miércoles, 29 de julio de 2015

Crítica: Ghoul (2015)


Co-producción checa/ucraniana que está dirigida por Petr Jákl, quien además comparte créditos con Petr Bok como guionista. Se estrenó en cines dentro de la Republica Checa a inicios de año, mientras que el pasado 23 junio llegó en DVD y Blu-ray a los Estados Unidos.

Sinopsis:

Tres estadounidenses viajan a Ucrania con el fin de filmar un documental sobre la ola de canibalismo que azoto al país durante la hambruna de 1932. Esto los lleva a alojarse en una cabaña en las profundidades del bosque donde pretenden entrevistar a un ex convicto que alguna vez reveló haberse comido a una de sus víctimas, pero estando ahí invocan por error al espíritu del famoso asesino serial y caníbal Andrei Chikatilo; cuyas intenciones no son precisamente amigables.



Comentarios generales:

En el cine de terror es bastante común que se utilicen a notables asesinos para poder generar expectativas y por ello no me sorprendió en lo absoluto que Ghoul causara tanto ruido en la Republica Checa (donde rompió récords en taquilla). Al final de cuentas el nombre Andrei Chikatilo es uno bastante poderoso por aquellos lares y mi esperanza era poder ver algo que en verdad expandiera un poco más lo que ya sabíamos de este por otros trabajos, pero terminó siendo todo lo contrario.

Lo cual es una pena debido a que la premisa en si es interesante y por al menos 10/15 minutos Jákl es capaz de generar cierta intriga por medio de unas muy breves entrevistas, así como por la también breve aparición de un personaje un tanto desagradable. Sin embargo, una vez pasado este periodo de tiempo es claro que la historia no lleva un rumbo claro y poco a poco se empieza a sentir muy ajena a lo que inicialmente proponían al salirse por completo de la dinámica natural de los documentales (entrevistas con lugareños, visitar sitios, etc.) para dar paso así a un escenario mucho más conocido dentro del found footage en donde no pasa mucho, el bosque toma relevancia y las cosas se empiezan a centrar en banalidades que no aportan nada al desarrollo de los personajes.

Para colmo, el visionado suele estar bastante condicionado por la poca visibilidad que te hace recordar inevitablemente a The Blair Witch Project y por un ritmo que no ayuda en lo absoluto a volver interesantes una serie de eventos que le dan vueltas a lo mismo una y otra vez. Realmente no existe tensión, momentos con grandes sustos o escenas que se sustenten en la sangre o en situaciones de impacto, pero por lo menos en esta ocasión la justificación para el formato está bien pensada (básicamente las cámaras son su única fuente de luz fuera de la casa).

¿Y sobre Andrei Chikatilo? Bueno… es hasta el minuto 50 que se menciona por primera vez; de ahí en adelante lo más relevante es una rápida búsqueda por internet sobre su historia y no hay mucho más. Dejando en claro que su adición fue más que nada para fines promocionales.

El final es lo mejorcito. No porque sea sumamente original o porque contesten todas las interrogantes establecidas previamente, sino más bien porque es donde se le imprime un poco más de dinamismo a pesar de que se sacrifica muchísimo la visibilidad y no se puede apreciar de buena manera lo (poco) que ocurre; además de que es por mucho la parte más violenta.

Las actuaciones son mediocres a lo mucho, lo mejor viene por parte de Inna Belikova en su rol de bruja local; aunque también hay que decir que no existe demasiado material como para que los personajes sean interesantes. La producción es la típica de una found footage: pobre iluminación, trabajo de fotografía que no aporta mucho, sonido decente y efectos que se limitan a cuestiones básicas como objetos moviéndose o personas desapareciendo bruscamente de pantalla.

Opinión final: Ghoul es un found footage mediocre que, salvo porque tengan mucha curiosidad por saber lo mínimo de Chikatilo, es mejor dejarlo pasar.

Ojometro:
**