jueves, 31 de mayo de 2018

Crítica: Corbin Nash (2018)


Película dirigida por Ben Jagger, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Dean S. Jagger (quien es el protagonista) y Christopher P. Taylor. Se estrenó de manera limitada en cines, VOD y formato digital dentro de los Estados Unidos el pasado 20 de abril, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En la ciudad de Los Ángeles un detective obsesionado por encontrar la verdad detrás del asesinato de sus padres termina confrontando a un par de vampiros que lo arrastrarán a una pesadilla para la cual no estaba preparado.



Comentarios generales:

A estas alturas de mi vida cada que veo el nombre de Corey Feldman involucrado en algún proyecto me hace esperar lo peor de este, tantos años de verlo aparecer de manera secundaria o con puros cameos glorificados han provocado eso. Así que cuando supe sobre Corbin Nash no esperaba gran cosa y el trailer tampoco ayudaba demasiado; simplemente parecía un trabajo del montón que solo me haría perder el tiempo, pero al final me ha entretenido más de lo que en un inicio pensaba.

Con esto no quiero decir que sea una maravilla, nada más alejado de la realidad; sin embargo, Ben Jagger sabe bastante bien cómo manejar esta historia en la que el terror ciertamente es algo secundario. Ya que se trata de una película de vampiros en donde el tema principal es la venganza y el renacer del personaje principal, por lo cual cuenta con un desarrollo algo lento que provoca que por lo menos los primeros 30 minutos no sean nada para presumir al enfocarse principalmente en establecer lo mejor que se pueda la línea de tiempo y tratar de brindarle un poco más de contexto a las acciones de Nash como detective. 

Es hasta que aparecen de manera más predominante los dos vampiros principales cuando las cosas empiezan a tomar mejor forma, ya que su presencia en pantalla añade de manera inmediata cierto nivel de identidad a algo que hasta este punto resultaba muy gris y es en base a estos que se empiezan a integrar los elementos más ligados con el terror. Añadiendo así sangre y violencia, aunque esto último centrado más que nada en la situación apremiante de Nash que, si bien no es mala, tampoco logra brindar grandes satisfacciones al dejar demasiadas preguntas en el aire cuando en un inicio parecía que tendría más importancia al estar ligada directamente con la muerte de sus padres..

La parte final es sin duda lo mejor de la película. Principalmente porque es la más intensa y porque al esclarecer por completo la situación del protagonista el director ya tiene vía libe para hacer lo que le plazca, generando con esto un enfrentamiento final violento que funciona por lo seco y contundente que resulta; además de que claramente deja abierta la puerta para hacer de esto una franquicia.

En cuanto a las actuaciones se puede decir que Jagger hace lo necesario para lo que le exige el papel, pero quien se llevará todas las miradas sin duda será Feldman al tener el personaje más extraño de todos y al cual, dentro de toda esa extravagancia, sorprendentemente lo saca adelante. La producción es discreta: el trabajo de fotografía tiene algunos detalles, la dirección de arte es simple, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son bastante sencillos y la labor de maquillaje resulta efectiva.    

Opinión final: Corbin Nash está ok. Película para pasar el rato y ver a Corey Feldman en uno de sus papeles más extravagantes.

Ojometro:
***

lunes, 28 de mayo de 2018

Crítica: Los Olvidados (2018)


Película dirigida por los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Carlos Goitia. Se estrenó en cines dentro de Argentina durante el mes de marzo y, posteriormente, hizo lo propio en Netflix para el resto de Latinoamérica durante el mes de abril.

Sinopsis:

Un equipo de filmación se dirige a la devastada Epecuén para realizar un documental sobre la inundación que sufrió el pueblo en 1985. Más allá del desolador escenario nada parece fuera de lo común, pero una vez que su camioneta sufre una extraña avería sus vidas se verán en grave peligro gracias a la presencia de un grupo de brutales asesinos.



Comentarios generales:

En los últimos años los hermanos Onetti se han convertido de manera intempestiva en unos de los exponentes más reconocidos del cine de terror latinoamericano gracias a propuestas que hacían ver su amor no solo por el giallo, sino por el género en sí. Es por ello que cuando se anunció Los Olvidados mis expectativas eran considerables debido a que tenía mucha curiosidad por ver como se desenvolvían en el slasher y debo de decir que el resultado final ha sido positivo. 

Antes que nada hay que decir que los hermanos no tienen temor de mostrar sus influencias debido a que prácticamente desde el inicio se te vienen a la mente clásicos como The Texas Chainsaw Massacre o The Hills Have Eyes gracias a esa atmósfera tan reconocible que genera incomodidad y una sensación de peligro sin tener que hacer o decir mucho. Lo cual es algo sumamente importante durante al menos el primer acto, uno en donde el verdadero protagonista es la locación y todas las posibilidades que le brinda a los directores para explotarla por medio del increíble trabajo de fotografía mientras llega el sadismo y la sangre.  

Algo que se da sin darle muchas vueltas, situación que no está nada mal para los amantes de esta clase de filmes considerando que si hay violencia gráfica bien hecha, pero que trae consigo algunos problemas al momento de construir tensión. Más que nada porque existen ciertos brincos entre los sucesos que dejan cosas en blanco y afectan un poco en lo que respecta a la continuidad (por ejemplo: en una escena vemos a una chica buscando a su perro y un par de minutos después la vemos corriendo por su vida en otra), provocando así que el golpe de adrenalina que brindan esta clase de eventos no sea tan elevado e incluso que el ritmo sea un tanto inestable.

La parte final no está nada mal. Sigue sufriendo del problema mencionado pero logran manejarlo mucho mejor al ir uniendo los hilos con respecto a este conjunto de psicópatas y porque los elementos de impacto están bien cuidados; además de que logran añadir un giro que funciona de manera adecuada.

De las actuaciones no tengo quejas, el elenco en general hace una buena labor pero por la naturaleza misma del filme es difícil que alguien resalte por encima del resto. En cuanto a la producción, es de nota altísima: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte cumple, la música resulta genial, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje impecable.

Opinión final: Los Olvidados está entretenida. Una propuesta interesante que no oculta sus influencias, pero que logra generar una identidad propia.

Ojometro:
***  

jueves, 24 de mayo de 2018

Crítica: Party Bus to Hell (2018)


Película dirigida por Rolfe Kanefsky (Nightmare Man), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Michael y Sonny Mahal. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 13 de abril, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Cuando un autobús plagado de sexys jóvenes adultos se descompone en medio del desierto una masacre da inicio al ser víctimas de un culto satánico. Los sobrevivientes son pocos y se encierran en el vehículo, pero pronto se darán cuenta que uno de ellos no es lo que aparenta.



Comentarios generales:

Después de ver el trailer no era muy complicado saber qué era lo que me esperaba con Party Bus to Hell, así que mis expectativas se encontraban en los niveles más bajos posibles. En realidad lo que me generaba más curiosidad era saber las razones por las cuales actrices de cierto renombre habían aceptado aparecer en un trabajo como este, lo cual sin duda tuvo que ser un buen cheque debido que se trata más que nada de un capricho de alguien cuyo valor es prácticamente inexistente.

Y es que lo que nos trae Kanefsky es cine serie b del peor que puede haber, ese que es malo no tanto por sus limitantes de presupuesto, sino por el simple hecho de que su historia no genera el más mínimo grado de interés; incluso para los parámetros existentes dentro de esta clase de películas. Ya que en esencia es softporn con humor muy estúpido en el que la única meta es llegar a la escena de sexo lo más rápido posible mientras se presentan personajes extravagantes con disfraces de cualquier tipo y a Tara Reid corriendo por el desierto sin tener gran influencia en la trama.

En eso consiste todo lo que verán, no hay sustancia y la poca elaboración que existe es demasiado básica al girar en torno a aspectos satánicos vistos miles de veces, los cuales se terminan perdiendo ante la prisa por querer ofrecer más sexo y desnudos. Todo para llegar a un final sin gran chiste, aunque sí con un poco más de violencia que hacen de esta parte al menos algo entretenida.  

Las actuaciones son lo que uno se imagina: exageradas e incluso rayando en lo caricaturesco por los diálogos que se manejan. La producción es de presupuesto exageradamente limitado: el trabajo de fotografía es malo, el score es pasable, el trabajo de sonido tiene fallos, los efectos en su mayoría son de un CGI de pésima calidad y la labor de maquillaje es probablemente lo mejor.

Opinión final: Party Bus to Hell es espantosa. Uno de esos fallidos intentos de cine serie b que solo les hará perder su tiempo.

Ojometro:
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lunes, 21 de mayo de 2018

Ash vs. Evil Dead: Tercera temporada



A finales del mes de abril concluyó la tercera temporada de Ash vs. Evil Dead y con esta, lamentablemente, la serie. Una notica en verdad triste considerando que era una de las mejores series del género en transmisión y en esta temporada las cosas pintaban sumamente interesantes con la temática central; sin embargo, la prácticamente nula publicidad que recibió por parte del canal Starz terminó por condenarla. Aunque esto no evitó que se fuera por todo lo alto.

En el tema de los ratings la serie simplemente nunca pudo levantar, siendo esta la razón principal de su cancelación. Teniendo un promedio de 172,000 espectadores (un descenso considerable de los 308,000 de la segunda temporada) y solo con un episodio logrando rebasar los 200,000.

Aquí me centraré en lo positivo y negativo de la temporada, ya que de lo contrario me extendería demasiado. Así que, si aún no la han visto o no la han visto completa, ES MOMENTO QUE DEJEN DE LEER PORQUE HABRÁ SPOILERS IMPORTANTES.

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LO POSITIVO

Ash y la paternidad


El atractivo principal de esta temporada era sin lugar a dudas el ver a Ash en su rol de padre debido a que era una faceta en la cual nunca no los imaginamos y vaya que fue algo divertido. Sobre todo porque, si bien siguió siendo el personaje extravagante de siempre, esto permitió presentar una evolución del personaje necesaria que claramente tenía más potencial por explotar.


Brandy Barr


La verdad es que introducir a Brandy era un arma de doble filo considerando la naturaleza misma de la serie, pero al final creo que se hizo una buena labor. Su integración a la dinámica principal se fue dando de manera lenta y gracias a eso se pudo construir una relación peculiar con Ash que poco a poco fue transformándola en alguien mucho más parecida a su padre.


Ash vs. Baby Ash 


El año pasado tuvimos a Ash peleando contra una marioneta y ahora le tocó pelear contra un bebé dentro de un cuerpo humano en lo que sin duda fue uno de los momentos más hilarantes y extraños de toda la serie. 


Kelly vs. Ruby 


Debo de decir que quedé un poco decepcionado con el rol de Kelly considerando que en algún punto parecía que podría tomar el lugar de Ash, pero aun así hubo tiempo para darle su momento destacado en su inevitable encuentro con Ruby. Era una pelea que se iba a dar si o si considerando los eventos previos en la serie y no defraudó, ya que fue uno de los momentos más violentos y sangrientos de la temporada; además de que tuvo un resultado que genuinamente fue muy impactante. 


Exploración dentro del Rift 


Una de las cosas más interesantes de la tercera temporada fue que finalmente pudimos ver un poco de lo que ocurría dentro del mundo de los muertos en un capitulo dedicado exclusivamente a este tema. Obvio fue apenas una pequeña probada, pero sirvió para entender un poco ciertos aspectos que habían quedado en el olvido y de paso ayudó a darle nuevamente algo de relevancia al personaje de Pablo.


La muerte definitiva de Ruby


Obviamente ya habíamos visto morir a Ruby anteriormente, pero considerando que durante estos tres años fue la principal antagonista de la serie y siempre la presentaron como alguien indestructible, el que la mataran de esa manera me agradó bastante.


Final a gran escala y… ¿emocional?


Según palabras del propio Bruce Campbell antes de que se anunciara la cancelación, el final de la temporada fue pensado desde un inicio como un posible cierre definitivo ante la total incertidumbre que se vivía por el futuro de la serie y eso sin duda terminó siendo benéfico.

Ya que el episodio final si se sintió como un evento importante dentro del universo de Evil Dead, con un enfrentamiento a gran escala cuyas consecuencias fueron significativas y, sorprendentemente, un nivel emocional un poco más elevado de lo que uno se hubiera imaginado considerando el tono de la serie.


Episodios imperdibles:

(1) Family
(3) Apparently Dead
(4) Unfinished Business
(5) Baby Proof
(7) Twist and Shout
(8) Rifting Apart
(9) Judgement Day
(10) The Mettle of Man



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LO NEGATIVO

Kaya 


La verdad lo único que me pareció negativo de esta temporada fue este personaje debido a que determinado momento parecía que Kaya sería una parte fundamental en el desarrollo de esta. Sin embargo, al final no aportó absolutamente nada y su muerte no significó gran cosa.


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Opinión final: Si bien no está a la altura de la segunda, la temporada final de Ash vs. Evil Dead fue otra gran experiencia para los fans al explorar cosas que nunca nos hubiéramos imaginado dentro de un universo de por si poco común. Manteniendo el toque de humor característico pero añadiendo el suficiente “drama” para que el balance siempre existiera y que Ash Williams pudiera irse de la pantalla chica bajo sus propios términos. 

jueves, 17 de mayo de 2018

Crítica: Tragedy Girls (2017)


Película dirigida por Tyler MacIntyre (Patchwork), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Chris Lee Hill y Justin Olson. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales del año pasado, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio durante el mes de febrero.

Sinopsis:

Sadie (Brianna Hildebrand) y McKayla (Alexandra Shipp) son dos adolescentes obsesionadas por la muerte que utilizan sus redes sociales para mostrar terribles asesinatos que ellas mismas cometen dentro de su pequeño pueblo para poder convertirse en leyendas.



Comentarios generales:

Una de las películas que hicieron más ruido durante la segunda mitad del año pasado fue sin duda Tragedy Girls, su exitoso paso por festivales y los buenos comentarios de boca en boca hicieron que se formara un pequeño fenómeno a su alrededor que nadie se esperaba. Lo malo es que tuvo una distribución muy pobre que evitó que se pudiera ver fuera de los Estados Unidos y por eso mismo quedó un poco en olvido hasta que fue lanzada en otros formatos, lo cual es una pena porque definitivamente se trata de un trabajo distinto a lo acostumbrado que merece mayor exposición.

Esto porque lo que nos regala MacIntyre es una idea bastante original con la que critica de manera directa el efecto que tienen actualmente las redes sociales en los adolescentes (y seres humanos en general); donde cada vez se pierde más el respeto hacia las demás personas o el sentido común para poder obtener reconocimiento fácil. Todo por medio de un par de chicas con las cuales utiliza un humor negro enorme y que en base a diálogos hilarantes, así como escenas sangrientas muy divertidas, logra que desde el inicio uno se tope con una historia loca que fluye sin problemas.

Algo que es muy importante en una película como esta porque al contar con un ritmo tan ágil difícilmente se le da tiempo al espectador para que se ponga a analizar en exceso cada situación y ante las ocurrencias de nuestras protagonistas por conseguir fama eso nunca se puede dar durante al menos 45/50 minutos. Aunque después de este punto el tono se vuelve un poco más serio, no tanto como para arruinar las cosas, pero si para que se entre en un agujero en donde no sientes que ocurre demasiado al empezar a profundizar un poco más sobre la relación entre nuestras protagonistas en base a situaciones genéricas que carecen de los elementos previos que funcionaron tan bien.

Lo bueno es que para la parte final se retoma el rumbo sin mucha dificultad y, aunque el humor no vuelve a ser el mismo, el nivel de violencia si. Haciendo que el desenlace tenga la fuerza necesaria para resultar convincente, nada cursi y para dejar abierta la puerta para una posible secuela.

Con respecto a las actuaciones, este es el show total de Hildebrand y Shipp. Ambas están estupendas en sus roles, muestran una química increíble en pantalla que hace que estas situaciones tan peculiares se sientan naturales en todo momento e incluso llegues a tener cierta empatía hacia ellas a pesar de sus actos.

La producción no es precisamente la más grande, pero es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es excelente, el trabajo de sonido no tiene fallos y tanto los efectos (varios prácticos) como la labor de maquillaje están bien cuidados.

Opinión final: Tragedy Girls es muy divertida. Una comedia “teen” bastante atrevida que les hará pasar un rato muy agradable.

Ojometro:
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lunes, 14 de mayo de 2018

Crítica: The Ritual (2018)


Adaptación de la novela del mismo nombre que está dirigida por David Bruckner (V/H/S, Southbound) y cuyo guión fue escrito por Joe Barton. Se estrenó directamente en Netflix dentro de los Estados Unidos durante el mes de febrero, mientras que en México lo hizo en cines el pasado 10 de mayo.

Sinopsis:

Un grupo de amigos se reúne para realizar un viaje por los bosques de Suecia para honrar la memoria de un amigo asesinado meses atrás, pero pronto se verán amenazados por una presencia que no los dejará escapar tan fácilmente.



Comentarios generales:

Cuando uno ve el trailer de The Ritual resulta muy complicado el poder emocionarse con esta debido a que luce como una película más de grupitos perdidos en el bosque, aunque sin el factor found footage. Todo luce muy genérico o demasiado familiar, pero si algo se aprende en esta vida es que las apariencias engañan y, aunque no estamos ante un trabajo que redefina dicha temática, sin duda estamos ante uno de los mejores de los últimos años.

Una labor nada sencilla si consideramos que esta clase de historias han abundado y porque los primeros minutos no son precisamente lo más originales que podamos encontrar, pero Bruckner tiene la capacidad necesaria para que esto rápidamente se quede en el olvido por medio de cosas simples como el entorno. Y es que este no es un bosque ordinario, sino que se trata de uno que visualmente provee una vista única de manera natural que ayuda a generar una atmósfera tétrica sin demasiado esfuerzo desde muy temprano para que poco a poco el espectador vaya sintiendo la misma angustia que los personajes.

Los cuales son otro de los aspectos simples por los que la película funciona tan bien al no ser el típico grupo de amigos estúpidos sin muchas cosas por ofrecer. Más bien se trata de un conjunto de personalidades diferentes que, a pesar de su amistad, siempre reflejan una tensión constante que ante el incremento de incertidumbre va causando estragos en muchos aspectos y eso hace que la locura que se viene se sienta mucho más efectiva.

Ya que una vez entrado al segundo acto las cosas se vuelven muy intensas dentro de una mezcla de paranoia, sonidos extraños y persecuciones en la oscuridad que hacen que el espectador no pueda relajarse en exceso; además de que se empiezan a introducir elementos de ocultismo que proporcionan un tono todavía más oscuro a las acciones. Unas que van adquiriendo un ritmo fluido con el pasar de los minutos y que, a diferencia de otros filmes, nunca se estancan en simples persecuciones en círculos que no llevan a nada.

La parte final es interesante, aunque no terminó de convencerme. Aquí es donde todo el tema del ocultismo tiene más peso y la integración de nuevas caras refresca las cosas; sin embargo, al ser revelada la amenaza se pierde el factor sorpresa y con ello cierta intriga por lo que pudiera llegar pasar. Aún así, el desenlace tiene fuerza y resulta efectivo.

Las actuaciones son buenas en general, cada actor cumple con su rol, pero sin duda Rafe Spall (Luke) y Sam Troughton (Dom) son quienes más destacan en la dinámica general. La producción es de nota alta: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte simple, el score es muy bueno, el trabajo de sonido impecable, los efectos son sólidos (salvo por alguno que otro detalle con el CGI) y la labor de maquillaje cumple para lo que se necesita.

Opinión final: The Ritual me gustó. Es una adaptación bastante sólida que seguramente estará en la discusión de las mejores películas de 2018.  

Ojometro:
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jueves, 10 de mayo de 2018

Crítica: The Strangers: Prey at Night (2018)


Secuela dirigida por Johannes Roberts (The Other Side of the Door), cuyo guión fue co-escrito por Bryan Bertino y Ben Ketai. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de marzo e hizo lo propio en México el pasado 4 de mayo. Recaudando hasta la fecha $26.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Una familia va a pasar el fin de semana en un alejado parque para casas rodantes que se encuentra misteriosamente desierto. Al inicio nada parece fuera de lo normal, pero cubiertos bajo la oscuridad tres extraños enmascarados les harán una visita que los llevará al límite en su búsqueda por sobrevivir.



Comentarios generales:

Siempre he pensado que The Strangers es una de las películas de terror más infravaloradas de la década pasada debido a que pocos parecen entender lo importante que fue para el renacer del subgénero de invasión de hogar, el cual paso de estar en la total irrelevancia a ser uno de los más explotados en los últimos diez años. Por eso cuando se empezó a especular sobre una nueva entrega me alegré porque era una buena oportunidad para hacerle justica, pero al final lo único que terminó siendo Prey at Night fue una decepción.

¿A que se debió esto? Bueno… básicamente al hecho de que Roberts, Bertino y Katai en esta ocasión nos regalan más que nada un slasher y no tanto una película de invasión, un cambio que en el papel no debería de afectar demasiado considerando que existen los elementos para realizar dicha transición, pero que en la práctica ciertamente no funciona por varias razones. La primera de estas siendo el comienzo tan lento con el que cuenta al centrarse en una familia de la cual ningún miembro te resulta interesante y mucho menos la situación por la cual realizan el viaje, volviendo así todo el primer acto uno de auténtico bostezo; en donde lo más “extremo” es ver a una adolescente rebelde fumando.

Afortunadamente a la media hora el ritmo incrementa con la aparición de los asesinos para brindar así algunos momentos emocionales cuando llegan las primeras muertes y una dinámica un poco más ágil; sin embargo, esto no dura mucho. Ya que en el afán de querer hacer esto más grande el cambio de escenario de una casa a un parque elimina cosas que hacían especial a la entrega anterior como el asecho, aquí realmente todo se trata de correr del punto A al un punto B sin lograr generar gran tensión y, ante la carencia de victimas, las cosas no son precisamente emocionantes.

Para empeorar las cosas, el hecho de que los tres asesinos no tengan una historia detrás que permita comprender quienes son o cuales sus motivaciones para matar hace que este sea un slasher bastante hueco. Especialmente por lo que ocurre con ellos en los minutos finales.

Lo cuales son los mejores de toda la película, principalmente por la escena de la alberca que es brillante, pero también porque son por mucho los más intensos al tener enfrentamiento final bien balanceado y un nivel de violencia adecuado. Además de que presenta cierre aparentemente definitivo; aunque este no se siente tan bien logrado considerando lo que mencione anteriormente sobre los asesinos.

Las actuaciones son mediocres en general, aunque Bailee Madison (Kinsey) es probablemente el peor caso debido a que ella es la protagonista y en ningún momento logras sentir gran empatía hacia ella ante lo exagerada que resulta en todo lo que hace. La producción es donde tiene sus mayores virtudes: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte es sólida, el score es agradable, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: The Strangers: Prey at Night es decepcionante. Una secuela innecesaria que probablemente solo le guste a los fans más recalcitrantes de la primera entrega.

Ojometro:
**

lunes, 7 de mayo de 2018

Crítica: Les Affamés (2018)


Película escrita y dirigida por Robin Aubert, quien tiene su primer acercamiento dentro del género. Se estrenó a inicios de marzo por medio de Netflix en los Estados Unido y ciertos territorios de Europa, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 25 de abril dentro de España.

Sinopsis:

En una pequeña y remota villa en el norte de Quebec las cosas han cambiado, las personas ya no son las mismas desde que algo los infectó y estos empezaron a atacar a sus seres queridos. Ahora solo un puñado de sobrevivientes sigue en pie, escondiéndose en el bosque y buscando a otros como ellos.



Comentarios generales:

En la actualidad existen dos tendencias muy marcadas cuando se trata de películas de zombies: buscar un entretenimiento sin grandes pretensiones por medio del gore o tratar de añadir cierto toque más humano por medio de dramas enfocados en los personajes. Ambas han demostrado ser efectivas y han ayudado por igual a popularizar el subgénero durante esta década; sin embargo, la segunda se ha convertido últimamente en la predominante para desagrado de muchos y por lo cual Les Affamés inevitablemente se encontrará en la típica situación en la que la amas o la odias.

Yo me encuentro en un punto intermedio y en gran medida porque Aubert trata de añadir cosas frescas por medio de los zombies en una historia que desde el primer acto establece rápidamente la situación miserable de los personajes y el hecho de que ellos mismos saben que no tienen un fututo demasiado alentador. Todo es hasta cierto punto plano y sigue un camino esperado bajo un ritmo bastante lento, aunque eso no significa que no ocurra nada relevante porque las escenas que involucran a los zombies están muy bien logradas y desde temprano el nivel de violencia es elevado. Además de que la forma en la que ciertos personajes sobrellevan la situación añade cierto toque de humor negro que brinda los únicos lapsos de leve alivio dentro de esta atmósfera desoladora.

Entrando a la segunda mitad es cuando las cosas se ponen extrañas y mucho de eso tiene que ver con los zombies, ya que es en esta parte cuando el director empieza a exponerlos como algo más que simples maquinas de matar al establecer que se pueden comunicar mediante el sonido y, por increíble que parezca, con ciertas expresiones artísticas. Un tipo de evolución interesante sin duda, pero que solo se queda como una peculiaridad más debido a que nunca profundizan en lo absoluto sobre esta y mejor se opta por seguir con lo habitual; aunque en este proceso se logran construir algunos momentos memorables con un grado de tensión importante por medio del sonido (escena con trampas para ratón) o grandes cantidades de sangre.

La parte final me dejó con sensaciones encontradas. Por un lado no cambia en lo absoluto el tono deprimente que se maneja por más de una hora y eso es agradable, pero por el otro dejan todo abierto a la interpretación al no contestar nada con respecto al comportamiento de los zombies, dejándote con más dudas que certezas y con cierto sentimiento de que muchas cosas no tuvieron sentido.

En cuanto a las actuaciones no tengo queja, todas son sólidas y nadie resalta por encima del resto; en general cada quien cumple su propósito de manera efectiva. La producción es de buena factura a pesar de que claramente no hubo mucho presupuesto: el trabajo de fotografía cumple la mayoría del tiempo, la dirección de arte no resalta, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es muy discreta para tratarse de un filme de zombies.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Les Affamés es aceptable. No es para todo el mundo, pero cuenta con cosas interesantes que la vuelven merecedora de al menos una oportunidad.

Ojometro:
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jueves, 3 de mayo de 2018

Crítica: Pyewacket (2018)


Película escrita y dirigida por Adam MacDonald (Backcountry). Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 23 de marzo, aunque todavía no hay ningún tipo de información sobre si saldrá en formato físico o si llegará a cines en otros mercados.

Sinopsis:

Leah (Nicole Muñoz) es una adolescente frustrada y angustiada que despierta a “algo” dentro del bosque cuando de manera ingenua practica un oscuro ritual para invocar a una bruja que mate a su madre (Laurie Holden).



Comentarios generales:

Conforme uno se va volviendo más viejo resulta complicado el poder identificarse con ciertas cosas y por cuestiones obvias aquellos trabajos que se enfocan en los problemas de la adolescencia forman parte de la lista. Un tema que es fundamental en Pyewacket y por eso tenía mis reservas con esta, ya que por el trailer pintaba para ser un dramón adolescente de esos pesados a lo que no les encontraría nada interesante; sin embargo, aunque no es precisamente una gran película, si tiene cosas que valen la pena.

Principalmente porque MacDonald construye una historia en donde, si bien el tema adolescente es el que predomina, también se toma el tiempo para añadir una perspectiva distinta mediante el personaje de la madre para que aquellos con mayor edad puedan tener algo con lo cual conectar de cierta forma (independiente de si se tienen hijos o no) durante un primer acto que sí se centra demasiado en el drama. Sustentándose en una dinámica madre/hija en la que se pueden ver los problemas que ambas tienen después de una tragedia y su manera de lidiar con ellos que las coloca de manera constante en conflicto; siendo este el medio para que el espectador elija de qué lado ponerse.

Ya para el segundo acto es cuando las cosas empiezan a tomar más forma con respecto al lado del terror, integrando los elementos ligados a la brujería que ayudan a generar una atmósfera más oscura que encaje con la decisión tomada por Leah. Dando así paso a momentos con niveles de suspenso decentes y a un ritmo lento para desarrollar de manera gradual el daño que le causan su decisiones y con ello se pueda insertar la duda sobre si lo que está ocurriendo en verdad es real o solo es parte de su mente.

La parte final es agradable. Obviamente si estas buscando algo más convencional que involucre elementos sobrenaturales o de brujas te vas a decepcionar, pero en general es un desenlace con la fuerza necesaria para magnificar de manera sólida los errores de Leah y las consecuencias de lo que son básicamente puras niñerías de su parte. Aunque si debo de decir que todo termina de manera muy abrupta considerando que los sucesos daban para un cierre distinto.

Las actuaciones son buenas, tanto Nicole Muñoz como Laurie Holden hacen una gran labor para que la relación de madre e hija se sienta muy real y te puedas involucrar de manera importante con su situación. La producción es discreta: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte no es gran cosa, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es efectivo y lo referente a efectos/maquillaje es ínfimo.  

Opinión final: Pyewacket es aceptable. Una película que muestra buenas cosas pero simplemente nunca logra alcanzar niveles más importantes.

Ojometro:
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