viernes, 31 de marzo de 2017

Crítica: Tenemos la carne (2017)


Película escrita y dirigida por el mexicano Emiliano Rocha Minter, la cual significa su primer largometraje. Salió directamente en DVD dentro de los Estados Unidos a finales del mes de febrero, mientras que aquí en México se estrenó de manera muy limitada en cines el pasado 24 de marzo.

Sinopsis:

Después de deambular por una ciudad en ruinas buscando comida y refugio, un par de hermanos logran adentrarse a uno de los últimos edificios que quedan en pie. Ahí encontrarán a un extraño individuo, quien les hará una peligrosa oferta para que sobrevivan al mundo exterior.



Comentarios generales:

Desde que salió el primer trailer se podía intuir que Tenemos la carne estaba destinada a la polémica, mucho más cuando se supo que en algunos festivales los asistentes se estaban retirando a la mitad de su exhibición. Incluso debo de decir que el simple hecho de que obtuviera distribución en México sin generar gran revuelo me sorprendió mucho, ya que se trata de una de las películas más desafiantes para el público general que he visto en años recientes; aunque no precisamente con los resultados más efectivos.

Y es que Minter no se guarda absolutamente nada en la que es su ópera prima, una que inicia de la manera más desconcertante posible al establecer un escenario apocalíptico sin presentar nada del mundo exterior para centrarse en las incomprensibles acciones de un peculiar hombre que, al menos de entrada, parecen simples métodos de intercambio. Hasta ahí todo va más o menos normal, pero una vez que se introduce a los hermanos las cosas empiezan a obtener un tono muchísimo más oscuro y los elementos controvertidos salen a la luz; generando así una pequeña sensación de incomodidad por lo que el personaje que funge como “villano” pretende hacer para satisfacer algo que se percibe como un simple deseo suyo.

Esto provoca que durante unos 25/30 minutos el interés este presente; sin embargo, una vez que el director suelta la riendas por completo y el elemento sexual toma el mando, la película se cae por completo para nunca recuperarse. Ya que a partir de aquí realmente todo se trata de provocar una sensación de shock constante por medio de contenido explicito y grotesco, donde pocas cosas tienen sentido durante lo que se convierte en un viaje de líquidos, masturbaciones, una chica que se revuelca con todo lo que este a su alrededor y demás perversiones que se encuentran complementadas con una peculiar selección musical, así como (en la mayoría de los casos) de una estilizada presentación visual; cuya meta es ser provocativas al máximo nivel posible, pero que al final se vuelven en extremo aburridas de ver.

La parte final cuenta con lo que técnicamente se podría decir que es su lapso más violento y debo de admitir que la escena que se centra en el gore es por demás llamativa gracias a diversos elementos que la integran. Aunque quitando eso todo sigue igual al presentar más impacto visual que sustancia; incluso el intento por sorprenderte en su conclusión resulta inefectivo.

En las actuaciones quien se lleva los reflectores es Noé Hernández con su personaje de Mariano, quien es ciertamente carismático y de no ser por él las cosas hubieran sido mucho menos digeribles. La producción está ok: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte resulta adecuada, la música está bien seleccionada y los efectos son mínimos, aunque hay uno al final que si se ve muy lamentable.

Opinión final: Tenemos la carne es shock sin propósito alguno. Difícilmente la recomendaría, pero es esa clase de cine experimental con el cual cada quien tendrá una experiencia distinta.

Ojometro:
**

martes, 28 de marzo de 2017

Crítica: The Institute (2017)


Película dirigida por James Franco y Pamela Romanowsky, cuyo guión fue co-escrito por los hermanos Adam y Matt Rager. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 3 de marzo dentro de los Estados Unidos, pero todavía no se sabe si saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

En Baltimore del siglo XIX una chica afectada por la muerte prematura de sus padres se interna de manera voluntaria en el Instituto Rosewood. Ya estando ahí será sometida a extraños y violentos métodos que forman parte de un experimento de modificación de personalidad, lavado de cerebro y control mental del cual tendrá que escapar.  



Comentarios generales:

Cuando se reveló que el guión de The Institute estaría, en parte, inspirado en eventos reales inmediatamente se convirtió en una película de mi interés debido a que siempre me gusta realizar cierta investigación con respecto a los hechos en los que alguna obra se basa. Lo cual en este caso resultaba por demás atractivo dado a que lo que rodea al Instituto Rosewood, más allá de estar sustentado en pruebas circunstanciales, podía generar algo que se saliera de los convencionalismos que suelen presentarse en las historias que se realizan en instituciones mentales, pero tristemente no fue así.

Y es que el problema fundamental que presenta es el hecho de que la idea base en la que se construye todo esto ni siquiera son las acusaciones que giran en torno al instituto, sino el lavado de cerebro, una situación que provoca que todo el tiempo se sienta un conflicto evidente para Franco y Romanowsky al no saber exactamente cómo manejar de manera equitativa ambos temas. Lo cual ocasiona que el primer acto sea bastante aburrido al mostrarnos al personaje de Isabel experimentando situaciones que no encajan con lo que esperabas ver y que en realidad se sienten bastante vacías considerando que estas forman parte de un proceso aparentemente complejo del cual nunca te logran brindar detalles claros para que entiendas lo que hay detrás.

Situación que empeora una vez que entramos al segundo acto, ya que para este punto la película empieza a mostrar una estructura inusual en la que lo relacionado con el lavado de cerebro avanza de manera acelerada, prácticamente llegando a lo que se siente como su clímax, mientras que también empiezan a introducir aspectos del tráfico de mujeres por medio de personajes secundarios que, así como los presentan, también los desaparecen. Provocando que todo lo relacionado a este tema luzca más como simple relleno polémico; en especial porque cada personaje o suceso ligado parecen más como una distracción y no como aspectos relevantes para profundizar en la historia. Aunado a que tampoco ayudan en la generación de terror.

La parte final probablemente sea lo más atractivo considerando que es aquí cuando los directores ya no ponen tanto énfasis en el lavado de cerebro y demás cosas que enreden las acciones, dándole paso a una venganza que resulta entretenida de ver. Sin duda es la parte más violenta, la que va a satisfacer la necesidad de sangre, pero también deja algunas cosas en el aire que no ayuda a que el desenlace sea convincente.

La actuación de Allie Gallerani (Isabel) no está mal, pero el hecho de que su personaje sufra tantos cambios radicales de manera repentina, sin ningún tipo de explicación, vuelve difícil el tomarlo en serio; mientras que el resto del elenco raya en lo caricaturesco o simplemente resulta irrelevante. La producción es su punto más fuerte: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte presenta buenas cosas, el score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy sencillos y la labor de maquillaje tiene algunos aspectos interesantes.

Opinión final: The Institute es decepcionante. Una película más del montón que pasará con más pena que gloria.

Ojometro:
**

viernes, 24 de marzo de 2017

Crítica: Lavender (2017)


Película dirigida por Ed Gass-Donnelly (The Last Exorcism: Part II), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Colin Frizzell. Se estrenó el pasado 3 de marzo de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos, aunque no se sabe si saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados. 

Sinopsis:

Cuando una fotógrafa (Abbie Cornish) sufre de pérdida de memoria por un traumático accidente, extrañas pistas dentro de sus fotos empiezan a sugerir que posiblemente ella fue la responsable de la muerte de su familia. Una que ella simplemente no recordaba que tenía.



Comentarios generales:

Los thrillers pequeños son un volado debido a que reciben tan poca promoción que al final muchas veces uno no sabe con qué se va a encontrar y eso termina beneficiando el visionado de manera inicial. Tal es el caso de Lavender, la cual ciertamente es una propuesta pequeña cuya principal ventaja ante el espectador es no tener muchos reflectores encima para poder guardar los secretos de manera efectiva y, en base a eso, ofrecer algo disfrutable a pesar de ciertas obsesiones que no la benefician.

Realmente lo que nos trae Gass-Donnelly es una historia que se sustenta casi en su totalidad en el personaje de Jane, uno que desde el primer instante estará rodeado de dudas y misterios que hacen complicado sentir empatía por ella al ser puesta como alguien con muchos problemas que, al menos de inicio, indican que será la responsable de todo lo malo que está por venir. Algo que se acentúa mucho más al ponerla junto a un par de personajes (su familia) que son completamente lo opuesto y resultan el soporte perfecto para generar un balance adecuado durante el primer acto; sobre todo una vez que esta pierde la memoria.

Ya entrados en los 30/35 minutos y con la perdida de la memoria jugando un papel importante es cuando la película llega a su punto más elevado, ya que es a partir de aquí donde verdaderamente cada situación empieza a tejer poco a poco algo mucho más grande. Todo esto bajo un ritmo bastante pausado que el director aprovecha para construir escenas de suspenso efectivas por medio de Jane o la pequeña Alice, las cuales logran en todo momento no solo proporcionar la tensión suficiente, sino también que uno tome interés por saber cómo se resolverá este problema dado a que ahora involucra elementos que al principio no parecían tan fundamentales.

Un aspecto que tristemente también afecta debido a que llega un punto en donde cada cinco minutos se integra una pista nueva que no permite comprender de buena manera el pasado de la protagonista al generar memorias tan confusas. Evidentemente todo pensado bajo la idea de elevar el grado de misterio, pero que en determinado momento resulta excesivo y provoca que se sientan metidas con calzador.

La parte final es agradable. Ciertamente descifrar lo que pasó no es tan complicado si se unen ciertas piezas y una cuestión que está ligada al aspecto paranormal resulta poco convincente, pero al presentar sucesos del pasado le brindan una fuerza importante que ayuda a que el desenlace sea gratificante.

De las actuaciones realmente todo recae Abbie Cornish y no lo hace nada mal, ya que durante 90 minutos logra generarte ese conflicto sobre si debes sentir empatía por su personaje o desconfiar por completo de ella. La producción es sólida: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es discreta, el score es lo mejor de la película, el trabajo de sonido cumple y la cuestión de efectos/maquillaje es muy limitada.

Opinión final: Lavender está ok. Un thriller interesante que lamentablemente añade demasiadas cosas que no necesitaba y eso la termina afectando.  

Ojometro:
***

lunes, 20 de marzo de 2017

Crítica: Los Parecidos (2016)


Película escrita y dirigida por Isaac Ezban (El Incidente). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de México en octubre del año pasado y un mes después lo hizo en VOD dentro de los Estados Unidos. Todavía no se sabe cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En la noche lluviosa del 2 de octubre de 1968, ocho personas se encuentran esperando en una remota estación de autobuses uno que los lleve a la Ciudad de México, pero durante su espera todos empezarán a experimentar un aterrador y extraño fenómeno.



Comentarios generales:

El cine de terror mexicano en años recientes ha dado muestras de que quiere resurgir y aunque todavía queda mucho camino por recorrer las señales son, por lo menos, alentadoras. Sin embargo, los problemas siguen siendo demasiados y probablemente el más crítico de todos es el tema de la distribución; uno que Los Parecidos sufrió como pocas películas al contar con una que rayó en lo ridículo por lo limitadísima que fue, lo cual provocó que prácticamente nadie pudiera verla cuando estuvo en cines y la verdad es una pena porque es de lo mejor que ha dado el cine nacional en mucho tiempo.

Antes que nada hay que decir que lo que nos trae Ezban es una combinación de ciencia ficción con terror que en todo momento muestra que su principal influencia es The Twilight Zone al presentar una estética y estructura que, al menos de inicio, se apegan muchísimo a las del legendario programa de televisión. Aspecto que sin duda apega a la nostalgia, pero utilizando como base la paranoia ocasionada por el movimiento estudiantil de 1968 esta historia poco a poco va obteniendo su propia identidad al presentar personajes llamativos a quienes envuelve en una situación por demás peculiar que te va absorbiendo de manera efectiva con el paso de los minutos no solo por medio de la intriga que generan todos los extraños sucesos, sino también por la increíble atmósfera que se logra construir.

En general la película avanza de manera fluida y, salvo por breves lapsos en donde la trama se vuelve algo enredada, siempre logra proporcionar el misterio suficiente para que el espectador quiera saber más con respecto a lo que está ocurriendo. Todo bajo un tono un tanto oscuro, pero que por momentos también logra proporcionar un humor particular por medio de situaciones exageradas y en especial por algunos elementos de la producción como los efectos o el maquillaje que le brindan un toque acorde a la época en la que se desarrolla; además de que involucran cierto gag fundamental que no pienso revelar por aquí.

La parte final es gratificante porque dicho gag es finalmente explicado y todas las piezas del rompecabezas empiezan a caer en su lugar de manera natural para provocar un desenlace bastante loco sí, pero que en el fondo resulta aterrador. Igualmente, juega con la teoría de que lo ocurrido está ligado con otras tragedias que sucedieron en México y el mundo; así como confirmar que tiene conexión con el trabajo previo del director.

Con respecto a las actuaciones puedo decir que son sólidas, tal vez en ciertos puntos un tanto exageradas, pero cumplen perfectamente el propósito general. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es excelente, la dirección de arte bien cuidada, el score es agradable, el trabajo de sonido es impecable, los efectos en su mayoría son prácticos bien hechos y la labor de maquillaje resulta un tanto cómica, pero eso era parte de lo que querían lograr.

Opinión final: Los Parecidos es sumamente disfrutable. Una propuesta fresca que el cine de terror mexicano necesitaba.  

Ojometro:
****

sábado, 18 de marzo de 2017

Crítica: Arbor Demon (2017)


Película dirigida por Patrick Rea (Nailbiter), quien comparte créditos junto a  Michelle Davidson como co-escritor del guión. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de febrero y su salida en formato físico está anunciada para el 18 de abril.

Sinopsis:

Una mujer aventurera que le guarda un importante secreto a su esposo insiste en que ambos vayan de campamento al bosque para tratar de reconectarse. Estando ahí  presencian como “algo” mata a un grupo de cazadores y este evita que puedan salir de su tienda de campaña; iniciando así una peligrosa revelación de secretos e historias fantásticas que los pondrán a pensar sobre cuál es la verdadera amenaza.



Comentarios generales:

No tuvo que pasar mucho tiempo para que viera otra película localizada en un bosque, aunque en esta ocasión se trataba de una de la que realmente tenía poco conocimiento y eso me generaba más interés. Sin embargo, con Arbor Demon las cosas no fueron muy distintas, ya que más allá de contar con un elemento peculiar que le da algo de originalidad, se trata de otro trabajo con los problemas habituales.

Rea construye fundamentalmente la primera mitad de la película bajo un concepto básico: una pareja completamente fuera de sintonía. Integrando alguno que otro elemento para dejar en claro que es una película de terror, pero toda su atención en esta parte se centra en hacer de la relación el foco de atención a base de puro dialogo y a la evidente tensión que existe entre ambos con respecto al tema por el cual Dana guarda el secreto; uno que no es difícil de descubrir, pero que el director trata de hacerlo mucho más evidente bajo el propósito de establecer la relevancia que jugará más adelante.

Todo lo anterior no suena muy emocionante, pero la verdad es que la dinámica entre ambos actores ayuda que las cosas fluyan de manera rápida y se sientan muy naturales; aunque al alejarse tanto del camino del terror la falta de interés se empieza a hacer presente. Lo cual termina afectando la revelación de la amenaza debido a que el impacto que se supone debería de tener se siente muy pequeño y eso empeora cuando se decide integrar a un tercer personaje para regresar nuevamente a la dinámica centrada en el dialogo que no ayuda a tener grandes avances gracias a que es a partir de aquí cuándo se empiezan a jugar con temas fantásticos mucho más complejos que no pueden ser mejor explotados gracias a la limitante que representa el escenario. Provocando así una falta de identidad evidente.

Los últimos 15 minutos son bastante potentes y el hecho de que las criaturas finalmente sean expuestas le añade ese toque fantástico con el que se estuvo jugando en los minutos previos. Además explican de manera no tan confusa los motivos por los cuales se dieron todos estos sucesos y eso ayuda que el final sea más efectivo.

Las actuaciones no están nada mal, Fiona Dourif (Dana) y Kevin Ryan (Charles) tienen muy buena química y es gracias a eso que la primera mitad no es insufrible; mientras que Jake Busey (Sean) no desentona en lo absoluto. La producción es pequeña: el trabajo de fotografía está ok, el score cumple, el trabajo de sonido es efectivo, los efectos son muy simples y la labor de maquillaje es de buena factura en la caracterización tan extraña de la amenaza.

Opinión final: Arbor Demon es decepcionante. Una película que nunca sabe por qué apostar  y termina cayendo en lo genérico por eso.

Ojometro:
**

martes, 14 de marzo de 2017

Crítica: Devil in the Dark (2017)


Película dirigida por Tim Brown (The Cradle) y escrita por Carey Dickson. Se estrenó directamente en VOD el pasado 7 de febrero dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Adam (Robin Dunne) y Clint (Dan Payne) son dos hermanos distanciados que tratan de mejorar las cosas al salir durante un fin de semana de cacería en la Columbia Británica, pero su reunión se verá afectada cuando una misteriosa presencia los empiece a perturbar dentro del bosque.



Comentarios generales:

En este punto sería absurdo quejarme sobre el hecho de situar historias en el bosque debido a que es un escenario que por años ha sido recurrente dentro del género, pero la verdad es que últimamente  las películas que se realizan dentro de bosques por lo regular me generan más dudas que certezas. Esto porque la mayoría siguen un patrón similar que da la sensación nadie se atreve a desafiar por miedo a arruinar una fórmula simple que facilita muchas cosas y tristemente Devil in the Dark no será una de las primeras en hacerlo.

Y es que lo que nos trae Brown es más un drama que una película de terror, al menos durante casi 50 minutos. Donde gran parte de su atención se centra en ir desarrollando a fuego muy lento esta tensa relación entre hermanos que básicamente son dos desconocidos al inicio y que por medio de distintas conversaciones, así como de algunos flashbacks, es como el espectador debe de entender los motivos detrás de todo esto. Lo cual debo de decir que si logra brindar alguno que otro momento gracioso, pero en general hace de toda la primera mitad bastante aburrida debido a que los avances son mínimos y el director no muestra intención alguna para cambiar el ritmo.

Provocando así que las cosas no mejoren de manera sustancial ya avanzados los minutos y que en algún punto todo se limite a presentar lo mismo en repetidas ocasiones mientras se trata de dejar en claro que la historia, más que centrarse en un monstruo dentro del bosque, es sobre estos dos hermanos y los resentimientos que han guardado por años. Situación que no encontré como algo desastroso, pero que nunca logra funcionar ante la falta de contenido y porque realmente la mezcla con el tema de la criatura que los asecha nunca se siente orgánica, sino más bien como dos ideas distintas que decidieron acoplar para ver si salía algo interesante.

La parte final presenta una mayor intensidad, pero todo resulta tan confuso que realmente uno no puede involucrarse de lleno con la situación porque nunca te brindan una explicación sólida con respecto a lo que ocurre y eso termina por afectar el producto en general. Especialmente el impactante suceso en la última escena; que te deja muy en claro que falto “algo”, pero no sabes qué. 

Las actuaciones no están mal, tanto Dunne como Payne logran lo necesario para hacer bastante creíble su tensa relación y con ello volver un poco más digerible gran parte de la película. La producción está bien para ser un filme independiente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es simple, cuenta con un buen trabajo de sonido y la labor de maquillaje apenas se puede apreciar.

Opinión final: Devil in the Dark es aburrida. Un filme independiente con buenas intenciones que falla en tratar de generarte interés. 

Ojometro:
**

domingo, 12 de marzo de 2017

Top 10: Mejores episodios de Buffy the Vampire Slayer


Este pasado 10 de marzo se cumplieron 20 años del estreno del primer episodio de Buffy the Vampire Slayer, una de las series más influyentes e importantes del género de terror. 

La cual, junto a Blade y From Dusk Till Dawn, marcó una evolución fundamental a finales de los 90s para entender el cine de vampiros como lo conocemos hoy en día y que a pesar de tener 14 años de haber terminado sigue siendo muy recordada por los fans; quienes todavía no pierden la esperanza de poderla ver de regreso algún día.

Así que para celebrar este acontecimiento dejo los que a mi parecer son los 10 mejores episodios de esta legendaria serie.

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Mención honorifica:

- “Tabula Rasa” (Temporada  6, Episodio 8)
- “Becoming: Part 1” (Temporada 2, Episodio 21)
- “Angel” (Temporada 1, Episodio 7)
- “Seeing  Red” (Temporada 6, Episodio 19)
- “The Zeppo” (Temporada 3, Episodio 13)
- “Restless” (Temporada 4, Episodio 22)
- "Doppelgangland" (Temporada 3, Episodio 16)


10.- “Chosen” (Temporada 7, Episodio 22)


Un final que tiene de todo: regreso de personajes, emociones, muertes sorpresivas, una batalla épica y, sobre todo, un desenlace que en verdad se siente como algo por el cual valió la pena seguir la serie por siete largos años.


9.-  “Passion” (Temporada 2, Episodio 17) 


Evil Angel en su máxima expresión para lograr uno de los primeros episodios en verdad oscuros que demostraban que la dirección de la serie iba por un camino distinto al que pensábamos.


8.- "Once More, with Feeling"(Temporada 6, Episodio 7)


Si, el episodio musical no debe de faltar aquí. Uno que pudiera parecer un simple ejercicio pintoresco, pero que en el fondo contiene mucha más sustancia al revelar secretos importantes de todos los personajes.


7.- “The Wish” (Temporada 3, Episodio 9)


Una versión alternativa de Sunnydale más oscura, violenta y salvaje. Donde por primera vez se juega con el “qué hubiera pasado” utilizando al personaje menos evidente y ¡que matan a la mitad del episodio!


 6.- "Graduation Day: Part 2” (Temporada 3, Episodio 22)


Un cierre de temporada espectacular que en cierta manera marca el brinco de la adolescencia a la “adultez” en todos los sentidos para el show y sus personajes. Además de que significó la última aparición de Angel y Cordelia.


5.- “The Gift” (Temporada 5, Episodio 22)


Irónicamente este episodio, que fue diseñado como un posible final definitivo para la serie, terminó siendo el que mejor manejó todo el concepto de lo que significaba ser una cazadora de vampiros con la impactante conclusión de la batalla más importante hasta ese momento para nuestra heroína. 


4.- “Innocence” (Temporada 2, Episodio 14)


Tal vez Innocence sea el episodio más desgarrador de todos gracias a su giro inesperado que nos trajo el renacer de Evil Angel y que presentó por primera vez a una Buffy emocionalmente quebrada ante el hecho de saber que uno de los momentos más felices de su vida desató un peligro para ella, sus amigos y el mundo entero.


3.- “Hush” (Temporada 4, Episodio 10)


Probablemente el episodio más original de toda la serie y también uno de los más tétricos (hola The Gentlemen). El cual se centra en el silencio para obligar a los personajes a actuar de una manera distinta a lo normal y así generar momentos que resultan genuinamente hilarantes de ver gracias a la creatividad mostrada por los escritores.


2.- “Becoming: Part 2” (Temporada 2, Episodio 22)


Un cierre magistral para la que es la mejor temporada de Buffy the Vampire Slayer.

No solo se trata de un episodio que juega con el tema de los grandes sacrificios que en ocasiones se tienen que hacer para salir adelante de una situación adversa, sino que además significó un punto de quiebre para la serie al establecer el tono que manejaría por las temporadas restantes y mandar un claro mensaje de que ya no sería únicamente un simple show de matar vampiros. 


1.- “The Body” (Temporada 5, Episodio 16)


Curiosamente el mejor episodio de la serie es uno que se sale por completo del esquema tradicional; donde la muerte sigue siendo el tema principal, pero en esta ocasión no tiene absolutamente nada que ver con vampiros o demás cuestiones supernaturales. Simplemente un recordatorio de que todos vamos a morir algún día y eso es inevitable.

La escena inicial es desgarradora y por 45 minutos se nos muestra a la Buffy más humana e indefensa posible ante una situación de la cual no tiene control alguno y que ninguna de sus cualidades como caza vampiros podrá resolver. 

jueves, 9 de marzo de 2017

Crítica: The Rezort (2016)


Película dirigida por Steve Barker (Outpost, Outpost: Black Sun), cuyo guión fue escrito por Paul Gerstenberger. Se estrenó en cines a mediados del año pasado en Asia y salió en formato físico en Alemania durante el mes de septiembre, mientras que en este lado del planeta ya se puede encontrar en Netflix.

Sinopsis:

Los humanos vuelven a tener control del planeta después de haber sufrido una epidemia que desató una guerra contra los zombies, los cuales ahora ya se encuentra prácticamente erradicados, salvo por una isla en la que ahora se encuentra The Rezort. Un parque de lujo que les ofrece a sus visitantes la posibilidad de matar tantos como puedan.



Comentarios generales:

Ciertamente mi conocimiento sobre The Rezort era nulo y por ello no hubo oportunidad de verla durante el año pasado; sin embargo, una vez que estuvo disponible mi curiosidad se desató debido a que básicamente se trataba del equivalente de Jurassic Park con zombies. Una de esas ideas locas que por lo regular me harían dudar, pero que para mi sorpresa al final solo fue la excusa para tratar un tema más profundo que vuelve a este trabajo un tanto único dentro de un subgénero explotado hasta el cansancio. Aunque sin los mejores resultados posibles.

La verdad es que en un inicio Barker y Gerstenberger no dan señales de que quieran regalarnos algo diferente, ya que más allá de plantear el tema de la guerra y sus consecuencias, todo lo ocurrido durante el primer acto es muy aburrido. Primero con la introducción de personajes genéricos estereotipados que no te provocan mucho interés y, segundo, con la presentación del concepto de The Rezort; uno que como dije antes es bastante peculiar, pero que ciertamente no termina por ser tan llamativo gracias a que nunca logran generar esa sensación de extravagancia que esperas considerando los propósitos de su existencia.

Lo mejor de la película llega justo a la mitad, no solo porque es  donde se desata el caos, sino porque es aquí donde se logra apartar un poco del resto al hacer ciertas comparaciones entre la situación de los zombies y algunos temas delicados que ocurren en la actualidad. Evidentemente el propósito general es realizar un show de muerte y sangre, pero de manera muy sutil el director también trata de hacer un poco más humana la situación con las criaturas para lograr que el espectador sea más empático en ciertas cuestiones que pocas veces son tratadas en el género. Todo bajo el riesgo de perder su interés o, en algo que ocurre, no saber cómo darle un mejor seguimiento una vez puesto este tema sobre la mesa.

La parte final es en exceso predecible. No diría que es mala porque en realidad si presentan unas persecuciones intensas y siempre existe esa sensación de peligro constante, pero el hecho de prácticamente saber cómo va a ser el desenlace le quita interés; además de que no profundizan demasiado en el tema de los refugiados.

Las actuaciones no son desastrosas, en realidad diría que son pasables, pero el hecho de que los personajes sean tan planos y poco imaginativos origina que realmente no se tenga mucho con que trabajar para lograr algo más aceptable. La producción es decente: el trabajo de fotografía no es del todo efectivo (más que nada en las escenas nocturnas), la dirección de arte está ok, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje es acertada en lo que respecta a los zombies.

Opinión final: The Rezort es decepcionante. Una buena idea que jamás logran explotarla de manera adecuada.

Ojometro:
**

domingo, 5 de marzo de 2017

Crítica: Havenhurst (2017)


Película dirigida por Andrew C. Erin (Sam's Lake), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Daniel Farrands. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos a inicios de febrero, mientras que en México hizo lo propio el pasado 3 de marzo.

Sinopsis:

Una mujer ex alcohólica se muda a un viejo edificio de apartamentos en donde la única condición para poderse quedar es no cometer los errores del pasado, ya que de lo contrario tendrá que confrontar algo más que un vergonzoso desalojamiento.



Comentarios generales:

Desde hace unos años a la fecha la presencia de Danielle Harris en ciertas películas se ha convertido en un imán publicitario de peso para venderlas, algo que tiene sentido considerando lo ligada que ha estado al género desde pequeña. Lo malo es que también se está convirtiendo en un método engañoso al solo utilizarla de manera breve y con Havenhurst tenemos un nuevo ejemplo de esto, ya que sin su presencia para la promoción este hubiera sido un trabajo sin tantos reflectores dada su naturaleza tan básica.

Y no es que piense que utilizar una fórmula simple sea malo, de hecho, lo que nos regalan Erin y Farrands se podría decir que es terror clásico en su máxima expresión; sin embargo, es indudable que esta es una historia a la que muchos puede que no le encuentren gran atractivo debido a que llega un punto en donde predecir lo que va a ocurrir se vuelve demasiado fácil. Lo cual en un inicio ciertamente el director intenta que no sea así, ya que durante todo el primer acto se juega de manera correcta con la duda en lo que respecta a la amenaza mientras se establecen las bases por las que esta existe y gracias a eso generar escenas agradables que te ayudan a apreciar de mucha mejor manera lo fundamental que será ese viejo edificio para el desarrollo de las acciones.

Un aspecto que es interesante de ver, pero que también se convierte en un arma de doble filo gracias a que por eso mismo todo el misterio se pierde de manera rápida y se pueden empezar a unir los hilos sin demasiados problemas apenas entrando al segundo acto. Uno que se sustenta principalmente en la cuasi relación de madre e hija entre los dos personajes centrales y que ciertamente ofrece algunos de los momentos más interesantes de la película, pero que nunca logra establecerse de manera sólida debido a que se le da paso a una investigación que lo deja todo a medias.

De hecho, a partir de este momento todo se siente hecho sin ningún tipo de objetivo fundamental más que por añadir contenido y cierto impacto visual gracias a algunas muertes, ocasionando así que se entre en un lapso en el que las cosas avanzan lentamente.

La parte final me entretuvo. Cuenta con la intensidad necesaria y optan por un camino no convencional, pero lamentablemente tampoco se esfuerzan por contestar varias preguntas que hubieran redondeado de mucha mejor manera la historia.

Las actuaciones están bien, tanto Julie Benz (Jackie) como Belle Shouse (Sarah) cumplen con sus respectivos roles y logran generar una química en pantalla que te hace preocuparte lo suficiente por ellas. La producción también está bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es probablemente lo mejor de la película, el score está ok, cuenta con un buen trabajo de sonido, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es bastante bueno.

Opinión final: Havenhurst está aceptable. Es una película muy simple que resultará ideal para ver en Netflix y demás servicios en unos cuantos meses.

Ojometro:
***

jueves, 2 de marzo de 2017

Crítica: A Cure for Wellness (2017)


Película dirigida por Gore Verbinski (The Ring), cuyo guión fue escrito por Justin Haythe. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 17 de febrero y en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $16.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un ambicioso joven ejecutivo es mandado a una remota locación en los Alpes Suizos para que traiga de regreso al CEO de su empresa, quien se encuentra en un misterioso “centro de bienestar”. Sin embargo, al sufrir un accidente, él se convertirá en un interno más dentro del lugar y poco a poco irá descubriendo secretos que le harán sospechar de sus verdaderos propósitos.



Comentarios generales:

A Cure for Wellnes era una de las películas más esperadas de mi parte para este 2017, no solo por su temática, sino porque significaba el regreso al género de un director que en su momento demostró saber cómo lidiar con este de manera decente. Además, su paso por el mundo mainstream podía ser sinónimo de algo mucho más grande a lo acostumbrado y daba esperanzas de ver algo de nivel; sin embargo, al final lo que nos dejó es un trabajo con algunas cosas positivas que no son suficientes para ocultar los problemas que lo rodean.

Realmente lo que nos trae Verbinski es una película que desde el primer instante impacta la pupila por medio del aspecto visual para crear un contraste muy marcado con las acciones de unos ejecutivos a los que nos les interesa nada más que su dinero y que se encuentran representados por el personaje de Lockhart: un tipo frío y sin ningún remordimiento que, al menos de inicio, te cae extremadamente mal.

Todo está perfectamente planeado para que uno se siga asombrando con cada locación en base al trabajo de fotografía y a la impecable dirección de arte, pero a la vez sienta esa sensación de que algo no está bien con este lugar aparentemente paradisíaco; que detrás de tan peculiar comportamiento existe algo mucho más siniestro. Un aspecto que se magnifica a partir del accidente para así ofrecer un primer acto que está cargado de contenido bizarro bajo el propósito de que el espectador se vea atrapado en un tipo de pesadilla de la cual no puede salir y cuya única guía para entender lo que ocurre dentro de este mundo lleno de cosas raras es un alguien tan poco emocional como Lockhart.

El problema llega con el 2do acto, ya que es a partir de aquí cuando queda en evidencia que se le quieren dar muchas vueltas a algo que no es tan complejo y eso vuelve a la película no solo muy repetitiva, sino también demasiado lenta. Ocasionando así que al menos le sobren unos 30 minutos, los cuales califican como puro relleno a pesar de que el director sigue siendo lo suficientemente hábil para generar cosas muy llamativas, pero que ya no resultan tan hipnotízantes como para lograr que uno no se dé cuenta que la historia no progresa de manera importante y que los retos por los que atraviesa el personaje principal en ciertos casos no aportan demasiado.

La parte final no está mal, aunque tanto enredo previo y excesiva elaboración prohíben que pueda tener un impacto mucho mayor al que se esperaría. Obviamente cuenta con escenas llamativas (incluso para algunos podrían resultar incomodas) y la manera en la que se resuelve el conflicto, así como el tema de la “cura”, deja unos visuales impresionantes que ayudan a darle un toque de majestuosidad cuando en realidad es uno un tanto simple.

Las actuaciones están correctas, Dane DeHaan (Lockhart) por momentos sufre para poder demostrar diversas emociones pero saca adelante al personaje; mientras que Jason Isaacs (Volmer) y Mia Goth (Hannah) lo hacen bien como los complementos principales. La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es grandioso, la dirección de arte estupenda, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido cumple, los efectos en su mayoría están bien cuidados y la labor de maquillaje consiste principalmente de detalles muy puntuales.

Opinión final: A Cure for Wellness está ok. Una experiencia visual apabullante que dura demasiado para lo que pretende contar.

Ojometro:
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