martes, 29 de octubre de 2019

Crítica: Zombieland: Double Tap (2019)


Secuela dirigida por Ruben Fleischer (Zombieland), cuyo guión fue co-escrito por Dave Callaham, Rhett Reese y Paul Wernick. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 18 de octubre, mientras que en México hizo lo propio el fin de semana pasado. Recaudando hasta la fecha $63.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Columbus (Jesse Eisenberg), Tallahassee (Woody Harrelson), Wichita (Emma Stone) y Little Rock (Abigail Breslin) se mudan al corazón de los Estados Unidos mientras enfrentan a un nuevo tipo de zombies, otros sobrevivientes y los constantes dolores de cabeza que significa pertenecer a una familia improvisada.  



Comentarios generales:

La primera Zombieland es una de las historias de éxito más grandes dentro del género en este siglo, ya que una película que no lucía como nada especial se convirtió en una de las mejores comedias de terror que se han hecho y sirvió como plataforma para impulsar al mainstream a nombres como Emma Stone y Jesse Eisenberg, así como en revivir la carrera de alguien como Woody Harrelson. Simplemente parecía un cuento de hadas que difícilmente se volvería a repetir por el estatus de todos de los involucrados, sobre todo después del intento fallido por parte de Amazon de hacer una serie hace algunos años, pero gracias a diversos factores los planetas se alinearon para que pudiéramos tener algo como Double Tap.

Una secuela en la que se puede notar en todo momento que Fleischer y los guionistas entienden perfectamente lo que hacen debido a que, en lugar de querer jugar con el factor nostalgia, mejor deciden no partirse la cabeza y dejar que esto sea una continuación natural de lo ocurrido en la primera entrega con una historia sencilla, pero obviamente mucho más grande en todo sentido. No solo por el evidente incremento del presupuesto, sino que el hecho de que los personajes principales hayan crecido brinda un desarrollo natural que permite al director no ahondar demasiado en lo que pasó durante estos diez años y mejor enfocarse en cómo esas vivezas han hecho evolucionar a esta “familia” que todo lo que hace es totalmente ridículo, aunque en el fondo los lazos son más fuertes de lo que parecen.

Obvio con esto no quiero decir que lo que pasa sea muy profundo o emocional, para nada, ya que una vez que se establece lo básico las cosas adquieren el tono esperado y tanto la acción como el humor no paran. Logrando así que el ritmo sea uno bastante fluido durante un viaje en el que se van añadiendo de manera puntual nuevos elementos que le dan frescura a este peculiar universo como los tipos de zombies o el “Zombie Kill of the Week”, así como locaciones que tienen un significado especial para saber un poco más sobre la obsesión de Tallahassee con Elvis o para proporcionar ciertas referencias.

Aunado esto se encuentra la integración de personajes nuevos que no desentonan y que cumplen con propósitos específicos. Siendo sin duda Madison el que más resalta al ser ella la que proporciona no solo varios de los momentos más cómicos del filme, sino que además con su mera presencia logra que la dinámica del grupo se reinvente de cierta manera al provocar casi siempre conflictos por su torpeza, especialmente con Wichita.

La parte final es la locura que tenía que ser. Aquí simplemente se trata de ver a zombies ser eliminados de distintas maneras y generar la sensación de peligro suficiente para tener un cierre que deje contento a todo mundo.

Las actuaciones siguen siendo geniales con Stone, Harrelson, Breslin y Eisenberg manteniendo la química intacta, mientras que Zoey Deutch (Madison) resulta ser una grandísima adición con un personaje muy bobo que se roba varias escenas. La producción claramente es mucho mayor a la de la primera entrega: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es genial, el score es agradable, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son de gran calidad y la labor de maquillaje es muy buena con los zombies.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Zombieland: Double Tap me hizo reír bastante. Sin duda una de las películas más divertidas de 2019.

Ojometro:
****

viernes, 25 de octubre de 2019

Crítica: Eli (2019)


Película dirigida por Ciarán Foy (Citadel, Sinister 2), cuyo guión fue co-escrito por David Chirchirillom, Ian Goldberg y Richard Naing. Se estrenó en Netflix a nivel mundial pasado 18 de octubre.

Sinopsis:

Un niño que se encuentra recibiendo un tratamiento para su enfermedad autoinmune descubre que la casa en donde se está quedando no es tan segura como le hicieron pensar.



Comentarios generales:

Seguimos con la oferta de Halloween por parte de Netflix y ahora toca el turno de una película que en el papel lucía como su propuesta más importante, pero que contaba con cierta turbulencia detrás que dejaba varias dudas. Ya que antes de ser exclusiva del servicio de streaming, Eli estaba planeada para salir en cines gracias a Paramount; sin embargo, por razones poco convincentes decidieron ceder los derechos y eso nunca es precisamente una buena señal porque significa que el producto en general tiene distintos problemas.

Problemas que en este trabajo de Ciarán Foy no son tan catastróficos como me lo temía, aunque si son notorios y eso convierte el visionado en un reto desde temprano. Esto porque estamos ante una historia que se desgasta rápido al no dedicarle mucho tiempo a la condición de Eli o en explicar qué fue lo que la originó, dando pie a que el director simplemente empiece a soltar susto tras susto una vez que se llega a la casa esperando que eso sea suficiente como para generar interés y con ello producir una dinámica que te haga olvidar la falta de contexto.

Algo que logra por un periodo de tiempo limitado gracias a que algunos sustos están bien hechos y en general la atmósfera construida ayuda a que tengan peso, pero rápidamente se vuelven un tanto fastidiosos ante los constantes gritos de nuestro protagonista. Ocasionando con esto que el ritmo vaya decreciendo hasta llegar a un segundo acto en el que se podría decir que pasa mucho y a la misma vez no pasa nada, ya que a partir de este punto la película empieza a dejar todo a medias en un intento por querer generar confusión con respecto a lo que ocurre.

Tocando apenas con pinzas la evidente tensa relación de los padres, dejando en un plano secundario el tema del tratamiento y haciendo que todo lo que involucra a los fantasmas poco a poco se vuelva repetitivo dado a que no existe ningún tipo de avance palpable. Aunque, por otra parte, si se logra establecer de manera más o menos decente que existe algo más siniestro detrás de lo que ocurre en esa casa.

Dejando así todo preparado para una parte final que significa un cambio radical y por lo consiguiente agrega un factor sorpresa importante. La cual sin ninguna duda será lo que genere más polémica debido a que, siendo sinceros, si se siente como una enorme improvisación de último minuto que cuesta trabajo tomar en serio, pero por lo menos hace que el desenlace tenga más fuerza y brinde cierta frescura a algo que estaba totalmente estancado.

Las actuaciones son regulares. La verdad es que Charlie Shotwell (Eli) durante gran parte de la película resulta desesperante con tantos gritos, mientras que actrices con mucho talento como Kelly Reilly (Rose) y Lilli Taylor (Dr. Isabella Horn) se encuentran bastante desaprovechadas ante la falta de claridad.

Es en la producción donde tiene sus cartas más fuertes: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es estupendo, el trabajo de sonido impecable, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Eli me pareció aburrida. Si gusta o no realmente va a depender mucho de que tan fans sean de la parte final.

Ojometro:
**

martes, 22 de octubre de 2019

Crítica: Nightmare Cinema (2019)


Antología que cuenta con la participación de cinco reconocidos directores del género de terror. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de junio, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 3 de septiembre.

Sinopsis:

Cinco extraños convergen en un cine embrujado que le pertenece a alguien que se hace llamar “El Proyeccionista” (Mickey Rourke). Ahí dentro todos estos observarán una serie de proyecciones que les mostrarán sus más profundos temores y oscuros secretos.



Comentarios generales:

En los últimos tres años se ha podido notar un descenso muy marcado en la producción de antologías después de que estas tuvieron una explosión de popularidad entre 2012 y 2016, al grado de que solamente tres se han estrenado. Siendo Nightmare Cinema la última en cuestión y con la cual existían grandes expectativas considerando que los nombres involucrados aseguraban que esto no sería una simple recopilación de cortometrajes rescatados de las bóvedas, pero creo que terminó quedándose corta.

Y es que si bien algunos de los cortos influyen en eso, lo cierto es que el principal factor para que no termine por convencer es su historia enlace. Una con la que ciertamente estoy siendo benevolente al decir que es una “historia” porque en realidad solo se trata de una serie de escenas en las que aparece Mickey Rourke con algunos breves diálogos que no añaden demasiado contexto con respeto a este cine y que, con excepción de lo que ocurre al final, nada de lo que presenta importa mucho que digamos.

En cuanto a producción no está nada mal. Obviamente no estamos hablando de nada ostentoso, pero si se nota que el presupuesto en general fue similar para que historias con temáticas muy diferentes tengan el sello visual distintivo de cada director y a la misma vez también cuenten con cierta cohesión que indique que forman parte de una misma película.

Pasando a los cortos:


"The Thing in the Woods" (Alejandro Brugués)

Historia divertida que al inicio se maneja como un slasher y que poco a poco va mutando en otra cosa que añade un elemento sorpresa muy agradable. Ya que logran hacer que una idea bastante descabellada encaje a la perfección con las acciones violentas del asesino, dándoles justificación y, de paso, estableciendo el mensaje de que siempre puede existir algo mucho peor. 


"Mirari" (Joe Dante)

Siempre es bueno ver algo de Joe Dante, aunque en esta ocasión nos queda a deber con algo que sin duda tiene todo su sello y humor, pero que se siente increíblemente vacío. Sin ningún momento para destacar e incluso presentando situaciones que rayan en lo ridículo considerando que no tienen ningún tipo de sustento detrás.
 

"Mashit" (Ryuhei Kitamura)

Probablemente la historia más clásica de las cinco y sin duda la más violenta. La verdad no arriesga demasiado en la premisa, sin embargo, resulta bastante entretenida por el dinamismo con el que cuenta y porque no se contiene para nada en lo que se refiere a las escenas de sangre.


"The Way to Egress" (David Slade)

Visualmente es la que tiene mayor personalidad al estar filmada en blanco y negro, pero al igual que la de Dante se siente vacía y no lleva a ningún lado. Lo único que evita que sea un desastre es la presencia de Elizabeth Reaser.


"Dead" (Mick Garris)

Lo que nos quedó a deber Garris con la historia enlace (él la dirigió), aquí lo compensa. Ya que es la que tiene más desarrollo de las cinco, utilizando una premisa de fantasmas que permite construir algo un poco más elaborado al combinar elementos sobrenaturales con amenazas terrenales que ofrecen una variedad de situaciones interesantes dentro de un hospital en poco tiempo.

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Opinión final: Nightmare Cinema es aceptable. Antología para pasar el rato una tarde/noche en la que no tengan nada más que hacer.

Ojometro:
***

viernes, 18 de octubre de 2019

Crítica: 3 from Hell (2019)


Secuela escrita y dirigida por Rob Zombie (The Devil’s Rejects). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de septiembre, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 15 de octubre.

Sinopsis:

Después de estar en prisión durante 10 años, Otis (Bill Moseley) y Baby (Sheri Moon Zombie) logran escapar con la ayuda de su medio hermano Winslow (Richard Brake) y vuelven a desatar su locura como en los viejos tiempos. Aunque sus violentas acciones les generarán enemigos que los perseguirán hasta México. 



Comentarios generales:

Un gran número de fans (entre los que me incluyo) consideran “The Devil’s Rejects” como una de las mejores películas del género de terror de la década de los 2000s y del siglo actual, así que cuando se empezó a especular sobre una nueva entrega con dichos personajes no se sabía que esperar debido a que el final de esa película había cerrado el ciclo de manera perfecta. Simplemente parecía que no había necesidad de hacerla y creo que el resultado lo confirma.

Ya que lo que nos ofrece Rob Zombie en todo momento se siente como un choque de ideas que en algún punto consideró para ser el sustento de esta secuela, pero ninguna la pudo desarrollar en su totalidad y mejor optó por hacer una mezcla con todas estas que deja como resultado una historia por demás inconsistente e incluso aburrida.

Con un primer acto que por momentos parece que se va a sustentar en el fanatismo por los asesinos seriales para así elevar el estatus de Otis, Capitán Spaulding y Baby, aunque este enfoque es rápidamente desechado para dar paso a otra idea que ofrece los momentos más interesantes del filme al centrarse en su etapa dentro de la cárcel, sus condenas y escapes. Sin duda algo que no parece muy novedoso pero que si se siente como un avance natural para los personajes al brindar no solo las únicas escenas de Sid Haig como Spaulding, sino también para ir conociendo un poco más sobre cómo estos diez años los afectaron.

Logrando con esto que la violencia que los caracteriza llegue de manera rápida y se logren generar algunas escenas con un toque de rareza particular que le dan fluidez a las cosas. Sin embargo, conforme van pasando los minutos una vez más se puede ir notando el cambio de rumbo y para el segundo acto básicamente lo que vemos es un reinvención de Rejects que no aporta demasiado más allá de conocer un poco a Winslow y revelar que Baby es, por mucho, quien más dañada está después de su periodo en la cárcel. Un aspecto que parece que será importante pero del que no se profundiza demasiado y se desecha para darle paso a una venganza sumamente improvisada.

Venganza que provoca que la parte final sea demasiado absurda al girar alrededor de una masacre que falla en su intento por establecer una amenaza seria para nuestro trió de asesinos al carecer de momentos memorables. Generando así un cierre desangelado que simplemente se da porque si y no tiene demasiadas consecuencias.

Las actuaciones son lo mejor de la película con un Bill Moseley que sigue estupendo bajo este papel y con una Sheri Moon Zombie que ofrece la que es su actuación más exagerada hasta la fecha para solidificar el tema de la locura. Además de que Richard Blake resulta buen complemento para estos dos a pesar de que su personaje no recibe tanto material.

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte tiene buenas cosas, el score es muy bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos son sencillos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: 3 from Hell fue una gran decepción. Secuela totalmente innecesaria.

Ojometro:
**

martes, 15 de octubre de 2019

Crítica: Haunt (2019)


Película escrita y dirigida por Scott Beck y Bryan Woods (Nightlight). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de septiembre, mientras que su salida en formato físico se dio este 15 de octubre.

Sinopsis:

En la noche de Halloween un grupo de amigos se encuentra con una casa embrujada “extrema” que promete alimentar sus peores temores. Al inicio todo es diversión un tanto extravagante, pero pronto su noche se convertirá en una experiencia mortal cuando se den cuenta de que algunas pesadillas se pueden hacer realidad.



Comentarios generales:

Las películas sobre atracciones en la noche de Halloween no son nada nuevo, pero en los últimos años han visto un incremento en su popularidad debido a que los estudios ya se dieron cuenta que es una fórmula simple que no involucra grandes gastos y, además, ofrece una dualidad que pocos subgéneros permiten. Ya que así como puedes ver una comedia también te puedes encontrar con algo mucho más violento que no se sienta forzado ante la falta de una premisa tan elaborada, siendo Haunt un ejemplo perfecto de esto.

Ya que lo que vemos aquí no es precisamente algo que vaya a ganar muchos premios por su originalidad, en realidad se trata de una historia demasiado básica con la que Beck y Woods muestran suficiente capacidad para hacer que este aspecto en ningún momento resulte problemático. En particular durante un primer acto que presenta a un grupo de personajes que no cuenta con nada especial más allá de alguno que otro estereotipo y con los cuales se genera una dinámica inicial sólida para ir revelando los oscuros secretos de la atracción por medio de una combinación acertada de humor y momentos diseñados para jugar con sus miedos mientras se establece una pequeña duda sobre si lo que ocurre es solo parte del acto o si hay algo más siniestro detrás.

Duda que evidentemente no dura demasiado debido a que las acciones no tardan en subir de tono y con ello la llegada de las muertes, provocando con esto un disparo en el nivel de intensidad pero también una serie de situaciones que cambian un poco lo que estamos acostumbrados a ver en esta clase de trabajos. Esto porque aquí se nos muestra un grupo de jóvenes más inteligentes que el promedio al realizar acciones en conjunto y no por separado, generando así que las cosas no estén tan cargadas para un solo lado inicialmente y los momentos de impacto puedan ir siendo dosificados para que la presencia de estos asesinos resulte más imponente.

Lo cual se logra con creces debido a que cuando revelan sus verdaderas identidades el impacto es considerable no solo por su imagen, sino también por el incremento en la violencia que estos representan. Llevando la película a territorios más familiares en los que se explota de mejor manera la atracción con algunos cuartos que representan un buen reto y añaden una sensación de peligro elevada para nuestra protagonista, además de que visualmente aportan buenas cosas.

La parte final es lo que no me dejó del todo convencido. Ciertamente no es mala y brinda un cierre potente, pero integran a un personaje que termina siendo irrelevante y te dejan totalmente en blanco con respecto a los asesinos cuando claramente había algo más que contar ahí.

Las actuaciones están bien para el tipo de película que es, siendo Katie Stevens (Harper) la que destaca en su labor de “final girl” por medio de una evolución interesante. La producción es de buena nota: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score no es gran cosa, el trabajo de sonido cumple, los efectos son sencillos (la mayoría prácticos) y la labor de maquillaje es bastante buena.

Opinión final: Haunt me gustó. Película divertida y sangrienta ideal para ver durante la noche Halloween.

Ojometro:
****

viernes, 11 de octubre de 2019

Crítica: In the Tall Grass (2019)


Adaptación de la novela corta de Stephen King y Joe Hill, la cual fue escrita y dirigida por Vicenzo Natali (Cube). Se estrenó a nivel mundial directamente en Netflix el pasado 4 de octubre.

Sinopsis:

Cuando un par de hermanos escuchan los gritos de auxilio de un niño perdido en un campo totalmente cubierto por hierba, estos se adentran a su rescate. Lo que no saben es que al hacer eso estarán entrando a un lugar manipulado por una fuerza siniestra que rápidamente los desorienta y no tiene la más mínima intención de dejarlos ir.



Comentarios generales:

Una vez más Netflix apuesta fuertemente por la temporada de Halloween y que mejor manera para iniciar las festividades que con una adaptación de una novela corta de Stephen King y su hijo Joe Hill como In the Tall Grass. Un proyecto que generaba altas expectativas no solo por el material base (el cual no he leído), sino también por la participación de un director del que no se suelen ver tantas cosas y que hacía su regreso al género de terror después de seis años.

Sin duda existían los elementos para ver algo muy interesante, incluso algo importante, pero tristemente el resultado no ha sido el deseado.

Y es que esta adaptación que nos trae Vicenzo Natali en ningún momento terminó de conectar conmigo, principalmente porque desde temprano la dinámica general sobre la que gira esta historia se desgasta de manera rapidísima y nos deja ante una situación poco favorable que se magnifica con el tiempo de duración. Aunque no sin antes regalarnos unos primeros veinte minutos en los que estos problemas todavía no son evidentes gracias al estupendo trabajo visual y porque en base a una situación tan simple como el perderse en un campo de hierba se logra generar una sensación de peligro muy fuerte y un ritmo fluido que no brinda ninguna clase de respiro.

Hasta este punto todo marcha bien, pero una vez que vemos la introducción de la mayoría de los personajes y se tiene conocimiento del terreno, así como de ciertas reglas existentes dentro de este, la película se cae en picada. Principalmente porque se empieza a jugar con el tiempo y la lógica, lo cual en si no es malo; sin embargo, la manera en la que se pretende lograr todo esto se siente forzado y provoca no solo que los personajes resulten muy planos, sino que además el desarrollo sea increíblemente monótono a pesar de que existen elementos suficientes como para haya determinado nivel de diferenciación en lo que estamos viendo.

Limitando todo a una serie de persecuciones que añaden algo de intensidad, más no sustancia y como consecuencia de eso se deja un vació muy marcado para una parte final que no tiene demasiado sentido. La cual en todo momento se siente sin un rumbo fijo y termina optando por dejar varias preguntas sin respuesta para forzar un desenlace poco convincente que se va por el camino fácil. 

Las actuaciones no están mal para los personajes tan planos que tenemos en pantalla, en general hay una buena labor de grupo, siendo Patrick Wilson (Ross) el que resalta al verlo en un rol tan distinto al que estamos acostumbrados. En la producción es donde cuenta con sus mayores fortalezas: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte es sólida, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: In the Tall Grass es decepcionante. Película más que nada para aquellos que son muy fans de todo lo relacionado con King y Hill.

Ojometro:
**

martes, 8 de octubre de 2019

Crítica: Itsy Bitsy (2019)


Primer largometraje del director Micah Gallo, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Jason Alvino y Bryan Dick. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto y su salida en formato físico se dio el pasado 1 de octubre.

Sinopsis:

Una madre y sus dos hijos se mudan a su nuevo hogar donde esperan encontrar estabilidad y empezar una nueva vida después de una tragedia. Lamentablemente para ellos pronto este nuevo capítulo se convertirá en una pesadilla  cuando una antigua entidad en forma de araña empiece a acecharlos.



Comentarios generales:

Las películas sobre arácnidos gigantes no son algo nuevo, de hecho, es una fórmula bastante antigua que por alguna u otra razón se ha ido quedando en el olvido con el pasar de las décadas. Así que cuando escuché sobre Itsy Bitsy mi curiosidad se disparó, más que nada porque ya tenía bastante de no ver una película con estas criaturas; aunque para mi sorpresa es algo muy distinto a lo que imaginaba.

Y es que lo que nos ofrece Gallo, en lugar de irse más por el lado de lo cómico como suele ser habitual con esta clase de trabajos, toma un camino de mayor seriedad para construir una historia en la que se le da prioridad al suspenso y a la presentación de un drama familiar que por varios momentos te hace olvidar que esto se trata sobre una enorme araña. Sobre todo durante un primer acto en el que se mantiene como un elemento secundario entre las sombras mientras aprendemos un poco más de esta madre (Kara) que tiene una cantidad importante de problemas personales con los cuales se añade contexto, pero también se provoca que el avance sea lento en las acciones y de pronto el visionado se empiece a volver pesado desde muy temprano.

Un contratiempo del que logra reponerse con el pasar de los minutos al ir incrementando el suspenso y la intensidad del drama familiar sin que este resulte tan apabullante al combinarlo con apariciones más constantes de la araña. La cual ayuda a construir situaciones que, si bien son algo genéricas, empiezan a brindar la sensación de peligro que debería provocar algo como esto al jugar constantemente con la seguridad del personaje más indefenso de todos.

Llevando así a una parte final que está entretenida porque tiene algo más de violencia y acción, aunque no creo que cumpla del todo con su propósito. Ya que en teoría lo que ocurre está planeado para hacer que el personaje de la madre resulte más empático, sin embargo, muchas de las cosas que debería de hacer ella terminan siendo realizadas por el hijo y eso no la deja en una posición tan distinta con respecto al inicio; de hecho, solo hacen que el desenlace se sienta un tanto acelerado e incluso plano.

Las actuaciones cumplen, nada es precisamente sobresaliente pero todos hacen una buena labor con unos personajes que tampoco exigían demasiado. La producción también es correcta: tiene un trabajo de fotografía sólido, el score es buen complemento, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son tan elaborados y la labor de maquillaje es discreta.

Opinión final: Itsy Bitsy está pasable. Película cuya existencia no hará ruido, pero que por lo menos trata de hacer algo diferente.

Ojometro:
***

viernes, 4 de octubre de 2019

Crítica: Ready or Not (2019)


Película dirigida por Matt Bettinelli-Olpin y Tyler Gillett (Devil’s Due), cuyo guión fue escrito por Guy Busick y Ryan Murphy. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a finales de agosto, mientras que en México hizo lo propio el pasado 27 de septiembre; recaudando hasta la fecha $48 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Grace (Samara Weaving) se acaba de casar con un miembro de una excéntrica y adinerada familia que la obliga a formar parte de un peculiar ritual durante su noche de bodas: participar en un aterrador juego en el que tiene mantenerse con vida hasta el amanecer.



Comentarios generales:

Con la compra de Fox por parte de Disney muchas producciones que se encontraban en desarrollo terminaron por quedarse en limbo gracias al enfoque familiar que caracteriza a la empresa del ratón y al parecer algunas eran películas de terror. Así que cuando se anunció que Ready or Not iba a ver la luz me dio gusto, pero también tenía cierto temor debido a que no se sabía si este nuevo proyecto de Radio Silence iba a sufrir algún tipo de censura o bajón de tono. Cosa afortunadamente no ocurrió.

Y es que, aunque estamos ante una comedia, lo cierto es que lo que nos ofrecen Bettinelli-Olpin y Gillett también depende de gran manera de la violencia para desarrollar una historia que esencialmente es una sátira sobre las clases adineradas. La cual establece desde un inicio al personaje de Grace como “inferior” y no se toma demasiado tiempo para ponernos frente a la situación de riesgo a la que se va a tener que enfrentar, trasladando las acciones dentro una mansión en donde se genera una atmósfera oscura que complementa a la perfección el juego que se lleva a cabo.

Uno que sin duda sigue una estructura bastante simple que bien podría haber resultado contraproducente, pero cuyo ritmo fluido ayuda a que la película en ningún punto se vuelva aburrida y su naturaleza un tanto improvisada logre generar no solo momentos de tensión, sino también varios bastante graciosos al combinarlos con algunas muertes. Ya que aquí no estamos ante la típica familia desalmada sin sentimientos que actúan como maquinas, más bien estamos ante un grupo de personajes que en su afán por querer lograr una meta a toda costa cometen muchos errores porque son demasiado incompetentes para eso y en realidad varios de ellos ni siquiera están convencidos de lo que hacen.

Brindándole así mucha más sustancia de la que uno pensaría a personajes de los cuales no esperarías tanto y, sobre todo, un balance adecuado a las acciones. Ya que es por medio de esto por lo que la dinámica de Grace contra la familia nunca siente tan cargada hacia un solo lado e incluso permite que se puedan construir situaciones en un escenario mucho más amplio que poco a poco vayan incrementando el nivel de intensidad rumbo a la parte final. 

La cual sin duda es la parte con más fuerza de todas debido a que la locura alcanza su clímax y porque aquí las muertes ya no se sustentan de manera tan marcada en el humor como al inicio. Sin embargo, esto no quiere decir que las cosas se vuelvan serias, más bien diría que se vuelven más exageradas para bien. Especialmente porque el cierre en general es hilarante precisamente por los excesos que se presentan en pantalla.

Con respecto a las actuaciones hay que decir que cuenta con un elenco muy sólido, con nombres como Adam Brody, Henry Czerny, Andie MacDowell, Nicky Guadagni o Kristian Bruun que muestran un gran manejo para la comedia. Aunque sin duda la estrella es Samara Weaving al mostrar, una vez, mucha versatilidad con un papel que la obliga a combinar humor, locura e intensidad en todo momento y que saca adelante sin demasiadas complicaciones.

La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está impecable, el score es agradable, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Ready or Not me gustó bastante. Película muy divertida que sin duda se posiciona dentro de las mejores del año. 

Ojometro:
*****

martes, 1 de octubre de 2019

Marianne: Primera temporada


Al pasado 13 de septiembre Netflix estrenó de manera bastante discreta la nueva serie de terror Marianne, una producción francesa de la que realmente se tenía poco conocimiento desde que fue anunciada hace un año atrás. Un proyecto que seguramente era considerado como secundario debido a que no lo integraron a su oferta de Halloween para el mes de octubre y básicamente no le hicieron nada de publicidad, pero que sin duda alguna se ha establecido como una de las grandes sorpresas de 2019.

En cuanto a ratings, al tratarse de Netflix sabemos que no hay información al respecto y de momento el servicio no ha informado si habrá o no una segunda temporada. Sin embargo, la serie ha hecho el suficiente ruido en diversos mercados como para pensar en una eventual renovación.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO


Victoire Du Bois como Emma Larsimon 


Definitivamente la serie no funcionaría tan bien de no ser por la actuación de Du Bois, quien le da vida a una protagonista que se sale del molde. Ya que Emma Larsimon no es un personaje particularmente agradable, no es esa heroína que aprende de sus errores y por lo regular sus acciones son más egoístas que otra cosa, haciendo con esto que sea difícil predecir la resolución del problema que ella misma originó.


Mrs. Daugeron


Mrs. Daugeron es personaje tremendo que cuenta con una presencia monumental en pantalla y con una sonrisa que genera escalofríos como pocas cosas que recuerde, siendo ella la razón principal al inicio de la serie para que quieras seguir viéndola. Al grado de que cuando deja de aparecer su ausencia si pesa bastante por lo menos durante un par de episodios.


Historia detrás de Marianne


Al ser una bruja la historia detrás de Marianne pintaba para ser muy simple, pero lo bien detallada y construida que está es de aplaudir.

La verdad no tengo mucho conocimiento sobre si el demonio con el que está ligada (Beleth) es creación para la serie o no; sin embargo, todo lo que rodea su relación es por demás interesante y le añade mucha sustancia a un personaje que pudo resultar mucho más plano. 


"You Left Her" 


A mi juicio este es el mejor episodio de la temporada. 

Para este punto ya no se tiene a Mrs. Daugeron con su sonrisa macabra y muchos misterios siguen sin ser resueltos, pero aquí se te dan a conocer detalles vitales que le dan trasfondo a las acciones de Emma y con ello los eventos previos empiezan a tener mucho más sentido al formar parte de algo más elaborado de lo que pensabas.


Simpleza para generar terror


Si bien la serie cuenta con sus momentos de impacto y definitivamente no le teme subirle al tono cuando debe, sin duda una de sus principales fortalezas es que utiliza elementos simples para generar la mayoría de las escenas de terror con las que cuenta.

Ya sea con una sonrisa macabra, unos ojos resaltando en la oscuridad, sombras o manos saliendo de un closet, la efectividad siempre es muy elevada y muchos de los momentos más memorables los involucran de alguna u otra forma. 


Episodios imperdibles:

(1) Your Dreams
(2) Tradition
(3) Not an Easy Person
(4) Beautiful Moment
(5) You Left Her
(7) Too Young to Handle
(8) Tuesday


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LO NEGATIVO


Arnaud 


En general los personajes están bien balanceados y con un propósito claro, pero el de Arnaud sobra. Típico personaje para añadir humor en determinados momentos y aligerar la tensión; cuya problemática es la menos elaborada de todas e incluso tanto su muerte como la de su hermano terminan sin tener gran peso y solo se sienten como eventos pasajeros.


Final anticlimático


Este punto sin duda es subjetivo, pero a mí me dejó un sabor agridulce el final. 

No tanto porque no tenga buenos momentos (que los tiene), sino porque el encuentro entre Emma y Marianne se siente como algo muy normal, como un evento más y no como ese enfrentamiento épico que tendrá graves consecuencias para los involucrados.

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Opinión final: Marianne es probablemente la propuesta más oscura por parte de Netflix hasta la fecha y su primera temporada ha sido toda una sorpresa. Una serie que no tiene miedo a la crudeza, pero que su efectividad recae en la simpleza y en un extraordinario desarrollo tanto de su villana como de su protagonista para hacer que una historia sobre una bruja tenga varios momentos inquietantes.