viernes, 13 de julio de 2018

Crítica: The Manor (2018)


Primer largometraje del director Jonathon Schermerhorn, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Tom DeNucci, Glenn Jeffrey, Mike Messier y Matt O'Connor. Salió directamente en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de mayo.

Sinopsis:

Amy Hunter (Christina Robinson) acaba de salir del hospital psiquiátrico donde por varios años trataron sus problemas mentales y su madre cree que es buena idea llevarla a un lugar con una atmósfera familiar. Dicho lugar es una casa de huéspedes en la que solía pasar su infancia, pero pronto esta se verá asechada por una antigua fuerza demoníaca que desatará un baño de sangre.



Comentarios generales:

Cuando el principal punto de venta es la aparición de un ex luchador resulta claro que tu película no va para ningún lado y esa percepción difícilmente va a cambiar al ver que esta fue escrita por cuatro personas. Por eso mis expectativas con The Manor eran las más bajas que uno puede llegar a tener, realmente no esperaba nada y la vi dejando mi cerebro en blanco, pero ni siquiera con todas estas precauciones pude evitar llevarme una verdadera tortura.

Y es que hablar de lo que nos presenta Schermerhorn es difícil debido a que tiene muy pocas cosas que destacar, ya que la historia te la simplifican en la introducción para que a partir de ahí solo veas una serie de eventos completamente irrelevantes durante 45 minutos.

En serio, más allá de breves apariciones de un demonio con una de las peores caracterizaciones que haya visto, aquí no pasa nada. De hecho, pareciera que esta parte de la película solamente la escribieron solo para que Kevin Nash (el ex luchador) pudiera tener el suficiente tiempo en pantalla y así justificar su pago porque lo que ocurre no sigue una línea clara que te brinde información sobre el personaje de Amy o su aparente oscuro pasado.

Situación que no mejora con el pasar de los minutos, pero al menos una vez que ya está avanzado el segundo acto empieza a hacerse más palpable la sensación de peligro que la rodea. Aunque esto no significa mejoras importantes con respecto a lo visto previamente, en principal medida por la poca fluidez y porque todo lo mínimamente interesante se desarrolla de manera cortada; además de que la mayoría de las muertes son fuera de cámara.

La parte final es un revoltijo de ideas e improvisación para tratar de darle sentido a algo que no lo tuvo por más de una hora y que, como era de esperarse, no funciona. Todo se siente acelerado y sin coherencia alguna, al grado de que el giro presentado no logra generarte ningún tipo de reacción.  

Las actuaciones son muy malas, Christina Robinson como la protagonista es alguien sumamente débil y la mayoría de los secundarios solo están ahí de adorno para cuando se requiera alguna muerte o alguno que otro chiste sin gracia. La producción también es bastante pobre: el trabajo de fotografía es malo, el score limitado, el trabajo de sonido tiene fallos marcados, los efectos son básicos y la labor de maquillaje parece de atracción de feria. 

Opinión final: The Manor es muy mala. De la peores películas de 2018.

Ojometro:
*