Película dirigida por James
Franco y Pamela Romanowsky, cuyo guión fue co-escrito por los hermanos Adam y
Matt Rager. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 3 de marzo
dentro de los Estados Unidos, pero todavía no se sabe si saldrá en formato
físico o si llegará a otros mercados.
Sinopsis:
En Baltimore del siglo XIX una
chica afectada por la muerte prematura de sus padres se interna de manera voluntaria
en el Instituto Rosewood. Ya estando ahí será sometida a extraños y violentos
métodos que forman parte de un experimento de modificación de personalidad,
lavado de cerebro y control mental del cual tendrá que escapar.
Comentarios generales:
Cuando se reveló que el guión de
The Institute estaría, en parte, inspirado en eventos reales inmediatamente se
convirtió en una película de mi interés debido a que siempre me gusta realizar
cierta investigación con respecto a los hechos en los que alguna obra se basa.
Lo cual en este caso resultaba por demás atractivo dado a que lo que rodea al
Instituto Rosewood, más allá de estar sustentado en pruebas circunstanciales, podía
generar algo que se saliera de los convencionalismos que suelen presentarse en las
historias que se realizan en instituciones mentales, pero tristemente no fue
así.
Y es que el problema fundamental
que presenta es el hecho de que la idea base en la que se construye todo esto
ni siquiera son las acusaciones que giran en torno al instituto, sino el lavado
de cerebro, una situación que provoca que todo el tiempo se sienta un conflicto
evidente para Franco y Romanowsky al no saber exactamente cómo manejar de
manera equitativa ambos temas. Lo cual ocasiona que el primer acto sea bastante
aburrido al mostrarnos al personaje de Isabel experimentando situaciones que no
encajan con lo que esperabas ver y que en realidad se sienten bastante vacías
considerando que estas forman parte de un proceso aparentemente complejo del
cual nunca te logran brindar detalles claros para que entiendas lo que hay
detrás.
Situación que empeora una vez que
entramos al segundo acto, ya que para este punto la película empieza a mostrar
una estructura inusual en la que lo relacionado con el lavado de cerebro avanza
de manera acelerada, prácticamente llegando a lo que se siente como su clímax, mientras
que también empiezan a introducir aspectos del tráfico de mujeres por medio de
personajes secundarios que, así como los presentan, también los desaparecen. Provocando
que todo lo relacionado a este tema luzca más como simple relleno polémico; en
especial porque cada personaje o suceso ligado parecen más como una distracción
y no como aspectos relevantes para profundizar en la historia. Aunado a que
tampoco ayudan en la generación de terror.
La parte final probablemente sea
lo más atractivo considerando que es aquí cuando los directores ya no ponen
tanto énfasis en el lavado de cerebro y demás cosas que enreden las acciones,
dándole paso a una venganza que resulta entretenida de ver. Sin duda es la
parte más violenta, la que va a satisfacer la necesidad de sangre, pero también
deja algunas cosas en el aire que no ayuda a que el desenlace sea convincente.
La actuación de Allie Gallerani
(Isabel) no está mal, pero el hecho de que su personaje sufra tantos cambios radicales
de manera repentina, sin ningún tipo de explicación, vuelve difícil el tomarlo en
serio; mientras que el resto del elenco raya en lo caricaturesco o simplemente
resulta irrelevante. La producción es su punto más fuerte: el trabajo de
fotografía es bastante bueno, la dirección de arte presenta buenas cosas, el
score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy sencillos y la
labor de maquillaje tiene algunos aspectos interesantes.
Opinión final: The Institute es
decepcionante. Una película más del montón que pasará con más pena que gloria.
Ojometro:
**
**