viernes, 29 de mayo de 2020

Crítica: The Shed (2019)


Película escrita y dirigida por Frank Sabatella (Blood Night: The Legend of Mary Hatchet). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales del año pasado, mientras que su salida en formato físico se dio durante el mes de enero.

Sinopsis:

Stan (Jay Jay Warren) es un chico problemático que vive con su abusivo abuelo y un día descubre que hay un monstruo en el cobertizo detrás de su casa. Al inicio pretende mantener todo en secreto, pero cuando su mejor amigo se entera las cosas se saldrán de control.



Comentarios generales:

Estrenase durante los meses octubre y noviembre puede ser una bendición debido al alto interés que existe por consumir películas de terror, pero también puede resultar una auténtica pesadilla debido a la saturación que se genera. Así que no es de extrañar que ciertos trabajos pasen completamente desapercibidos debido a que es imposible poder estar al tanto de todo lo que sale y es hasta que se estrenan en otros formatos como te enteras de su existencia, tal como fue el caso con The Shed.

Un filme que definitivamente merecía algo más de atención debido a que lo que nos trae Sabatella trata de ofrecer un toque de aire fresco de las típicas historias de vampiros que conocemos. No tanto porque se salga de los estándares habituales en cuanto a la manera de presentarlos, sino más bien en el rol que estos desempeñan.

Ya que realmente los temas centrales son el bullying y el salto hacía la adultez, siendo los personajes humanos los que tienen el mando de las acciones, aunque dejando el suficiente espacio para establecer una amenaza de manera efectiva sin que esta acapare los reflectores durante una primera media hora que está diseñada para magnificar las problemáticas que rodean al protagonista y sus intentos por mantener todo en secreto.

Provocando con esto que el inicio no sea precisamente el más llamativo al no contar con las escenas explosivas que uno espera ver en este tipo de películas, incluso el ritmo se puede decir que es algo lento; sin embargo, una vez que la presencia del vampiro se ve más expuesta las cosas empiezan a mejorar mucho. Más que nada porque se nos muestran conflictos interesantes entre Stan y su mejor amigo sobre la manera de lidiar con el secreto bajo pensamientos que tienen su debida justificación (aquí es donde el tema de bullying toma más relevancia), logrando así que el tono se vaya volviendo poco a poco más oscuro y el nivel de violencia se intensifique rumbo a la parte final.

Una que en general me pareció entretenida gracias a que es aquí donde se pueden presenciar ciertos elementos característicos del cine de vampiros y la atmósfera más oscura brinda un cambio agradable desde el lado visual. Lo malo es que también por ciertos lapsos carece de intensidad y el villano principal se siente demasiado genérico gracias a que se sabe muy poco de este como para que te resulte de gran interés.

Con respecto a las actuaciones debo de decir que Jay Jay Warren como el protagonista cumple y el resto del elenco no lo hace mal. La producción es de buena factura a pesar del presupuesto limitado: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es bueno, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es de buena calidad.

Opinión final: The Shed está entretenida. Una película de vampiros con un concepto relativamente fresco para pasar el rato.

Ojometro:
***

martes, 26 de mayo de 2020

Crítica: Fantasy Island (2020)


Película basada en la serie del mismo nombre dirigida por Jeff Wadlow (Truth or Dare), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jillian Jacobs y Christopher Roach. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de febrero, recaudando $47.3 millones de dólares en taquilla a nivel mundial; mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 19 de mayo.

Sinopsis:

El enigmático Mr. Roarke (Michael Peña) hace que las fantasías de sus afortunados huéspedes se vuelvan realidad en una lujosa isla remota. Pero cuando dichas fantasías se convierten en pesadillas, los huéspedes tendrán que sobrevivir al caos a como dé lugar.



Comentarios generales:

Mis únicas referencias con respecto a la serie de los 70s son algunos comentarios por parte de mis padres que la llegaron a ver debido a que gozó de cierta popularidad en México, así que me fue indiferente la polémica sobre si esta adaptación resultaba algo muy alejado a lo que era el material original. En realidad mi verdadero temor con Fantasy Island recaía en el hecho de que el equipo detrás de esta producción era el responsable de traernos una de las peores películas que ha sacado Blumhouse en años recientes, el cual queda claro que no aprendió absolutamente nada de dicha experiencia.

Y es que lo que nos trae Wadlow es de una calidad similar, aunque con el agregado de que el presupuesto es mucho mayor y el concepto como tal daba pie para ofrecer cosas mucho más originales con las que se pudiera hacer algo por lo menos entretenido. Sin embargo, lo que nos encontramos es una historia que por grandes lapsos pareciera ser una mezcla de varias películas completamente distintas en la que lo único que más o menos funciona es una primera media hora en donde se va directo al grano con el tema de las fantasías y, gracias al constante cambio de escenarios que involucran, se logra generar un ritmo ágil que ayuda a ocultar de cierto modo varias de las carencias ligadas al desarrollo o los diálogos ridículos.

Un  golpe de suerte que no dura demasiado debido a que con el pasar de los minutos empieza a ser evidente que lo que vemos no tiene demasiada lógica y ante eso se inserta de golpe un giro que trata de brindarle una explicación que resulta incluso más ridícula. Ocasionando con esto que la acción se intensifique, pero sin que esta lleve a escenarios interesantes; simplemente las cosas ocurren de manera random hasta que, otra vez, se vuelve a presentar un giro concebido esencialmente para añadir misterio rumbo a la parte final.

Lo cual no se escucha mal, de hecho, podría parecer una decisión sensata considerando el desastre que se generó sin demasiado esfuerzo. Aunque para nuestra mala fortuna los minutos finales son por mucho los peores.

Y es que por increíble que parezca se nos presenta un TERCER giro que acaba con la poca coherencia que todavía quedaba, llevando a extremos ridículos el tema de las fantasías con una justificación demasiado estúpida y un cierre que se siente complemente irrelevante.

En las actuaciones tenemos a un Michael Peña que no encaja en el rol de Mr. Roarke, una Lucy Hale (Melanie) carente de carisma para ser la protagonista y un resto de secundarios muy planos. La producción es de factura decente: el trabajo de fotografía es muy simple, la dirección de arte cumple, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido es sólido, los efectos tienen altibajos y la labor de maquillaje es decente.

Opinión final: Fantasy Island es bastante mala. Un decepcionante intento para tratar de revivir una idea del pasado.

Ojometro:
**

viernes, 22 de mayo de 2020

Crítica: 1BR (2020)


Película escrita y dirigida por David Marmor, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó directamente en VOD a finales del mes de abril, mientras que su salida en formato físico está programada para el próximo 2 de junio.

Sinopsis:

Sarah (Nicole Brydon Bloom) trata de iniciar una nueva vida en un complejo de apartamentos, pero sus vecinos no son lo que aparentan.



Comentarios generales:

El nombre de una película es algo mucho más importante de lo que se suele llegar a pensar y por eso mismo es que los estudios buscan que estos no sean tan raros con el objetivo de no ahuyentar a los potenciales espectadores. Así que no fue extraño que cuando salió a la luz 1BR lo que más llamara la atención era su peculiar nombre, el cual para todo aquel cuyo idioma materno no sea el inglés probablemente no tenga mucho sentido, pero para los propósitos generales de este proyecto encaja a la perfección.

Ya que el significado es “one bedroom” y en base a esto es como Marmor nos trae un thriller bastante inteligente que en el fondo tiene mucha más sustancia de la que se puede apreciar en el material promocional. Regalándonos un primer acto que de inmediato logra que una experiencia muy normal se vuelva bastante inquietante porque desde el instante en el que el personaje de Sarah pone un pie en el complejo la atmósfera cambia por completo y una sensación de extrañeza empieza fluir debido a que uno sabe que algo anormal ocurre, pero no resulta tan claro exactamente qué será lo peligroso de dicho lugar.

Lo cual al revelarse hace que la historia vaya por un camino más intenso e incluso violento al que te imaginas, aunque por medio de un ritmo semi-lento.

Priorizando la fortaleza física y mental de nuestra protagonista ante una situación diseñada para que se encuentre totalmente indefensa, siendo esta el hilo conductor de toda la segunda mitad con el propósito de no solo ir demostrando el quiebre emocional de Sarah, sino también el ir brindándote un poco más de contexto sobre lo que hay detrás de una manera perturbadora y de darle mayor relevancia a un grupo de personajes secundarios que son fundamentales para mantener el interés intacto.

Llevándote así a una parte final que peca de ser un poco predecible, pero que no se ve afectada de manera importante al contar con situaciones de impacto que añaden mucha fuerza y cierto dinamismo. Además de que también se dan el lujo de dejar abierto a la interpretación un desenlace que propone algo a una escala mucho mayor.

En cuanto a las actuaciones es una película increíblemente sólida, obviamente Nicole Brydon Bloom resalta al ser la protagonista y por la gran labor que hace, pero en general todo el reparto está genial. La producción también es de buena factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es sencilla, tiene un buen score, el trabajo de sonido no tiene fallos y lo referente a efectos/maquillaje es bastante discreto. 

Opinión final: 1BR me gustó. Buen thriller para pasar el rato.  

Ojometro:
****

martes, 19 de mayo de 2020

Crítica: La marca del demonio (2020)


Película mexicana dirigida por Diego Cohen y escrita por Ruben Escalante Mendez. Se estrenó en cines dentro de México durante el mes de enero, mientras que actualmente ya se encuentra disponible en Netflix.

Sinopsis:

Para lograr expulsar un demonio, a veces hay que serlo. Y tanto el padre Tomás (Eduardo Noriega) como su socio Karl (Eivaut Rischen) se verán en una lucha por encontrar el bien enfrentando al mal contra… ¿el mal?



Comentarios generales:

El cine de terror mexicano sigue en su largo proceso para encontrar nuevamente el sitio relevante que alguna vez tuvo, abriéndose cada vez más a ideas que hasta hace no mucho era casi imposible que se aceptaran debido a que para varias personas significaban un tipo de sumisión ante el cine comercial estadounidense. Eso ha brindado cierta variedad que con el paso del tiempo puede dar frutos y expandir los horizontes de las producciones mexicanas; sin embargo, dudo muchísimo que La marca del demonio sea de gran ayuda en ese aspecto.

Ya que lo que nos presenta Cohen es malo, muy malo. Sin duda de lo peor que he visto en lo que respecta a películas mexicanas y de la que no hay mucho que se pueda escribir.

Simplemente se trata de una historia con una idea interesante que es terriblemente mal ejecutada y que falla en todos los apartados importantes, dejando así un producto que a pesar de su corta duración (82 minutos) se siente como si durara tres horas debido a que no existen demasiadas cosas que hagan dinámico el desarrollo y gracias a eso el ritmo se vuelve tremendamente pesado sin que cambie en lo absoluto durante todo el metraje. Dando lo mismo si se te presenta una posesión, un flashback o algún momento de impacto.

Todo para llegar a uno de los enfrentamientos finales más desangelados y mal producidos que recuerde.

Las actuaciones también son bastante lamentables, por ahí Rischen y Noriega tienen algunos breves momentos correctos, pero en general todos los involucrados se sienten forzados y sin saber cómo manejarse dentro de una película de este tipo. En lo referente a la producción es donde tiene sus pocos buenos atributos: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte es muy básica, el score cumple, el trabajo de sonido es bastante malo, la labor de maquillaje está ok y los efectos no son taaan malos, pero dejan mucho que desear.

Opinión final: La marca del demonio es terrible. Sin duda una de las peores películas del 2020.

Ojometro:
*

viernes, 15 de mayo de 2020

Crítica: Porno (2020)


Película dirigida por Keola Racela, cuyo guión fue escrito por Matt Black y Laurence Vannicelli. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 8 de mayo, aunque todavía no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cinco empleados de un cine localizado en un pequeño pueblo cristiano descubren un misterioso filme oculto en el sótano que les genera mucha curiosidad, pero no saben que al verlo liberarán a una seductora súcubo que les brindará educación sexual… escrita en sangre.



Comentarios generales:

Cuando una película lleva por nombre Porno creo que es muy fácil asumir sobre qué va a tratar o por lo menos tener una idea sobre el punto central que moverá los hilos, lo cual inmediatamente genera un morbo bastante grande y, por ende, mayor interés. Algo que sin duda resulta positivo para las pretensiones de quienes están detrás del proyecto, pero que también añade ciertas expectativas sobre lo que la audiencia pretende ver y no estoy tan seguro si se llegan a cumplir aquí.

Esto porque lo que nos trae Racela es algo mucho más ligero de lo que se podría suponer al tratarse de una historia que, si bien utiliza el sexo de manera relevante, se centra más que nada en la crisis de identidad de un grupo de adolescentes cuyas interacciones no son precisamente las más divertidas de ver. En especial durante un primer acto que avanza entre diálogos vacios y actitudes exageradas que tratan de establecer ciertos estereotipos mientras se va revelando todo el tema del súcubo por medio de eventos peculiares que al menos logran ir estableciendo un tono un poco más elevado para lo que está por venir.

Y es que una vez que se desata el caos no solo empezamos a ver un incremento en los elementos que explotan el tema del sexo, sino que además claramente la atmósfera cambia y con ello se logran generar situaciones más interesantes en lo referente al terror. Logrando así que el ritmo resulte un poco más dinámico y, sobre todo, se empiecen a presentar escenas de impacto que difícilmente van a pasar desapercibidas por lo explicitas que resultan y que ayudan a tapar un poco el hecho de que muchas de las acciones de los protagonistas realmente tienen poco sentido considerando que la mayoría de estos cuentan con una desventaja muy evidente ante la amenaza.

Todo para llegar a una parte final en la que se añade cierto juego con las dimensiones para brindarle algo de frescura a las cosas. Logrando con esto que el cierre cuente con algo de intensidad y se vuelva a explotar el elemento sexual; aunque también te deja con cierta sensación de que el avance con los personajes fue realmente nulo.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, solamente cumplen para lo básico requerido sin demasiados contratiempos. La producción tiene altibajos: el trabajo de fotografía por momentos deja mucho que desear, la dirección de arte es simple, el score es algo genérico, el trabajo de sonido es bueno, los efectos prácticos están bien hechos y la labor de maquillaje es correcta.

Opinión final: Porno está ok. Película para pasar el rato y ver algo de gore, pero nada más.

Ojometro:
***

martes, 12 de mayo de 2020

Critica: The Lodge (2020)


Película dirigida por Severin Fiala y Veronika Franz (Goodnight Mommy), quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Sergio Casci. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que su salida en formato físico y VOD se dio el pasado 5 mayo.

Sinopsis:

Grace (Riley Keough) se queda encerrada con sus dos próximos hijastros en una remota cabaña en donde celebrarán la navidad. Su relación no es la mejor, pero cuando por fin empiezan a romper el hielo una serie de eventos aterradores traerán de vuelta los demonios de su infancia.



Comentarios generales:

Por el simple hecho de saber que Hammer Films y los directores de “Goodnight Mommy” eran los que estaban detrás del proyecto, The Lodge se convirtió rápidamente en una de las películas que más interés me generaban en 2020. Parecía la combinación perfecta para realizar algo especial, sobre todo considerando que la dupla austriaca tiene un estilo particular que atiende a un tipo de público muy específico y la verdad es que no decepcionan.

Ya que fieles a su estilo, Fiala y Franz nos traen una historia que se desarrolla a fuego lento y que depende más del desarrollo de sus personajes en lugar de la espectacularidad momentánea que bien podrían haber explotado. Construyendo todo en base al trauma de un par de niños que reaccionan al cambio radical en sus vidas de la manera más hostil posible y a partir de ahí ir jugando con la estabilidad mental y emocional de la protagonista; quien desde el primer acto es puesta bajo situaciones incomodas que en algún punto sabes que la van a quebrar, pero que inicialmente va librando de tal forma que te hace pensar que bien podría haber una conclusión agradable para todos.

Entrando así a una dinámica que poco a poco, bajo un ritmo lento, ayude a desarrollar cada situación de tal manera que las dudas con respecto a qué tan estable es Grace se incrementen y con ello además se empiece a generar un misterio con respecto a lo que ocurre dentro de la casa que puede llevar las cosas a distintos escenarios. Siempre bajo una atmósfera opresiva impresionante que provoca una sensación de incomodidad muy fuerte y que es perfectamente bien combinada con el score para lograr escenas potentes sin que estas necesiten de elementos de shock constantes.

Todo esto para preparar el camino hacia una parte final genial, la cual lleva al extremo el tema de la locura de Grace aumentando ligeramente el nivel de violencia y básicamente manejando el mensaje de que todas las acciones tienen consecuencias. Dejando un cierre brutal que no necesita ser tan explícito para entender lo crudo que es.

Con respecto a las actuaciones, al tratarse de una película que se sustenta fuertemente en estas, debo de decir que tanto Jaeden Martell (Aidan) como Lia McHugh (Mia) hacen una gran labor como los hijastros; sin embargo, quien se lleva todos los reflectores es Riley Keough. Ella está genial de principio a fin, en todo momento sientes empatía por su personaje y su descenso a la locura es un viaje muy interesante de ver.  

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte se encuentra bien cuidada, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta correcta.

Opinión final: The Lodge me gustó bastante. Sin duda una película que exige mucha paciencia y que no será del gusto de todos, pero cuyo pago es muy gratificante.

Ojometro:
*****

martes, 5 de mayo de 2020

Crítica: The Turning (2020)


Adaptación de la novela corta The Turn of the Screw dirigida por Floria Sigismondi, cuyo guión fue escrito por Carey W. Hayes y Chad Hayes. Se estrenó en cines durante el mes de enero, recaudando $18.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial; mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 21 de abril.

Sinopsis:

Una joven renuncia a su trabajo como maestra para ser la tutora de una adinerada huérfana que presenció la muerte de sus padres. Una labor que parece sencilla, pero que empeora cuando el rebelde hermano de esta regresa tras ser expulsado del internado y con ello empezarán a ocurrir cosas difíciles de explicar.



Comentarios generales:

A pesar de tratarse de uno de los estrenos más relevantes para el género de terror a inicios de año, la verdad es que The Turning no me llamaba la atención. En gran medida porque su producción fue un verdadero caos que no solo provocó un cambio de titulo, director y protagonistas, sino que además vio como la persona que más impulsaba el proyecto (Steven Spielberg) hizo todo lo posible para que su nombre ya no estuviera ligado a este.

Básicamente se podía oler un enorme fracaso y tras las terribles opiniones por parte de quienes la fueron a ver, así como a la pobre recaudación en taquilla, este se consumó. Y la verdad es que no se puede decir que haya sido algo injusto.

Ya que lo que nos trae Sigismondi es un desastre de esos grandes en los que desde muy temprano uno puede darse cuenta que el choque de visiones debió de haber sido muy intenso gracias a que hasta para definir la temporalidad en la que se desarrolla la historia existen problemas. Ubicándola en 1994, pero manejando toda la presentación visual como si fuera de algo mucho más antiguo y en base a esto ir construyendo una atmósfera que sea lo suficientemente poderosa para atrapar al espectador durante una primera mitad aburrida que establece cual será la fórmula predominante en lo que respecta a la manera de generar suspenso y, sobre todo, como se van a explotar hasta el cansancio los sustos fáciles.

Desenvolviendo así un misterio poco interesante que por momentos parece tener un camino más o menos definido, pero que se va perdiendo ante la nula profundización que se le brinda a detalles que parecieran ser relevantes. Optando mejor por irse a lo simple y sustentar todo en una dinámica sumamente repetitiva que tiene como eje central las interacciones de Kate con los niños (particularmente Miles), las cuales sin duda cuentan con algunas situaciones extrañas que añaden algo de tensión; sin embargo, la mayoría de estas se sienten huecas y casi siempre solo sirven para preparar algún tipo de suceso predecible dentro o fuera de la mansión.

Hasta aquí casi todo ha salido mal y las cosas ya resultan insalvables, aunque lo que termina por enterrar a la película es su final. Y no es tanto por el hecho de que lo hayan cambiado por completo en comparación con el de la novela, sino porque en realidad los últimos minutos son incomprensibles y te dejan sin una explicación concreta sobre lo que estuviste viendo todo este tiempo.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que resulta bastante triste ver como Mackenzie Davis (Kate) se encuentra totalmente desperdiciada en un papel tan genérico, mientras que Finn Wolfhard (Miles) está terrible. La producción es donde tiene sus mayores virtudes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es nada del otro mundo, el trabajo de sonido cumple, los efectos no son nada espectacular y la labor de maquillaje es simple.

Opinión final: The Turning es bastante mala. El máximo ejemplo sobre como NO se debe hacer una adaptación.

Ojometro:
**

viernes, 1 de mayo de 2020

Crítica: Cupid (2020)


Película escrita y dirigida por Scott Jeffrey (The Bad Nun). Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos durante el pasado mes de febrero.

Sinopsis:

Después de haber sido humillada por sus compañeras de escuela, Faye (Georgina Jane) invoca al diabólico Cupido para vengarse de todos aquellos que le han hecho algún mal durante San Valentín.



Comentarios generales:

A lo largo de los años hemos visto varias películas que se desarrollan durante San Valentín, tal vez no sea una festividad tan popular como algunas otras pero si tiene su representación bien establecida dentro del género. Lo que yo no recuerdo es haber visto una que utilizara a Cupido como una criatura malvada, eso es algo novedoso y por ello es que Cupid resaltaba más de lo que normalmente lo haría un trabajo de este tipo, sobre todo por lo malo que es.

Y es que quitando los once minutos iniciales que involucran un par de prólogos que cuentan la trágica historia de Cupido y muestran sus primeros asesinatos, todo lo demás es realmente olvidable. Incluso me atrevería a decir que gran parte del presupuesto se tuvo que ir en esas escenas porque lo ofrecido por Jeffrey es de muy baja calidad y durante unos 45 minutos se trata más que nada de un drama adolescente que gira en torno a una protagonista sin nada de carisma y un conjunto de personajes molestos que deseas ver morir lo más rápido que se pueda, pero el encargado de llevar eso a cabo brilla por su ausencia.

Lo cual resulta en exceso frustrante debido a que el tema del bullying que se presenta para hacerle cierto contrapeso y añadir algo de sustancia ni siquiera se utiliza de una manera inteligente que justifique tanto tiempo de atención, simplemente está ahí para consumir minutos hasta que se da la primera muerte y ni así mejoran las cosas.

Obviamente el ritmo se incrementa y todo se vuelve un poco más caótico; sin embargo, la masacre que debería de ser esto jamás logra sentirse como tal gracias a que las muertes se encuentran muy separadas una de la otra. Además de que estas no resultan para nada memorables u originales, a pesar de que los métodos de Cupido si cuentan con elementos característicos de dicha celebración.

Dejando así una parte final aburrida en la que realmente solo quieres que ocurra una cosa en específico con el que es sin duda el personaje más fastidioso de todos para poder tener un pequeño momento de satisfacción. En realidad pareciera ser una decisión simple, pero por alguna razón se muestran demasiadas dudas para llegar a ese punto y cuando por fin lo hacen no se siente como algo importante; de hecho, todo el cierre en general carece de cualquier tipo de emoción.

Las actuaciones son bastante malas, acartonadas en su mayoría y sin nada que te haga interesarte por alguno de los personajes tan siquiera un poco. La producción tampoco es de gran factura: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte sumamente básica, el score es genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos por medio de CGI son de pobre calidad y la labor de maquillaje deja bastante que desear.

Opinión final: Cupid es realmente mala. Con excepción de los primeros 11 minutos, todo lo demás es un desastre.

Ojometro:
*