Película escrita, dirigida y
editada por Nicolas Pesce, la cual significa su ópera prima. Se estrenó de
manera limitada en cines, VOD e iTunes dentro de los Estados Unidos el pasado 2
de diciembre, mientras que su llegada a otros mercados se dará hasta 2017.
Sinopsis:
Dentro de su aislada granja, una
ex cirujana en Portugal le ensaña a su hija Francisca (Olivia Bond /Kika
Magalhaes) a entender la anatomía humana y a no temerle a la muerte. Sin
embargo, después de un acontecimiento perturbador que le pasa su familia, la pequeña
niña quedará completamente traumatizada mientras curiosidades únicas despiertan
en ella.
Comentarios generales:
Cuando se decide presentar una
película en blanco y negro siempre va a existir una enorme curiosidad debido a
que para muchos pudiera parecer un riesgo innecesario o una manera muy
pretenciosa de contar algo, sobre todo dentro de un género que no se ha
caracterizado por ser precisamente arriesgado en las últimas décadas. Ante esto
The Eyes of My Mother tenía un panorama con diversos retos, mucho más después
de todas las alabanzas que había recibido en festivales, pero al final
logra establecerse de manera sólida como una de las propuestas arriesgadas más
efectivas del 2016.
Ya que Pesce no se anda con
muchos rodeos y desde el inicio establece que esta no es una historia
convencional al utilizar detalles que podrán parecer menores, pero que terminan
por darle un aire diferente a las cosas; yendo más allá de una simple relación retorcida/obsesiva
entre madre e hija. Esto porque no solo se trata de la presentación en blanco y
negro, sino también el combinar los diálogos en inglés con el portugués o dejar
que algunos momentos te digan mucho con un dialogo casi nulo para que el primer
acto resulte potente de la manera en la que menos te imaginas; donde el acontecimiento
que sirve de detonante genera un gran impacto, pero no es ni por mucho lo más
perturbador considerando lo que desencadena para la segunda mitad.
Una en donde ya entra en escena
la Francisca adulta y que se centra por completo en su manera de lidiar con las
adversidades que se le presentan, dándole mucha más importancia a los momentos
de absoluto silencio para acrecentar sus dañados hábitos como algo sumamente
natural. Un aspecto que funciona, pero que igualmente podría resultar fastidioso
para algunos debido a que, al centrarse en este personaje, el director se
olvida del resto de los secundarios; dejándolos simplemente como piezas de
carne de las que no se profundiza y que gracias al ritmo pausado que se utiliza
pudiera dejar la impresión de que realmente no ocurre demasiado.
La parte final es muy interesante
porque, cuando parece que la historia toca pared, el personaje de Francisca
lleva a cabo algo que se siente como el siguiente paso natural en su locura. Lo
cual proporciona momentos visualmente potentes y, sobre todo, un cierre
satisfactorio que demuestra que hasta la persona más dañada necesita de algo a
que aferrarse para no caer en la siempre aterradora soledad.
En las actuaciones realmente todo
recae en Kika Magalhaes, quien resulta realmente perturbadora de ver sin
necesitar de expresiones exageradas o situaciones tan extremas; aunque varios
de los secundarios también dejan una buena impresión en los pocos minutos que
aparecen. La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía funciona a
la perfección, la dirección de arte es simple, tiene un score cumplidor y el
trabajo de maquillaje es sencillo.
Opinión final: The Eyes of My
Mother es una buena película. Un trabajo ideal para todos aquellos que busquen
algo distinto al cine comercial.
Ojometro:
****
****