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viernes, 19 de julio de 2019

Crítica: Living Space (2019)


Producción australiana escrita y dirigida por Steven Spiel, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en VOD e iTunes dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que en algunos mercados ha estado saliendo en DVD.

Sinopsis:

Una pareja de estudiantes universitarios se aventuran dentro del corazón de Alemania. Aunque pronto su viaje toma un rumbo siniestro cuando se encuentran una casa perteneciente a un oficial nazi que los introducirá a un vórtice psicológico del cual no podrán escapar.



Comentarios generales:

Hace poco hablaba sobre cómo el cine de terror alemán empezaba a superar el hecho de que todo tiene que ver con nazis, pero parece que esa obsesión no solo se limita a dicho país debido a que ahora una película australiana es la encargada de utilizarlos. Lo cual sin duda despertaba cierta curiosidad de mi parte debido a que siempre resulta interesante ver determinados temas desde otro tipo de perspectivas y Living Space (Nazi Undead en ciertas partes) ofrecía dicha oportunidad, aunque al final el resultado ha sido decepcionante.

Y es que la historia que nos trae Spiel realmente se podría haber contado con cualquier otro tipo de villanos y hubiera resultado exactamente igual debido a que el tema del nazismo tiene muy poco peso en todo esto. De hecho, solo sirve para proporcionar la fachada de una película que durante su primera mitad es lo más genérica que uno se puede imaginar, proporcionando un escenario simple con dos personajes de los cuales no conoces absolutamente nada y por lo consiguiente te resulta complicado el poder interesarte en ellos mientras realizan acciones que llevan a una serie de sustos fáciles inefectivos cuyo objetivo es revelar la presencia de fantasmas.

Haciéndote suponer que eso será el punto central de la película o que se trata de algún tipo de slasher/torture porn gracias a una escena que añade un impacto visual significativo; sin embargo, pronto esto se transforma en algo que gira en torno a un bucle temporal (time loop). Lo cual nos lleva a una repetición de sucesos que lentamente van dejando pistas con respecto al misterio principal, aunque nunca resultan lo suficientemente atractivos ante su falta de originalidad y porque en realidad tienen poco sentido, dejando parada a la protagonista como una tonta a la que le cuesta mucho trabajo descifrar lo que está sucediendo.

Todo es soso, con un ritmo lento y para la parte final el tema del bucle resulta tan cansino al grado de que lo que supuestamente debería de ser una revelación impactante solo te termina generando total indiferencia. No solo porque lo que está detrás de todo esto se siente hueco e improvisado, sino porque además la manera de presentarlo carece del dinamismo que esta clase de historias necesitan.

Las actuaciones son regulares, realmente ambos protagonistas apenas cumplen con lo necesario para sacar adelante a unos personajes extremadamente planos. La producción es donde más resalta: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es sencilla, el score genérico, el trabajo de sonido cumple y tanto los efectos prácticos como la labor de maquillaje son bastante buenos.

Opinión final: Living Space es muy aburrida. Película simple que pretende ser más compleja sin saber exactamente cómo.

Ojometro:
**

viernes, 16 de noviembre de 2018

Crítica: Overlord (2018)


Película dirigida por Julius Avery, cuyo guión fue co-escrito por Billy Ray y Mark L. Smith. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México (así como en otros mercados) el pasado 9 de noviembre, recaudando hasta la fecha $23.6 de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un pequeño grupo de soldados estadounidenses se encuentran frente ante un terror inimaginable dentro de las líneas enemigas en la víspera del Día D.



Comentarios generales:

Una de las cosas que hicieron de Overlord una película tan interesante fue el hecho de que no se sabía absolutamente nada de esta, lo cual generó por meses un sinfín de rumores muy locos. Esto obviamente llevó a que muchos especularan sobre que era una entrega más de Cloverfield, idea que a mi no me emocionaba demasiado y es por eso que cuando por fin salió el trailer me alegre bastante al ver que se trataba de algo diferente debido a que, en definitiva, no hubiera encajado en lo absoluto con dicho universo.

Y es que antes que nada se tiene que dejar en claro que lo que nos trae Avery es una película de guerra hecha y derecha, probablemente no con tanta precisión histórica, pero de guerra al final de cuentas y por lo consiguiente se maneja como tal durante gran parte de la primera hora. Iniciando con una gran secuencia en donde se puede decir que el terror radica en lo que experimenta este grupo de soldados dentro del campo de batalla y es en base a esto con lo que se construye el primer acto. Uno que tiene sus momentos interesantes sin duda; sin embargo, conforme pasan los minutos el ritmo desciende y empiezas a cuestionar sobre si en verdad se trata de una película de terror.  

Es a partir de la segunda hora cuando las cosas se inclinan más hacia los estándares del género al revelar los experimentos e ir incrementando poco a poco el nivel de violencia, así como empezar a mostrar elementos que proporcionan un mayor impacto visual. Aunque lo más importante es que el ritmo vuelve a ser dinámico y ya nunca disminuye, situación que ayuda mucho considerando que lo bélico sigue siendo parte fundamental en el desarrollo.

La parte final es bastante entretenida. Aquí todo el tema “zombie” recibe mayor exposición y no defrauda, ya que se encuentra muy bien complementado con escenas de acción bien hechas que vuelven frenéticos los últimos minutos e incluso ayudan a que el desenlace se sienta como uno de mucho mayor escala por lo que supuestamente representó para el futuro de la humanidad.

Las actuaciones están bien, la mayoría de los personajes siguen estereotipos ya vistos en películas de guerra pero Jovan Adepo (Boyce) como el protagonista y Pilou Asbaek (Wafner) como el villano dejan una grata impresión. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es impecable.  

Opinión final: Overlord está divertida. Una película para pasar el rato y disfrutar de buenas escenas de acción.

Ojometro:
***

viernes, 5 de octubre de 2018

Crítica: Puppet Master: The Littlest Reich (2018)


Película dirigida por Sonny Laguna y Tommy Wiklund (Wither), cuyo guión fue escrito por S. Craig Zahler. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 25 de septiembre.

Sinopsis:

El infierno se desata cuando una extraña fuerza reanima a unas marionetas dentro de una convención que celebra el 30 aniversario de los asesinatos cometidos por Andre Toulon.



Comentarios generales:

La franquicia de Puppet Master es una con la cual es difícil estar en sintonía si no eres fan desde sus inicios debido a su premisa tan absurda y porque ciertamente cuenta con una de las cronologías más confusas dentro del género. Por eso cuando se anunció que The Littlest Reich sería un reboot me alegre, era algo que se necesitaba urgentemente y la verdad es que terminó siendo la mejor opción.

No tanto porque se aleje demasiado a lo que estábamos acostumbrados a ver con Charles Band y Full Moon, sino porque un nuevo comienzo era necesario para darle estabilidad a una historia que ya no daba para más y que ahora bajo esta nueva etapa obtiene un sello políticamente incorrecto bastante marcado. Aunque en un inicio Laguna y Wiklund no lo hacen tan evidente al centrarse más en la construcción de una relación acelerada y, sobre todo, en establecer la figura de Andre Toulon ahora como la de un villano nazi muy enfermo que le dará sentido a las acciones cometidas por sus marionetas

Y es que hay que decir que la dupla de directores no se guarda nada, dejando de lado varios tabúes para que así el segundo acto sea una masacre en la que las muertes tienen un impacto considerable no solo en la cuestión visual. Ya que estas también se encuentran ligadas a temas raciales que indudablemente podrían incomodar a más de uno, aunque cumplen a la perfección su propósito de incrementar el nivel de violencia e ir construyendo una amenaza lo suficientemente creíble considerando que se trata de marionetas asesinas.

En general la sangre no para de fluir por un buen rato y la creatividad presentada es demasiado agradable si no tienes problemas con lo anteriormente mencionado; sin embargo, una vez que se tiene que hacer una pausa la película pierde dinamismo. Además de que resulta un tanto decepcionante que, a pesar de que se menciona que existen unas 60 marionetas, solo terminan presentando a las mismas 7 u 8.

La parte final no es la mejor. Cumple con lo básico y sigue mostrando la violencia necesaria, pero la creatividad ciertamente ya no es la misma al optar por brindarle un poco más de desarrollo a la relación, así como por mostrar un desenlace que se siente un tanto fuera de lugar; aunque asegura la continuidad de la franquicia.

Las actuaciones están aceptables, en el tono habitual y sin nadie que verdaderamente destaque (aunque ver a Barbara Crampton siempre es agradable). La producción igual se mantiene con el mismo sello: el trabajo fotografía es aceptable, la dirección de arte no es la gran cosa, el score tiene un toque de giallo muy marcado, el trabajo de sonido no es el mejor, la labor de maquillaje es sólida y los efectos son en su mayoría prácticos; con algunos luciendo arcaicos pero en general cumplen.

Opinión final: Puppet Master: The Littlest Reich está ok. Es más para fans, pero si son de los que no se ofenden tan fácilmente seguramente pasarán un buen rato.

Ojometro:
***

viernes, 1 de diciembre de 2017

Crítica: The Hatred (2017)


Película escrita y dirigida por Michael G. Kehoe, la cual significa su primer largometraje dentro del género. Se estrenó en formato físico, digital y VOD el pasado 12 de septiembre dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Cuatro estudiantes universitarias van a pasar el fin de semana en la nueva casa de campo de un profesor para cuidar a su pequeña hija, aunque pronto descubrirán que dicho lugar guarda un oscuro pasado vinculado con los nazis.



Comentarios generales:

Sinceramente el tema de los nazis en el género de terror no es uno que me provoque gran interés debido a que son contados los casos que han sabido explotarlo de manera original fuera del mundo zombie. Pareciera que está completamente estancado y sin nada más para ofrecer; sin embargo, cuando una producción no alemana trata de tocar dicho tema la curiosidad en mi suele incrementarse porque una visión distinta al respecto nunca hace daño; aunque en el caso de The Hatred eso tampoco ayudó demasiado.

Y eso es una pena porque el inicio es algo prometedor al establecer un tono mucho más oscuro del que esperas por medio de una familia totalmente aislada cuya endeble relación hace que en todo momento se sienta un riesgo latente y el padre quede establecido rápidamente como alguien dispuesto a hacer lo que sea para mantener el legado nazi vivo. Llevando así a una serie de acciones interesantes, pero de manera sorpresiva Kehoe decide cortar de tajo este desarrollo por medio de un salto de tiempo para presentar el inicio de una historia mucho más convencional sobre casas poseídas en la que nuevamente se tiene que invertir tiempo en la introducción de personajes y con ello hacer que lo construido se vaya desvaneciendo poco a poco, teniendo como única esperanza que las referencias dentro de la propia casa sean suficientes como para mantener el interés intacto.

Lo cual evidentemente no ocurre y tiene como resultado 50 minutos insufribles en los que no pasa nada, o más bien…  en los que tratan de que pase algo pero nunca logran manifestarlo de manera positiva. Ya que tenemos a un grupo de chicas a las que, salvo por alguno que otro sobresalto por medio de sustos fáciles, solo están de adorno y de las cuales se deshacen de manera por demás desangelada; siendo productos de desecho con los que no se trata siquiera de volver a generar una atmósfera adecuada o mínimo escenas que contengan elementos visuales llamativos que hagan de la amenaza una intimidante.  

Los últimos minutos si sienten muy acelerados. Claramente para este punto lo referente al tema nazi está olvidado y todo se concentra en una dinámica de correr de lado A al lado B que solo hace que la de por si raquítica participación del espíritu maligno se vaya perdiendo hasta que la película termina de golpe.

Las actuaciones son pasables, realmente ninguna de las chicas sobresale pero tampoco me pareció que lo hicieran tan mal considerando lo que les dieron para trabajar. La producción es regular: el trabajo de fotografía tiene sus altibajos, la dirección de arte no tiene nada relevante, el score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos altamente cargados de CGI no se ven muy bien y la labor de maquillaje es ínfima.

Opinión final: The Hatred es bastante pobre. Una película genérica hasta más no poder que solo servirá para rellenar las programaciones de canales de tv o servicios de streaming.

Ojometro:
**

jueves, 18 de agosto de 2016

Crítica: Green Room (2016)


Película escrita y dirigida por Jeremy Saulnier (Murder Party). Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de abril, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 12 de julio.

Sinopsis:

Los miembros de una banda de punk rock se ven forzados a pelear por sus vidas después de presenciar un asesinato dentro de un bar de neo-nazis en las profundidades de los bosques en Oregón.



Comentarios generales:

Cuando piensas estrenar un filme independiente uno de los principales obstáculos es la poca promoción que se logra conseguir, ya que por lo regular todo se limita a festivales e internet; sin embargo, en esta ocasión dicho obstáculo se vio superado justo cuando hace un par de meses falleció el actor Anton Yelchin. Una tragedia que puso en el radar de muchísimas personas a Green Room y con ello una presión extra por satisfacer ciertas expectativas que inicialmente no se tenían contempladas. Expectativas que afortunadamente no solo cumple, sino que las supera de manera más que amplia.

Esto porque lo que nos regala Saulnier es un trabajo de una nota bastante alta en la que desde los primeros minutos se encarga de imprimirle una atmósfera no solo que vaya acorde al estatus deprimente de esta banda de rock, sino que además sea un indicativo constante sobre el peligro que corren durante su búsqueda de fama. Ofreciendo así un primer acto en donde realmente no ocurre nada extremo, pero el cual cuenta con un nivel de tensión constante que obliga al espectador a hacerse de la idea de que claramente estos personajes se encuentran condenados por estar en el lugar y momento equivocados; donde el escenario más alentador para ellos es una muerte rápida en la que no sufran demasiado.

Lo cual evidentemente no ocurre y como resultado tenemos una presentación de bandos que obliga a dividir las acciones en dos escenarios para crear contraste: uno en donde la tensión se encuentra a tope y otro donde prevalece una aterradora frialdad. Algo que, combinado con un excelente ritmo y trabajo de edición, hace que la dinámica de la película sea un deleite; la cual no permite ni un solo segundo de relajación para que, cuando finalmente ambos escenarios se junten, el nivel violencia e intensidad genere algo bastante crudo en muchos sentidos.

Y es que sin duda uno de los puntos fuertes de la película (así como una de las principales virtudes de su director) es presentar todo de manera seca, sin muchos rodeos. Aquí los actos heroicos no existen y cada muerte se presenta de forma contundente para añadir impacto, al igual que un aire de desesperanza para las víctimas que provoca que uno quiera verlos salir de ahí con vida a como dé lugar.

La parte final está diseñada para brindar un breve respiro con algunos momentos de dialogo para el desarrollo de ciertos personajes y regresar con la fuerza necesaria para construir un clímax satisfactorio que continúe con la crudeza de los dos actos previos. Uno que no solo te hará querer ver a las victimas salir adelante, sino que además muestra un pequeñísimo nivel de humanidad cuando realmente parecía haber dejado de existir en esta historia.   

Las actuaciones son buenas, realmente todos los involucrados cumplen muy bien con sus respectivos roles; aunque la presencia de Patrick Stewart sin duda le añade un extra con su actuación fría e intimidante. La producción es de destacar: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte cumple sin ser espectacular, el score resulta un gran complemento, el trabajo de sonido es bueno y toda la cuestión de efectos/maquillaje no es precisamente llamativa, pero logra su cometido en las escenas de mayor impacto.

Opinión final: Green Room es en extremo recomendable. Sin duda se trata de una de las mejores propuestas de 2016.

Ojometro:
*****

martes, 3 de marzo de 2015

Crítica: Backtrack (2015)


Producción británica/irlandesa que significa el primer largometraje del director Tom Sands, cuyo guión fue escrito por su hermano Mick Sands. Salió directamente en DVD, así como en Amazon Instant Video bajo el nombre de “Nazi Vengeance”, el pasado 16 de febrero dentro del Reino Unido.

Sinopsis:

Ralph (Mark Drake) es un periodista que ha estado teniendo pesadillas de manera frecuente y para ayudarlo a entenderlas su amiga Claudia (Rosie Akerman) usa sus poderes psíquicos que revelan memorias de ser un soldado nazi en el pasado durante una misión en South Downs. Aterrado por eso, decide realizar un viaje junto a sus amigos a dicho lugar; aunque pronto se verán perseguidos por ese mismo pasado.



Comentarios generales:

La mayoría de las veces sabes qué pretenden provocar en una película al ver ciertas cosas, ya sean sustos, asco, tristeza, risas o incluso lagrimas, es algo normal y no tiene nada malo identificarlo rápidamente. Sin embargo, creo que con Backtrack es la primera ocasión en años donde no tuve la menor idea sobre lo que querían provocarle al espectador con todo lo ocurrido en pantalla.

Y es que a pesar de que es promocionada como un thriller psicológico la verdad dista muchísimo de ser algo cercano a eso, ya que el tema de las memorias del pasado nazi, más allá de que están llenas de inconsistencias históricas, juegan un rol muy menor en todo esto; simplemente están ahí para justificar la presencia de los personajes en el campo y a partir de eso construir algo mucho más cercano a un slasher. Realmente Sands lo único que hace es tenernos durante casi 40 minutos viendo paisajes o largas caminatas en donde por breves momentos Ralph presencia cosas extrañas que, así como llegan, se van. Convirtiendo todo en algo demasiado aburrido por medio de un ritmo extremadamente lento que provoca una sensación de que simplemente no ha pasado nada durante todo este tiempo.

La intensidad se “eleva” cuando hace acto de presencia el asesino, del quien en realidad nunca sabemos con claridad sus motivos para querer matar e incluso toda su dinámica se ve afectada por la pesadez previamente generada, ya que su aparición es totalmente plana, sin impacto alguno y los únicos momentos en verdad interesantes (las torturas) se ven opacados gracias a una extraña obsesión del director por centrarse en cómo se orinan las víctimas. Incluso la última persecución, la cual normalmente es la más importante en un slasher, es totalmente desangelada: no existe ningún tipo de acción entretenida o reto para el asesino; de hecho, casi no puedes ver nada gracias a la pésima iluminación.

El final es pobre y en general no te dicen mucho, provocando así una secuencia poco inspiradora en donde le integran un pequeño giro que, tal vez, sea para alguna secuela.

De las actuaciones no diría que son malas, simplemente se ven limitadas por lo raquítico del guión y nunca los ponen en situaciones en donde verdaderamente los empujen a ofrecer algo más. La producción es discreta: el trabajo de fotografía en exteriores durante el día es bastante agradable, pero las escenas nocturnas apenas y se pueden ver con claridad; tiene un sonido aceptable, nulos efectos y un trabajo de maquillaje que cumple con las quemaduras presentadas.  

Opinión final: Backtrack no tiene nada especial o siquiera aceptable. Evítenla.

Ojometro:
*

domingo, 14 de septiembre de 2014

Crítica: Dead Snow 2: Red vs. Dead (2014)


Secuela dirigida por Tommy Wirkola, quien además es co-escritor junto a Stig Frode Henriksen y Vegar Hoel. Se estrenó en cines en Noruega a inicios de año y su salida en formato físico se dio el 25 de junio; aunque su llegada a los Estados Unidos está programada para el próximo 10 de octubre de manera limitada en cines.

Sinopsis:

Después de los sangrientos sucesos que terminaron con la vida de sus amigos y de su novia, Martin (Vegar Hoel) despierta en un hospital con la sorpresa de que le han implantado un brazo que no es suyo. Mientras tanto, el ejército nazi de zombies inicia su camino para terminar una misión que Hitler les asigno 70 años atrás; aunque el propio Martin y un peculiar escuadrón anti zombies están dispuestos a arruinarles sus planes.



Comentarios generales:

Contrario a muchos que la consideran como una de las mejores películas de zombies de los últimos años, a mí la primera entrega se me hizo bastante pobre en muchos aspectos y por ello veía con cierta duda una secuela. Sin embargo, conforme fue pasando el tiempo mi interés creció con tantos anuncios de su producción; especialmente por el hecho de que se convirtió en la película nórdica de terror más cara de toda la historia. Esto hacía suponer algo grande y así fue.

Wirkola no cambia ni por un momento el toque cómico que caracterizó a la anterior, pero en Red vs. Dead se encarga de magnificarlo (y pulirlo) de tal manera que ahora la película se siente mucho más ligera y sin escenas forzadas en donde muestre una obsesión por darnos a conocer cuáles son sus influencias. Además lo hace brindándole un enfoque totalmente diferente, dejando de lado la atmósfera de soledad y la sensación de desesperanza para darle paso a un escenario con tintes más épicos por medio del personaje de Martin; quien evoluciona de un tipo completamente intrascendente a un anti héroe que lidera a un grupo de freaks de la manera más atípica y menos convencional de todas hacia lo que básicamente se trata del último episodio de la segunda guerra mundial.

Tiene un ritmo muy fluido y el gore está a la orden del día. Aunque sin duda lo más interesante fue saber un poco más sobre los zombies nazis y su verdadero propósito debido a que esto no solo nos lleva por un largo camino de muertes muy divertidas, sino que ayuda a que el grado excesivo de violencia tenga sentido porque en esencia convierte a la historia en una sátira; sin decir que le brinda una dinámica completamente distinta. En cierto modo diría que aplica la fórmula que utilizo Raimi en Evil Dead 2 para hacer esto mucho más grande utilizando solo pequeños aspectos de la entrega inicial.

Mi única queja es todo lo que tiene que ver con el grupo de policías. Realmente no tienen ningún peso en el desarrollo de la historia, nunca se involucran de manera directa con los zombies y el comandante es un personaje fastidioso.

El final es una batalla a gran escala que dejará a todos contentos. Acción sin parar y mucha sangre.

En las actuaciones Hoel está muy bien en su papel, su manejo del humor es muy digerible y lo sabe mezclar a la perfección con determinados momentos “serios”; mientras que el resto del elenco es un complemento sólido para su dinámica. La producción deja ver en todo momento el importante presupuesto con el que contaron: el trabajo de fotografía es bastante espectacular (magnificado por los paisajes islandeses), el maquillaje de los zombies está impecable, cuenta con un trabajo de sonido destacado y sobre todo con un despliegue de efectos especiales enorme muy bien logrados; que utiliza tanto CGI como elementos clásicos.

* Hay una escena post-créditos

Opinión final: Red vs. Dead es extremadamente divertida. Supera a su antecesora en todo y nos regala una expansión sólida dentro un universo que inicialmente no parecía tener mucho.

Ojometro:
*****

sábado, 22 de febrero de 2014

Crítica: Help me, I am Dead (2013)


Película escrita y dirigida por el director alemán Andreas Bethmann. Se estrenó directamente en DVD y BR en Alemania durante el mes de octubre del año pasado; aunque su llegada a este lado del planeta sigue pendiente, pero ya se puede conseguir en ciertos sitios.

Sinopsis:

Jennifer (Margarethe von Stern) es una estudiante de psicología en silla de ruedas que se encuentra trabajando en un estudio para la universidad y se entera de una extraña historia de hace 75 años ligada a una casa abandonada. A pesar de las advertencias va a visitarla y para su sorpresa ahí sí puede caminar, pero con el paso de los días se dará cuenta que no es lo único raro de ese lugar.



Comentarios generales:

Creo que ya lo he mencionado antes, pero sin duda uno de los problemas que evitan que el cine de terror alemán evolucione es el hecho de que para todo quieren incluir a los nazis, esto sin importar si tiene sentido o no el hacerlo. Y aunque acepto que este tema brinda material más que suficiente para explotarlo, lo cierto es que se ha vuelto muy cansino.

En Help me, I am Dead los nazis también hacen acto de presencia, aunque a diferencia de otros trabajos aquí no tienen tanta relevancia y solo son utilizados para crear el punto central de la historia; algo que encontré positivo en un inicio, pero que con el paso de los minutos dejo de ser interesante. Ya que Bethmann se encarga de aburrirnos durante casi una hora mostrándonos a una chica explorando la casa por medio de un ritmo sumamente lento, tomándose un tiempo exagerado para realmente no decirte mucho en cuanto a los misterios de esta o sobre la mágica recuperación de la protagonista; de hecho, por momento se siente una película que no tiene un propósito muy claro.

Es para el inicio de la segunda hora cuando las cosas se tornan un poco más dinámicas, ya que la atmósfera creada poco a poco va surtiendo efecto y el tono que obtiene es mucho más oscuro, el cual piensas te conducirá a una historia de fantasmas cuyo principal propósito sea causarte muchos sustos, pero finalmente se va por otro camino. De pronto se añaden un par de villanos y muchísima más violencia que cambia todo, volviéndose más una historia de venganza medio extraña que claramente fue insertada para justificar el tiempo que dura la película; simplemente te das cuenta que dos horas fueron un exceso para algo que no daba para más y en el afán de querer corregirlo terminaron traicionando un concepto inicial en pos de ofrecer sucesos que se sienten fuera de lugar.

El final está ok. Funciona a cierto nivel y va muy acorde con lo que el director pretendía con toda su mescolanza, pero la verdad resulta poco espectacular.  

La actuación de Stern por momentos es poco creíble y le cuesta mucho trabajo reflejar sorpresa o miedo, lo cual termina afectando gracias a que un gran porcentaje de la película recae solamente en ella. En producción no esta tan mal: el trabajo de fotografía es adecuado y aunque algunos efectos lucen muy pobres (las apariciones del fantasma sobre todo), la mayoría logran el objetivo en las escenas fuertes.

Opinión final: Help me, I am Dead es bastante desilusionante. Tiene cosas interesantes, pero al final es más que nada una experiencia aburrida.

Ojometro:
**

sábado, 26 de octubre de 2013

Crítica: Outpost III: Rise of the Spetsnaz (2013)


Tercera entrega de la franquicia que significa el debut tras la cámara de Kieran Parker, quien había sido hasta ahora el productor de las dos anteriores. Precisamente el día de hoy salió en DVD en Alemania, pero al parecer su llegada a otros países aún no está definida o llegará hasta el 2014.

Sinopsis:

Todo tiene un origen, por ello en esta ocasión se nos mostrará como fueron creados por los nazis estos aterradores súper soldados zombies. Quienes tendrán que lidiar con una de las fuerzas militares rusas más rudas que existen: los Spetsnaz.



Comentarios generales:

Debo de iniciar comentando que realmente no importa si no han visto las dos primeras para comprender esta tercera entrega; de hecho, creo que podría ser benéfico que inicien su experiencia con Rise of the Spetsnaz dada la cronología.

Dicho esto, la verdad es más que claro el hecho de que Parker termino tomando el mando simplemente porque nadie más se animó a hacerlo, ya que Outpost entró en la etapa donde sacan entregas por inercia y sin tener un rumbo definido gracias a que la novedad de los zombies nazis es cosa vieja. Aquí en realidad una historia que podría generar interés al tratarse de los orígenes termina siendo completamente genérica e inclusive muy absurda, llena de incoherencias y poca claridad para el espectador; limitando todo a ver como unos súper zombies se enfrascan contra un súper soldado ruso (más mortal que Rambo) con varios alemanes interponiéndose en su camino.

La película de inicio a fin se siente sin ningún tipo de riesgo, lo cual en cierto modo va en contra de la idea original, además de que en esta ocasión se trata más sobre un escape que cualquier otra cosa. Arruinando así ciertos elementos que caracterizaban a las anteriores Outpost y convirtiéndola en un trabajo con pocas cosas memorables o elementos que la justifiquen como algo esencial.

El final es predecible, lo cual no es de sorprender considerando que es una precuela, pero aún así resulta poco convincente como detonante de lo que supuestamente desencadenará.  

En las actuaciones no esperen mucho, aunque posiblemente esta sea la mejor dentro de este departamento específicamente. En producción no está mal: está bien ambientada, el trabajo de sonido es bastante bueno y a pesar de no ser tan sangrienta si mantiene una considerable cantidad de líquido rojo en pantalla, aunque la caracterización de los zombies es en verdad muy pobre.

Opinión final: Esta es una película totalmente hecha para fans de la franquicia. No es algo horrible, pero tampoco la recordarán por mucho tiempo.

Ojometro:
**

domingo, 2 de diciembre de 2012

Crítica: Puppet Master X: Axis Rising (2012)


Decima entrega de la franquicia, la cual está dirigida por el eterno Charles Band. Como todas las películas anteriores salió directo en formato DVD y BR el pasado 9 de octubre, lo cual normalmente las hace un tanto complicadas de conseguir en México, pero aquí las pueden pedir si son de su interés.

Sinopsis:

La historia se liga inmediatamente a como terminó la entrega anterior y ve cómo Ozu, quien secuestra a Tunneler, se lo ofrece a un oficial nazi de nombre Moebius (Scott King) para que le perdone la vida. A partir de aquí se generará una serie de eventos para que Danny y Beth, en compañía de las demás marionetas, logren recuperarlo y evitar que los nazis se hagan de un arma muy poderosa.



Comentarios generales:

Bueno… no cabe duda que siguiendo esta cronología la franquicia seguirá muy alejada de lo que fue en sus inicios y, aunque creo que eventualmente se regresará a eso, todavía es muy temprano.

Es lo que es, pero definitivamente hay un problema muy evidente y ese es que las marionetas terminan pasando a segundo término. Realmente aparecen muy poco, lo cual es algo imperdonable cuando son precisamente estas el punto central de la franquicia.

Las actuaciones siguen rayando más en lo cómico: exageradas a más no poder. Mientras que en cuanto a factura realmente no ha existido mucho cambio desde hace algún tiempo, aunque las nuevas marionetas están bastante originales (soy fan absoluto de Kamikaze).

Opinión final: Puppet Master va en camino a convertirse en la franquicia de cine de terror más prolífica de la historia, lo cual es algo para resaltar ciertamente. Sin embargo, esta sin duda debe de ser una de las entregas más flojitas de todas y solamente se la recomiendo a aquellos que son fans y han visto las películas anteriores, ya que de lo contrario no van a entender qué diablos está pasando.

Ojometro:
**