martes, 8 de octubre de 2024

Crítica: Salem’s Lot (2024)

Adaptación de la novela de Stephen King escrita y dirigida por Gary Dauberman (Anabelle Comes Home). Se estrenó a nivel mundial el pasado 3 octubre directamente en Max.

Sinopsis:

Ben Mears (Lewis Pullman) es un escritor que regresa a su pueblo natal Jerusalem’s Lot en búsqueda de inspiración para su nuevo libro, aunque estando ahí descubrirá que los habitantes del pueblo están siendo atacados por un vampiro sediento de sangre.


Comentarios generales:

Considerando la gran cantidad de adaptaciones que existen de los libros de Stephen King, la verdad resulta sorpresivo que siendo una historia de vampiros Salem’s Lot se haya quedado anclado durante tantos años con solo un par de mini-series (1979 y 2004) a pesar de ser fácilmente explotable. Así que cuando se anunció está nueva adaptación para cine me alegré bastante, pero también me encontraba dudoso gracias al caos que es Warner Bros en la actualidad y la verdad todas las decisiones que tomaron para terminar orillándola a un estreno por su plataforma de streaming solo empeoraban las cosas; sin embargo, al final me he pasado un buen rato.

Y es que aunque Dauberman se toma sus libertades y tiene que dejar fuera algunas cosas para poder contar esta historia en menos de dos horas, lo cierto es que se las ingenia para ofrecer una experiencia con la sustancia suficiente como para involucrarte de lleno con el pueblo y su numeroso grupo de habitantes. Algo que durante el primer acto lleva a que el ritmo sea un tanto acelerado y donde se puede argumentar que unos 15 o 20 minutos extra hubieran sido de gran ayuda, ya que ante la prisa por establecer determinadas situaciones importantes no se deja que los personajes tengan una presentación más sólida (especialmente Mark) y por momentos se siente que brinca de una escena a otra sin dejar el tiempo necesario para que estas tengan un mayor peso.

Algo que afortunadamente va quedando atrás con el pasar de los minutos y gracias a las tragedias se empieza a generar un tono más oscuro que permite trabajar con la presencia de los vampiros, apostando por el suspenso sin tener que ocultarlos por completo o recurrir a un gorefest para hacerlos amenazantes. Además, las cosas fluyen de manera agradable no solo por contar con momentos de tensión efectivos, sino que también porque la dinámica entre los personajes más importantes se empieza a sentir sólida y gracias a eso las escenas pensadas para reflejar el nivel de amenaza que está consumiendo al pueblo tienen un buen grado de efectividad más allá de la impecable labor visual lograda por medio del trabajo de fotografía y los efectos visuales.

Construyendo así un camino entretenido hacía una parte final que indudablemente es la que más se aleja del libro, pero que cumple con su objetivo a la perfección. Ya que aquí la intensión era exponer algo más espectacular sustentándose en la acción y al trasladar las acciones a un espacio abierto, en donde la cantidad de vampiros puede ser desplegada a mayor escala, le brinda mucha fuerza a un cierre que incluso con los cambios resuelve los puntos más importantes.

En el tema de las actuaciones tenemos a un Lewis Pullman que hace lo necesario para sacar adelante el personaje sin que este sea uno precisamente memorable; en gran parte por la rapidez con la que se desarrolla todo. Mientras que el resto del elenco cumple con sus objetivos para complementarlo de la manera más competente posible.

Y en cuanto a la producción, nos encontramos ante una factura de buen nivel: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte impecable, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es limpio, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje cumple con su propósito de manera efectiva.

Opinión final: Salem’s Lot me entretuvo. Película divertida de vampiros que puede servir para que nuevas generaciones sientan curiosidad por la novela de Stephen King.

Ojometro:
***