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martes, 20 de mayo de 2025

Crítica: Final Destination: Bloodlines (2025)

Película dirigida por Adam Stein & Zach Lipovsky, cuyo guión fue co-escrito por Guy Busick & Lori Evans Taylor. Se estrenó en cines dentro de México y los Estados Unidos los pasados 15 y 16 de mayo; recaudando hasta la fecha $105.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Atormentada por una recurrente pesadilla, Stefani Reyes (Kaitlyn Santa Juana) descubre que está ligada con su abuela y regresa a casa para encontrar respuestas con su familia. Aunque con esto un ciclo de muertes dará inicio y tendrá que tratar salvar a todos de su inevitable destino.


Comentarios generales:

La franquicia de Final Destination cuenta con la peculiaridad de que muchas personas la perciben como una muy actual gracias a las constantes retransmisiones de las películas o por los memes que se ven internet (principalmente de la escena de la carretera de FD2), pero lo cierto es que tuvieron que pasar 14 años para que New Line/WB se atrevieran a revivirla. Lo cual sin duda representaba un riesgo, pero Final Destination: Bloodlines ha dejado en claro que valió la pena tomarlo.

Ya que Stein y Lipovsky hacen los méritos suficientes para que su película pueda ser considerada como la mejor de la franquicia sin que tengan que cambiar de manera radical la fórmula; de hecho, su principal virtud es que mantienen la estructura que conocemos intacta y solo recurren a ligeras variaciones en cuanto al personaje que tiene la premonición para darle cabida a todo el tema de los lazos sanguíneos. Garantizando con esto que el característico desastre inicial tenga como propósito no solo ofrecer un primer acto con una elevada dosis de brutalidad, sino también establecer una problemática con un poco más de sustancia conforme se van uniendo las piezas detrás de la pesadilla.

Algo que es precisamente lo que le brinda la frescura a una historia cuyo manejo del humor negro también se vuelve importante gracias a que con esto se deja en claro que tampoco se debe tomar tan en serio lo que ocurre en pantalla, sobre todo porque algunas de las escenas de muertes llegan a tener tintes caricaturescos por lo ultra elaboradas que resultan. Aunque afortunadamente esto no representa ningún tipo de problema y las acciones siempre avanzan bajo un ritmo agradable, manteniendo la violencia y la sangre en niveles altos para que la sensación de peligro en los personajes siempre esté presente conforme su brutal destino los va alcanzado.

Siendo esto fundamental para que la parte final maneje un sentido de urgencia importante y por lo mismo se pueda generar una atmósfera tensa durante un desenlace que cuenta con bastante fuerza y que, sobre todo, te deja en shock para cuando llegan los créditos.

De las actuaciones hay que decir que cumplen, teniendo a una Kaitlyn Santa Juana que saca adelante a su personaje y con el resto del elenco complementándola de buena forma considerando lo que son estas películas. Además de que ver por última vez a Tony Todd es bastante especial, sobre todo porque su escena es básicamente una despedida perfecta sabiendo la condición en la que se encontraba en ese momento y que sus palabras fueron improvisadas.

Y en cuanto a producción, sin duda tenemos la entrega más ambiciosa hasta el momento: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es agradable, el trabajo de sonido espectacular, los efectos son de muy buena calidad y la labor de maquillaje efectiva.

Opinión final: Final Destination: Bloodlines me gustó. Película divertida que no se toma tan en serio y que se posiciona como la mejor de la franquicia.

Ojometro:
****

martes, 10 de diciembre de 2024

Crítica: Stream (2024)

Película dirigida por Michael Leavy, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Steven Della Salla, Robert Privitera y Jason Leavy. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de agosto, mientras que su salida en VOD se dio el pasado 15 de octubre.

Sinopsis:

El fin de semana de descanso de la familia Keenan se convierte en unas vacaciones para morir, ya que cuatro despiadados asesinos llevan a cabo un sádico juego en su hotel. En donde compiten para ver quién mata de la manera más creativa a todos los huéspedes.


Comentarios generales:

Cuando una película tiene dentro de su elenco nombres como el de Tim Curry, Jeffrey Combs, Danielle Harris, Bill Moseley, Tim Reid, Dee Wallace, Felissa Rose y el recién fallecido Tony Todd difícilmente va a pasar desapercibida, incluso si se trata de un proyecto relativamente pequeño. Es básicamente lo más cercano que los fans del cine de terror podrían tener de un crossover tipo Marvel con su MCU, pero lamentablemente Stream no sabe sacarle provecho a esto.

Lo cual es una pena porque lo presentado por Leavy tenía los ingredientes para ser algo entretenido a pesar de que su concepto como tal se encuentra un tanto desgastado, poniéndonos frente a una historia a la que le termina afectando el tener tantos guionistas involucrados dado a que sufre en todo momento para encontrar su identidad y eso conlleva a que el uso de los rostros conocidos sea solo un recurso exprés para desviar la atención. Sobre todo durante unos primeros 35/40 minutos en los que pasan pocas cosas interesantes al centrarse más que nada en un drama familiar que no deja bien posicionados a ninguno de sus miembros como personajes por los cuales sientas gran empatía, aunque por lo menos existen intentos por tratar de sacudir un poco el tedio con algunas muertes que dan una idea del grado de violencia que se debe de esperar.

Siendo precisamente una muerte sorpresiva la que sirve como punto de partida para brindar una mayor dinámica y empezar a ver situaciones intensas que ayuden a que establecer la peligrosidad de cada asesino, quienes a pesar de estar bajo una máscara y no decir ni una sola palabra muestran personalidades bien definidas que le dan su toque único a cada asesinato. Lo malo es que la manera en la que se construye todo alrededor del juego tiene poca intensidad y resulta en extremo predecible, ocasionando con esto que escenas pensadas para añadir impacto no tengan el nivel de efectividad deseado y poco a poco lo que se ve en pantalla termina volviéndose repetitivo.

Algo que sin duda buscan cambiar durante la parte final, donde le dan más exposición al personaje de Mr. Lockwood y eso hace que las cosas adquieran cierto grado de locura para hacer de estos minutos entretenidos. Dejándonos un desenlace que tiene buena intensidad, pero jamás se logra vender la idea sobre la aparente magnitud del juego y por lo consiguiente te quedas con una sensación de vació importante.

De las actuaciones realmente quien más resalta es Jeffrey Combs (Mr. Lockwood), cuyo personaje es el único que tiene un propósito claro en la historia más allá de un cameo glorificado y le sabe sacar el mayor jugo posible. Mientras que en producción es cumplidora: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es desangelada, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido es sólido, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta correcta.

* Cuenta con dos escenas durante los créditos

Opinión final: Stream es decepcionante. Película con muchos nombres llamativos, pero pobre ejecución.

Ojometro:
**

jueves, 31 de marzo de 2022

Crítica: The Changed (2022)

Película dirigida por Michael Mongillo (The Wind), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Matt Giannini. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de marzo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de gente ordinaria hace equipo dentro de una casa en los suburbios para pelear contra unos impostores que han reemplazado a sus familiares, amigos y vecinos.


Comentarios generales:

Para este punto cada vez que veo anunciado el nombre de Tony Todd en alguna nueva película mis expectativas no suelen ser las más altas debido a que desde hace unos 15 años su carrera se ha limitado más que nada en hacer cameos glorificados o prestar su voz. Incluso me atrevería a decir que las generaciones más jóvenes ni siquiera saben realmente la clase de leyenda para el género de terror que este señor es y probablemente sea con The Changed la primera vez que lo vean en un rol un poco más relevante.

Ya que en esta historia que nos trae Mongillo realmente es su presencia la que le da cierta notoriedad a algo que en términos generales se puede clasificar como otro cuasi clon de “Invasion of the Body Snatchers”. En el que no hay mucha preocupación por realizar una construcción demasiado elaborada sobre la presencia de la amenaza y básicamente se va al grano desde los primeros diez minutos, siendo esta una decisión que para este punto resulta acertada debido a que logra generar una sensación de riesgo efectiva sin que se recurra a efectos o escenas de acción súper intensas.

El problema llega cuando se hace evidente que todo el desarrollo se realizará en un escenario muy reducido y a partir del segundo acto la dinámica de la película se torna repetitiva debido a que cada acción presentada carece de la intensidad necesaria como para lograr que el espectador mantenga el interés intacto.

Obvio la presencia de Todd añade alguno que otro momento destacado, pero al tratar de darle demasiadas vueltas a una idea tan simple lo único que se provoca es que te aburras más y más con el pasar de los minutos. Sobre todo porque el enfoque es uno muy minimalista y como consecuencia lo que está diseñado para tratar de provocar terror no tiene mucha chispa, limitando todo a sustos básicos poco efectivos, explotación del silencio sin imaginación o altercados que fallan en aportar algo importante desde el lado emocional.

Ante esto la parte final resulta muy desangelada y sin fuerza. Ofreciéndonos una resolución del conflicto con la que jamás se atreven a hacer nada arriesgado y solo dejan que los minutos pasen tratando vender un enfrentamiento que nunca llegas a ver.

De las actuaciones no hay mucho que decir salvo que la participación de Tony Todd se roba los reflectores a pesar de que en realidad es un secundario. Mientras que de la producción se puede notar que el presupuesto fue muy reducido: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, el score está bien, el trabajo de sonido es limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje es limitado.

Opinión final: The Changed es decepcionante. Película con una premisa interesante que nunca termina por encontrar el rumbo.

Ojometro:
**

lunes, 30 de agosto de 2021

Crítica: Candyman (2021)

Secuela dirigida por Nia DaCosta, quien comparte créditos como co-escritora del guión junto a Jordan Peele y Win Rosenfeld. Se estrenó en cines en México y Estados Unidos durante el fin de semana pasado, recaudando $22.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una década después de que la última de las torres Cabrini fuera derribada, el artista Anthony McCoy (Yahya Abdul-Mateen II) y su novia se mudan a un loft de lujo en los nuevos condominios construidos en dicho lugar. Sin embargo, cuando este tiene un encuentro que lo expone a la verdadera historia detrás de Candyman su estabilidad mental se verá comprometida.


Comentarios generales:

De las franquicias con personajes que se consideran legendarios sin duda Candyman era de las últimas que quedaban por revivir de algún modo, así que cuando se supo que Jordan Peele estaba trabajando para traerla de vuelta la emoción fue prácticamente universal entre los fans. Era la combinación perfecta tomando en cuenta el aspecto racial que la rodea, generando un interés que incluso con el retraso por la pandemia nunca se vio disminuido; de hecho, probablemente era de las películas más esperadas del año.  

Algo que puede terminar afectándole en el recibimiento general debido a que lo presentado por DaCosta, Peele y Rosenfeld no creo que logre satisfacer a un porcentaje importante de los fans con su visión, a pesar de que es una secuela directa de la original.

Ya que estamos ante un slasher que no se siente como tal la mayor parte del tiempo al enfocarse más en la mitología que rodea a Candyman y a su inevitable conexión con las injusticias raciales, lo cual hace que la historia sea mucho más densa en la manera de plantear las conexiones con lo ya conocido previamente. Enfoque que de inicio funciona de buena forma debido a que por un lado se percibe la familiaridad, pero por el otro se genera rápidamente una sensación de novedad que proporciona un interés genuino sobre cómo se irá desenvolviendo todo.

Lamentablemente ese buen inicio con el pasar de los minutos se empieza a difuminar ante una evidente confusión en la forma de querer presentar las nuevas ideas y a su vez hacer que estas conecten de manera orgánica con lo que sabemos sobre Candyman. Ocasionando así que el ritmo no resulte tan fluido como debería y, sobre todo, haciendo que por momentos esta amenaza no tenga el impacto necesario al contenerla demasiado en lo que se refiere a las muertes de las que resulta responsable.

Y es que si bien existe una agradable creatividad al momento de presentarlas utilizando la explotación del sonido u espejos (prácticamente todas son fuera de cámara), estas son pocas y demasiado distantes una de la otra. Quitándole así fuerza a las acciones para que sea la propia transformación de Anthony la que termine siendo el foco de atención, la cual en general resulta bien lograda desde el lado visual y del deterioro mental, aunque el hecho de que realmente sea un personaje del que se sabe poco evita que resulte tan memorable.

Ante esto llegamos a la parte final con más dudas que certezas y realmente esta no ayuda demasiado en aclarar el panorama. Destacando principalmente el incremento en la violencia para elevar el nivel de intensidad, pero sin hacer que el desenlace pueda solidificar la idea que DaCosta tenía para Candyman (¿Es un mártir, un tipo de anti-héroe o solo un monstruo?) y dejar así un cierre demasiado abrupto e incluso algo hueco.

En lo que respecta a las actuaciones Yahya Abdul-Mateen II hace un buen trabajo, logra un buen equilibrio entre la cordura y la locura de un artista obsesionado con su obra. Lo malo es que el resto del elenco solo está de adorno y ningún otro personaje logra desarrollarse de manera plena como para que sea un contrapeso interesante, además de que la presencia de Tony Todd es meramente anecdótica.

Sobre la producción no hay ninguna queja: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es impecable, cuenta con un score sólido, el trabajo de sonido es excelente, los efectos cumplen totalmente su tarea y la labor de maquillaje está bien hecha.

Opinión final: Candyman no está mal. Mentiría si no dijera que esperaba mucho más, pero en términos generales cumple y sin duda es la segunda mejor entrega de la franquicia.

Ojometro:
***

viernes, 8 de noviembre de 2019

Crítica: Candy Corn (2019)


Película escrita y dirigida por Josh Hasty (Honeyspider). Se estrenó de manera limitada en cines, VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos el pasado 17 de septiembre.

Sinopsis:

Es la noche de Halloween y un grupo de bullies planean su broma anual al marginado local Jacob Atkins. Sin embargo, cuando llevan las cosas demasiado lejos y lo matan, este será revivido por el dueño del circo donde trabaja para buscar venganza de aquellos que tanto lo atormentaron.



Comentarios generales:

Los meses de septiembre y octubre suelen ser los más pesados en cuanto al estreno de producciones de terror, ya sea en cine o en televisión, así que se vuelve algo complicado poder darle seguimiento a todo por falta de tiempo. Es por eso que cuando producciones pequeñas son anunciadas para esas fechas siempre existe el temor de que sean olvidadas por completo dado a que la gente prefiere los productos de una escala mayor, pero para mi sorpresa Candy Corn logró hacer cierto ruido que la salvó de la intrascendencia.

Cosa que me alegra porque estamos ante un slasher que nunca oculta cual es su fuente de inspiración y propósito, sobre todo durante un primer acto donde Hasty claramente maneja varios homenajes a “Halloween” para establecer el aspecto visual de la película y con ello ir construyendo poco a poco una historia cuyo tema base es el bullying. El cual no se trata de manera tan profunda pero sirve como el detonante perfecto para la creación de nuestro asesino y, sobre todo, para la presentación de un grupo de personajes bastante desagradables a los que uno quiere ver morir casi de manera inmediata sin que resulte tan fundamental el añadir demasiada información con respecto a sus vidas.

Y es que hay que decir que este es un filme que sigue un camino lineal y difícilmente se sale de ahí, sustentando gran parte de su efectividad en las muertes impactantes con las que cuenta.

Situación que no es mala en sí, pero que sin duda por grandes lapsos provoca que existan puntos muertos muy marcados en los que no se siente ningún tipo de peligro o desesperación dentro del pueblo por tener a un monstruo asesinando personas y por lo consiguiente el ritmo es sumamente irregular. Además de que se deja como algo muy secundario el tema del circo o al personaje de Dr. Death.

La parte final la encontré divertida. Aquí es donde finalmente se logra darle un poco más de fuerza a las acciones de manera constante y se toma un camino un tanto distinto al habitual con los slashers al dejar que sea el mal el que predomine para construir un cierre completamente diseñado con el propósito de hacer de Jacob Atkins algo más grande.

En las actuaciones quien más destaca es Pancho Moler (Dr. Death) en un elenco que incluye a algunos rostros conocidos y otros desconocidos que no resaltan demasiado. La producción tiene buenas cosas considerando el presupuesto limitado: el trabajo de fotografía es adecuado, la dirección de arte sencilla, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido tiene algunos detalles, la labor de maquillaje cumple y los efectos en general son competentes, salvo cuando se utiliza algo de CGI en determinadas muertes. 

Opinión final: Candy Corn está ok. Slasher muy básico para ver principalmente durante Halloween.

Ojometro:
***

viernes, 29 de marzo de 2019

Crítica: The Final Wish (2019)


Película dirigida por Timothy Woodward Jr. (Finders Keepers: The Root of All Evil), cuyo guión fue co-escrito por Jeffrey Reddick, William Halfon y Jonathan Doyle. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a finales de enero, mientras que su salida en formato físico se dio este pasado 28 de marzo.

Sinopsis:

Después de la muerte de su padre, Aaron (Michael Welch) regresa a casa para ayudar a su devastada madre y confrontar su pasado. Estando ahí revisa las pertenencias de su padre para obtener algo de dinero, lo cual lo lleva a cruzarse con un misterioso y viejo objeto que es más de lo que aparenta.



Comentarios generales:

Una película que cuenta con la participación de Lin Shaye, Tony Todd y el creador de “Final “Destination (Jeffrey Reddick) sin duda alguna llamará la atención de los fans veteranos del género debido a que su presencia, en teoría, debería de garantizar algo calidad. Sin embargo, no siempre ese es el caso y tristemente con The Final Wish solo resultaron ser una cortina de humo para hacer que una producción del montón pudiera obtener un poco más de exposición.

Y es que lo que Woodward Jr. nos trae es una historia predecible que tiene a una propuesta muy similar como “Wish Upon” demasiado cerca y con la que no puede diferenciarse de manera importante. Situación que empeora con un primer acto que cuenta con una estructura similar y en el que la muerte del padre no tiene un impacto significativo, limitándose principalmente en poner al personaje de Aaron en situaciones random en las que tiene que lidiar con ciertos aspectos de su pasado mientras se da a entender que “algo” le está dando buena suerte.

Realmente todo lo que ocurre es aburrido, pesado y sin ningún tipo de gracia. Solo ciertas participaciones puntuales de Lin Shaye logran darle algo de vida a esta dinámica sosa hasta que finalmente se empiezan a revelar los detalles sobre el genio.

Lo cual lleva a lo que es lo más original de todo esto debido a que, contrario a lo habitual, aquí nuestro protagonista no está consciente de los deseos que pide y gracias a eso el nivel de peligrosidad se eleva de golpe para así establecer a la amenaza como algo de cuidado sin darle demasiadas vueltas al asunto. Además de que sirve para darle sentido a la introducción y, de paso, construir una atmósfera decente que refleje un panorama más oscuro.

La parte final se podría decir que es donde se ven los únicos momentos con cierta carga emocional y con un poco más de intensidad. Obviamente esto no es suficiente como para rescatar la película, pero por lo menos se puede tener un desenlace con un ritmo más ágil y con Aaron asumiendo la responsabilidad de sus actos.

En cuanto a las actuaciones solo Lin Shaye brilla y más que nada porque en un punto la dejan hacer lo que le plazca, provocando así una interpretación muy over the top que funciona en este mar de eventos genéricos. La producción es decente: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte está ok, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante simples y la labor de maquillaje está pasable.

Opinión final: The Final Wish es mediocre. Película aburrida que les causará más bostezos que otra cosa.

Ojometro:
**

martes, 11 de diciembre de 2018

Crítica: Hell Fest (2018)


Película dirigida por Gregory Plotkin (Paranormal Activity: The Ghost Dimension), cuyo guión fue co-escrito por Seth M. Sherwood, Blair Butler y Akela Cooper. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de septiembre, mientras que en México hizo lo propio el pasado 6 de diciembre. Recaudando $17.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un asesino serial enmascarado convierte un parque de diversiones de terror en su propio patio de juegos, aterrorizando a un grupo de amigos mientras el resto de las personas creen que todo forma parte del show.



Comentarios generales:

No es algo común que dos películas con prácticamente el mismo concepto y nombre se estrenen casi de manera simultánea, situación que ocurrió en este 2018 con Blood Fest y Hell Fest. Una peculiaridad sin duda llamativa, pero que terminó afectando en cierta medida a ambas debido a que muchas personas no sabían que se trataba de producciones distintas, siendo la segunda la que corrió con peor suerte. Esto a pesar de que es la mejor.

Y es que Plotkin nos pone sobre la mesa un slasher hecho y derecho que está planeado para satisfacer a los fans de dicho subgénero de principio a fin, sin buscar ofrecer nada rebuscado o cambiar la fórmula; simplemente quiere entretener y a mi juicio lo logra de manera exitosa. Ya que la forma en la que presenta la historia es la adecuada, apegándose en un inicio a lo visual con este parque temático que mantendrá al espectador atento a los detalles y a algunas referencias mientras se va desarrollando el asecho por parte del asesino.

Uno que ciertamente puede resultar algo tedioso, pero que conforme van pasando los minutos se vuelve más directo y eso poco a poco va incrementando la sensación de riesgo, sobre todo por la manera en la que sus apariciones se complementan con las atracciones del parque. Haciendo así que las cosas fluyan con un buen ritmo y estableciendo un escenario con muchísimas desventajas que vuelven complicado para este grupo de jóvenes identificar el peligro que viven, ya que el director realiza un buen trabajo en la construcción de situaciones en las que parece que les espera un destino fatal y que solo forman parte de las actividades del parque. Jugando así con las emociones y añadiendo de paso una buena dosis de tensión.

La parte final en verdad me gustó, es bastante buena. Finalmente se expone la situación, hay más sangre y empieza el caos; aunque lo que hace de esta parte tan entretenida es la persecución definitiva gracias a que una vez más se utiliza el escenario de gran manera para el beneficio de las víctimas y el asesino. Generando algunos momentos visualmente geniales y haciendo que la confrontación sea mucho más pareja e interesante.

Las actuaciones no están mal, obvio por la temática no existía demasiada complejidad con estos personajes y el elenco los saca adelante incluso teniendo ciertas escenas que rayan peligrosamente en lo caricaturesco; siendo Amy Forsyth (Natalie) quien destaca más. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte espectacular, cuenta con un score agradable, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Hell Fest me gustó. Un slasher sencillo y efectivo que te hace pasar un buen rato.

Ojometro:
****

domingo, 2 de marzo de 2014

Crítica: Dead of the Nite (2014)


Primer largometraje y por ende debut dentro del género del director S. J. Evans. La película salió a la venta en DVD, VOD y plataformas digitales en los Estados Unidos el pasado 7 de enero, mientras que ya se ha informado que estará llegando a otros mercados con el pasar de los meses.

Sinopsis:

Cuando un grupo de famosos cazadores de fantasmas en la red es masacrado en una mansión que se presume tiene una gran cantidad de actividad paranormal, las autoridades tendrán que descubrir que fue lo que verdaderamente pasó. Para ello cuentan con los vídeos recuperados de la escena del crimen y mientras los ven descubrirán algo aterrador.



Comentarios generales:

En el 2013 tuvimos Evidence, la cual personalmente disfrute mucho por la forma en la que combinaba el found footage con el estilo clásico y si hay una película con la que Dead of the Nite puede compararse es precisamente esa, aunque no con los mismos resultados.

Lo que Evans en realidad nos trae es una historia poco inspiradora que pretende darle un nuevo giro a la cada vez más desgastada fórmula de mansiones con actividad paranormal al incluir a un asesino en toda la ecuación; una idea que podrá escucharse cool de inicio, pero que conforme pasan los minutos se confirma que no lo es tanto. Y es que ambas cosas simplemente no congenian, no se siente nada natural el mezclarlas y te termina resultando muy estúpido primero el estar viendo una sesión con tabla Ouija para luego darte cuenta de que ese evento (como prácticamente todos los previos a la matanza) termina teniendo cero relevancia en la parte del asesino serial.

Otro problema que tiene es que, a diferencia de Evidence, aquí la integración de los dos formatos no se siente nada fluida: la mayoría del found footage está totalmente fuera de lugar hasta que empieza la cacería de los personajes. Situación que no permite una consistencia en los eventos; existen demasiadas escenas totalmente intrascendentes que no solo no generan siquiera un pequeñísimo desarrollo en los personajes, sino que además evitan que el propio espectador se sienta lo suficientemente integrado desde la perspectiva de primera persona y, por ende, el nivel de tensión se incremente.

La parte final no esta tan mal. La identidad del asesino no es sencilla de descifrar y su cacería, si bien no es nada del otro mundo, termina agregándole una dosis de acción y violencia más que necesaria a un trabajo que lo pedía a gritos.

En actuaciones el nombre que más resalta evidentemente es el de Tony Todd, quien tiene un rol muy limitado (5 minutos a lo mucho); de ahí en fuera todo lo demás difícilmente se les quedara grabado en la cabeza. En producción es sumamente limitada, al grado de que realmente lo único más o menos destacable son los pocos efectos de la parte final; aunque cuenta con una de las elaboraciones de sangre más tristes que recuerde.

Opinión final: Meh! Dead of the Nite solo les quitara una hora y media de su tiempo por lo tremendamente aburrida e intrascendente que resulta.

Ojometro:
**

jueves, 30 de mayo de 2013

Crítica: Hatchet II (2010)

Secuela directa dirigida nuevamente por Adam Green, donde también se dio el regreso Tony Todd bajo su papel de Rev. Zombie y Danielle Harris tomó el lugar de Tamara Feldman como Marybeth. Se estrenó en los Estados Unidos de manera limitada a finales del 2010 y apenas recaudo un poco más de $60,000 dólares en taquilla.

Sinopsis:

La historia inicia justamente donde termino la primera parte: con Crowley atacando a Marybeth. Esta escapa por muy poco y es encontrada por Jack Cracker (John Carl Buechler), quien al inicio le ofrece ayuda, pero al enterarse de su apellido la obliga a irse de su casa y le recomienda que, si quiere saber sobre el pasado de su familia, tiene que ir con el Reverendo Zombie.

Comentarios generales: 

Esta secuela sigue básicamente la misma línea que su predecesora al ser un slasher en donde lo más importante radica en un impacto visual proporcionado por el gore y las dosis de comedia, pero definitivamente también se puede notar una mayor evolución por parte de Green tanto detrás de la cámara como en el guión.

Ya que aquí hay un pequeño desarrollo en los personajes, existe algo detrás de varios de ellos y eso quita la sensación de que solo son pedazos de carne a la disposición de Victor Crowley para que se divierta. Además de que, aunque son pocas, también se pueden ver algunas escenas en donde se pretende construir algo de suspenso (ya si son efectivas o no es otra cuestión).

Poner a Harris como Marybeth sin duda fue un acierto, ella tiene más idea sobre cómo funciona este género y le añade cierto extra que con Feldman no se tenía, mientras que darle más protagonismo a Tony Todd yo creo que cualquier fan lo agradece; en especial porque el rol le queda ni pintado.

Lo que sí es evidente es que el presupuesto ya no fue lo mismo: algo tan increíble como la ambientación de la primera película aquí es reducida al mínimo, incluso las propias muertes tienen un impacto menor porque muchas no resultan tan espectaculares (aunque si hay algunas buenas).

Opinión final: Realmente no hay mucha diferencia entre ambas partes. Creo que esta es un poco mejor en cuanto a la historia, pero carece de la producción de la primera.

Ojometro:
***