en VOD el pasado 11 de octubre.

Sinopsis:

Una madre (Halle Berry) y sus dos pequeños hijos llevan siendo atormentados por un malvado espíritu durante años en su casa en medio del bosque. Aunque pronto su seguridad y sus alrededores se verán comprometidos cuando uno de los niños empieza a cuestionar si dicha maldad es real. 


Comentarios generales:

Existen películas que acaparan los reflectores y otras que solo las conocen quienes las hicieron; sin embargo, también hay películas que por diversas razones terminan naufragando en la medianía esperando a que puedan hacer algo de ruido entre los fans y así no terminar en la total intrascendencia. Una situación que a ninguna producción le gusta tener que atravesar, pero que puede pasarle a cualquiera incluso teniendo aparentemente todo a su favor y eso fue lo que ocurrió con Never Let Go.

Ya que Alexandre Aja nos trae algo que en el papel tenía todos los elementos necesarios para hacer ruido gracias a su historia con enfoque minimalista dentro de un escenario post-apocalíptico y al menos durante los primeros 30 minutos las cosas parecen ir hacía ese rumbo debido a que la dinámica familiar rápidamente te convence de los riesgos existentes gracias a la extravagancia y rigidez con la que viven su día a día. Logrando generar una atmósfera solitaria que, al combinarla con la angustia permanente de la madre, magnifica el peligro que hay en el bosque y con ello cada escena va incrementando el misterio que hay detrás de todo esto.

Lo malo es que una vez que empiezan los cuestionamientos por parte del hijo las cosas poco a poco van perdiendo fuerza y en gran parte se debe a que no existe la capacidad para mantener las dudas de manera estable, lo cual obliga a tener que utilizar ciertos recursos cuyo nivel de efectividad no es suficiente como para evitar que la película caiga en un gran bache. Provocando que la tensión acumulada durante la primera media hora desparezca por completo y la locura de la madre pase de ser algo enigmático a algo fastidioso gracias a que no existe demasiada profundización sobre su pasado, volviendo así cada vez más predecible lo que ocurre y por lo consiguiente que el ritmo se haga cansino.

Una situación que básicamente obliga a tener que apostar por un suceso sorpresivo con la esperanza de poder sacudir un poco las cosas y añadir impacto en la parte final por medio de un conflicto entre los hermanos. Algo que en cierto modo se logra dar, aunque sin la potencia suficiente como para que el desenlace resulte convincente.

Las actuaciones están bien, siendo Halle Berry quien más destaca como esta madre con muchos traumas que logra durante algunos minutos poner en duda si lo que ocurre es real o solo producto de su locura. Mientras que en producción vemos una buena factura: el trabajo de fotografía es lo mejor de la película, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son simples y la labor de maquillaje discreta.  

Opinión final: Never Let Go está ok. Película que prometía un poco más y al final se queda como algo de lo que casi nadie se va a acordar en un par de meses.

Ojometro:
***


miércoles, 20 de noviembre de 2024

Crítica: Time Cut (2024)

Película dirigida por Hannah Macpherson, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Michael Kennedy. Se estrenó directamente en Netflix a nivel mundial el pasado 30 de octubre.

Sinopsis:

Lucy (Madison Bailey) es una estudiante de preparatoria que accidentalmente encuentra una máquina del tiempo y viaja al año 2003. Un año en el que su hermana fue una de las víctimas de un peligroso asesino serial que aterrorizó al pueblo y que ahora planea salvar.


Comentarios generales:

Que existan películas similares no es algo extraño, son cosas que pasan; sin embargo, cuando uno veía el trailer de Time Cut era inevitable no compararla con “Totally Killer” dado a que no solo la premisa era casi idéntica, sino también porque el look del asesino es prácticamente el mismo. Lo cual no era una buena señal tratándose de un proyecto de Netflix, cuyo control de calidad últimamente no es que sea tan estricto y aquí se nota en demasía.

Ya que lo traído por Macpherson es un slasher muy blando al que pareciera darle vergüenza aceptar su propia esencia y durante todo el tiempo trata de limitar lo más que se pueda la violencia inherente al subgénero para centrarse en una historia de crisis existencial adolescente que no tarda demasiado tiempo en volverse frustrante. Donde a una supuesta masacre traumática para el pueblo se le da un tratamiento muy superficial y la manera en la que se plantea el viaje en el tiempo de Lucy se siente como algo tan improvisado que en ningún momento se logra generar gran interés por saber cómo se resolverá un misterio que tampoco es que tenga demasiada complejidad en cuanto a las posibles opciones de la identidad del asesino. 

Y todo esto va a empeorando cuando estando ya en 2003 este solo es utilizado de forma esporádica mientras nuestra protagonista se la pasa lidiando con ciertos problemas que te dejan la sensación de estar viendo una teen movie con algunas gotitas de sangre en la que todo se vuelve sumamente previsible. Afectando con esto las contadísimas escenas de asesinatos que se supone son la vía para generar algo de tensión, pero que ante la premura por deshacerse de la violencia realmente no tienen ningún tipo de impacto y las decisiones impulsivas de Lucy para este punto dejan de ser relevantes dado a que no parecen afectar en lo absoluto la situación. 

Llevándonos así a una parte final en la que resulta evidente que no se tenía una idea clara sobre cómo concluir la historia y ante una tibia revelación del asesino gracias a la carencia de sospechosos creíbles se termina optando por un desenlace con mayor dinamismo, pero poca lógica. Dejando un cierre que es digno de película de Disney.

Las actuaciones son mediocres en general, siendo Madison Bailey la que resalta un poco más al ser la protagonista y ser el único personaje que no se queda atrapado en un cliché. Mientras que en producción tampoco tiene mucho para presumir: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es pobre, el score no aporta gran cosa, el trabajo de sonido es sólido y todo lo referente a efectos/maquillaje es bastante discreto.

Opinión final: Time Cut es bastante mala. Película que falla como slasher y también como copia de otra película que es mucho mejor.

Ojometro:
**

viernes, 15 de noviembre de 2024

Crítica: Párvulos: Hijos del apocalipsis (2024)

Producción mexicana dirigida por Isaac Ezban (Los Parecidos, Mal de ojo), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Ricardo Aguado. Se estrenó en cines dentro de México el pasado 7 de noviembre.

Sinopsis:

Tres jóvenes hermanos, encerrados en una cabaña en medio del bosque, viven en constante acecho de las despiadadas Trompetas. Mientras que en el sótano habita un monstruo que amenaza su complicada supervivencia.  


Comentarios generales:

Honestamente no recuerdo haber visto películas de zombies mexicanas debido a que no suele ser un tema recurrente dentro de un cine que normalmente busca abordar el terror de otras maneras y por ello es que “Párvulos: Hijos del apocalipsis” me resultaba atractiva. Era uno de esos extraños casos en donde podía ver algo relativamente fresco, sobre todo viniendo de mi país y el resultado ha sido más satisfactorio de lo que esperaba.

Ya que lo traído por Ezban es una historia de zombies en la que el tema principal está más centrado en la perdida de la inocencia y al acelerado proceso de maduración para estos tres hermanos en un mundo post-apocalíptico muy hostil. Lo cual además aderezan con un recurso básico como lo es el temor a los monstruos para ir construyendo un misterio inicial que es evidente que no se sostendrá por mucho tiempo, pero que sirve perfectamente para establecer de manera sólida la dinámica entre los hermanos y sus fricciones naturales provocadas por su diferencia de edad.

Llevándonos así durante unos primeros 35/40 minutos que fluyen de manera agradable y que además cuentan con ciertas situaciones que logran generar tensión sin tener que recurrir a lo extremo hasta que los zombies empiecen a aparecer de manera más frecuente. Algo que, cuando finalmente se da, nos plantea un escenario bastante diferente a lo que se hubiera esperado debido a que de forma un tanto perturbadora se trata de brindar no solo un aire de esperanza a la vida de estos niños, sino que también se añade un humor que resulta efectivo a pesar de ser bastante simplón.

Hasta ahí todo marcha bien, sin embargo, una vez que pasa la sorpresa se puede sentir de que las cosas se van estancando de a poco y la película entra en un periodo en el que no pasa nada tan relevante. De hecho, la propia actitud de los hermanos por momentos te puede desesperar dado a que se pierde un poco de ese ambiente hostil y no es sino hasta la aparición de un nuevo personaje cuando las cosas retoman el rumbo.

Dejando con ello una parte final en donde se incrementa el nivel de violencia y el tono se vuelve mucho más oscuro por las decisiones perversas que se toman, pero también es cierto que el desenlace puede que no sea el más atractivo al estar sustentado fuertemente en el dialogo. Siendo esto un impedimento para que el cierre no sea tan explosivo como uno esperaría, aunque eso no evita que tenga su buena carga emocional y se atreva a buscar algo más depresivo.

De las actuaciones diría que el trabajo en conjunto es sólido, los tres niños logran generar una buena dinámica de hermanos a pesar de que por algunos lapsos pueden llegar a fastidiar las actitudes del más pequeño. Además la presencia de Noé Hernández (Enoc) logra añadir un toque excéntrico como suele ser ya toda una costumbre con él.

En cuanto a producción tenemos una factura de buen nivel: el trabajo de fotografía es de lo mejor de la película, la dirección de arte está bien cuidada, el score es un tanto repetitivo, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es sólida.

Opinión final: Párvulos: Hijos del apocalipsis me gustó. Película que aprovecha a los zombies para tratar de contar algo más de manera efectiva.

Ojometro:
****

martes, 12 de noviembre de 2024

Crítica: Beezel (2024)

Película dirigida por Aaron Fradkin, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Victoria Fradkin. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 24 de septiembre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el 26 de noviembre.

Sinopsis:

A lo largo de 60 años, tres residentes de una casa maldita descubren a una bruja inmortal que vive debajo de esta con una insaciable sed por almas vivientes. 


Comentarios generales:

Honestamente no sabía mucho sobre Beezel hasta hace un par de días, pero su trailer hizo un muy buen trabajo para vendérmela debido a que encontrar películas interesantes de brujas este año ha sido complicado. Además de cierta forma también tenía un aire a “Evil Dead” que resultaba difícil de ignorar y si bien no está ni cerca de replicarlo, si podemos encontrarnos con un trabajo que tiene algunas cosas para no decepcionarte totalmente.

Y es que lo traído por Fradkin se maneja como una antología sin que lo sea, dividendo su historia en tres partes para ir profundizando de a poco sobre lo que ocurre dentro de la casa a lo largo de tantos años y cómo se ven afectadas las personas que viven en esta. Siendo la primera parte la mejor de todas debido a que no solo explica de manera concisa la situación ligada a la bruja, sino porque logra generar una atmósfera llena de tensión gracias al extraño comportamiento de Harold y por lo mismo se puede establecer un tono oscuro que ayuda de manera importante a solidificar la constante sensación de riesgo dentro de ese lugar.

Un aspecto que beneficia a la segunda parte, la cual es la más simple en su desarrollo pero la que sabe explotar de mejor forma los elementos clásicos del terror para que en ningún momento la protagonista esté cómoda dentro de un escenario que, ahora sí, guarda peligros más palpables y deja algunos momentos visualmente interesantes. Aunque también es a partir de aquí cuando los detalles sobre la bruja empiezan a volverse un tanto vagos y no se les da demasiado seguimiento para añadir más sustancia, reflejándose esto en una última parte que es indudablemente la más floja por lo vacía que se siente.

La cual, para empeorar las cosas, integra elementos de found footage a la ecuación y con ello el ritmo se vuelve un problema dado a que lo que domina la pantalla es un largo y tedioso drama marital con dos personajes sin nada de química. Donde se pueden notar algunos ligeros intentos por tratar de construir momentos de tensión, así como de generar algo de shock; sin embargo, nada de esto evita que el cierre se sienta un tanto acelerado y carente de un mayor impacto.

Sobre las actuaciones hay que decir que hay demasiados contrastes dependiendo de las historias, siendo Bob Gallagher (Harold Weems) quien logra dejarte una mayor impresión. Mientras que en producción tenemos una factura discreta en general: el trabajo de fotografía es sólido, el trabajo de sonido es de buena calidad, los efectos son simples y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Beezel está aceptable. Película con ciertas cosas interesantes que no está de más el darle una oportunidad.  

Ojometro:
***

viernes, 8 de noviembre de 2024

Crítica: Carved (2024)

Película dirigida por Justin Harding, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Cheryl Meyer. Se estrenó el pasado 21 de octubre en Hulu dentro de los Estados Unidos y Disney+ en otros mercados.

Sinopsis:

Un grupo de sobrevivientes se encuentra atrapado en una recreación histórica de un pueblo en Halloween, donde tendrán que unirse para luchar contra una sensible y vengativa calabaza.


Comentarios generales:

Este año los servicios de streaming tuvieron una oferta para Halloween bastante discreta en comparación a años anteriores y Hulu no fue la excepción con su famoso Huluween, aunque de todos fue probablemente el que diseñó la estrategia más interesante. Dejando de lado la cantidad y enfocándose más en un puñado de propuestas que resaltaran por su extravagancia, lo cual vimos primero con “Mr. Crocket” y ahora con Carved.

Ya que lo traído por Harding en ningún momento trata de ocultar el hecho de que es una historia absurda y desde temprano establece la violencia que veremos por medio de esta calabaza asesina sin que se tenga que perder mucho tiempo en introducciones de personajes que, en su mayoría, solo servirán como sacos de carne. Brindando así una primera media hora caótica en la que ciertamente todo es muy simple, pero eso no afecta el propósito general de hacer lucir a la amenaza como algo brutal a pesar de lo ridículo que puede resultar su accionar o el detonante de toda su ira.

Llevándonos así a una dinámica en la que hay algunas cosas que funcionan y otras que no, sobre todo cuando se trata de establecer un poco de humor que no termina por sentirse tan bien integrado en determinadas situaciones. Aunque más allá de eso la película fluye de manera agradable y el director se las ingenia para mantener al grupo de sobrevivientes lo suficientemente activos como para que el conflicto no se sienta demasiado cargado hacía un solo lado, logrando con esto que existan pocos puntos muertos y con ello la masacre pueda sostenerse el tiempo necesario sin que parezca que las cosas están siendo alargadas sin razón hasta llegar a la parte final.

La cual es efectiva en lo que presenta al lograr generar algo de tensión y al exagerar todavía más toda la cuestión de la calabaza mutante al introducir lo que termina siendo su punto débil. Emparejando así la balanza de manera divertida para dejarnos ante un desenlace que no es precisamente espectacular, pero hace lo que debe para que el cierre deje más sensaciones positivas que negativas.

En cuanto a las actuaciones no hay mucho que decir, son cumplidoras y nada más. Mientras que en la producción tenemos algunas cosas interesantes: el trabajo de fotografía no es el más lúcido, la dirección de arte cumple, el score es genérico, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje discreta.  

Opinión final: Carved está pasable. Película para desconectar tu cerebro y disfrutar un día en el que no tengas otra cosa más que hacer.

Ojometro:
***

martes, 5 de noviembre de 2024

Crítica: Terrifier 3 (2024)

Tercera entrega de la franquicia, la cual nuevamente fue escrita y dirigida por Damien Leone. Se estrenó en cines el 11 de octubre dentro de los Estados Unidos y en México hizo lo propio el pasado 31 de octubre; recaudando hasta la fecha $63.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cinco años después de su brutal experiencia, Sienna Shaw (Lauren LaVera) sale de una institución mental para empezar una nueva vida con su tía y toda su familia. Aunque pronto los traumas del pasado regresarán cuando Art the Clown empieza a desatar el caos en Miles County durante la víspera de navidad.


Comentarios generales:

Tras diez años de su aparición en “All Hallows' Eve”, finalmente Art the Clown está logrando entrar al mainstream impulsado principalmente por su peculiar apariencia que lo ha convertido en un personaje llamativo incluso para aquellas personas que nunca han visto alguna de sus películas. Es uno de esos crecimientos orgánicos que suelen darse de vez en cuando, pero que también representan cierto riesgo ante probables presiones externas por tratar de cambiar su esencia para que llegue a más público; sin embargo, Terrifier 3 deja en claro que esas no son sus intenciones.

Ya que Damien Leone nos regala la entrega más salvaje hasta la fecha y desde el primer minuto nos hace saber que su propósito es ofrecer un gorefest que solidifique el peligro que representa Art the Clown para cualquiera, pero sin dejar de lado su meta de seguir expandiendo el lore detrás de este y su conflicto con Sienna. Logrando con esto que exista un buen equilibrio de lo extremo con las dificultades de nuestra protagonista para que así el desarrollo jamás caiga en lo monótono y se tenga una constancia que permita mantener la violencia siempre presente.

Lo cual es sumamente importante debido a que conforme pasan los minutos el nivel de dicha violencia se va incrementando y eso hace que el espectador todo el tiempo sienta curiosidad por saber qué nueva salvajada hará el payaso para superar a la anterior, llevando a situaciones que añaden una gran dosis de impacto e incluso algo de humor perverso. Todo bajo un ritmo que nunca decae y que ayuda a que los momentos enfocados en los traumas de Sienna no sean tan densos como para afectar la dinámica; especialmente una vez que se empieza a mostrar la fracturada relación con su hermano.

Un punto que probablemente sea lo más flojo de la película debido a que todo lo que ocurre entre ellos se siente un tanto desconectado y carece de la importancia que uno pensaría que tendría, pero eso no evita que el camino rumbo a la parte final siga siendo entretenido y mucho menos que esta cumpla con lo que se espera.

Y es que los últimos 25 minutos están llenos de una brutalidad que, al combinarla con la ambientación navideña, hacen que las cosas resulten mucho más llamativas. Dejándonos ante un desenlace que sigue jugando con los elementos sobrenaturales que fueron introducidos en la entrega previa, aunque lo que predomina es el gore en un enfrentamiento que le da su aparente cierre a una cosa y deja abierta la puerta para otra secuela.

En cuanto a las actuaciones la verdad es que Sienna Shaw está genial con un personaje que ahora tiene que lidiar con un trastorno mental y eso hace que no se sienta tan plano. Mientras que David Howard Thornton sigue siendo aterrador como Art the Clown, aunque en esta ocasión también se da el lujo de añadir un poco más de toques cómicos que te hacen reír incluso en las situaciones más extremas.

Sobre la producción sin duda se puede notar que hubo un mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de buena calidad.

Opinión final: Terrifier 3 me gustó bastante. Gorefest puro y duro que logra lo que se propone de una manera por demás entretenida.

Ojometro:
*****

viernes, 1 de noviembre de 2024

Crítica: Apartment 7A (2024)

Precuela dirigida por Natalie Erika James, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Christian White y Skylar James. Se estrenó a nivel mundial directamente en Paramount+ el pasado 27 de septiembre, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Terry Gionoffrio (Julia Garner) es una bailarina lesionada que atraviesa por un mal momento, hasta que un día se encuentra a una peculiar y acomodada pareja de ancianos que le darán un hogar sin saber que estará rodeada de fuerzas oscuras que no puede comprender.


Comentarios generales:

Hacer una precuela de “Rosemary's Baby” era un movimiento muy arriesgado debido a que la obra maestra de Polanski se sostiene por si sola y no necesita expandirse más allá de esos 137 minutos de duración, además de que al ya no existir el factor satánico sorpresa del final no hay manera de lograr los mismos resultados. Simplemente es un producto de su tiempo con todo lo que eso conlleva, dejando así a Apartment 7A en una posición compleja de la que realmente nunca sabe cómo alejarse por completo.

Ya que lo presentado por Natalie Erika James en cierta forma es una historia que básicamente nos quiere contar lo mismo que el filme de 1968 desde la perspectiva de otro personaje y eso significa un hándicap en contra dado a que desde el primer minuto sabemos lo que va a ocurrir, lo cual provoca que la experiencia sea vuelva pesada muy rápido. Además a eso hay que agregarle que durante los primeros 35/40 minutos la directora no tiene mucha prisa por explotar el terror y recarga todo el desarrollo hacía el drama, mostrándonos escenas en las que hay pocas cosas de interés que justifiquen la existencia de esta precuela para el espectador.

Simplemente todo se lleva a cabo según el librito, aunque durante el segundo acto se empieza a notar un poco más de ambición en la construcción de determinados momentos para tratar de añadir cierta potencia. Sobre todo cuando el tema satánico se expone de manera más predominante y se nos ofrecen ciertos pedazos de información sobre las acciones del culto; sin embargo, esto solo es tratado de una manera bastante superficial y rápidamente volvemos a caer en la dinámica predominante llena de dudas con respecto hacía si el enfoque debe de irse con la locura de la protagonista o de plano se debe de seguir manteniendo un límite en lo que se muestra en pantalla para apostarlo todo con una parte final más explosiva.

Siendo lo segundo lo que se termina dando y eso nos lleva a los que son los minutos de mayor intensidad. Donde nuestra protagonista por fin muestra un quiebre emocional y mental que ayuda a generar la tensión suficiente para poder magnificar el aspecto satánico y así por lo menos brindar un desenlace que deja buenas sensaciones a pesar su predictibilidad.  

Respecto a las actuaciones hay que decir que este es probablemente el rubro que termina salvando a la película de hundirse por completo, ya que Julia Garner lo hace bien y poco a poco su personaje se va ganando tu empatía ante una situación de la cual ella simplemente jamás tiene algún tipo de control. Mientras que Dianne Wiest (Minnie Castevet) nos trae un personaje excéntrico que a la vez puede resultar perturbador.

En cuanto a la producción claramente se puede notar una factura de película para streaming: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no está mal, el score es poco convincente, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son simples y la labor de maquillaje discreta.

Opinión final: Apartment 7A está pasable. Una precuela innecesaria que probablemente solo sirva para que las nuevas generaciones sientan curiosidad por ver “Rosemary's Baby”.

Ojometro:
***