viernes, 27 de septiembre de 2019

Crítica: Satanic Panic (2019)


Primer largometraje de la directora Chelsea Stardust, cuyo guión fue escrito por Grady Hendrix. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de septiembre, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 2 de octubre.

Sinopsis:

Sam (Hayley Griffith) es una repartidora de pizzas que se encuentra en la peor situación económica posible y peleará porque le den sus propinas. Así que durante su última entrega del día en una mansión no piensa irse sin una, aunque pronto se encontrará peleando por su vida ante un culto satánico que anda en búsqueda de una virgen para sacrificarla.  



Comentarios generales:

Una de las mejores noticias de los últimos años fue el regreso de Fangoria y con ello muchas de las cosas en las que históricamente ha estado involucrada, tal como es el caso de la producción y distribución de películas. Al final de cuentas se trata de un medio que lleva décadas promocionando al género de terror y siempre he tenido un gusto especial por los trabajos que apoyan directamente, así que cuando supe de Satanic Panic inmediatamente la puse en mi lista de imperdibles y la verdad es que no me ha decepcionado.

Y no es tanto porque sea una comedia revolucionaria ni nada por el estilo, sino porque lo que nos trae Stardust es una película divertida con la que puedes desconectar tu cerebro durante 90 minutos viendo como claramente es una directora que conoce bien el género. Presentándonos a una protagonista un tanto ingenua con la que sientes empatía casi de inmediato y sus vivencias para conseguir las propinas son el medio ideal para ir estableciendo rápidamente el tono que prevalecerá en esta historia que avanza a un ritmo veloz y en la que en cuestión de 20 minutos uno ya sabe cuál será el sustento de todas las acciones que vendrán más adelante.

Las cuales combinan humor y sangre de manera eficiente, generando así una dinámica entretenida en la que las muertes llegan rápido e incluso se muestran conflictos dentro del mismo culto que brindan material para que el desarrollo no resulte tan plano. Esto porque toda la segunda mitad se centra en capturar a Sam y gracias a dichos conflictos es como se construyen escenas con las que se tiene el propósito de incrementar el gore en pantalla, pero también brindarle un poco más de sustancia a nuestra protagonista por medio de una alianza que juega con el mensaje de los estatus sociales de manera un tanto superficial.

Es en la parte final donde flaquea, principalmente porque quieren añadir más cosas de las que se pueden manejar con cierta coherencia. Ocasionando que el evento que te han vendido durante casi hora y media como un suceso monumental quede parado como una mera anécdota mientras presentan una conclusión sacada de la manga que te deja con la sensación de que realmente todo lo ocurrido previamente no tuvo mucha importancia.

En las actuaciones podemos ver a algunas caras conocidas, aunque quienes se llevan los reflectores son Hayley Griffith (Sam), Ruby Modine (Judy) y especialmente Rebecca Romijn (Danica) como la villana principal. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte está bien cuidada, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es limpio, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje es aceptable.

Opinión final: Satanic Panic está entretenida. Película sin grandes pretensiones para pasar el rato y reírse.

Ojometro:
***

martes, 24 de septiembre de 2019

Crítica: Midsommar (2019)


Película escrita y dirigida por Ari Aster (Hereditary). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que en México hizo lo propio apenas el pasado 20 de septiembre. Recaudando hasta la fecha $36 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un grupo de amigos son invitados a pasar el verano en un festival dentro de una remota villa en Suecia. Al inicio parece que todo será un viaje llenó de placeres en la tierra de la luz eterna, pero pronto las cosas tomarán tintes siniestros cuando los pobladores empiecen a realizar actividades impactantes difíciles de creer.



Comentarios generales:

El año pasado Ari Aster irrumpió dentro del género de terror de manera explosiva con una película que algunos amaron y otros odiaron, pero que a nadie le fue indiferente. Ante esto obviamente su siguiente trabajo sería uno muy esperado gracias a que quedó bastante claro que su manera de hacer cine no es algo convencional y además muchos queríamos saber si lo de “Hereditary” no fue solo un golpe de suerte, pero después de ver Midsommar cualquier duda de mi parte ha sido eliminada.

Obvio con esto no quiero decir que a quienes no les gustó su trabajo previo ahora lo vayan a amar, para nada; de hecho, creo que difícilmente eso va a cambiar debido a que el director en está ocasión incluso reta mucho más al espectador con una historia que, irónicamente, es hasta cierto punto más convencional. Esto porque aquí en verdad se toma su tiempo para desarrollar lo que quiere contar, empezando por un extenso prólogo que se encarga de añadir sustancia a los personajes principales y expone de manera concisa el drama en el que se van a sustentar gran parte de sus acciones dentro de la villa.

Una villa que se podría decir que es un personaje por sí misma, ya que una vez que se trasladan las acciones a Suecia esta se vuelve una experiencia bastante surrealista ante tanta vida y colores que la rodean, contrastando así con lo que normalmente se esperaría considerando que se elimina un elemento fundamental dentro del género como lo es la oscuridad. Lo cual parece exótico, pero conforme van pasando los minutos esa belleza empieza a resultar inquietante ante el comportamiento de los habitantes, proporcionando así misterio y acumulando poco a poco unos niveles de tensión enormes que en cualquier momento pueden explotar.

Y créanme, cuando lo hacen es de la manera más brutal posible. No se guardan nada, todo es muy explícito e incluso grotesco, desatando así una oleada de rarezas dentro de una dinámica en la que se van revelando las excentricidades de esta comunidad por medio de situaciones cargadas de humor negro en las que no solo el timing es impecable, sino también la manera en la que se encuentran diseñadas para generar shock en el espectador sin que se pierda ese hipnotismo logrado por el aspecto visual que las envuelve.

Así las cosas avanzan de manera fluida y sin demasiados puntos muertos que puedan resultar problemáticos con el tiempo de duración, dejando el camino preparado para una parte final un tanto predecible, pero que ejemplifica la locura y la destrucción mental/emocional a la perfección. Donde el impacto es profundo ante la perturbadora naturaleza que existe detrás de los eventos y, sobre todo, se le da un cierre con muchísima fuerza a la problemática establecida desde el inicio.

Con respecto a las actuaciones quien se lleva las palmas es Florence Pugh (Dani) gracias a un personaje que es antipático por naturaleza, pero cuya destrucción progresiva es tremenda de ver y poco a poco va generándote cierta empatía. Mención aparte merecen todos los miembros de la villa, quienes desde el primer instante corren el riesgo de resultar caricaturescos; sin embargo, estos logran mantener un equilibrio adecuado y logran que su comportamiento, si bien por momentos te genere alguna risa, casi siempre te resulte perturbador o incomodo.

La producción es de grandísima factura: el trabajo de fotografía es magistral, la dirección de arte tiene un gran lujo de detalle, el score es bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos prácticos son estupendos y la labor de maquillaje cumple con lo necesario.

Opinión final: Midsommar es una gran película, de lo mejor de 2019. Un viaje brutal de emociones que sin duda no es para todo el mundo y generará mucha polémica.

Ojometro:
*****

viernes, 20 de septiembre de 2019

Crítica: In Fabric (2019)


Película escrita y dirigida por Peter Strickland, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en cines en el Reino Unidos durante el mes de junio, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 26 de agosto.

Sinopsis:

Durante las ventas del mes de enero dentro de la región de Thames Valley, un barato y embrujado vestido rojo pasa de persona a persona con devastadoras consecuencias para todos aquellos que se lo ponen.



Comentarios generales:

Cuando lees que habrá una película sobre un vestido embrujado lo primero que se te viene a la mente es el cine serie B, es algo inevitable ante lo absurdo que se escucha dicha premisa. Sin embargo, para mi sorpresa In Fabric estaba lejos de eso y de hecho sus pretensiones eran totalmente distintas al catalogarse más como una comedia de terror por sobre todas las cosas; aunque ciertamente para muchas personas puede que sea difícil identificarla bajo esa etiqueta.

Esto porque lo que nos regala Strickland es cine de autor muy marcado con el cual no pretende satisfacer a nadie más que a él mismo, ofreciendo así una historia que se puede decir que es una crítica al consumismo pero cuya estructura es tan extraña que resulta imposible para el espectador involucrarse de lleno con lo que está viendo. Ofreciendo así unos primeros 25/30 minutos que se sustentan mucho en lo visual, con un trabajo de fotografía inspirado en el cine de terror europeo de los 70s y 80s que ayuda a generar una atmósfera peculiar que sirve como distractor para que todo el tema del vestido no resulte tan ridículo e incluso uno pueda ir teorizando respecto a lo que hay detrás, a pesar de que muchas cosas no tienen sentido.

Lamentablemente ese efecto se empieza a perder con el pasar de los minutos y el ritmo se vuelve cansino de manera rápida gracias a que los eventos no te llevan para ningún lado, además de que los aspectos de terror psicológico que se fueron mostrando prácticamente desaparecen.

Para empeorar las cosas, justo a la mitad del metraje, el director toma una decisión extraña y toda la segunda parte de la película es prácticamente una historia distinta a la que se venía contando. Afectando con esto la crítica inicial al consumismo que se va perdiendo entre otras subtramas que se sienten muy forzadas gracias a su nula conexión con dicha critica; de las cuales varias de estas claramente fueron concebidas solo como un medio para integrar el humor tan particular del creador.

Es casi hasta el final cuando las cosas vuelven a tomar cierto rumbo y varios de los elementos que vimos en los minutos iniciales regresan, haciendo que el cierre tenga un elemento de locura y caos agradable. Aunque sin el suficiente peso como para salvarla de la mediocridad.

De las actuaciones tanto Marianne Jean-Baptiste (Sheila) como Susanna Cappellaro (Miss Lullworth) son las que más destacan, pero la historia misma no les permite brillar más allá de la actuación promedio. La producción tiene buenas cosas: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es sencilla, el score es sólido, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son simples y la labor de maquillaje no presenta demasiada complejidad.

Opinión final: La verdad In Fabric me aburrió. No le encontré nada interesante más allá de su rara premisa, aunque definitivamente puede tener un público allá afuera. 

Ojometro:
**

martes, 17 de septiembre de 2019

Crítica: The Dead Don't Die (2019)


Película escrita y dirigida por Jim Jarmusch (Only Lovers Left Alive). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, recaudando $13.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial. Mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 10 de septiembre.

Sinopsis:

El pacífico pueblo de Centerville y su pequeño cuerpo de policías tendrá que pelear contra una horda de zombies que de un día para otro empezaron a salir de sus propias tumbas.



Comentarios generales:

El que un director como Jim Jarmusch volviera a fijarse en el terror y más concretamente en los zombies fue algo que alegró a varias personas, sobre todo porque su trabajo anterior dentro del género no dejó a nadie indiferente. Y más aún cuando poco a poco se fue revelando un elenco estelar que hacía suponer que estábamos ante la próxima gran comedia de terror, la que podría marcar una nueva tendencia como en su momento lo hicieron otras; sin embargo, The Dead Don't Die está lejos, MUY lejos de eso.

Y es que Jarmusch nos trae una película con la cual aparentemente pensaba que solo le bastaba con su nombre y el de sus actores para sacarla adelante, mostrando nulas intenciones por hacer de esta historia algo más que un simple conjunto de referencias sin ningún tipo de propósito. Poniendo al espectador ante un escenario en el que las acciones transcurren con una pasividad desesperante y donde la presentación de los personajes se da de las formas más random posibles, sin un rumbo claro que defina la estructura más básica y, sobre todo, que justifique el humor tan inefectivo con el que cuenta.

Ya que estamos ante una comedia que no es divertida en lo absoluto y eso es un problema grave considerando que depende enormemente de la efectividad que pudiera llegar a tener en este sentido porque en general es una película que catalogaría como vacía. Donde el desarrollo de los personajes es inexistente y la dinámica del pueblo en todo momento te deja con la sensación de que no está pasando nada, esperando a que sea la mera presencia de los zombies la que pueda tapar de cierta forma eso sin demasiado éxito al utilizarlos de manera superficial u olvidándolos durante muertes (casi todas son fuera de cámara) que bien podrían haberse aprovechado para generar algún momento hilarante o por lo menos ciertas situaciones que destacaran en el aspecto visual.

Es hasta la parte final cuando más o menos se decide añadirle algo de vida a esto recurriendo al metacine, a un ligero incremento en la violencia e incluso a un detalle totalmente ajeno que provoca una sorpresa pasajera, pero ni así se puede salvar. Simplemente para este punto lo que ocurre te importa poco y ni siquiera durante el cierre se puede lograr que las acciones de los protagonistas tengan relevancia.

Las actuaciones son sin duda lo que te deja el peor sabor de boca, ya que quitando a Tilda Swinton, el resto del elenco está completamente desperdiciado. En verdad parece que la mayoría de los actores solo estuvo ahí para cobrar un cheque fácil porque sus personajes son desechables y los que cuentan con más tiempo en pantalla aplican la ley del mínimo esfuerzo.

La producción es lo que se salva: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte cumple, el score es un buen complemento, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son simples y la labor de maquillaje es sólida en su trabajo con los zombies.

Opinión final: The Dead Don't Die fue una tremenda decepción. Una comedia aburrida y sin nada de gracia.  

Ojometro:
**

viernes, 13 de septiembre de 2019

Crítica: Recovery (2019)


Primer largometraje del director John Liang, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Rashap. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 4 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Las pacientes y el staff medico de una recluido centro de tratamiento para drogas tendrán que pelear con algo más que sus propios demonios cuando un misterioso asesino empiece a matarlos uno por uno.



Comentarios generales:

Existen películas que no te provocan ningún tipo de reacción cuando ves su trailer o lees su sinopsis, simplemente asumes el riesgo de que el resultado puede ser extremo para bien o para mal y empiezas a verla. No es algo tan común pero suele ocurrir, sobre todo cuando te dedicas a escribir sobre cine durante todo el año y eso fue precisamente lo que me pasó con Recovery.

Un trabajo bastante mediocre con el cual Liang no hace su mejor presentación al regalarnos una historia con la que nunca es capaz no solo de ofrecer algo relativamente fresco, sino en añadirle por lo menos algo de viveza. Ya que desde el inicio lo que vemos no te transmite nada y para colmo el personaje principal (Ronnie) es extremadamente odioso como para que uno pueda sentir cierta curiosidad ante su situación, convirtiendo así el primer acto en un aburridísimo viaje con discusiones y peleas forzadas que tratan de añadir cierto contexto sin demasiado éxito.

Es hasta que se presenta la primera muerte cuando las cosas adquieren un tono distinto y evidentemente el misterio por saber quién es el asesino es lo que sustenta un segundo acto en el que tampoco pasa demasiado. Todo se sigue centrando en el errático comportamiento de Ronnie para generar dudas que por un momento resultan razonables, pero esto dura poco y pronto lo que vemos empieza tornarse sumamente repetitivo. Ocasionando así que los minutos que supuestamente tendrían que ser los más tensos solo queden parados como anecdóticos gracias a que solo proporcionan alguno que otro momento de impacto sin grandes consecuencias.

De la parte final por lo menos tengo que reconocer que la relevación de la identidad del asesino está bien manejada, incluso diría que es hasta algo sorpresiva y evidentemente lleva a la parte más dinámica de toda la película. Donde se puede ver más violencia pero en general solo se limita presentar persecuciones vacías y una resolución anticlimática.

Las actuaciones no son para destacar, Stephanie Pearson (Ronnie) como la protagonista nunca logra provocarte ningún tipo de empatía y la actitud de su personaje cansa como a los diez minutos; mientras que el resto del elenco solo está de adorno la mayoría del tiempo. La producción es pequeña: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte y el score son genéricos, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje simple.

Opinión final: Recovery es decepcionante. Película que pasará sin pena ni gloria y olvidarán en un par de días.

Ojometro:
**

martes, 10 de septiembre de 2019

Crítica: It: Chapter Two (2019)


Segunda parte que cuenta nuevamente con la participación de Andy Muschietti tras la cámara y el regreso de Gary Dauberman como el escritor del guión. Se estrenó en Estados Unidos y México (así como otros países) el pasado 6 de septiembre, recaudando $185 millones de dólares en taquilla  a nivel mundial.

Sinopsis:

27 años después de su primer encuentro con el aterrador Pennywise, el “Club de los Perdedores” ha seguido con sus vidas y han olvidado lo ocurrido; aunque una devastadora llamada telefónica hará que todos regresen a Derry para enfrentar su pasado.



Comentarios generales:

Tras el éxito arrollador que fue la primera parte, sin duda el panorama para It: Chapter Two era un tanto complejo debido a que por un lado tenía que cumplir con las expectativas inalcanzables que los productos mainstream suelen generar y por el otro tratar de brindar una continuación que fuera lo más apegada a un material de origen que de por si presenta muchas dificultades. Realmente existían diversos factores para que se diera un desastre de proporciones importantes, pero al final creo que el resultado terminó siendo uno disfrutable. 

Y es que en esta segunda parte es claro que Muschietti y Dauberman deciden tomar más riesgos ahora que no cuentan con la limitante de tener un elenco totalmente infantil, regalándonos así una película más violenta y oscura, cuya primera mitad es en verdad sobresaliente gracias a que logra combinar de gran manera los sucesos escritos por Stephen King con algunas escenas nuevas. Generando una dinámica entre el grupo de amigos que resulta muy natural y también una sensación de peligro importante ante las acciones de Pennywise que sin duda brindan un nivel de terror mucho mayor con respecto a la primera parte.

Este último aspecto siendo fundamental porque no solo se da por medio de un incremento en la violencia, sino que en general se muestra una mejor construcción en momentos clave cuando se empieza a recurrir de manera más constante a los flashbacks. Con los cuales se logra un buen balance y, sobre todo, no se realizan cambios bruscos con respecto al ritmo para que así cada encuentro con el payaso o sus distintas formas resulte efectivo, ya sea tanto con los niños como con los adultos.

Ante lo mencionado previamente todo transcurre sin demasiados problemas como por unos 110 minutos, pero una vez pasado este tiempo la película sufre de algunos altibajos. Principalmente porque la sensación de urgencia por mostrar muchas cosas en pantalla empieza a ser palpable y con esto llegan varios de los mayores cambios u omisiones al libro para lograr que todo encaje dentro del tiempo establecido; además de que se empieza a recurrir a un humor innecesario. Aunque afortunadamente nada es tan terrible como para dañar en demasía el producto general.

Llevando así a un final que me dejó un sabor agridulce. Ya que aunque si se apega un poco más al libro y cuenta con ese aire de evento trascendental, este también sufre de una enredosa elaboración que no deja que el conflicto fluya como debería; añadiéndole situaciones que en realidad no aportan nada y solo alargan un enfrentamiento que tendría que ser más directo para lograr un mayor impacto.

Las actuaciones son geniales, la verdad es que la elección del elenco adulto fue igual de impecable que el del infantil: James McAvoy, Jessica Chastain, Bill Hader, James Ransone, Jay Ryan e Isaiah Mustafah están impecables y verdaderamente sientes que son una extensión natural de los niños. Mientras que Bill Skarsgard sigue haciendo una labor muy sólida como Pennywise, ofreciendo algunos momentos realmente aterradores.

En cuanto a producción mantiene la gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte genial, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido es impecable y la labor de maquillaje es de primer nivel. Solo algunos efectos en la parte final dejan algo que desear con un CGI que no resulta del todo adecuado.

Opinión final: It: Chapter Two me gustó. Tiene varios de los mismos problemas que la primera parte, pero el producto en general lo disfruté más.

Ojometro:
****

viernes, 6 de septiembre de 2019

Crítica: Darlin’ (2019)


Película escrita, dirigida y co-protagonizada por Pollyanna McIntosh, la cual significa su debut tras la cámara. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de julio, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de ser encontrada en un hospital, la salvaje adolescente conocida como Darlin (Lauryn Canny) es llevada a una casa hogar manejada por un obispo y sus obedientes monjas para rehabilitarla y demostrar el milagroso trabajo de la iglesia. Aunque lo que no saben es que la joven no está sola, ya que la mujer salvaje que la crio hará todo lo posible para recuperarla.



Comentarios generales:

Si hace diez años alguien me hubiera preguntado si creía que “Offspring” era el inicio de una trilogía me hubiera reído bastante, vamos… incluso si alguien me hubiera preguntado en 2011 si “The Woman” iba a tener una secuela mi reacción hubiera sido la misma. Sin embargo, este negocio da muchas vueltas y en el género de terror todo es posible, así que mientras exista alguien interesado en realizar determinada película de alguna u otra forma esta verá la luz y ciertamente el que Darlin’ lo haya hecho es algo que por lo menos merece ser atendido.

Esto porque claramente se trata de un proyecto muy personal por parte de Pollyanna McIntosh, quien opta por traernos una secuela que se siente más como una espiritual y no tanto como una directa gracias a que la conexión con su predecesora es realmente frágil. Ofreciendo así una historia que durante los primeros 40 minutos resulta bastante caótica y con poca identidad al nunca encontrar un balance adecuado para presentar la re-adaptación de Darlin a la sociedad civilizada y las acciones violentas de la madre, generando con esto un ritmo extraño que nunca deja que las acciones fluyan de manera correcta.

Es hasta el segundo acto cuando las cosas se estabilizan y en gran medida se debe a que la crítica hacia la iglesia se vuelve el centro de atención, aunque al hacer esto prácticamente la película se vuelve un drama en donde poco a poco todo lo referente al terror va desapareciendo. Obviamente existe alguno que otro elemento que aporta sangre e impacto, pero en realidad se sigue un camino recto, incluso diría predecible; con el cual se diseña todo para explotar el morbo por saber en su totalidad las intenciones del obispo y por ver si en algún punto Darlin regresa a sus raíces salvajes.

Llevando así a una parte final en la que se revela algo que termina por quitarle cierto interés al tema del obispo. Aunque por otra parte se logra construir un cierre con cierta fuerza en la que la violencia vuelve a estar presente y brinda una conclusión lógica para los dos personajes centrales. 

En cuanto a las actuaciones McIntosh no ofrece algo muy distinto a lo que vimos previamente y su rol es limitado, mientras que el resto del elenco lo hace bien; en especial Lauryn Canny como su “hija” salvaje. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje acertada.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Darlin’ está aceptable. Película recomendable más que nada para fans de las dos anteriores.

Ojometro:
***

martes, 3 de septiembre de 2019

Crítica: Gwen (2019)


Película escrita y dirigida por William McGregor, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro del Reino Unido durante el mes de julio, mientras que en los Estados Unidos hizo lo propio en VOD el pasado 16 de agosto. Todavía no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Luchando contra la misteriosa enfermedad de su madre, la ausencia de su padre y con una compañía minera que trata de quitarles su tierra, la joven Gwen (Eleanor Worthington-Cox) pronto empezará a notar como una peculiar oscuridad rodea su casa y su comunidad se pone en contra de su familia.



Comentarios generales:

Con el éxito que significó “The Witch” las películas de época dentro del género de terror tomaron un nuevo aire, así que no es tan raro que salgan propuestas que quieran ser la nueva referente dentro de esta clase de cine. Lo malo es que lograr este objetivo no es algo tan simple, sobre todo porque se trata de películas que apuestan por una fórmula que básicamente actúa como repelente para un porcentaje importante de la audiencia, convirtiéndolas así en unas de nicho y Gwen creo que es un claro ejemplo de esto.

Ya que lo que ofrece McGregor apuesta completamente por explotar la atmósfera e ir construyendo bajo un ritmo lento una historia deprimente con la que desde el primer minuto el espectador comprenda que la situación de Gwen es la peor posible y así establecer el tono predominante desde muy temprano. Centrándose más que nada en una dinámica familiar en la que las fricciones son constantes y en donde se da a conocer la problemática de la compañía minera, la cual durante el primer acto no representa gran peligro pero su simple presencia hace que uno empiece a dudar de ciertas situaciones en las que podría o no estar detrás.

Y es que aquí estamos ante una película en donde nada es claro y prácticamente todo se deja a la interpretación una vez que el estado físico de la madre empeora, utilizándola como el medio para ir integrando elementos que puedan generar momentos de relativo impacto o sospecha. Sobre todo porque te dan breves indicios de que, tal vez, ella podría ser más de lo que aparenta y en base a esto gira prácticamente un segundo acto con tintes mucho más trágicos en los que se expone el conflicto pero tampoco se hace demasiado como para elevar la intensidad de las cosas y todo sigue avanzando a un ritmo que no ayuda al desarrollo general.

La parte final no la la encontré mala, pero si poco satisfactoria. Para este punto uno espera que tanto sufrimiento por lo menos lleve a una situación que logre cambiar un poco la dinámica y deje atrás por algunos instantes la pasividad en las acciones; sin embargo, aunque tratan de hacerlo, el resultado termina siendo pobre y la conclusión te deja con una sensación de indiferencia muy fuerte cuando, en teoría, tendría que ser todo lo contrario.

Las actuaciones son correctas, realmente nadie destaca porque tampoco se trata de una película que exija demasiado a su elenco. La producción cumple: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte correcta, el score es sólido, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son mínimos y la labor de maquillaje solo atiende aspectos básicos.

Opinión final: Gwen está ok. Si tienen un nivel de paciencia alto seguro la disfrutarán, pero si no, lo mejor es que la eviten.

Ojometro:
***