viernes, 29 de septiembre de 2017

Crítica: The Houses October Built 2 (2017)


Secuela dirigida nuevamente por Bobby Roe, quien además vuelve a compartir créditos como co-escritor del guión junto a Zack Andrews. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 22 de septiembre, mientras que su salida en formato físico está planeada para enero de 2018.

Sinopsis:

Mientras se recuperan del trauma de haber sido secuestrados el Halloween anterior por el grupo de Blue Skeleton, los mismos cinco amigos deciden que deben de enfrentar sus miedos para poder salir adelante. Por ello planean seguir visitando atracciones a lo largo del país aprovechando su nueva fama, aunque pronto habrá señales de que sus antiguos captores no se han olvidado de ellos.



Comentarios generales:

La primera entrega me pareció bastante mala, así que cuando escuche que estaban desarrollando una secuela me sorprendí, ya que no era un concepto que pareciera tener demasiada tela de donde cortar y la verdad tampoco vi mucho clamor popular para que existiera. Pero lo hecho, hecho está, así que le di una oportunidad debido a que suele ser común que las segundas partes sean mejores gracias a que los creadores aprenden de los errores que tuvieron con la original y eso con The Houses October Built 2 no fue la excepción; aunque en este caso dichas mejoras son apenas perceptibles como para poder decir con toda seguridad si superó o no a su antecesora.

Esto porque lo que nos traen Roe y Andrews es básicamente una calca de la primera entrega, con la única diferencia de que ahora cuentan con un argumento que les permite elaborar un poco más la historia por medio de los temores del personaje de Brandy. Aspecto que no hace mucha diferencia debido a que, si bien es tratado de manera esporádica, en general la película vuelve a ser un tipo de documental sobre atracciones de Halloween que se torna demasiado aburrido en poco tiempo y en donde la única novedad es presentar muchísimas tomas aéreas realizadas con un dron.

Y es que se nota que los creadores obtuvieron cierta notoriedad con la primera entrega como para poder acceder a atracciones un poco más elaboradas, pero lamentablemente esto no se aprovecha de mejor manera porque las que salen en pantalla te generan poco interés y en gran medida se debe a que, al ser un found footage, resulta complicado para uno como espectador el poder involucrarse con las experiencias que ofrecen. Simplemente resulta imposible traspasar a la pantalla lo que supuestamente deben de provocar estas situaciones en su propia atmósfera artificial y, en lugar de ver algo al menos interesante, solo te quedas con la imagen de tipos caminando (o corriendo); además de que tampoco las utilizan de manera importante para elaborar algo de suspenso.

Los 20 minutos finales son donde la parte ficticia toma las riendas y no hace demasiado para mejorar el aburrimiento previo. Si se logra construir una atmósfera tensa, además de que es la única parte en donde lo visual está más cuidado; sin embargo, todo lo que le ocurre a Brandy se siente falto de intensidad y exageradamente genérico, lo cual quieren arreglar añadiendo un giro que realmente te termina importando poco.

Las actuaciones siguen la misma línea de la primera, ósea… totalmente desechables. La producción tampoco varía mucho: nuevamente son las propias atracciones las que aportan el aspecto visual (salvo por los últimos 20 minutos), la iluminación mejora, el score pasa desapercibido, el trabajo de sonido no es el mejor y tiene algunos discretos efectos prácticos que funcionan.

Opinión final: The Houses October Built 2 es simplemente mala. Una secuela que nadie pidió y que no es precisamente un gran avance con respecto a la primera entrega.

Ojometro:
**

martes, 26 de septiembre de 2017

Crítica: Mother! (2017)


Película escrita y dirigida por Darren Aronofsky (Black Swan). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de septiembre, mientras que en México hizo lo propio este fin de semana. Recaudando hasta la fecha $25.9 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

El matrimonio de una pareja se ve puesto a prueba cuando un par de invitados no deseados llegan a su casa para interrumpir su tranquila existencia.



Comentarios generales:

Cuando Aronofsky reveló que se adentraría de manera más seria al género de terror con su nueva película rápidamente captó mi atención, ya que hace siete años atrás tuvo un ligero acercamiento bastante interesante con “Black Swan” y siempre me quedé con la duda sobre lo que podría hacer si se metía de lleno. Obvio no esperaba algo convencional conociendo su filmografía y eso se confirmó cuando salieron las primeras reacciones en diversos festivales, ya que Mother! está destinada a generar opiniones encontradas debido a que es rara, muy rara. De esas películas con las cuales cada quien tendrá su propia forma de interpretarla.

Y es que a pesar de que existe una clara inspiración en “Rosemary´s Baby”, lo que nos regala Aronofsky es una historia que solo él parece entender de manera exacta debido a que con el pasar de los minutos va mutando no solo en cuanto a los temas que trata, sino también en el tono bajo el cual pretende desarrollarlos. Esto porque lo que vemos en el primer acto se puede decir sin muchos problemas que es una película que camina por los territorios del thriller psicológico al presentarnos a una pareja (de la cual nunca se revelan los nombres) que se ve expuesta a una situación poco común, la cual sirve para ir desarrollando sus personalidades tan opuestas y, además, para generar misterios que todavía mantienen un grado del lógica razonable.

Realmente la intención del director nunca es provocar sustos o algo similar, su meta más que nada es ir construyendo una sensación de soledad muy marcada por medio del personaje de Jennifer Lawrence y así insertarle la duda al espectador sobre qué es lo que puede ocurrirle a ella al quedar envuelta en un conflicto del cual, haga lo que haga, parece no podrá salir gracias al comportamiento ilógico de su esposo. Siendo esa soledad la que ayuda a crear una atmósfera oscura, a desarrollar un nivel de suspenso adecuado y a creer que en todo momento existe un peligro latente dentro de esta casa que se convierte en una jaula claustrofóbica.

Hasta aquí las cosas son extrañas pero algo entendibles; sin embargo, llega el último acto y eso deja de existir. Ya que a partir de aquí todo es, literalmente, un caos; uno en donde el director hace una clara alusión a lo que significa estar casado con alguien famoso y empieza a realizar muchísimas referencias a la biblia o a Dios bajo un ritmo vertiginoso que sin duda convierten a estos minutos en los más bizarros que he visto en el cine durante mucho tiempo. Aunque lamentablemente deja las cosas abiertas a la total interpretación y eso termina dañando muchísimo el producto general.  

En cuanto a las actuaciones esta es una película con un reparto de primer nivel y no decepcionan. Lawrence es el alma al aparecer en un 99% de las escenas y por grandes lapsos te involucras de lleno con lo que le pasa debido a que parece ser la única persona cuerda en todo esto; mientras que Javier Bardem, Ed Harris y Michelle Pfeiffer logran por medio de sus personajes generar diversas sensaciones que van desde locura hasta peligro.

La producción también es de nota alta: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score me agradó bastante, el trabajo de sonido es espectacular y un elemento fundamental para la efectividad de varias escenas. Lo único que deja algo que desear son algunos de los limitados efectos que se utilizan.

Opinión final: Mother! definitivamente es difícil de calificar. Una película en verdad extraña con momentos muy buenos, pero que en su conjunto no me terminó de convencer.

Ojometro:
***

sábado, 23 de septiembre de 2017

Crítica: Jackals (2017)


Película dirigida por Kevin Greutert (Saw VII 3D, Jezabel), cuyo guión fue escrito por Jared Rivet. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de septiembre, mientras que su salida en formato físico está planeada para el próximo 3 de octubre.

Sinopsis:

En la década de los 80s una familia secuestra en una cabaña en el bosque a su propio hijo para tratar de recuperarlo de un culto asesino, pero pronto se encontrarán en una situación de vida o muerte cuando miembros de dicho culto los rodean demandando la liberación de su preciado “hermano”.



Comentarios generales:

Mientras realizaba la investigación de cajón que hago cuando una película está supuestamente basada en “hechos reales” no encontré información al respecto, pero lo que si pude encontrar fue que el guión de Jackals fue terminado en 2006. Esto me pareció interesante debido a que son dos años antes de que saliera The Strangers, un filme que para muchos revitalizó el subgénero de invasión de hogares, así que existía la posibilidad de poder tener algo fresco ante mi considerando que estaba exento de la fórmula que hoy ya está por demás explotada, pero al final lo que vi fue en extremo decepcionante.

La verdad es que lo que nos trae Greuter es un trabajo que se siente sin nada especial, el cual inicia con una secuencia filmada en primera persona cuyo único propósito es hacerte notar que la historia se realiza en la década de los 80s y pasar inmediatamente de ahí al evento central con el cual realmente no tiene (ni tendrá) ningún tipo de conexión. Simplemente es una serie de ideas que se van desarrollando sin ningún tipo de complejidad, en donde lo más importante es no salirse de una línea segura y no retar a un grupo de personajes que desde el primer minuto se la pasan a la defensiva mientras tratan de salvar a alguien que los odia, pero que nunca sabes exactamente por qué.

Y es ahí donde radica el problema, ya que en lugar centrarse en el culto mejor se opta por seguir una historia plana de supervivencia en la que pasan muchas cosas pero ninguna tiene la suficiente importancia como para cambiar el rumbo de estas. Todo ocurre de manera caótica, sin freno alguno y por lo consiguiente eso genera un ritmo fluido; sin embargo, esto resulta irrelevante al ver que cada escena es prácticamente una calca de la anterior y que la amenaza que se encuentra en las afueras de la cabaña te genera poco interés porque simplemente no tienes idea de quienes son o sobre las razones por las que están dispuestos a llegar tan lejos para rescatar a uno de sus miembros.

La parte final tampoco hace mucho para arreglar el desastre. Ya para este punto te queda claro que no hay intención alguna de revelar a detalle lo que hay detrás del culto y mejor se dedican a elevar un poco más el nivel de intensidad por medio de muertes o peleas que no están mal, pero que no añaden demasiado; dejando que el desenlace sea uno bastante hueco.

En el tema de las actuaciones quienes más sobresalen son Ben Sullivan (Justin) y Johnathon Schaech (Andrew Powell); siendo el segundo el que hace la labor más sólida, mientras que el primero solo se limita a hacer la misma expresión todo el tiempo. La producción no está mal: cuenta con un trabajo de fotografía sólido, la dirección de arte no tiene mucho, el score cumple, el trabajo de sonido está ok y los efectos no son la gran cosa.

Opinión final: Jackals es bastante mala. Una película de invasión de hogares que llega muy tarde y sin nada relevante que ofrecer.

Ojometro:
**

miércoles, 20 de septiembre de 2017

Crítica: The Vault (2017)


Película dirigida por Dan Bush (The Signal), quien además es co-escritor del guión junto a Conal Byrne. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de septiembre, aunque todavía no hay información sobre su salida en formato físico.

Sinopsis:

Para salvar la vida de su hermano, Vee (Taryn Manning) y Leah (Francesca Eastwood) han planeado realizar un robo a un banco. Este no parece tener fallas, pero cuando el dinero no es lo que esperaban deciden bajar a la bóveda subterránea del lugar; aunque lo que no saben es que ahí encontrarán más que simple dinero.



Comentarios generales:

Sinceramente fue algo complicado el decidir si veía The Vault debido a que su promoción e incluso el trailer no dejaban muy en claro si se trataba de una película de terror o solo un thriller sobre robos; además, el hecho de que apareciera James Franco complicaba más las cosas debido a que últimamente este actor solo suele ser utilizado como imán promocional para trabajos en los que aparece unos cuantos minutos. Realmente todo estaba en su contra, pero al final le di una oportunidad y para mi sorpresa si tenía elementos de terror, así como la presencia de Franco por más de 5 minutos. Aunque eso no significa que haya valido la pena.

Esto porque lo que vemos es un intento de mezcla de géneros por parte de Bush que en ningún momento logran complementarse de buena manera, ya que básicamente todo el primer acto es un thriller en toda la regla, donde el propósito es establecer los motivos del robo y ciertos conflictos entre los ladrones que, tal vez si o tal vez no, tengan una influencia en las acciones más adelante. Siendo sin duda la parte más efectiva debido a que cumple todos sus objetivos y de paso logra generar niveles de tensión adecuados que, al menos por unos cuantos minutos, hacen que uno genuinamente quiera ver cómo se resolverá esta situación debido a que existen motivos de sobra para que todo salga mal considerando las personalidades explosivas involucradas.

El problema llega cuando se integra todo el aspecto del terror, que en este caso se trata de espíritus y que simplemente no se siente como una parte orgánica de la historia, sino más bien como algo que se añadió en algún punto para tratar de darle más minutos a una trama en extremo básica. Ya que en realidad lo que vemos a partir del minuto 40 son una serie de escenas bastante repetitivas que definitivamente hacen que el tono de esta se vuelva más oscura pero no significan absolutamente nada y, más allá de presentar imágenes con cierto nivel de impacto, se sienten huecas ante la falta de contexto.

Ante esto la parte final carece por completo de fuerza porque la mayoría de lo mostrado no tiene mucho sentido y los conflictos a los que en un inicio se les había puesto énfasis terminan quedando en el olvido. Lo cual pretenden arreglar por medio de un giro, sin embargo, este no resulta tan sorpresivo como para al menos dejarte con un buen sabor de boca.

De las actuaciones hay poco que destacar; no es que tengan algo malo, pero tampoco es que sean dignas de resaltar. La producción al menos es de buena factura: el trabajo de fotografía está bien, la dirección de arte no tiene mucho, el score es simple, el trabajo de sonido está ok y lo referente a efectos/maquillaje cumple.

Opinión final: The Vault es bastante aburrida. Una combinación de géneros inefectiva que solo les causará bostezos.

Ojometro:
**

viernes, 15 de septiembre de 2017

Crítica: It (2017)


Nueva adaptación de la novela de Stephen King, la cual está dirigida por Andy Muschietti (Mama) y cuyo guión fue co-escrito por Chase Palmer, Cary Fukunaga y Gary Dauberman. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado de 8 de septiembre, mientras que aquí en México hizo lo propio el día 14. Recaudando hasta la fecha $247 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

En el pueblo de Derry un grupo de niños decide enfrentar a un demonio que los aterroriza tomando la forma de un diabólico payaso. 



Comentarios generales:

“It” es mi libro favorito, así que cuando se empezó a especular sobre una nueva adaptación diversos sentimientos aparecieron. Al final de cuentas la miniserie de lo 90s siempre me ha parecido lo suficientemente correcta como para llenar este espacio y las diversas complicaciones que sufrió esta película durante la pre-producción hacían pensar que dicha miniserie seguiría siendo lo mejor que íbamos tener; sin embargo, una vez que salió el primer trailer mis miedos disminuyeron debido a que lo mostrado lucia prometedor y creo que en términos generales se cumplieron con las expectativas que el público mainstream tenía; aunque para aquellos con conocimiento del libro puede que no sea tan convincente.

Esto porque lo que nos regala Muschietti es una adaptación con conflictos muy marcados sobre la manera en la que se quieren presentar las cosas, iniciando con una escena que te hace suponer que veras un trabajo oscuro y sangriento, pero que con el pasar de los minutos se queda como una simple anécdota porque en realidad la película maneja un tono mucho más ligero que te provocará más risas que miedo. Lo cual tiene que ver más que nada con el hecho de que nuestros protagonistas son niños y bueno… se comportan como tal, siendo este uno de los aspectos que más me agradaron debido a que el club de perdedores se vuelve entrañable con el pasar de los minutos y dicha inocencia contrasta de gran manera con los temores cotidianos explotados por Pennywise.

Temores que llevan a varias de las escenas diseñadas para tratar de generar terror y que visualmente son todo un deleite de ver, pero lamentablemente lo bueno que se logra con la mayoría de los niños en estas escenas no se complementa con un desarrollo mucho mayor de los acontecimientos que los rodean debido a que el pueblo de Derry se siente sin vida. Todo avanza de manera acelerada, sin entrar en muchos detalles (de la época, los asesinatos o la vida de ciertos personajes) y en gran medida se debe a que existe una urgencia evidente por tratar de hacer de Pennywise algo muy grande, de llevarlo a niveles icónicos con la nueva audiencia y ello conlleva una sobreexposición que por ciertos lapsos hacen sentir sus apariciones algo forzadas.

Ahora, aun con este inconveniente, la película en general diría que funciona. Nunca se siente aburrida y el ritmo utilizado nunca permite que el espectador se relaje lo suficiente para que así algunos de los sustos fáciles utilizados resulten efectivos. Igualmente, la atmósfera generada y la propia dinámica entre los niños logran crear momentos lo suficientemente sólidos para explotar por completo el concepto de que personas ordinarias son capaces de lograr cosas extraordinarias ante situaciones que van más allá de su comprensión.

La parte final es lo que si considero su mayor problema, ya que es aquí donde se dan muchos de los cambios más marcados y no creo que sean para bien. Simplemente este enfrentamiento nunca termina por explotar, resulta muy convencional y vuelve desechable un personaje vital (Henry Bowers); aunque al menos si contiene un nivel de violencia decente.

En el tema de las actuaciones debo de decir que los miembros del club de los perdedores están estupendos; especialmente Finn Wolfhard (Richie), Sophia Lillis (Beverly) y Jack Dylan Grazer (Eddie). Mientras que Bill Skarsgard como Pennywise no me desagradó, en verdad resulta aterrador con su mera presencia, pero si se ve algo afectado por la sobreexposición de la que hable previamente.

La producción es de primer nivel: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte es detallada, el score muy bueno, el trabajo de sonido impecable y la labor de maquillaje en cuanto a la caracterización de Skarsgard es de nota alta. El único punto bajo viene con los efectos, los cuales en su mayoría están bien hechos, pero al recaer tanto en el uso del CGI existen ciertas escenas en donde si dejan mucho que desear.

Opinión final: It me entretuvo, es buena película, pero esperaba mucho más. Su excelente reparto y estilo visual no son suficientes para llevar esta adaptación a otro nivel.

Ojometro:
****

miércoles, 13 de septiembre de 2017

Crítica: Temple (2017)


Co-producción japonesa/estadounidense que significa el debut tras la cámara de Michael Barrett y cuyo guión fue escrito por Simon Barrett. Se estrenó el pasado 1 de septiembre directamente en VOD dentro de los Estados Unidos, pero no existe información sobre si llegará a otros mercados o sobre su salida en formato físico.

Sinopsis:

Tres turistas estadounidenses se adentran en los bosques de Japón para encontrar un antiguo templo. Lo que no saben es que dicho lugar es vigilado por espíritus que harán todo para convertir su viaje en una auténtica pesadilla.  



Comentarios generales:

Uno sabe que con el género de terror siempre se está a merced de películas de todo tipo, pero con  altas probabilidades de encontrarse con cosas realmente espantosas que en algún punto harán que te cuestiones por qué te gusta sufrir de esa manera. Suele ocurrir por lo menos unas cuatro o cinco veces por año, es algo inevitable, y precisamente con Temple se dio esa situación; no solo porque no tiene nada que destacar, sino porque además es uno de los trabajos con menos sentido que he visto últimamente. 

Y no es porque se trate de una historia compleja que resulte complicada de exponer en pantalla, al contrario, creo que los Barrett no podrían haber elegido algo tan simple para hacer su debut, pero a todas luces se nota que no sabían exactamente lo que querían contar. Esto debido a que, si bien existen elementos que construyen de manera muy superficial una historia sobre fantasmas, gran parte de la película se centra más en un supuesto triangulo amoroso entre los turistas que no te lleva a ningún lado y que solo sirve para poder gastar tiempo mostrando situaciones por demás absurdas que están diseñadas con el único propósito de poder explotar lo más que se pueda el aspecto visual que de manera natural brinda Japón.

Una tónica que se mantiene durante gran parte del filme y que se incrementa una vez que se trasladan las acciones a la zona rural, donde el tema del templo empieza a tener más relevancia pero te genera nulo interés debido a que lo que ocurre es perfectamente descifrable. Aunque lo peor es que todo se realiza con una lentitud frustrante, extendiendo así un viaje agónico que carece por completo de suspenso o de cualquier tipo de construcción de una atmósfera que te haga sentir el peligro que supuestamente corren estos personajes.

La parte final es un desastre como pocos. Realmente pareciera como si los últimos 10/15 minutos solo fueran escenas random filmadas para usarlas en dado caso de no tener una idea clara del desenlace, ya que todas las historias de los personajes quedan inconclusas y no explican absolutamente nada; dejando así en el aire muchas preguntas para algo que de por si no tenía mucha sustancia.

Las actuaciones son genéricas, no tienen nada de especial y terminan importando poco. La producción es probablemente lo más aceptable: el trabajo de fotografía es lo mejor de la película, la dirección de arte está ok, el score no tiene nada destacado, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien y la labor de maquillaje es bastante sencilla.

Opinión final: Temple es espantosa. Un sinsentido absoluto que sin duda estará dentro de lo peor de 2017.

Ojometro:
*

domingo, 10 de septiembre de 2017

Crítica: Peelers (2017)


Película dirigida por Sevé Schelenz (Skew) y escrita por Lisa DeVita (quien también tiene una breve participación en pantalla). Se estrenó en VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos y Canadá a mediados de julio

Sinopsis:

Blue Jean (Wren Walker) es la dueña de un table dance dentro de un pequeño pueblo que en su noche de clausura tendrá que defender a sus strippers y su propia vida cuando varios de sus clientes se ven afectados por una extraña sustancia que los convierte en seres violentos que lo único que desean es matar.



Comentarios generales:

Debo de aceptar que cuando vi el trailer de Peelers esta me pareció atractiva porque su premisa en si lucia muy absurda y tenia potencial para ser cine serie b entretenido. Al final de cuentas el utilizar un table dance como escenario para realizar cualquier historia es por demás exótico y eso casi de inmediato te indicaba que no debías de tomar tan en serio lo que iba a ocurrir en la película; sin embargo, en este caso ni esa advertencia pudo salvarla de que fuera bastante olvidable.

Esto porque lo que nos regalan Schelenz y DeVita es algo que todo el tiempo sufre de una falta de convicción muy marcada sobre cómo quiere mostrar a sus personajes centrales, ósea… las strippers. A quienes durante gran parte del primer acto las muestran como mujeres fuertes, capaces de valerse por ellas mismas y sin dejarse intimidar por el ambiente de esta clase ambientes, pero también las ponen realizar acciones muy ridículas e incluso algo grotescas que eliminan prácticamente de golpe toda la construcción previa y con eso generan un conflicto muy evidente con respecto a la dirección a donde quieren llevar la historia; la cual, al menos durante los primeros 20/25 minutos, solo sabes que involucra infectados por la escena inicial.

Evidentemente conforme pasan los minutos el tema de la infección toma relevancia y esto hace que la sangre empiece a fluir, logrando así los momentos más divertidos por medio de elementos visuales impactantes proporcionados por varias muertes y un ritmo que llega a ser un tanto caótico por ciertos lapsos. Una fórmula efectiva sin duda, pero que para la mala suerte de todo el mundo se desgasta de manera muy rápida y provoca un marcado estancamiento; no solo porque nunca se te brindan grandes explicaciones sobre qué es la sustancia y por qué es tan difícil matar a los infectados, sino también porque el tema de las strippers fuertes básicamente queda en el olvido para darle paso a una dinámica mucho más genérica que, para colmo, obtiene tintes muy ridículos una vez que se revela cual es la solución para acabar con la amenaza.

La parte final tampoco es muy buena. Tiene algunos momentos pintorescos pero la explicación detrás de la infección es poco convincente y por la manera en la que se desarrollan las acciones llega un punto en donde realmente te termina importando poco si la mayoría de los personajes viven o mueren.

Las actuaciones no son desastrosas, pero tampoco nada para resaltar; realmente la mayoría saca con lo mínimo sus roles. La producción está ok: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte no tiene nada especial, el score es genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es probablemente lo más destacable sin ser espectacular.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Peelers es decepcionante. Película sobre infectados con algunos momentos decentes de la que se olvidarán en un par de semanas.

Ojometro:
**

jueves, 7 de septiembre de 2017

Crítica: Killing Ground (2017)


Primer largometraje del director Damien Power, quien además es el escritor del guión. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de julio, mientras que en Australia hizo lo propio en cines a mediados de agosto.

Sinopsis:

El fin de semana para acampar de una feliz pareja se convierte en su peor pesadilla cuando se encuentran con la escena de un brutal crimen.



Comentarios generales:

El cine de terror australiano no es precisamente ajeno a las películas de supervivencia en lugares remotos; de hecho, gran parte de su renacer se ha sustentado en esta clase de trabajos y en cierta medida eso se ha vuelto un sello característico. Han perfeccionado la fórmula a tal grado de que uno sabe de antemano que se va a encontrar con algo entretenido y Killing Ground no fue la excepción, aunque esta obtiene su gracia de una manera un tanto distinta a la acostumbrada.

Con esto no me refiero a que Power no siga la línea de la crudeza o deje de lado a sanguinarios asesinos que gustan de hacer sufrir lo más posible a sus víctimas, eso está presente, pero en lugar de golpearte de lleno desde el primer instante mejor opta por construir una historia que lentamente va a ir despertando tu curiosidad. Ya que el primer acto combina el pasado con el presente en una sola narrativa en la que dos grupos de personas se encuentran exactamente en el mismo lugar pero bajo tiempos distintos, construyendo así un suspenso muy sólido debido a que conforme pasan los minutos uno trata de descifrar qué fue lo que ocurrió, cómo se van a unir ambas historias y, sobre todo, cómo afectará a cada uno de los personajes esto.

Lo cual no suena tan atractivo, pero lo cierto es que la manera en la que se construye todo hace que la tensión se vaya incrementando de manera constante y eso a ayuda a que el nivel de impacto sea realmente elevado cuando las dos líneas de tiempo tengan que converger. No tanto porque sea extremadamente gráfico, sino porque el director por medio de ciertas imágenes te deja en claro que acaba de ocurrir una situación por demás brutal y en base a esta va revelando la propia naturaleza de los asesinos; quienes cuentan con personalidades bastante frías e intimidantes, alejándose por completo de los psicópatas extravagantes de cajón.  

Los últimos treinta minutos son los que se centran por completo en tema de la supervivencia, aquí es donde el ritmo se vuelve muy mucho más dinámico y la violencia se incrementa en todos los sentidos, aunque está lejos de ser un gorefest.

Básicamente en esta parte el mensaje es que en estos casos los seres humanos están dispuestos a hacer lo que sea para mantenerse con vida, dejando de lado los lazos existentes o cuestiones morales que, en teoría, uno no debería de poner a discusión. Eso convierte la película en una muy interesante; sin embargo, la manera en la que se desarrollan ciertas cosas no resulta tan efectiva y hacen que el desenlace no sea convincente.

Las actuaciones en general son bastante buenas, aunque quienes se llevan todos los reflectores son Aaron Pedersen (Sam) y Aaron Glenane (Chook) como los asesinos; en especial este último hace un trabajo estupendo. La producción es discreta: cuenta con un buen trabajo de fotografía, el score cumple, el trabajo de sonido es sólido y la labor de maquillaje es sencilla.

Opinión final: Killing Ground me gustó. Una película de supervivencia potente que resalta por varias cosas y no solo por su crudeza.

Ojometro:
****

lunes, 4 de septiembre de 2017

Crítica: Little Evil (2017)


Película escrita y dirigida por Eli Craig (Tucker and Dale vs Evil). Se estrenó a nivel mundial de manera exclusiva en Netflix el pasado 1 de septiembre.

Sinopsis:

Gary (Adam Scott) justo se acaba de casar con Samantha (Evangeline Lilly) y lo único que quiere es que esta nueva etapa en sus vidas sea lo mejor. Para lograr eso su primera meta es poderse llevar bien con el pequeño hijo de seis años de ella, quien no parece tenerle mucho cariño y que, tal vez, sea el mismísimo anticristo.



Comentarios generales:

Contrario a lo que suele creer, el hacer comedias de terror no es algo sencillo debido a que se necesita saber cómo balancear dos géneros tan diferentes para poder satisfacer a todos por igual. Por eso casi siempre se recurre al humor centrado en excesiva sangre o a los zombies debido a que son elementos fáciles de mezclar con la comedia, pero en el caso de Little Evil dichos elementos no se veían por ningún lado y eso la volvía una bastante interesante (aunado a quien es su director); aunque lastimosamente está lejos de ser algo memorable.

Y es que lo que nos trae Craig definitivamente no será del agrado de muchos debido a que el balance del que hablo por grandes lapsos no existe, haciendo de está película algo mucho más ligero de lo acostumbrado, pero no por ello sin escenas que te hagan reír. Especialmente durante un primer acto en donde las referencias a The Omen (y algunas otras películas) son mucho más marcadas para hacer de este uno bastante ameno, generando por medio de la dinámica del padrastro tratando de entender al niño algunos de los momentos más graciosos al combinar un estilo visual tenebroso, intentos de sustos fáciles y cierta ingenuidad que establecen el tono del tema satánico que involucra.

Lo malo es que conforme van pasando los minutos la comedia poco a poco se va simplificando y llega un punto en el cual todo lo que esté relacionado con el lado del terror pasa a un segundo término para darle prioridad a un humor simplón que resulta inefectivo la mayoría de las veces. No tanto como para arruinar por completo la película pero si para volverla algo aburrida durante un segundo acto en el que por momentos se le dan muchas vueltas a ciertos aspectos y se le pone énfasis al mensaje sobre la complejidad que representa el tener que ser la figura paterna de alguien con el que no se tiene una conexión, lo cual no está mal; sin embargo, la manera en la que se desarrolla todo esto no terminó por convencerme.

La parte final es entretenida. Toda la cuestión de que puede ser el fin de la humanidad vuelve a tomar relevancia y te brindan las respuestas que hacían falta para comprender la naturaleza del niño; además de que es la parte con más acción a su modo.

De las actuaciones no tengo queja alguna, Scott está bastante bien en su rol de padrastro y Lilly brinda ese toque de ingenuidad necesaria a la perfección; mientras que la mayoría de los secundarios cumplen con sus roles de manera acertada. La producción no es nada ostentosa: cuenta con un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es discreta, el score es simple, el trabajo de sonido cumple y los efectos son muy sencillos.

Opinión final: Little Evil está ok. Es la típica película para pasar el rato, aunque probablemente sea demasiado ligera para el gusto de muchos fans.

Ojometro:
***

viernes, 1 de septiembre de 2017

Crítica: The Monster Project (2017)


Primer largometraje del director Victor Mathieu, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Corbin Billings y Shariya Lynn. Se estrenó el pasado 18 de agostos de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre su salida en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de jóvenes aspirantes a cineastas planean incrementar su número de suscriptores en YouTube por medio de un documental que titulan “The Monster Project”, el cual incluirá diversas entrevistas con monstruos reales. Para ello han logrado pactar encuentros en una casa abandonada con quienes aparentemente son un vampiro, una chica poseída y un skin-walker, pero pronto sus planes se saldrán de control.



Comentarios generales:

El que un found footage me genere gran expectativa en años recientes no es algo común por múltiples razones que he llegado a exponer en ocasiones anteriores, pero en el caso de The Monster Project eso fue lo que ocurrió justo cuando vi el trailer. Y es que, si bien la idea no es tan innovadora, esta lucia con bastante potencial y mucha más sustancia de la habitual que se ve en este subgénero; en especial por la manera en la que pretendían juntar a distintos monstruos. Lo cual hace de esta película algo diferente, aunque lamentablemente no logra evitar varios de los vicios de siempre.

Esto a pesar de que Mathieu pretende no utilizar la fórmula desgastada que conocemos, pero para su mala suerte la propia historia lo obliga a hacerlo durante un primer acto que ciertamente es un tanto genérico y bastante molesto gracias a un par de personajes que son estereotipados de manera por demás exagerada. Añadiendo con estos además una pequeña subtrama sobre abuso de drogas y depresión que se siente fuera de lugar, haciendo que las partes que involucran la búsqueda de los entrevistados queden como sucesos pasajeros cuando en realidad tendrían que ser determinantes para poder ir estableciendo el tono oscuro de la película considerando los extraños acontecimientos que se han dan en torno a estos y generar dudas sobre si en verdad son o no son lo que dicen ser.

Afortunadamente ya para el segundo acto las cosas mejoran, dicho tono se logra establecer dentro de la casa y una vez que los monstruos entran a escena se empieza a generar poco a poco  una tensión muy interesante que sabes que en algún punto debe de explotar para llevar esto al siguiente nivel. Situación que ocurre y vuelve mucho más dinámicas las cosas al elegir irse por el camino de la acción, sin dejar de lado los elementos de terror necesarios para hacer de la amenaza una muy convincente; aunque al hacer esto también deciden tomar el riesgo de complicar bastante el visionado debido a que, ante la limitada iluminación y el constante movimiento rápido de la cámara, ciertas cosas no se pueden apreciar del todo bien.

La parte final es algo agridulce. Ciertamente la resolución del tema de los monstruos queda bien, no es nada espectacular e incluso cae en lo repetitivo, pero se da de manera orgánica; sin embargo, por alguna razón se decidió agregarle algo más que se siente totalmente metido con calzador y que no encaja en lo absoluto con lo que viste durante más de 85 minutos.

De las actuaciones hay cosas buenas y otras bastante pobres, aunque mucho tiene que ver con la manera en la que algunos de los personajes son presentados en pantalla. La producción no está nada mal para ser un found footage: la iluminación tienen sus altibajos, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son principalmente con CGI pero están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Monster Project está ok. En general es entretenida pero siempre te deja con la sensación de que la idea daba para más.

Ojometro:
***