viernes, 31 de julio de 2020

Crítica: Body Cam (2020)


Película dirigida por Malik Vitthal, cuyo guión fue co-escrito por Richmond Riedel y Nicholas McCarthy. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 14 de julio.

Sinopsis:

Cuando una detención de tránsito de rutina termina en una inexplicable y violenta muerte de uno de sus colegas, la oficial Lomito (Mary J. Blige) se topa con un video sobre el incidente que solo se reproduce ante sus ojos. Llevándola así a una carrera contra el tiempo para descifrar lo que está detrás de los asesinatos de sus compañeros.



Comentarios generales:

Los últimos meses han sido sumamente tensos dentro de los Estados Unidos por motivos raciales que involucran a la policía de aquel país, así que cuando se anunció que Body Cam se iba a estrenar durante el verano no fueron pocos los que pensaron que el estudio se estaba tratando de aprovechar de la situación para explotar la agenda. Sin duda un pensamiento lógico considerando la temática de la película, aunque ciertamente sus intenciones no van tanto por ese camino.

Obvio lo presentado por Vitthal si tiene un subtexto racial evidente, pero en realidad la primera intención es ofrecer una experiencia con tintes mucho más ligados a lo paranormal que a lo social.

Lo cual se puede percibir en los primeros cinco minutos que establecen claramente sobre lo que va la historia y el tono que será predominante para que así el primer acto resulte disfrutable debido a que surgen varias preguntas que le añaden mucha sustancia al misterio en el que gira todo esto. Llevando así a algunas situaciones donde se logra construir una atmósfera oscura y ofrecer una serie de muertes que proporcionen un nivel de intensidad elevado para dejar parada a la amenaza como algo verdaderamente peligroso.

Una fortaleza que piensas será predominante durante el resto del metraje, pero que lamentablemente poco a poco se empieza a desvanecer debido a que de manera progresiva las cosas se vuelven repetitivas y se opta mejor por seguir un camino distinto en el que no resulta tan complicado descifrar lo que hay detrás (y en donde el tema social tiene más peso). Esto al menos en el lado policíaco, ya que en el aspecto paranormal todo empieza a enredarse hasta el punto de dejarte cuestionando sobre si en verdad lo ocurrido tiene lógica y si los traumas ligados al personaje principal tienen algún tipo de relevancia.

Ocasionando con esto que la parte final sea poco interesante, a pesar de que visualmente se hace el esfuerzo para que lo sea. Vamos… no es mala, sin duda tiene fuerza; sin embargo, el hecho de que sepas de antemano lo que va a ocurrir le quita impacto y además se te dejan algunas preguntas importantes sin responder.

En el tema de las actuaciones es donde se encuentra uno de sus principales problemas. Y es que Mary J. Blige como la protagonista simplemente no funciona, no es creíble como oficial de policía y, sobre todo, tiene unas limitantes enormes para poder expresar determinadas emociones que son vitales para un personaje cuyo sufrimiento tendría que ser uno de los puntos clave para sostener la historia.

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score cumple, el trabajo de sonido es bueno, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje tiene algunas cosas de gran nivel.

Opinión final: Body Cam está ok. Película con ambiciones mucho más grandes que no las llega a alcanzar, pero con la que se puede pasar el rato.

Ojometro:
***