martes, 15 de octubre de 2024

Crítica: The Substance (2024)

Película escrita y dirigida por Coralie Fargeat (Revenge). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 20 de septiembre, recaudando hasta la fecha $24.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Elisabeth Sparkle (Demi Moore) es una celebridad en decadencia que consume una droga vendida en el mercado negro, la cual replica las células de manera temporal para crear una versión más joven y mejorada de ti mismo.


Comentarios generales:

Adentrarse al mundo del body horror no es tan sencillo como el slasher o los zombies, se necesita tener resistencia hacía lo grotesco para soportarlo y ahí es cuando muchas personas optan mejor por ignorarlo dado a que ciertamente puede no ser una experiencia agradable si lo que buscas es solo pasar un buen rato en el cine. Por ello es que me llevé una gran sorpresa cuando The Substance empezó a recibir tantos elogios a pesar de pertenecer a este subgénero, sin duda era una rareza y después de verla uno puede entender más o menos los motivos de esto.

Y es que lo traído por Fargeat trata temas como la cosificación de la mujer y la obsesión con la edad en Hollywood, lo cual resuena bastante en una época en la que la industria del entretenimiento atraviesa por un escrutinio muy fuerte. Permitiendo con esto que las libertades para contar esta historia sean bastantes y honestamente la directora logra que durante la primera mitad las cosas avancen de una manera impecable, logrando que el trasfondo no se pierda en lo absoluto entre lo extravagante que resulta todo lo relacionado con la sustancia; en especial cuando Sue entra en escena para añadir un toque de sensualidad que podría haber generado polémica.

Simplemente todo avanza bajo un ritmo agradable mientras de manera sutil se empieza a plantear la problemática que representa vivir bajo esta dinámica para las dos protagonistas, llevando así a un conflicto peculiar que va escalando en cuanto al nivel de tensión conforme las ambiciones de una afectan a la otra y dar así inicio al periodo en donde precisamente el body horror se vuelve el foco de atención. Aunque también hay que decir que una vez que llegamos a este punto la película pierde un poco el rumbo dado a que, conforme se va viendo la transformación de una de ellas, esta va cayendo en comportamientos un tanto absurdos que chocan por completo con el tono que se había estado manejando y eso le va quitando fuerza a las acciones mientras se le da vueltas a lo mismo sin que se presente un avance significativo en lo que ocurre en pantalla.

Algo que obliga a que para la parte final se tenga buscar el mayor shock posible con el propósito de disimular un poco la falta de profundización y ocultar ciertas incoherencias en lo que se refiere al comportamiento de Elisabeth. Dejándonos ante un espectáculo visual extremo que resulta muy divertido a pesar de todo, donde lo grotesco y lo sangriento se combinan de gran forma para dejar un cierre caótico que puede provocar varias sensaciones, menos el dejarte indiferente.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que tanto Demi Moore como Margaret Qualley (Sue) hacen un gran trabajo, en teoría son la misma persona pero logran darle su sello único en base a la edad que representan en pantalla; además de que cuando toca irse a los extremos ambas cumplen sin demasiadas dificultades. Mientras que Dennis Quaid (Harvey) aporta el grado de excentricidad necesario con un personaje que resulta grotesco sin tener que transformarlo en un monstruo deforme.

Y en lo referente a la producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es muy sólido, la dirección de arte impecable, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Substance me gustó. Definitivamente no es para todo el mundo, pero si disfrutan del body horror se van a divertir. 

Ojometro:
****