viernes, 8 de julio de 2016

Crítica: Dead Rising: Endgame (2016)


Secuela de la película de 2015 que ahora está dirigida por Pat Williams y que cuenta con el regreso de Tom Carter como escritor del guión, aunque compartiendo créditos junto a Michael Ferris. Se estrenó directamente en Crackle dentro de los Estados Unidos el pasado 20 de junio, aunque aún no ha llegado a todos los mercados en los que está disponible dicha plataforma.

Sinopsis:

Dos años después nos encontramos en la zona de cuarentena de East Mission City infestada de zombies, donde el reportero de investigación Chase Carter (Jesse Metcalfe) tendrá que detener una conspiración secreta del gobierno que, a pesar de estar diseñada para acabar con la epidemia, también terminará con la vida de millones de personas inocentes.



Comentarios generales:

La primera entrega no fue nada del otro mundo, pero resultó ser un buen negocio para Legendary y todas las partes involucradas dada la facilidad con la cual se podía vender en distintos formatos para diversos mercados (en menos de un año estuvo en TV), así que una secuela era algo lógico. Lo único que faltaba era ver si mantenían la poca fidelidad hacia el videojuego o si tomaban el camino que en su momento tomó Resident Evil de desviarse por completo para crear su propio universo, lo cual Dead Rising: Endgame termina haciendo.

Esto porque Williams y los guionistas durante el primer acto se alejan por completo de la esencia del juego que involucra atascar todo con zombies y prefieren establecer de manera más sólida la amenaza a gran escala del gobierno, dejando claro que la historia, si bien involucra zombies como un peligro constante, tiene un poco más de fondo. Algo sin duda necesario para expandir esta franquicia, pero que realmente convierte al primer acto en uno bastante aburrido dado a que ocurren muy pocas cosas trascendentes y las escenas con las criaturas son en extremo limitadas; provocando que la película se sienta de todo, menos como parte del género de terror.

Situación que cambia rebasando los 35 minutos, cuando se empieza a explotar lo verdaderamente fuerte dentro de esta producción: las persecuciones/enfrentamientos.

Aquí es donde el ritmo se vuelve frenético y el espectador entra a terrenos conocidos con secuencias muy bien logradas que involucran mucha sangre, armas peculiares, escenarios con cierta complejidad para los sobrevivientes y cantidades muy importantes de zombies que ahora lucen mucho más intimidantes debido a que no son los típicos que con un solo golpe se mueren; además de que pueden correr (lo cual en automático agrega impacto a todo lo que hagan).

La parte final es agradable. Logran producir niveles de tensión sólidos y nuevamente se proporciona una escena de acción con muchos zombies muy entretenida que le brinda bastante dinamismo a un desenlace por demás predecible, el cual está totalmente pensado para preparar el camino a una inevitable tercera entrega.

Las actuaciones no cambian mucho con respecto a lo que se vio el año pasado; Metcalfe realmente cuenta con muy pocos diálogos y se dedica a ser el héroe prácticamente invencible, mientras que los secundarios son realmente los que cargan con cuestiones más emocionales. La producción es un poco menos ostentosa, pero mejor cuidada: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, cuenta con un buen trabajo de sonido, los efectos están bien hechos (sobre todo en las persecuciones) y la cuestión de maquillaje sigue siendo poco imaginativa tratándose de zombies, pero al menos hay mayor variedad.

Opinión final: Dead Rising: Endgame sigue la línea de la primera como un entretenimiento hueco sin mayores pretensiones, pero con mejores escenas de acción.

Ojometro:
***