sábado, 28 de octubre de 2017

Crítica: Happy Death Day (2017)


Película dirigida por Christopher Landon (Paranormal Activity: The Marked Ones) y escrita por Scott Lobdell. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 13 de octubre, mientras que en México hizo lo propio durante este fin de semana. Recaudando hasta la fecha $55.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Tree (Jessica Rothe) es una estudiante universitaria que tendrá que revivir el día de su muerte una y otra vez hasta que por fin pueda descubrir la verdadera identidad de su asesino.



Comentarios generales:

Hoy en día los trailers son importantísimos para el éxito de una película y por ello los estudios en muchas ocasiones están dispuestos a mostrar de más para lograr que el público tenga interés inmediato, especialmente las generaciones más jóvenes. Esto tiene sus beneficios, pero también suele ser un arma de doble filo si no se sabe manejar de manera adecuada y en el caso de Happy Death Day creo que resultó sumamente contraproducente debido a que le quitaron todo lo novedoso a un trabajo que dentro del género definitivamente lo era.

Inspirándose indudablemente en “Groundhog Day”, lo que Landon y Lobdell nos traen es una comedia con muy ligeros toques de slasher que nunca esconde sus intenciones de buscar a un público de un sector demográfico específico (jóvenes de 18/22 años) al  mostrar desde el inicio por medio del personaje de Tree y todo su entorno un comportamiento con el cual se puedan identificar. Un aspecto que podría ser negativo pero en general no afecta demasiado durante el primer acto debido a que este es uno bastante ágil, el cual genera de inmediato intriga por el fatal destino que esta joven bastante detestable tiene que sufrir y en base a eso ir construyendo situaciones que, si bien se desarrollan dentro de una misma rutina, siempre contienen detalles que la cambian para que se sienta fresca en cada ocasión.

Lo malo es que con esta clase de historias que se sustentan en la repetitividad las cosas se pueden volver aburridas de manera rápida y eso es lo que ocurren aquí, ya que una vez que queda establecida la dinámica simplemente no sientes un gran avance con respecto a la manera en la que nuestra protagonista va a resolver este problema, sobre todo porque llega un punto en donde lo que hace sirve más que nada para tratar de hacerte reír y no tanto para desarrollar la historia. Una que además poco a poco va perdiendo los elementos de terror que al menos al inicio si presentaba, ya que aunque el tema central son precisamente las muertes, estas en su mayoría no son tan memorables.

Casi no presentan sangre e incluso, salvo por un par, no son utilizadas como un medio para poder construir momentos potentes que puedan justificar esa esencia de slasher que supuestamente debería de tener.

En la parte final las cosas mejoran y ciertamente resulta entretenida. Más que nada porque es aquí cuando por fin el tema del asesino obtiene relevancia, provocando así que el nivel de intensidad se incremente y por medio de eso ir mostrando una faceta distinta de Tree. Aunque tampoco te ofrecen respuestas sólidas y terminan añadiendo algo que se siente innecesario.

En las actuaciones todo recae en Jessica Rothe y en general hace un buen trabajo, la chica tiene carisma para sacar adelante un personaje por naturaleza detestable que, además, sufre de cierto estancamiento por la naturaleza misma de la historia. La producción no es nada del otro mundo: tiene un trabajo de fotografía acertado, la dirección de arte es decente, el score no es precisamente el mejor, el trabajo de sonido no presenta contratiempos y los efectos son bastante simples.

Opinión final: Happy Death Day está ok. Película para pasar el rato que gustará en mayor o menor medida dependiendo su edad.

Ojometro:
***

miércoles, 25 de octubre de 2017

Crítica: Lycan (2017)


Primer largometraje del director Bev Land, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Michael Mordler. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 26 de septiembre.

Sinopsis:

Cuando seis estudiantes son asignados a un proyecto en equipo para re-descubrir algún acontecimiento histórico, uno de ellos elige investigar la leyenda de Emily Burt, el hombre lobo del Condado de Tallbot. En teoría algo muy sencillo para lograr una buena calificación, pero cuando se adentran en el bosque las cosas serán mucho más peligrosas de lo que imaginaban.



Comentarios generales:

No voy a mentirles, realmente la razón por la que Lycan entró en mi radar fue por el simple hecho de que salía Vanessa Angel, a quien tenía años sin ver en pantalla. De no ser por eso lo más seguro es que la hubiera ignorado porque su premisa no me resultaba interesante, simplemente lucia como un filme independiente más de hombres lobo que iba a fracasar y eso fue lo que sucedió, aunque a niveles mucho más desastrosos de los que esperaba.

Lo cual es bastante sorprendente si consideramos que Bev Land y Mordler no es que se rompan la cabeza al momento de construir esta historia, una que cuenta con elementos estándar dentro del género (estudiantes estereotipados, leyendas, locaciones alejadas, incluso algo de found footage) pero que nunca parecen tener una idea clara sobre cómo utilizarlos para darle sentido a lo que quieren contar. Ya que el primer acto, más allá de dar a conocer vagamente el tema de los hombres lobo, es una serie de escenas sin gran contribución que solo pretenden vender los diversos conflictos amorosos que se van a perder con el pasar de los minutos y mostrar algo de comportamiento juvenil inútil.

Para empeorar las cosas, ya entrada la segunda mitad de la película el director quiere añadir cierto aspecto erótico al empezar a mostrar a tipos sin camisa corriendo porque si y a una protagonista que en todo momento se encuentra al borde de enseñar sus pechos. Realmente todo este periodo se trata de una larga persecución que no añade nada al tema central y que tampoco cumple con el propósito de generar impacto por medio de las muertes debido a que prácticamente todas se realizan fuera de cámara, quitándole así el único aspecto que, tal vez, hubiera evitado que lo que ocurre no se sienta eterno e increíblemente aburrido.

La parte final por lo menos lograr unir de manera débil lo poco que se construyó para darle sentido al tema de los hombres lobo, el cual ciertamente tiene detalles originales que hacen que se salga de lo convencional. Sin embargo, gracias a lo acelerado de las acciones esto termina sintiéndose como algo bien poco relevante y en general la limitada acción incluida no logra que por lo menos el desenlace te resulte satisfactorio.

Las actuaciones son bastante malas, la mayoría de los actores son muy planos como para que te lleguen a importar sus personajes y la aparición de Vanessa Angel es un cameo glorificado. La producción no es la gran cosa: el trabajo de fotografía está ok, el score es genérico, el trabajo de sonido es bastante malo (la música en muchas ocasiones evita que se puedan escuchar claramente los diálogos), los efectos son pobres y la labor de maquillaje, considerando el tema que trata, es ínfimo.
   
Opinión final: Lycan es muy mala. De las peores películas sobre hombres lobo que he visto últimamente, evítenla.

Ojometro:
*

domingo, 22 de octubre de 2017

Crítica: A Dark Song (2017)


Película escrita y dirigida por Liam Gavin, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en cines y VOD dentro del Reino Unido e Irlanda durante el mes de abril, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 5 de septiembre.

Sinopsis:

Sophia (Catherine Walker) es una madre en duelo totalmente desesperada que contrata los servicios de un dañado experto en lo oculto para poder realizar un peligroso y extenuante ritual que le permita cumplir su más grande deseo: ver a su hijo muerto una vez más.



Comentarios generales:

A simple vista Dark Song no parece ser nada especial, a lo mucho una película más sobre demonios que encuentra una manera peculiar para presentarlos. La sinopsis y el trailer te la venden así, pero una vez que te vas adentrando en esta lo que te encuentras es algo totalmente distinto, algo con un nivel de profundidad inesperado y cuyo desarrollo es atípico para esta clase de trabajos; convirtiéndola así en una película un tanto única, la cual definitivamente no es para todo el mundo debido a que su propósito no solo es retar la paciencia de su protagonista, sino también la del espectador.

Y es que en lugar de irse por el lado simple de buscar espectacularidad en base a un ritual llamativo, lo que hace Gavin es más bien regalarnos un muy detallado camino hacia la oscuridad por parte de dos personajes cuyos problemas son más graves de lo que parecen. Construyendo así una historia que en verdad se desarrolla de manera muy lenta, la cual durante todo el primer acto se centra más que nada en lo complejo que es realizar el ritual y los sacrificios que el personaje de Sophia tiene que hacer para lograr algo que tal vez si o tal vez no funcione; esto mientras siempre se tiene la sensación de que puede ser solo una farsa por parte de Joseph (el ocultista) debido a que los primeros pasos parecen únicamente estar diseñados para satisfacer sus deseos más perversos.

Una situación que con el pasar de los minutos va convirtiendo la dinámica entre ambos personajes en una muy interesante gracias a que, mientras con uno empezamos a saber más de sus problemas por medio de diferentes comportamientos, del otro siempre nos van soltando solo migajas con respecto a sus verdaderas motivaciones para embarcarse en esta experiencia. Siendo esto lo que en general hace entretenido el visionado a pesar del ritmo tan cansino que se maneja; sin embargo, el resto de lo que ocurre no es tan interesante.

Cada paso del ritual se repite una y otra vez sin aportar algo significativo al avance de la historia, simplemente están ahí para hacer más marcado el desgaste físico y mental de nuestra protagonista. Lo cual no estaría mal si por lo menos llevaran a ciertos momentos donde el pago por la espera fuera satisfactorio, pero esto nunca se da. Dejándote así con una sensación de vacío muy grande ante los ínfimos intentos por generar algo de terror por medio de este tedioso proceso.

Por si esto no fuera suficiente, la parte final es sin duda la más polémica. Ya que deciden que se mantenga en la misma sintonía que todo lo previo, en lugar de optar por temas más oscuros; apostando más por las rarezas y simbolismos que por una conclusión convincente.  

En cuanto a las actuaciones solo puedo decir que Catherine Walker y Steve Oram están excelentes, realmente si no fuera por ellos la película sería algo mucho peor. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte no es tan elaborada, el score cumple, el trabajo de sonido es sólido y lo referente a efectos/maquillaje es muy limitado.

Opinión final: A Dark Song es interesante, pero tediosa como pocas. Aunque sin duda se trata de una película que va a generar mucha división de opiniones.

Ojometro:
***

jueves, 19 de octubre de 2017

Crítica: Flatliners (2017)


Película dirigida por Niels Arden Oplev, cuyo guión fue escrito por Ben Ripley. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 29 de septiembre, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado; recaudando hasta la fecha $24.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cinco estudiantes de medicina, obsesionados con lo que ocurre después de la muerte, se embarcan en un peligroso experimento que involucra parar su corazón por unos minutos. Al inicio los resultados son sorprendentes, pero con el pasar de los días se darán cuenta que jugar con la muerte puede traer aterradoras consecuencias.



Comentarios generales:

Cuando se supo que pretendían hacer una nueva Flatliners creo que la primera reacción de una amplia mayoría de fans fue de sorpresa, ya que de la lista de películas existentes para realizar un remake sin duda es una que difícilmente hubiera figurado. Vamos… nadie la pidió y, para colmo, la constante renuencia por parte de Sony para aclarar sobre si se trataba de una nueva versión o de una secuela solo generó más dudas sobre los propósitos de su existencia. La cual terminó siendo totalmente injustificada.

Antes que nada hay que aclarar que se trata de un remake, uno con el cual Oplev y Ripley solo introducen ciertos elementos de la original para brindar un toque de familiaridad mientras pretenden realizar algo mucho más elaborado con la historia por medio de un grupo totalmente nuevo de personajes. Lo cual convierte a todo el primer acto en uno no tan atractivo, ya que en verdad se toman su tiempo para introducir y explicar de manera más o menos detallada la dinámica que existe entre ellos para que así el espectador pueda involucrarse de lleno con su situación; sin embargo, esto difícilmente se da gracias a que lo que nos muestran no tiene nada interesante detrás y lo único que terminas sintiendo es que se trata de un grupo de estudiantes bastante estúpidos sin un propósito claro.

Es hasta pasados los 50 minutos cuando se propicia un ligero cambio en el ritmo debido a que la película se empieza a enfocar más en el terror, aunque lo hace de una manera muy tibia, sin arriesgarse demasiado y sustentando principalmente este aspecto en las secuencias visualmente llamativas de cuando están muertos. Desencadenando con esto una serie de sucesos diseñados para generar shock o ciertos sustos, pero que fallan de manera importante en dicho propósito; afectando así al evento más importante de todos, uno que debería de representar un cambio radical por su impacto pero que se queda como en algo hasta cierto punto anecdótico.

La parte final es desangelada. Tratan desesperadamente de añadir tensión sin grandes resultados y el uso excesivo de sustos fáciles provoca un desgaste casi instantáneo; además de que la conclusión termina dejando más dudas que respuestas y, sobre todo, una sensación de vacío importante por lo plana que resulta.

Considerando lo pobre del guión es difícil culpar a los actores, hacen lo que pueden con lo que tienen; aunque sin duda Ellen Page y Diego Luna terminan resaltando un poco más (Kiefer Sutherland solo sale como 5 minutos a los mucho). La producción al menos es de buena factura: el trabajo de fotografía está bien, la dirección de arte cumple, el score tiene algunas cosas buenas, el trabajo de sonido está bien cuidado y los efectos en general son sólidos.

Opinión final: Flatliners es bastante mala. Uno más que se une a la larga lista de remakes totalmente innecesarios.

Ojometro:
**

lunes, 16 de octubre de 2017

Crítica: The Babysitter (2017)


Película dirigida por McG, cuyo guión fue escrito por Brian Duffield. Se estrenó exclusivamente por Netflix a nivel mundial el pasado 13 de octubre, pero todavía no hay información sobre si eventualmente saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cole (Judah Lewis) se encuentra totalmente enamorado de su niñera Bee (Samara Weaving). Ella es súper sexy y genial, todo lo opuesto a él, pero durante la única noche donde decide no irse a dormir temprano presenciará algo que le mostrará su verdadera personalidad y hará que tenga que superar todos sus miedos para mantenerse con vida.



Comentarios generales:

Ciertamente no era muy alentador el saber que una película del director de “Charlie's Angels”, la cual además contaba con la presencia de Bella Thorne, era una de las mayores apuestas de Netflix para la temporada de Halloween. Sin embargo, al considerar que el historial exclusivo de este servicio con el género de terror es bastante positivo mis temores disminuyeron y cuando salió el trailer básicamente desaparecieron debido a que era claro que The Babysitter podría ser algo divertido y así lo fue.

Esto porque lo que nos trae McG es una comedia con una personalidad como pocas, totalmente exagerada pero siempre con el balance adecuado para hacer disfrutable su transición de una historia en apariencia sobre cultos a una que básicamente se vuelve un slasher combinado con “Home Alone”. Siendo fundamental el adecuado desarrollo de la relación entre nuestros dos personajes centrales, quienes durante prácticamente todo el primer acto son los que se encargan de establecer el tono que manejará la película y el tipo de humor que veremos; brindando así cierto toque inocente a las cosas para que, una vez que llegue el momento de explotar el gore, el contraste sea evidente.

Y es que cuando se revelan los verdaderos propósitos de Bee se entra en un territorio extravagante en el que las diferentes personalidades conjuntadas brindan escenas muy divertidas; en donde no solo los diálogos son importantes, sino también la manera en la que se usa todo el tema de la violencia. La cual sirve no solo para crear momentos de impacto visual con las muertes, sino que además es el medio perfecto para ir mostrando cómo el personaje de Cole va superando cada uno de sus miedos de las maneras más raras y aterradoras posibles bajo un ritmo por momentos caótico, pero con determinadas pausas para hacer énfasis en ciertos puntos específicos.

La parte final cumple en términos generales. El conflicto entre Cole y Bee se desarrolla de gran forma, explotando su relación y manteniendo en todo momento la esencia mostrada en los actos previos con un toque ligeramente más oscuro; aunque si me hubiera gustado que profundizaran un poco más sobre el pasado de ella.

En el tema de las actuaciones todos están muy bien; obvio Lewis y Weaving son los que tienen mayor exposición, logrando una gran química en pantalla, pero el resto de los secundarios (si, incluida Thorne) hacen un trabajo bastante bueno. La producción también cumple: tiene un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte está ok, el score es agradable, el trabajo de sonido cumple, los efectos en su mayoría son prácticos bien hechos y la labor de maquillaje es limitada.

Opinión final: The Babysitter es muy divertida. Una de las mejores comedias de terror del año.

Ojometro:
****

sábado, 14 de octubre de 2017

Crítica: Nails (2017)


Debut tras la cámara del director Dennis Bartok, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Tom Abrams. Se estrenó en cines dentro del Reino Unido e Irlanda durante el mes de junio, mientras que su salida en VOD en diversos mercados se dará entre octubre y noviembre.

Sinopsis:

Después de quedar paralitica por un terrible accidente, Dana (Shauna Macdonald) lucha para mantener a salvo su vida y la de su familia cuando descubre que una aterradora presencia habita dentro del hospital donde se encuentra.



Comentarios generales:

Pocas cosas me generan tanta curiosidad como el hecho de poder ver nuevos monstruos u asesinos, al final de cuentas el género de terror siempre se ha sustentado de manera importante en estos y es difícil ignorarlos. Es por eso que Nails captó mi interés de inmediato cuando empezaron a salir los pósters y demás arte promocional porque parecía que el monstruo en cuestión sería algo especial, tal vez el detonante para una nueva franquicia; sin embargo, eso tristemente no fue así.

Y no es porque el personaje de Nails en si no sea atractivo, al contrario, creo que lo mejor que hacen los guionistas es establecer un origen y su respectiva mitología de manera adecuada como para que cuente con una longevidad aceptable. Lo malo es que todo eso termina resultando un tanto irrelevante gracias a la manera en la que se cuenta esta historia, ya que al tener una protagonista que no puede caminar la cantidad de situaciones que se pueden explotar se ve limitada y, al menos durante el primer acto, todo se tiene que centrar exclusivamente en generar una sensación muy fuerte de vulnerabilidad para que así los primeros sustos fáciles implementados tengan un poco más de fuerza ante la clara desventaja que existe entre ambas partes.

Una situación que puede resultar efectiva durante unos cuantos minutos, pero que la pierde de manera rápida y eso provoca que la película entre en un desarrollo lento; donde para empeorar las cosas deciden implementar un sistema de cámaras de vigilancia que solo están ahí para explotar más adelante una subtrama familiar que a nadie le interesa. Aunado a esto, las acciones siguen un patrón repetitivo para tratar de exponer el aparente deterioro psicológico de Dana mientras se pretenden añadir ciertas dudas sobre si la leyenda es verdad o no; aunque lo que ocurre durante este lapso se siente hueco debido a que la construcción previa es demasiado superficial y no aporta demasiado contenido que ayude a la elaboración del misterio.

La parte final es algo extraña, ya que por grandes lapsos parece como si estuvieras viendo una copia/plagio de “A Nightmare on Elm Street”. En varios momentos Nails realiza cosas que hacen clara referencia a Freddy Krueger para sostener unos minutos finales que supuestamente deben de lograr un impacto considerable, pero que fallan en su objetivo por el simple detalle de que la mayoría de las muertes son fuera de cámara.

En las actuaciones todo recae en Shauna Macdonald y, aunque hace un esfuerzo aplaudible, las limitantes de su personaje y la trama en si hacen que su papel sea un tanto plano. La producción es discreta: tiene un trabajo de fotografía aceptable, la dirección de arte es muy simple, el score me pareció agradable, el trabajo de sonido sin complicaciones y todo lo relacionado a efectos/maquillaje es limitado.  

Opinión final: Nails fue una gran decepción. Una película genérica que desaprovecha su elemento más atractivo y de la cual se olvidarán en cuestión de días.

Ojometro:
**

miércoles, 11 de octubre de 2017

Crítica: Verónica (2017)


Película dirigida por Paco Plaza (Rec), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a  Fernando Navarro. Se estrenó en cines dentro de España el 25 de agosto, mientras que en México hizo lo propio durante el fin de semana pasado.

Sinopsis:

Madrid, 1990. Una chica trata de hacer contacto con su padre por medio de una sesión con la tabla Ouija, pero ese aparente intento inocente solo hará que una presencia maldita la acompañe a todos lados y amenace con hacerle daño a su familia. 



Comentarios generales:

Cuando fuiste participe de una película tan importante para el género como lo fue Rec es prácticamente una garantía que todo lo que hagas causará grandes expectativas, son las consecuencias del éxito y por ello cuando se supo que Paco Plaza sacaría un nuevo trabajo se pudo percibir una gran emoción. Al final de cuentas por primera vez lo veríamos saliéndose de su zona de confort y hasta cierto punto esto provocó que se esperara algo mucho más grande de lo que se pretendía, ya que aunque Verónica es bastante buena, esta se queda lejos de ser la obra maestra que muchos anhelaban.

Y es que siguiendo el concepto que utilizó hace diez años atrás Plaza vuelve a tratar de poner una situación anormal en el escenario más cotidiano posible, sin recurrir a casas alejadas, cultos u aspectos religiosos extremos; simplemente nos pretende vender la idea de que una posesión puede ocurrirle a cualquiera estando en el lugar y momento equivocados. Aspecto que hace del personaje de Verónica uno con el cual puedas sentir empatía de inmediato, ya que todo el primer acto se encarga de vendernos cómo esta chica que no ha hecho realmente nada malo se convierte en un imán de situaciones raras que, al menos durante un corto periodo de tiempo, pueden ser signos de una posesión o simplemente los estragos que le causa el tener que hacerse cargo de sus hermanitos a tan corta edad.

Provocando así una situación de desgaste que se cocina a fuego lento, con un ritmo no tan caótico pero estable y que conforme van avanzando los minutos construye una atmósfera más oscura e incluso solitaria para nuestra protagonista; a pesar de que las acciones se desarrollan en un lugar que no refleja eso.

Lamentablemente a partir de los 40/45 minutos las cosas, si bien no se vuelven aburridas ni nada similar, entran en el territorio más convencional y es ahí cuando algo que marchaba perfecto baja un poco sus credenciales. Ya que una vez que queda establecido todo el tema de la posesión el director empieza a recurrir a fórmulas ya muy gastadas, a ciertos clichés que esta historia no daba señales de necesitar y al uso de sustos fáciles que después de unos minutos pierden efectividad o que simplemente no aportan nada a largo plazo.

Para nuestra suerte esto no afecta en lo más mínimo la parte final, una que lleva al extremo al personaje de Verónica en todos los sentidos porque ahora no solo tiene que lidiar con su delicado estado emocional, sino que también tiene que proteger a sus hermanos. Esto es lo que en general aporta las dosis de tensión necesarias y, al combinarse con todo el aspecto supernatural, hace que el desenlace tenga mucha fuerza.

En cuanto a las actuaciones quien se lleva todas las palmas es Sandra Escacena (Verónica), la verdad es que la joven está estupenda en su papel debido a que te preocupas por ella en instantes y no te suelta durante todo su sufrimiento; aunque me sorprendió ver a Ana Torrent con un papel secundario tan insignificante. La producción también es bastante buena: cuenta con un gran trabajo de fotografía, la dirección de arte cumple, la selección musical es la adecuada, tiene un muy buen trabajo de sonido, los efectos no son precisamente los mejores y la labor de maquillaje es limitada.

Opinión final: Verónica me gustó. Probablemente no sea la película de posesiones más original, pero en líneas generales es una muy sólida dentro del subgénero.

Ojometro:
****

lunes, 9 de octubre de 2017

5 años del Ojo del Horror



Muchas gracias a todos los que semana tras semana visitan este blog que pasó de ser un simple proyecto bastante improvisado a una parte integral de mi vida cotidiana y que espero pueda seguir varios años más.

domingo, 8 de octubre de 2017

Crítica: Amityville: The Awakening (2017)


Película escrita y dirigida por Franck Khalfoun (Parking 2, Maniac). Se estrenó en cines dentro de México durante el pasado mes de agosto, mientras que en los Estados Unidos estará disponible directamente en VOD por medio de diferentes servicios durante este mes. Su salida en formato físico está planeada para el 15 de noviembre.

Sinopsis:

Junto a su madre, su hermanita y su hermano en coma, Belle (Bella Thorne) se muda a una nueva casa. Sin embargo, cuando la milagrosa recuperación de su hermano se junta con ciertos sucesos extraños empezará a sospechar que algo no anda mal y pronto descubrirá que a donde se mudaron es nada más y nada menos que la infame casa de Amityville.



Comentarios generales:

Cuando en el transcurso de dos años se retrasa la fecha de estreno no una, no dos, no tres, no cuatro, sino en CINCO ocasiones es claro que algo grave pasa y las expectativas para la película en cuestión deben de ser bajadas al mínimo. Por si esto no fuera suficiente, también se trata de un trabajo perteneciente a una franquicia que ha sido pisoteada como pocas, así que las esperanzas de ver algo decente eran prácticamente inexistentes y con Amityville: The Awakening, en efecto, dichas predicciones se cumplieron al pie de la letra.

La verdad es que Khalfoun no toma demasiados riesgos y sigue un procedimiento estándar para contar su historia, una que técnicamente se desempeña como secuela de la original y en donde el único elemento diferente es el hermano en coma. Sin duda un enfoque del cual no se le puede culpar considerando lo difícil que es tratar de sacarle jugo a la franquicia, pero en este caso resulta inefectivo debido a que el desarrollo lento del primer acto y la poca originalidad existente para construir la sensación de peligro dentro de la casa hacen imposible a uno como espectador el poder involucrarse de lleno en el proceso de relevación para nuestra protagonista.

Situación que se pretende lograr incluso por medio del metacine al hacer referencia de algunas de las películas existentes, aunque eso solo termina sirviendo para burlarse del espantoso remake de 2005. Lo cual ejemplifica a la perfección casi todo lo que ocurre aquí debido a que, cuando parece que por fin se tomará algún riesgo, de inmediato el director recula y mejor opta por utilizar elementos por demás vistos que no te llevan a ningún lado; especialmente cuando se trata de generar sustos o situaciones que añadan algo de suspenso.

Cada aspecto es predecible, sin chispa alguna y en general las esperanzas están puestas en que el personaje de James resulte lo suficientemente tétrico para que lo relacionado con el aspecto supernatural no se pierda en medio de un drama familiar que con el pasar de los minutos se vuelve más y más ridículo.  

La parte final al menos trata de ser intensa, contiene todos los elementos que usualmente sirven para lograr eso, pero simplemente nunca obtiene los resultados deseados. El conflicto entre hermanos no resulta desgarrador como debería y el hecho de que decidan ocultar de cierta manera las pocas muertes que hay le quita mucho impacto a algo que por naturaleza lo necesita, convirtiendo así el desenlace en uno blando e incluso irrelevante.

De las actuaciones por ahí Cameron Monaghan (James) creo que logra algo decente, principalmente porque el tipo únicamente con expresiones genera mucha incomodad; mientras que Bella Thorne hace lo horrible acostumbrado, aunque sin estar tan sexualizada. La producción es genérica: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es intrascendente, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son muy discretos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Amityville: The Awakening es aburridísima y mala. Otro trabajo que simplemente confirma que a esta franquicia ya deben dejarla morir.

Ojometro:
**

jueves, 5 de octubre de 2017

Crítica: Cult of Chucky (2017)


Séptima entrega de la franquicia, la cual fue nuevamente escrita y dirigida por Don Mancini (Curse of Chucky). Salió directamente en DVD, Blu-ray y formato digital este 3 de octubre; aunque en Estados Unidos también lo hizo por medio de Netflix (en su versión censurada).

Sinopsis:

Cuatro años después de ser culpada por los asesinatos de su familia, Nica Pierce (Fiona Dourif) es enviada a un sanatorio de mínima seguridad donde su psiquiatra planea curarla. Lo malo es que su método involucra al propio muñeco que la atormentó en el pasado y ella sabe que, tarde o temprano, Chucky despertará para tratar de matarla una vez más.



Comentarios generales:

Hace cuatro años con “Curse of Chucky” fue evidente que Don Mancini quería que su creación regresara a sus raíces al anteponer el terror sobre la comedia, teniendo como resultado una de las mejores entregas dentro de la franquicia; la cual además le inyectó nueva vida cuando parecía condenada a desaparecer. Sin embargo, el que perdiera su toque cómico no fue del agrado de todos y por ello temía que Cult of Chucky volviera a centrarse en ese aspecto para satisfacer a un sector de los fans, algo que afortunadamente no pasó y gracias a eso estamos ante la que es sin duda la entrega más sangrienta y rara de todas.

Obvio con esto no quiero decir que Mancini se haya olvidado por completo de la parte cómica debido a que ni él mismo se toma tan en serio a Chucky, pero al menos durante la primera media hora de la película elige seguir un camino mucho más elaborado en donde pretende jugar un poco con el lado psicológico y hacer del personaje de Nica el centro de atención. Esto porque realmente nuestro peculiar asesino aparece poco durante este periodo de tiempo, uno en el que el principal objetivo es el tratar de insertar sin mucho éxito la duda sobre que, tal vez, lo ocurrido fue producto de su imaginación y en verdad es una asesina.

Hasta aquí todo es un tanto convencional y no tan efectivo en ciertos aspectos, pero nunca te aburre lo que estas viendo, sobre todo porque en un punto empieza a ser evidente que la historia tiene mucho más de lo que te han contado. Y eso es lo que vemos durante toda la segunda mitad, ya que es a partir de pasados los primeros 35 minutos cuando las acciones toman un rumbo bastante loco; uno en donde no solo Chucky empieza a lucir, sino también empieza a ser claro que con este se vale hacer cualquier cosa para mantenerlo relevante.

Las muertes empiezan a ser más gráficas y se logran generar algunas escenas que resultan por demás bizarras (mamá amamantando, es lo único que tengo que decir). Igualmente, poco a poco se le empieza a dar sentido a la presencia de personajes del pasado que hasta este punto no tenían un propósito claro; quienes sirven como la vía definitiva para establecer la nueva idea que diferencia a esta entrega de todas las demás.

Una idea que vuelve la parte final muy entretenida al mantener con lo mínimo el balance entre lo que resulta original y lo que es sumamente ridículo; presentando un nivel de violencia mucho mayor y, ahora sí, integrando el humor bien dosificado por medio de Chucky. Además de que logra ofrecer un desenlace que me tomó totalmente por sorpresa debido a que puede expandir la franquicia o terminarla de una vez por todas.

En las actuaciones Fiona Dourif sigue estando muy bien y Brad Dourif cumple nuevamente siendo la voz de Chucky; aunque me decepcionó que Alex Vincent (Andy) y Jennifer Tilly tuvieran roles tan limitados e incluso un tanto intrascendentes. La producción es de buena factura a pesar del bajo presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte genial, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido cumple y los efectos en su mayoría lucen bastante bien, salvo por algún uso cuestionable de CGI.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Cult of Chucky me gustó. Es la entrega que menos se toma en serio de toda la franquicia y eso, junto con su nivel de violencia, hace que valga la pena.

Ojometro:
****

lunes, 2 de octubre de 2017

Crítica: Phoenix Forgotten (2017)


Primer largometraje del director Justin Barber, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a T.S. Nowlin. Se estrenó de manera limitada en cines durante el mes de abril dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico se dio el 1 de agosto pasado.

Sinopsis:

20 años después de que tres adolescentes desaparecieran en medio de los sucesos que involucraron extrañas luces en el cielo de Phoenix, Arizona, la hermana de uno de ellos se dispone a realizar un documental para tratar de encontrar respuestas de este misterioso caso.



Comentarios generales:

Por lo general suelo ser muy selectivo con los found footage que involucran extraterrestres debido a que casi todos son iguales y en el caso de Phoenix Forgotten era muy claro que seguiría cada uno de los convencionalismos conocidos. Sin embargo, el que por alguna razón Ridley Scott decidiera ser el productor de algo como esto no podía pasar inadvertido y eso me dio el impulso final para checarla, tal vez me encontraría con alguna sorpresa, aunque en lugar de eso lo que me encontré fue prácticamente una combinación de “Blair Witch Project” y “Blair Witch”.

Obvio el escenario en el que se desarrollan las acciones es distinto, pero el argumento es prácticamente el mismo y Barber tampoco hace demasiado para ocultarlo. Una situación que al menos de inicio no resulta tan grave gracias a que son en los primeros 20 minutos en donde esta película resulta agradable de ver debido a que la recreación de vídeos viejos está bien hecha y toda la serie de entrevistas iniciales con respecto a la investigación, ya sea con autoridades o familiares, logran un nivel de realismo decente como para que uno llegue a tener la curiosidad suficiente  y quiera ver qué fue lo que ocurrió con estos adolescentes.

Lo malo es que dichos aspectos positivos se desgastan rápido y una vez que se rebasa esa barrera de tiempo lo que ocurre es simplemente aburrido, muy aburrido. Las cosas avanzan de manera lenta y los detalles para seguir generando misterio empiezan dar vueltas hasta que inevitablemente se topan con pared, provocando con esto que todo sea simple relleno hasta que deciden mostrar una última cinta vieja que sigue la fórmula que ya conocemos y que no contiene grandes elementos como para poder construir escenas efectivas de suspenso. Además de que se ve afectada por unos personajes que nunca te generan gran empatía.

La parte final tampoco ayuda mucho. El formato se empieza a volver un auténtico dolor de cabeza gracias a que no se puede apreciar con claridad lo que ocurre, simplemente ves caminar o correr a estos chicos hasta que “algo” se lleva a uno de estos y a partir de ahí se sigue un patrón similar hasta que termina la película; siendo los últimos 5 minutos los únicos rescatables gracias a que son donde la sensación de peligro es más palpable.

Sobre las actuaciones lo que más resalta son los entrevistados, pero en lo que se refiere a los tres actores principales ninguno realiza una labor que se pueda destacar. La producción no está tan mal para ser un found footage: los vídeos caseros viejos están bien hechos (a pesar de la pobre iluminación), el score es aceptable, el sonido es limpio y los efectos, para lo que son, están ok.

Opinión final: Phoenix Forgotten es un found footage del montón. Una cuasi copia de otras dos películas que no vale la pena.

Ojometro:
**