Película dirigida por Alexandre
Bustillo y Julien Maury, cuyo guión fue escrito por Seth M. Sherwood. Se
estrenó por medio de DirecTV a finales de septiembre dentro de los Estados
Unidos y posteriormente, durante el pasado 20 de octubre, en VOD. Su salida en
DVD está anunciada para el 19 de diciembre.
Sinopsis:
Cuatro chicos violentos
secuestran a una joven enfermera mientras se escapan de una institución mental
en Texas y son perseguidos por un vengativo sheriff, lo cual provocará que uno
de ellos se embarque en un viaje lleno de violencia y sangre que le dará forma
al legendario asesino conocido como Leatherface.
Comentarios generales:
Cuando se reveló que Leatherface
sería una película de orígenes hubo cierta emoción de mi parte porque el
personaje en cuestión es uno de mis favoritos, pero también había mucha
inquietud debido a que no era una labor sencilla el tratar de dictaminar las
bases para un personaje tan icónico cuando la franquicia ha estado llena de
secuelas, precuelas y remakes. Ante esto era claro que si se quería obtener
algo que valiera la pena los encargados tenían que salirse por completo del
script habitual, lo cual hicieron, ya que esta es la entrega de TCM más
diferente de todas… para bien y para mal.
La cual inicia presentándonos la dinámica
característica de los Sawyer y mostrando algunos elementos que brinden cierto
aire de familiaridad mientras se establece que el personaje de Jed en un inicio
no era precisamente malo y que sus problemas están más ligados al ambiente donde creció, dejando así en el aire varias preguntas con respecto a como será su personalidad cuando crezca. Preguntas que servirán como el punto
de partida para que los directores puedan ir construyendo un primer acto cuyo principal objetivo es generarle dudas al
espectador sobre la verdadera identidad de este al presentar un conjunto de
personalidades psicópatas que, salvo por una opción evidente, todos pueden ser
el futuro asesino gracias a brutales acciones impulsadas por distintos motivos.
Hasta ahí las cosas son un tanto genéricas
pero van acorde a lo que esperas; sin embargo, justo con el escape es cuando la
historia empieza a perder el rumbo y, sobre todo, la esencia. De pronto esto se
vuelve más que nada una road movie lenta que nunca logra replicar la atmósfera
tan característica de TCM y está repleta de conflictos entre los psicópatas que
no son tan intensos como uno esperaría; además de que, si bien hay algunos
momentos de impacto, estos no se sienten verdaderamente relevantes para el transcurrir
de la trama y solo quedan expuestos como situaciones que se tenían que dar para
añadir las dosis de sangre esperadas.
Simplemente llega un punto en
donde se te olvida que lo que estás viendo tiene como propósito explicarte el
origen de un asesino serial despiadado, las acciones se sienten demasiado ajenas
y eso, a pesar de que la evolución de ciertos personajes es la adecuada, le
quita mucho interés.
La parte final en definitiva es
la más violenta y la que tiene más semejanza con lo que históricamente ha sido
la franquicia. Obvio aquí resuelven el “misterio” sobre quién es Leatherface,
tratan el tema de su rostro y se le brinda un poco de desarrollo a la relación
con su madre; aunque si me hubiera gustado ver algo más de este ya con su lado
asesino debido a que cuando se da la transformación definitiva la película
termina de golpe.
Las actuaciones son bastante
buenas para tratarse de un supuesto slasher, siendo Sam Coleman (Bud) y Sam
Strike (Jackson) quienes resaltan debido a que logran por varios lapsos que uno
simpatice con ellos a pesar de que son los villanos en todo esto. De la
producción no tengo queja: cuenta con un muy buen trabajo de fotografía, la
dirección de arte cumple, el score resulta buen complemento, el trabajo de
sonido está bien cuidado, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es
efectiva.
Opinión final: Leatherface está aceptable.
En definitiva no va a gustar a muchos fans de TCM, pero es una historia de orígenes
que trata de hacer algo distinto.
Ojometro:
***
***