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martes, 24 de junio de 2025

Crítica: 28 Years Later (2025)

Película dirigida por Danny Boyle (28 Days Later), cuyo guión fue escrito por Alex Garland. Se estrenó en cines dentro de México y Estados Unidos los pasados 19 y 20 de junio; recaudando hasta la fecha $60 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

28 años después de haberse dado el brote del virus de la ira, este ha sido erradicado de la Europa continental y solo el Reino Unido se mantiene bajo cuarentena. Donde en una pequeña isla se encuentra una comunidad en la que uno de sus miembros más jóvenes se aventura a salir de esta y descubrir los secretos, así como los horrores que representan los infectados.


Comentarios generales:

“28 Days Later” es una de las películas de terror más importantes de todos los tiempos, ya que revitalizó el género de zombies a inicios de los 2000s cuando este se encontraba prácticamente muerto. Así que cuando se supo que había planes para desarrollar una nueva trilogía con Danny Boyle y Alex Garland haciéndose cargo de la primera parte todo el mundo recibió la noticia con alegría, convirtiendo así a 28 Years Later en una de las películas más esperadas del año bajo unas expectativas altísimas que la ponían en una posición medio compleja, pero que ha logrado superar por medio de un enfoque que probablemente no es el que muchos se imaginaban.

Ya que lo traído por Danny Boyle apuesta más por el lado humano y no tanto por la espectacularidad inherente que podrían ofrecer las hordas de infectados, esto con el propósito de darle una continuidad natural a lo que ha sido la destrucción del Reino Unido después de tantos años y mostrar cómo, dentro de lo silvestre, han sido los propios infectados los que han logrado tener una mejor adaptación e incluso mayor evolución.

Dejándonos con esto frente a una primera mitad sustentada en un viaje de padre e hijo en el que básicamente nos enseñan la dinámica de este nuevo mundo por medio de lecciones de supervivencia centradas en... bueno… cómo no ser masacrados. Lo cual puede que no suene tan llamativo pero en la práctica resulta bastante entretenido debido a que en base a los nuevos peligros se va forjando una relación compleja entre Jamie y Spike, quienes conforme van avanzando en su travesía se enfrentan a problemas que añaden mucha intensidad a las cosas y dejan en claro el riesgo que representan los infectados gracias a su vida salvaje.

Algo que sin duda te hace suponer que para la segunda mitad veras una serie de sucesos que terminarán en el colapso de la pequeña comunidad: sin embargo, el camino que se toma es uno distinto para mantener el enfoque en el tema familiar. Llevando a situaciones en las que Spike se encuentra en total desventaja para lograr su objetivo y con las que se logran construir buenas secuencias de acción que añaden las dosis de impacto que habían quedado un poco olvidadas rumbo a una parte final que indudablemente es la que más sorprende.

Ya que esta resulta mucho más emocional de lo que uno hubiera esperado, estableciendo el mensaje sobre lo inevitable de la muerte y cómo se tiene que seguir adelante sin importar las circunstancias que nos rodean. Aunque también hay que decir que la manera en la que concluye el filme puede ser polémica y sentirse totalmente fuera de lugar. 

En cuanto a las actuaciones, la verdad tenemos un elenco sólido con Aaron Taylor-Johnson (Jamie), Jodie Comer (Isla) y Alfie Williams (Spike) logrando una química como familia muy potente que resulta fundamental para que la parte emocional sea efectiva. Mientras que la extravagancia que aporta Ralph Fiennes (Dr. Kelson) es un toque agradable.

Por último, la producción es de una factura de impecable: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte está bien cuidada, el score es genial, el trabajo de sonido limpio, los efectos son de muy buena calidad y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: 28 Years Later me gustó bastante. Una evolución coherente y sorpresivamente emocional de una de las historias más importantes del cine de zombies. 

Ojometro:
***** 

martes, 18 de abril de 2023

Crítica: The Park (2023)

Película escrita y dirigida por Shal Ngo, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó el pasado 2 de marzo directamente en VOD y formato digital dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Después de que un extraño virus matara a todos los adultos en el planeta, la vida para los niños se ha vuelto una carrera contra el tiempo antes de que lleguen a la pubertad y les ocurra lo mismo. Obligándolos a pelear entre ellos, incluso por la propiedad de un parque de diversiones abandonado. 


Comentarios generales:

Películas que se centran en niños tratando de sobrevivir en ambientes hostiles no son algo nuevo, pero el concepto sigue siendo llamativo porque la propia naturaleza de los personajes infantiles siempre genera cierto morbo. Siendo esto lo que ayudaba a que The Park resaltara a pesar de ser un proyecto pequeño del que hasta hace un par de meses atrás se sabía poco y que sin duda podrá llamar la atención de algunos fans.

Ya que lo traído por Shal Ngo es una historia que ciertamente muestra flaquezas de un director/guionista que va empezando en la industria y aún así logra captar tu atención al tratar temas como la perdida de la inocencia, el jamás perder la esperanza o (de manera más extrema) lo complejo que es llegar a la adolescencia. Todo bajo un escenario apocalíptico del cual se explica lo básico desde los primeros minutos de manera clara y gracias a eso no se pierde tiempo en tratar de añadir demasiado drama para que así la aparición de estos niños contenga la fuerza necesaria que establezca su crueldad de golpe, así como plantear que su situación no es muy distinta a la que vivirían los adultos cuando su único objetivo es sobrevivir bajo un ambiente hostil.

Una hostilidad que se empieza contrarrestar con la aparición de Kuan, quien es la luz de esperanza dentro de todo esto y por lo consiguiente el principal contraste con nuestra protagonista Ines, lo cual hace que la dinámica entre ellas sea muy interesante dentro de una locación que magnifica la atmósfera deprimente. Lo malo es que conforme van pasando los minutos la sensación de riesgo se va perdiendo, la tensión disminuye y honestamente no existen momentos que puedan cambiar de manera significativa el tono a uno mucho más oscuro cuando era necesario; además de que el ritmo empieza a volverse lento conforme las ideas se van cambiando a conveniencia por el afán de darle relevancia a un personaje (Bui) que siempre se siente ajeno a la dinámica central.

Llevándonos así a una parte final acelerada, aunque durante esta también se logran construir algunas escenas con cierto nivel emocional que regresan un poco del sentido de urgencia que había quedado en el olvido. Dejando así todo listo para un cierre que puede resultar forzado y cursi considerando la temática, pero tampoco te deja tan mal sabor de boca. 

En lo que respecta a las actuaciones, la verdad es que Chloe Guidry (Ines) y Carmina Garay (Kuan) tienen buena química y la película alcanza sus puntos más altos cuando ellas dos comparten pantalla. Mientras que en producción tenemos buenas cosas: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es muy buena, el score no es nada especial, el trabajo de sonido está bien cuidado, los efectos son simples y la labor de maquillaje muy discreta.

Opinión final: The Park está entretenida. Película apocalíptica con temas interesantes que vale la pena checar.

Ojometro:
***

viernes, 8 de julio de 2022

Crítica: The Sadness (2022)

Película taiwanesa escrita y dirigida por Rob Jabbaz. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de mayo, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una joven pareja se trata de reunir en medio del caos después de que Taiwán se ve azotado por un virus que convierte a los habitantes en unos degenerados sedientos de sexo y sangre. 


Comentarios generales:

El género de terror suele ser uno en donde se puede intentar cualquier cosa dada las libertades que ofrece, pero pocos son los directores que suelen ir demasiado lejos en cuanto al nivel de violencia se refiere. Simplemente existen algunos límites y cuando una película se atreve a cruzarlos siempre va a generar mucho ruido a niveles mainstream ante la experiencia retadora que puede significar el visionado para aquellos que no estén acostumbrados a ver cosas de este tipo y sin duda The Sadness es uno de esos ejemplos.

Algo que además resulta sorpresivo si tomamos en cuenta que Jabbaz utiliza uno de los subgéneros más explotados para hacerlo, aunque en este caso no son zombies como tal, sino infectados con un comportamiento primitivo que están plenamente consientes de sus actos. Utilizando de excusa la pandemia sin que sea precisamente una crítica a su politización o los descuidos que causaron tantas muertes, sino más bien solo la usa como vía para mostrar un viaje lleno de violencia y sexo en el que casi todo se vale para lograr que el espectador no haga la vista a un lado.

Y afortunadamente lo logra sin tener que sacrificar la inteligencia de los personajes o al guión en sí, ya que de hecho hay una historia simple en todo esto que logra interesarte lo suficiente y en base a eso se van construyendo los momentos de brutalidad que poco a poco te venden la posibilidad de que tal vez nuestros protagonistas no sean capaces de salir ilesos de esta problemática. La cual se desarrolla bajo un ritmo bastante frenético y evidentemente explosivo ante el gorefest que se presenta en cada situación de peligro existente, con el cual el director se da rienda suelta en el tema de la violencia pero también deja ciertas cosas fuera de cámara que pudieran haber resultado demasiado perturbadoras y mejor opta porque solo se escuche lo que ocurre.

Llevándonos así a la parte final con contados contratiempos; sin embargo, aquí es donde flaquea un poco. No tanto porque el gore se vea disminuido, sino porque se nos presenta una situación con un doctor que se siente fuera de lugar y termina quitándole intensidad a un desenlace que se va más hacía el lado desgarrador de las consecuencias del virus en cualquier persona y no tanto en el shock visual. 

Sobre las actuaciones hay que decir que es de esas películas que funcionan más por su conjunto que por una individualidad y en general el elenco lo hace bastante bien. Mientras que en producción se nota una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es un buen complemento, el trabajo de sonido es bastante bueno y todo lo referente a efectos/maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Sadness me gustó. Una de las películas más violentas y brutales que han salido en años recientes.

Ojometro:
****

martes, 23 de noviembre de 2021

Crítica: The Spore (2021)

Película escrita y dirigida por D.M. Cunningham, la cual significa su primer largometraje. Salió directamente en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de noviembre.

Sinopsis:

Las vidas de diez extraños se cruzan durante una aterradora cadena de eventos cuando un hongo mutante empieza a extenderse por una pequeña ciudad y transforma a todos los que entran en contacto con este.


Comentarios generales:

Una de mis debilidades son las películas de zombies o cualquier cosa que se les asemeje, así que es casi seguro que las veré sin importar si son blockbusters o proyectos independientes que no reciben tantos reflectores. Aunque obviamente esta debilidad conlleva un riesgo debido a que también se trata de un subgénero en el que la calidad varía demasiado y siempre existe la posibilidad de llevarse tremendas decepciones, tal como es el caso con The Spore.

Y la verdad esto es una pena debido a que aquí hay cosas con las que se podía trabajar y sacar algo más entretenido debido a que la visión de Cunningham es bastante innovadora en el sentido de que la infección producida por el hongo es el verdadero personaje principal de esta historia, la cual además se maneja bajo una estructura de segmentos conectados para contarla sin que se pueda catalogar a plenitud como una antología. Dándole así una identidad propia que además se magnifica ante el hecho de que durante al menos unos 40 minutos realmente no tenemos diálogos, siendo unas transmisiones de radio la única vía para brindar contexto en lo que claramente es una referencia/homenaje a Night of the Living Dead.

Lo malo es que dicho enfoque minimalista hace que la mayoría de los eventos que se desarrollan no parezcan relevantes dentro de una problemática a mayor escala, provocando así que el ritmo sea exageradamente lento. Y eso empeora cuando por diseño la mayoría de las acciones no tienen un nivel de intensidad tan elevado como para disimularlo y esto genera que la experiencia se vaya convirtiendo en una demasiado cansina ante la falta de avances concretos, incluso cuando todavía quedan más de treinta minutos de metraje.

Unos que para colmo son, sin lugar a dudas, lo peor de la película y en gran parte se debe a que llegan los diálogos por medio de situaciones más elaboradas que están actuadas de manera terrible. Las cuáles deberían de exponer los peligros de la infección de forma espectacular pero se quedan encasilladas en cosas muy básicas que nunca logran hacerte sentir interés por los personajes y que, salvo por aspectos técnicos visuales, no ofrecen nada que se pueda considerar de gran importancia para el desenlace.  

Sobre las actuaciones uno comprende rápidamente por qué la película tarda tanto en tener escenas con diálogos extensos fuera de las transmisiones de radio, ya que el elenco es bastante malo y les cuesta muchísimo lograr algo siquiera decente. Sobre todo a una señora a la que en todas sus apariciones se nota en exceso que se aguanta la risa en momentos de mucha seriedad.

En cuanto a producción es de muy bajo presupuesto, aunque un par de aspectos específicos resaltan: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte es simple, el score repetitivo, el trabajo de sonido cumple, la labor de maquillaje está bien cuidada y los efectos (prácticos) en general son de muy buena manufactura.

Opinión final: The Spore es mediocre. Película sumamente aburrida que quedará en el olvido en cuestión de semanas.

Ojometro:
**

viernes, 9 de julio de 2021

Crítica: In the Earth (2021)

Película escrita y dirigida por Ben Wheatley (Kill List). Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el pasado mes de abril y en VOD durante el 7 de mayo, mientras que su salida en formato físico está confirmada el próximo 6 de agosto.

Sinopsis:

Mientras el mundo busca la cura para un virus desastroso, un científico y una exploradora se aventuran en lo profundo del bosque para realizar una prueba de rutina que termina saliendo bastante mal.


Comentarios generales:

Por lo que ha ocurrido en el último año y medio con la pandemia cualquier película que trate sobre un virus mortal sin duda alguna llamará la atención debido a que es un tema que se encuentra en boca de todos y hasta cierto punto resulta morboso, independientemente de si la película en cuestión haya tenido o no la intención de usarlo de dicha manera. Por ese motivo es que que In the Earth resultaba llamativa, ya que de lo contrario hubiera pasado de noche y más cuando te das cuenta que dicha temática no es tan relevante.

Esto porque lo que nos presenta Wheatley no se desarrolla en un escenario a gran escala y se centra más que nada en presentar una historia que se sostiene en los sonidos, la psicodelia y algunas ideas poco efectivas que terminan convirtiendo esto en una experiencia totalmente distinta a la esperada. Donde el tema del virus se deja de lado en cuestión de minutos para darle lugar a un viaje aburrido en el que no pasa nada relevante y solo se trata de ver a un par de individuos caminando por el bonito paisaje mientras tienen conversaciones entrecortadas hasta que se topan con otro personaje mucho más interesante.

Uno que con su simple presencia levanta un poco las cosas, más que nada porque es por medio de este que la temática del filme da un giro total para pasar de un virus mortal a algo más centrado en el folclore local involucrando un tipo de brujería poco convencional. Lo cual es sin duda el medio para brindar los que son los minutos más intensos y oscuros, pero también la manera en la que las acciones cada vez se vuelven más complicadas de entender debido a que conforme transcurren las acciones se van insertando ciertas cosas que nunca terminan por desarrollarse del todo bien y solo dejan la sensación de que eran ideas que se le ocurrieron al vuelo al director para ver si algunas de estas encajaban.

Algo que se magnifica incluso mucho más en la parte final cuando el aspecto psicodélico entra en juego y por lo consiguiente la explotación del estado mental de los protagonistas se vuelve más relevante. Dándole así a la sensación de desorientación y a los sonidos un rol más relevante para proporcionar algunos visuales interesantes, más no un desenlace suficientemente convincente.  

Sobre las actuaciones quien más destaca es Reece Shearsmith (Zach) con un papel de loco muy bien logrado que en gran medida es lo que termina rescatando la película de ser un potente somnífero. En cuanto a producción, tenemos una bien cuidada: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es la gran cosa, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos son muy discretos y la labor de maquillaje saca adelante lo que debe.

Opinión final: In the Earth es decepcionante. Una película destinada a la polémica que gustará en mayor o menor medida dependiendo de que tan bien digieran la falta de claridad.

Ojometro:
**

viernes, 31 de enero de 2020

Crítica: Inmate Zero (2020)


Película dirigida por Russell Owen (Welcome to the Majority), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Matthew J. Gunn. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de enero, mientras que su salida en formato físico está programada para próximo 11 de febrero.

Sinopsis:

En la isla de St. Leonards se encuentra una prisión donde están recluidos algunos de los criminales más violentos del planeta y se realizan extraños experimentos. Sin embargo, cuando uno de estos sale mal, la isla se convertirá en un aterrador laberinto lleno de enfermedades para los desesperados sobrevivientes.



Comentarios generales:

Las películas sobre infectados viven horas bajas después de muchos años de gozar de relativo éxito ya que, a diferencia de las zombies tradicionales en las que cada vez se encuentran nuevas maneras de explotarlos, en estas casi siempre se sigue un mismo patrón. Por eso es que vender un trabajo como Inmate Zero (también conocida como Patients of a Saint) es tan complicado debido a que con solo ver el titulo se sabe un porcentaje importante de la trama y si no existe algo que la diferencie del resto los resultados no serán buenos, tal como ocurre aquí.

Y es que lo que nos trae Owen desde el primer instante se siente como algo que ya has visto muchas veces, siendo el único punto de diferenciación la locación e incluso eso no resulta lo suficientemente fresco. Contándonos así una historia que por lo menos no tarda demasiado tiempo en exponer el tema de los infectados al darnos las bases para entender lo básico de su existencia y después empezar a presentar el caos por medio de escenas que manejan de buena manera su peligrosidad, así como una aparente debilidad. Aunque dicha inercia inicial posivita no dura demasiado.

Esto porque una vez que se establece al grupo de sobrevivientes la película cae en una dinámica repetitiva que en ningún punto permite conocerlos de mejor manera o generar conflictos interesantes entre ellos que bien podrían haber añadido cierta tensión considerando sus estatus. Simplemente se les deja en un mismo lugar durante un periodo prolongado de tiempo mientras se improvisan recorridos por la prisión para lograr ciertos objetivos que no parecen llevar a ningún lado y ni siquiera aportan grandes momentos que exploten a la amenaza.

Siendo este un problema importante porque realmente los infectados nunca son utilizados de buena manera, ya que muchas de las muertes se dan fuera de cámara y la mayoría del tiempo se la pasan entre las sombras o solo se escuchan a lo lejos. Inclusive su aparente debilidad termina siendo un punto irrelevante que nunca se utiliza de manera creativa.

Llevando así a una parte final bastante predecible y aburrida en la que los sucesos quedan parados como algo meramente anecdótico y la presencia de los infectados se ve mucho más reducida. Provocando con esto que el cierre carezca de fuerza y deje la sensación de que fue sumamente acelerado.

Las actuaciones no son terribles, pero tampoco son nada particularmente especial y eso termina influyendo para que todo te resulte tan indiferente. La producción cumple en la mayoría de las aéreas: el trabajo de fotografía tiene altibajos, la dirección de arte está ok, el score es bueno, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son muy elaborados y la labor de maquillaje es de buen nivel. 

Opinión final: Inmate Zero es bastante aburrida. Película genérica de la que se olvidarán en un par de semanas.

Ojometro:
**

viernes, 21 de diciembre de 2018

Crítica: I Still See You (2018)


Película basada en la novela "Break My Heart One Thousand Times", la cual es dirigida por Scott Speer y cuyo guión fue escrito por Jason Fuchs. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos durante el mes de octubre, mientras que su salida en formato físico y VOD se dio el pasado 11 de diciembre.

Sinopsis:

Diez años después de un evento catastrófico que mató a millones de personas y dejó al mundo habitado por fantasmas, Roni (Bella Thorne) recibe un mensaje amenazador. Las pistas son vagas, pero pronto con la ayuda de un compañero de clase empezará a descubrir secretos que unen a los vivos y los muertos en su lucha desesperada por sobrevivir.



Comentarios generales:

En ocasiones anteriores ya he comentado sobre cómo las películas de Bella Thorne suelen ser un producto fácil de promover gracias al sex appeal por el cual muchísimas personas se encuentran al pendiente de todo lo que haga. Cada año parece haber alguna que quiere explotar eso y I Still See You no es la excepción; sin embargo, este probablemente sea el trabajo que menos pretende obtener dinero rápido solo sustentándose en ver a la joven actriz sin poca ropa.

Y es que, salvo por un par de escenas en la regadera, realmente lo que quiere Speer es regalarnos una historia cuyo principal atractivo sea la interacción entre los humanos y los remanentes (así le dicen a los fantasmas) para poder brindar un enfoque distinto que le permita un mayor margen de maniobra a lo que quiere contar. Lo cual ciertamente logra por algunos minutos antes de que vaya desapareciendo la novedad conforme transcurre el filme debido a que nunca se logra establecer de manera interesante lo que ocurre en este mundo, solo se centra en el caso de nuestra protagonista y todo lo demás queda parado como algo meramente superficial cuando es evidente que hay algo mucho más grande e interesante detrás.

Provocando así que por varios lapsos las cosas sean aburridas, aunque el director tiene la capacidad de ir corrigiendo sobre la marcha para ir agilizando lo que ocurre en pantalla; incluso si esto significa revolver más el tema de los remanentes. Uno que nunca queda del todo claro pero que da la suficiente sustancia como para construir un misterio que resulte entretenido de ver a pesar de lo tremendamente obvio que resulta el camino por el cual van las acciones y porque ayuda a construir algunos momentos visualmente interesantes a los que no les hubiera venido nada mal un poco más de atención.

La parte final cumple su cometido. Como dije antes, es demasiado predecible saber quién será el asesino por simple proceso de eliminación y eso le quita su dosis de misterio, pero en general lo que ocurre se desarrolla de manera fluida para brindar un cierre decente.

Las actuaciones no son nada para destacar, Bella Thorne tiene un rol más serio al acostumbrado pero no cambia demasiado respecto a lo que ya le conocemos y el resto del elenco no hace demasiado como para ayudarla. La producción tiene sus detalles positivos: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no es gran cosa, el score es medio genérico, el trabajo de sonido está bien cuidado y los efectos están bien hechos en general.

Opinión final: I Still See You está pasable. Típica película para perder el tiempo que será transmitida por TV cada año.

Ojometro:
***
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De mi parte les deseo una feliz navidad 

martes, 2 de octubre de 2018

Crítica: Patient Zero (2018)


Película dirigida por Stefan Ruzowitzky (Anatomie) y escrita por Mike Le. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de agosto, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 14 de septiembre.

Sinopsis:

Después de una pandemia global sin precedentes que convierte a los seres humanos en violentos “infectados”, un hombre con la habilidad de poder hablar su lenguaje lidera al último grupo de sobrevivientes en la búsqueda del paciente cero para encontrar una cura.



Comentarios generales:

Existen películas con las que uno puede percibir casi de manera inmediata que no hay algo bien, las señales son diversas, pero por lo regular la más clara es cuando el estudio empieza a titubear con las fechas de estreno. Justo lo que ocurrió con Patient Zero, la cual estaba originalmente planeada para salir hace dos años y que poco a poco fueron olvidando hasta que obtuvo una salida en VOD que a nadie le importó; dejándola a merced de una irrelevancia más que merecida.

Esto porque, sin temor a exagerar, estamos ante una de las peores películas sobre zombies/infectados que recuerde por parte de un estudio mayor; en donde Ruzowitzky y Le básicamente toman la mítica “Day of the Dead” como referencia para regalarnos una historia cuya falta de contenido raya niveles absurdos. Algo sorprendente cuando la idea central (un tipo que puede hablar con los infectados) daba mucha tela de donde cortar y que realmente solo utilizan de manera superficial para ir construyendo un drama absurdo en el que insertan un dilema amoroso al que por momentos le dan más importancia que a la propia búsqueda de la cura.

Dejando así todo lo referente al terror en una serie de interrogatorios cuyo propósito es brindar cierto contexto sobre lo que ocurrió y, de vez en cuando, alguno que otro sobresalto con acciones de impacto aisladas.

Realmente eso es lo que ocurre por una aburridísima hora hasta que por fin se acuerdan de que parte importante de esto son los infectados y con ello inicia una masacre genérica que no solo carece de momentos memorables, sino que además no los hace lucir mucho más amenazantes considerando que cuentan con una inteligencia elevada.

La parte final es ridícula debido a que el tema amoroso sigue siendo explotado incluso con la masacre desarrollándose y el enfrentamiento decisivo no lleva a absolutamente nada. De hecho, pareciera que el plan era que esto fuera el inicio de una franquicia porque la película termina de golpe, sin responder siquiera las preguntas más básicas y dejando un panorama abierto a algo mucho mayor.

De las actuaciones solo puedo decir que tipos como Matt Smith (Morgan) y Stanley Tucci (El profesor) no cuentan con demasiado material para lucir el talento que se sabe que tienen, mientras que Natalie Dormer (Gina) solo está de adorno. La producción es lo más decente que tiene: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es básica, el score intrascendente, el trabajo de sonido es bueno, los efectos simples y la labor de maquilla es lo habitual con esta clase de filmes.

Opinión final: Patient Zero es un desastre. Una de las peores películas de infectados que se han hecho, evítenla a toda costa.

Ojometro:
*

sábado, 3 de febrero de 2018

Crítica: Mom and Dad (2018)


Película escrita y dirigida por Brian Taylor, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 19 de enero, mientras que su salida en formato físico se dará el próximo 20 de febrero.

Sinopsis:

Una adolescente y su pequeño hermano tendrán que sobrevivir durante 24 horas a una histeria colectiva que hace que los padres traten de matar a sus propios hijos sin explicación alguna.



Comentarios generales:

Sinceramente no tenía grandes expectativas con esta película debido a que los trabajos previos de su creador no son nada para presumir y su repentina incursión dentro del género me parecía más que nada un intento desesperado por mantener cierta relevancia en la industria. Sin embargo, siempre existe la posibilidad de estar equivocado y en el caso de Mom and Dad eso fue lo que ocurrió, ya que se trata de un trabajo realmente divertido que además deja en claro que una idea simple también puede tener cierto nivel de complejidad.

Algo que en gran medida se debe al tema en el que Taylor sustenta su historia, uno que será polémico por donde se le vea y que se desarrolla de manera bastante sutil durante los primeros minutos (escena inicial, noticiero) para luego, casi de manera inmediata, iniciar un caos que es por demás disfrutable. Usando como base lo que sería básicamente un comportamiento de zombies pero sin que exista algún tipo de transformación ni nada similar y que sorpresivamente logra generar escenas increíblemente tensas al mostrar a estos padres totalmente obsesionados por ponerle las manos encima a sus hijos y así empezar a bombardear al espectador con muertes que, aunque visualmente no son tan extremas, si cuentan con un nivel de impacto elevado gracias a lo que involucran.

En base a esto el ritmo es muy ágil y la película avanza sin muchas complicaciones a un segundo acto en el que la tónica no cambia demasiado e incluso te presenta más situaciones dentro de un hospital que resultan un tanto perturbadoras, pero que a la misma vez empieza a cuestionar de manera un poco más profunda lo que representa la paternidad. Aquí realmente nunca se trata de encontrar una explicación sobre lo que ha originado esta histeria, las posibles teorías al respecto son mínimas y mejor se opta por estudiar el comportamiento de estos padres con demasiadas frustraciones por cómo resultó su vida una vez que llegaron sus hijos. Todo bajo una exageración bien balanceada y cierto toque de humor negro que al combinarlo con la locura funciona a la perfección.  

Lamentablemente la parte final no resulta tan satisfactoria por dos razones:

- La primera es que no puede mantener el ritmo dinámico y se estanca en acciones poco interesantes.

- La segunda es que no ofrece algo concreto en cuanto a su conclusión, simplemente termina de golpe y gracias a eso te quedas con una sensación de vacío importante.

En el tema de las actuaciones no está nada mal, Nicolas Cage por primera vez encuentra un papel ideal para su conocida sobreactuación y Selma Blair resulta la pareja perfecta debido a que proporciona un personaje mucho más metódico, pero igualmente maniático. La producción es discreta: el trabajo de fotografía es cumplidor, la dirección de arte no tiene mucho, el score es agradable, el trabajo de sonido es muy bueno y los efectos, aunque simples, son efectivos.

Opinión final: Mom and Dad me entretuvo bastante. Una película simple, pero demasiado divertida que vale la pena checar.

Ojometro:
**** 

martes, 16 de enero de 2018

Crítica: What We Become (2016)


Producción danesa escrita y dirigida por Bo Mikkelsen, la cual significó su primer largometraje. Se estrenó en cines dentro de Dinamarca en el 2016 y posteriormente ese mismo año llegó a diversos mercados vía VOD y formato físico.

Sinopsis:

Una familia es puesta en cuarentena dentro de su propio hogar gracias a un peligroso virus que se ha propagado por todo el pueblo y se verán forzados a lo más extremo para tratar de escapar con vida tanto de los militares como de la gente infectada.



Comentarios generales:

Mi caso con What We Become es uno peculiar debido a que se trata de una película de la cual tenía planeado escribir desde 2016; sin embargo, después de diversos problemas con envíos la deje pasar y no fue sino hasta ahora que volvió entrar en mi radar. Lo cual fue algo bueno porque gracias a esto pude notar de manera mucho más clara lo tremendamente influyente que se volvió una serie como The Walking Dead, la cual para la época en que se filmó esta película se encontraba en su tope de popularidad y que sin duda es la fuente de inspiración de este trabajo.

Esto porque Mikkelsen opta claramente por contar una historia en donde, si bien los zombies son un peligro, en realidad son los demás seres humanos quienes representan el mayor riesgo ante una situación que no saben controlar y en donde de la noche a la mañana ellos son quienes pueden sacar su lado más oscuro para no dejar que el virus los alcance. Un aspecto que hace que la película en general se realice bajo un ritmo lento, en especial durante un primer acto que se centra justamente en como inició la epidemia y en mostrar la relación existente entre esta familia que no es precisamente la mejor como para lidiar con un problema externo de tal magnitud debido a que no cuentan con la suficiente confianza entre ellos.

Volviendo así interesante el desarrollo gracias a que cada personaje tiene que deducir qué es lo está ocurriendo a su manera; sin embargo, con el pasar de los minutos esto va resultando insuficiente gracias a las pocas explicaciones brindadas (todas ofrecidas por la TV) y porque en general no pasa demasiado en pantalla. Una situación que obliga al creador a introducir una historia de amor adolescente con el afán de tener más contenido, la cual ciertamente agrega tensión entre los familiares pero que se siente totalmente fuera de lugar y básicamente lo único que logra es que la aparición de los zombies se dosifique mucho más.

La parte final es indudablemente la más intensa de la película gracias a que por fin dejan que los zombies tengan una presencia importante y con ello la sangre empiece a fluir sin que esto se vuelva un gorefest. Además logran añadir un nivel de drama elevado que ayuda a que el desenlace sea desgarrador y, en cierta medida, desesperanzador.

Sobre los actores la verdad no conozco a ninguno, pero todas las actuaciones son bastante sólidas al lograr su objetivo de sentir empatía por cada personaje ante la situación que experimentan. La producción es discreta: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es algo genérica, el score me agradó, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son simples y la labor de maquillaje básica, aunque bien hecha.

Opinión final: What We Become está ok. Una película con influencias muy marcadas sin grandes pretensiones.

Ojometro:
***

lunes, 27 de noviembre de 2017

Crítica: Mayhem (2017)


Película dirigida por Joe Lynch (Wrong Turn 2: Dead End) y escrita por Matias Caruso. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 10 de noviembre, mientras que su salida en DVD está anunciada para el próximo 26 de diciembre.

Sinopsis:

Después de haber sido despedido de manera injustificada, Derek Cho (Steven Yeun) se encuentra bajo cuarentena en las oficinas de su empresa gracias a un extraño y peligroso virus que desata los impulsos más salvajes de las personas. Ya sin nada que perder y con la ayuda de un inesperado aliado (Samara Weaving), ahora tendrá que pelear para llegar hasta el piso superior con tal de poder ajustar cuentas con sus jefes.



Comentarios generales:

La verdad es muy probable que Mayhem hubiera pasado totalmente desapercibida si no fuera por la presencia de Steven Yeun, quien después de la muerte de su personaje en The Walking Dead había estado alejado del género y muchos fans querían verlo de regreso. Al menos en mi caso esa fue la razón principal para verla, ya que realmente su premisa no resultaba tan interesante; de hecho, este mismo año ya habíamos tenido un trabajo un tanto similar y por eso mismo no esperaba demasiado, aunque al final lo que me encontré fue algo que me brindó casi 90 minutos de pura diversión.

Ya que aunque lo que nos trae Lynch no es precisamente innovador, este si trata de añadir suficientes cosas para hacerte sentir que lo que estás viendo es algo fresco; iniciando con el propio virus, el cual no convierte a las personas en zombies u infectados sin emociones, sino que simplemente inhibe aquello que los hace comportarse de manera decente. Un detalle que parece insignificante pero gracias a esto el director básicamente tiene vía libre para presentar lo que le plazca y por medio de la construcción en los minutos iniciales es claro que lo que uno verá alcanzará niveles de exageración importantes basándote en que los propios personajes que, aun sin estar infectados, ya son seres de los cuales puedes esperar cualquier cosa considerando los estereotipos presentados.

Sus acciones solo son una extensión de su personalidad, están plenamente conscientes de ello, así que cuando el tema del virus toma relevancia esto explota y a partir de ahí el ritmo se vuelve caótico para presentar una historia llena de violencia completamente justificada, la cual además sirve para satirizar en todo momento el ambiente corporativo. Una situación que podría parecer que no ofrece nada más elaborado considerando la dinámica sangrienta, sin embargo, por medio de todo este caos también se va construyendo una relación entre los dos personajes principales que poco a poco va añadiendo ciertos cuestionamientos morales que le brindan profundidad sin dejar de lado el humor o la sangre.

La parte final por momentos flaquea al tratar de generar algunos despistes sobre si Derek podrá lograr su objetivo o no. Eso le quita algo de emoción a los minutos finales, pero no es suficiente como para derrumbar todo lo previo y se termina ofreciendo una conclusión satisfactoria.

Las actuaciones están muy bien, la dupla Yeun/Weaving muestra una química natural que hace que todo fluya de manera increíble y, a pesar de que sus acciones son algo cuestionables, uno está completamente a favor de lo que hacen; mientras que todo el resto del elenco también realiza una buena labor. La producción está bien cuidada: cuenta con un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte cumple, el score es muy agradable, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son simples y la labor de maquillaje no tiene complicaciones.

Opinión final: Mayhem me entretuvo bastante. Sin duda una de las películas más divertidas y sangrientas del 2017. 

Ojometro:
****

domingo, 10 de septiembre de 2017

Crítica: Peelers (2017)


Película dirigida por Sevé Schelenz (Skew) y escrita por Lisa DeVita (quien también tiene una breve participación en pantalla). Se estrenó en VOD y formato físico dentro de los Estados Unidos y Canadá a mediados de julio

Sinopsis:

Blue Jean (Wren Walker) es la dueña de un table dance dentro de un pequeño pueblo que en su noche de clausura tendrá que defender a sus strippers y su propia vida cuando varios de sus clientes se ven afectados por una extraña sustancia que los convierte en seres violentos que lo único que desean es matar.



Comentarios generales:

Debo de aceptar que cuando vi el trailer de Peelers esta me pareció atractiva porque su premisa en si lucia muy absurda y tenia potencial para ser cine serie b entretenido. Al final de cuentas el utilizar un table dance como escenario para realizar cualquier historia es por demás exótico y eso casi de inmediato te indicaba que no debías de tomar tan en serio lo que iba a ocurrir en la película; sin embargo, en este caso ni esa advertencia pudo salvarla de que fuera bastante olvidable.

Esto porque lo que nos regalan Schelenz y DeVita es algo que todo el tiempo sufre de una falta de convicción muy marcada sobre cómo quiere mostrar a sus personajes centrales, ósea… las strippers. A quienes durante gran parte del primer acto las muestran como mujeres fuertes, capaces de valerse por ellas mismas y sin dejarse intimidar por el ambiente de esta clase ambientes, pero también las ponen realizar acciones muy ridículas e incluso algo grotescas que eliminan prácticamente de golpe toda la construcción previa y con eso generan un conflicto muy evidente con respecto a la dirección a donde quieren llevar la historia; la cual, al menos durante los primeros 20/25 minutos, solo sabes que involucra infectados por la escena inicial.

Evidentemente conforme pasan los minutos el tema de la infección toma relevancia y esto hace que la sangre empiece a fluir, logrando así los momentos más divertidos por medio de elementos visuales impactantes proporcionados por varias muertes y un ritmo que llega a ser un tanto caótico por ciertos lapsos. Una fórmula efectiva sin duda, pero que para la mala suerte de todo el mundo se desgasta de manera muy rápida y provoca un marcado estancamiento; no solo porque nunca se te brindan grandes explicaciones sobre qué es la sustancia y por qué es tan difícil matar a los infectados, sino también porque el tema de las strippers fuertes básicamente queda en el olvido para darle paso a una dinámica mucho más genérica que, para colmo, obtiene tintes muy ridículos una vez que se revela cual es la solución para acabar con la amenaza.

La parte final tampoco es muy buena. Tiene algunos momentos pintorescos pero la explicación detrás de la infección es poco convincente y por la manera en la que se desarrollan las acciones llega un punto en donde realmente te termina importando poco si la mayoría de los personajes viven o mueren.

Las actuaciones no son desastrosas, pero tampoco nada para resaltar; realmente la mayoría saca con lo mínimo sus roles. La producción está ok: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte no tiene nada especial, el score es genérico, el trabajo de sonido cumple, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es probablemente lo más destacable sin ser espectacular.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Peelers es decepcionante. Película sobre infectados con algunos momentos decentes de la que se olvidarán en un par de semanas.

Ojometro:
**

viernes, 7 de julio de 2017

Crítica: It Comes at Night (2017)


Película escrita y dirigida por Trey Edward Shults, quien hace su debut dentro del género. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de junio y en México hizo lo propio el fin de semana pasado, recaudando hasta la fecha $13. 6 millones de dólares en taquilla en suelo estadounidense (todavía no hay números a nivel mundial).

Sinopsis:

Seguro de una amenaza que aterroriza a todo el planeta en su solitaria casa en medio del bosque, Paul (Joel Edgerton) ve su estricta rutina familiar amenazada cuando una joven pareja llega buscando refugio.



Comentarios generales:

Históricamente el cine de terror siempre ha sido visto con desdén por parte de la crítica especializada y pocas cosas suelen cumplir sus exigencias, mucho más durante los últimos 15 años. Es por ello que cuando una película del género empieza a tener cierto eco en ese círculo mi curiosidad se dispara, no tanto porque me importe mucho lo que digan, sino porque suele ser indicio de que hay algo interesante lo suficientemente bien hecho como para resaltar más de lo normal y sin duda It Comes at Night tiene algo de eso.

No puedo decir que Shults se rompe la cabeza con la historia debido a que se trata de una muy vista en años recientes al involucrar un virus que acaba con la humanidad, pero su idea no es hacer gran alboroto al respecto y en lugar de explicar el panorama a gran escala opta mejor por centrarse más que nada en la familia. Todo tiene que ver con este pequeño grupo de personajes y no lo que ocurrió con el mundo, dejando de lado los detalles sobre cómo se originó el virus para mejor dedicarle gran parte del primer acto a la rutina que han adoptado sin importar que en gran medida sus vidas se han vuelto miserables más por esta que por lo que ocurre allá afuera.

Evidentemente gracias a este enfoque la película siempre avanza de manera lenta (incluso cuando hace acto de presencia la segunda familia), un aspecto que no me molestó pero que sin duda pudo mejorarse; en especial porque hay puntos en donde no sientes que las cosas avancen. La tensión siempre es palpable y la dinámica sirve para ir identificando poco a poco quien es eslabón más débil, sin embargo, esto nunca termina siendo suficiente porque existen diversas situaciones que se plantean y que simplemente se dejan en el olvido cuando parecía que estas jugarían un papel mucho más importante.

Los 15 minutos finales son probablemente de lo más intenso que he visto en el año y no se debe a un cambio radical con respecto a todo lo que te mostraron previamente. Más que nada el director se dedica a explotar por completo la paranoia de Paul y en base a eso hacer que el espectador sea quien se empiece a cuestionar sobre quiénes son los verdaderos monstruos dentro de todo esto.

En la cuestión de las actuaciones Edgerton hace un excelente trabajo, aunque en realidad se trata más de una labor en equipo en donde todos cumplen de manera muy destacada cada uno de sus roles. La producción es discreta, pero bien cuidada: el trabajo de fotografía es fundamental para que la película funcione, la dirección de arte no es nada el otro mundo, el score está ok, cuenta con un buen trabajo de sonido y todo lo relacionado con efectos/maquillaje realmente es limitado. 

Opinión final: It Comes at Night es una buena película. En definitiva no será del agrado de todos pero es una propuesta interesante que debe de ser vista.

Ojometro:
****

jueves, 9 de marzo de 2017

Crítica: The Rezort (2016)


Película dirigida por Steve Barker (Outpost, Outpost: Black Sun), cuyo guión fue escrito por Paul Gerstenberger. Se estrenó en cines a mediados del año pasado en Asia y salió en formato físico en Alemania durante el mes de septiembre, mientras que en este lado del planeta ya se puede encontrar en Netflix.

Sinopsis:

Los humanos vuelven a tener control del planeta después de haber sufrido una epidemia que desató una guerra contra los zombies, los cuales ahora ya se encuentra prácticamente erradicados, salvo por una isla en la que ahora se encuentra The Rezort. Un parque de lujo que les ofrece a sus visitantes la posibilidad de matar tantos como puedan.



Comentarios generales:

Ciertamente mi conocimiento sobre The Rezort era nulo y por ello no hubo oportunidad de verla durante el año pasado; sin embargo, una vez que estuvo disponible mi curiosidad se desató debido a que básicamente se trataba del equivalente de Jurassic Park con zombies. Una de esas ideas locas que por lo regular me harían dudar, pero que para mi sorpresa al final solo fue la excusa para tratar un tema más profundo que vuelve a este trabajo un tanto único dentro de un subgénero explotado hasta el cansancio. Aunque sin los mejores resultados posibles.

La verdad es que en un inicio Barker y Gerstenberger no dan señales de que quieran regalarnos algo diferente, ya que más allá de plantear el tema de la guerra y sus consecuencias, todo lo ocurrido durante el primer acto es muy aburrido. Primero con la introducción de personajes genéricos estereotipados que no te provocan mucho interés y, segundo, con la presentación del concepto de The Rezort; uno que como dije antes es bastante peculiar, pero que ciertamente no termina por ser tan llamativo gracias a que nunca logran generar esa sensación de extravagancia que esperas considerando los propósitos de su existencia.

Lo mejor de la película llega justo a la mitad, no solo porque es  donde se desata el caos, sino porque es aquí donde se logra apartar un poco del resto al hacer ciertas comparaciones entre la situación de los zombies y algunos temas delicados que ocurren en la actualidad. Evidentemente el propósito general es realizar un show de muerte y sangre, pero de manera muy sutil el director también trata de hacer un poco más humana la situación con las criaturas para lograr que el espectador sea más empático en ciertas cuestiones que pocas veces son tratadas en el género. Todo bajo el riesgo de perder su interés o, en algo que ocurre, no saber cómo darle un mejor seguimiento una vez puesto este tema sobre la mesa.

La parte final es en exceso predecible. No diría que es mala porque en realidad si presentan unas persecuciones intensas y siempre existe esa sensación de peligro constante, pero el hecho de prácticamente saber cómo va a ser el desenlace le quita interés; además de que no profundizan demasiado en el tema de los refugiados.

Las actuaciones no son desastrosas, en realidad diría que son pasables, pero el hecho de que los personajes sean tan planos y poco imaginativos origina que realmente no se tenga mucho con que trabajar para lograr algo más aceptable. La producción es decente: el trabajo de fotografía no es del todo efectivo (más que nada en las escenas nocturnas), la dirección de arte está ok, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido cumple, los efectos son efectivos y la labor de maquillaje es acertada en lo que respecta a los zombies.

Opinión final: The Rezort es decepcionante. Una buena idea que jamás logran explotarla de manera adecuada.

Ojometro:
**

martes, 11 de octubre de 2016

Crítica: Viral (2016)


Película dirigida por la dupla Henry Joost / Ariel Schulman (Paranormal Activity 4), cuyo guión fue co-escrito por Christopher Landon y Barbara Marshall. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos a inicios de agosto, mientras que a México llegó a las salas de cine el fin de semana pasado.

Sinopsis:

Después de que un extraño virus pusiera en cuarentena a todo el pueblo, Stacey (Analeigh Tipton) y Emma (Sofia Black-D'Elia) tienen que mantenerse seguras dentro de su casa, pero cuando dicho virus infecta a su hermana, la menor de ellas tendrá que tomar una difícil decisión: protegerla o tratar de sobrevivir.



Comentarios generales:

Las películas de zombies sustentadas en brotes virales por lo general siguen una línea muy marcada donde predomina la acción, algo que suele dar buenos resultados y por ello difícilmente cambia. Sin embargo, en años recientes se ha visto cierta tendencia a disminuir un poco eso para enfocarse en aspectos más humanos o científicos, lo cual no es precisamente muy del agrado de los fans; quienes con Viral seguramente encontrarán un trabajo en su mayoría aburrido precisamente por eso.

Esto porque lo que nos presentan Joost y Schulman es una historia que ciertamente se tarda muchísimo en cocinar al centrarse durante gran parte de la primera mitad en los problemas personales/familiares/escolares de este par de adolescentes mientras de manera muy discreta se trata el tema del virus. Uno al que pretenden darle bastante seriedad incluyendo explicaciones científicas sobre parásitos e incluso segmentos con Barack Obama que le añaden cierto realismo al asunto, pero que no resulta suficiente como para generar una sensación de peligro a gran escala ante la lentitud con la que se desarrollan las acciones y cuya trascendencia va disminuyendo con el pasar de los minutos.

Es ya entrado el segundo acto cuando las cosas mejoran, principalmente porque los zombies se vuelven un poquito más relevantes, aunque no de la manera en la que uno espera. Esto porque en pantalla realmente solo aparecen un par, pero eso es más que suficiente para establecer el peligro que significan y con ello empezar a construir una atmósfera desoladora mucho más fuerte que no brinde esperanza a los personajes; no solo por lo que les espera afuera, sino también por el riesgo inminente con el que tienen que lidiar ahora que uno de ellos ha sido infectado. Situación que añade cierta complejidad por la cuestión moral a la que se ve expuesta nuestra protagonista.

La parte final la encontré falta de intensidad. No digo que no la tenga, pero considerando la situación presentada nunca terminé por creerme que los sucesos llevaran hasta sus límites a las hermanas; además de que toda la cuestión con los zombies se siente completamente en segundo plano y terminan siendo bastante olvidables.

Sobre las actuaciones puedo decir que son probablemente lo mejor de la película, sobre todo Sofia Black hace una gran labor al cargar con las escenas más importantes sin demasiados problemas. La producción está bien cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte no presenta nada complicado, el score cumple, el trabajo de sonido resulta un buen complemento en varias escenas, los efectos son sólidos y el trabajo de maquillaje no presenta demasiados riesgos, pero logra su cometido.

Opinión final: Viral no está mal, pero no contiene nada verdaderamente especial. Película para perder el tiempo un fin de semana.

Ojometro:
***

sábado, 17 de septiembre de 2016

Crítica: Train to Busan (2016)


Producción surcoreana escrita y dirigida por Yeon Sang-ho (Seoul Station). Se estrenó en cines dentro de Corea del Sur durante el 20 de julio, mientras que en los Estados Unidos hizo lo propio solo dos días después de manera limitada. Todavía no hay información sobre su llegada a otros mercados.

Sinopsis:

Mientras un virus azota a Corea del Sur, un grupo de pasajeros que viaja a bordo de un tren tendrá que hacer hasta lo imposible para poder llegar de Seúl a Busan ante el continuo ataque de hordas de violentos zombies. 



Comentarios generales:

El cine de terror surcoreano no es para nada desconocido entre los amantes del género, pero por lo regular suele quedar medio rezagado junto al japonés gracias a la cantidad de películas que estos últimos pueden producir. Sin embargo, los coreanos desde hace tiempo han asumido mayores riesgos y en esta ocasión lo hicieron a lo grande con Train to Busan: una súper producción para sus estándares que apostaba por un subgénero sobreexplotado en la actualidad y por un director con experiencia limitada solo en animación, pero cuyos resultados finales son en verdad excepcionales.

No voy a mentir, la historia en si no descubre el hilo negro y sigue un esquema básico ya muy visto en esta clase de películas, pero la manera en la que Yeon Sang-ho te la presenta es una delicia debido a que durante sus casi dos horas de duración el espectador se ve involucrado en un viaje sin ningún tipo de freno. Uno en donde no tienen que pasar ni 15 minutos para que inicie la locura y así se establezca rápidamente el ritmo con el que vamos a tener que lidiar por el resto del metraje, esto mientras vemos como se desencadena el infierno dentro de un lugar diseñado para la comodidad, pero que para esta clase de situaciones prácticamente se convierte en el peor enemigo de las personas ante el poco margen de maniobra con el que cuentan.

Es en base a esta dinámica como la primera hora pasa volando, la cual está atascada de zombies y acción a máxima velocidad; algo que daría pie para pensar que no hay mucha sustancia detrás, pero afortunadamente no es así. Ya que durante este periodo el creador también nos muestra un desarrollo interesante con los personajes y su manera con la que lidian los problemas, estableciendo así un choque de personalidades muy marcado que juega con el lado más podrido de la naturaleza humana que invariablemente provoca empatía por algunos de ellos y por otros no tanto.

Para la segunda mitad no cambia en lo absoluto la acción y la violencia, sin embargo, si se empieza a recurrir en ciertas pausas para generar secuencias donde los sobrevivientes tienen que pensar un poco más para poder salir adelante del problema. Un aspecto que luce menor, pero que en realidad es lo que genera unos niveles de tensión muy elevados que ayudan muchísimo en este lapso para que la película no decaiga y, sobre todo, se pueda solventar la ausencia de una explicación mucho más elaborada de los origines del virus (algo que pueden ver un poco más a detalle en “Seoul Station”, la película animada que salió en conjunto).

La parte final es caótica y, para tratarse de un trabajo de zombies, sorprendentemente emocional. En este punto la sensación de catástrofe a gran escala ya es muy palpable tanto por la atmósfera construida como por la cantidad de criaturas que se logran poner en pantalla, lo cual provoca que uno se vea muy agobiado por el hecho de que estos personajes se encuentran ya cerca de su objetivo y aun así tienen todas las de perder.

Las actuaciones están muy bien, Yoo Gong (Seok Woo) carga con el peso de la película sin ningún tipo de problema y realiza una muy buena mancuerna con Ma Dong-seok (Sang Hwa); aunque quien se llevará las miradas es la pequeña Soo-an Kim (Soo-an) debido al contraste que representa con la mayoría de los personajes. La producción es de muy buena nota: el trabajo de fotografía es consistente, la dirección de arte adecuada, el score resulta agradable, el trabajo de sonido es espectacular, el maquillaje cumple y los efectos son de una gran calidad considerando el importante uso de CGI.

Opinión final: Train to Busan  no solo se trata de una de las mejores películas de 2016, sino que además se trata de una de las mejores películas de zombies de la década. Muy recomendable.

Ojometro:
*****

lunes, 22 de agosto de 2016

Crítica: On the Brain (2016)


Primer largometraje del director Kevin Van Stevenson, cuyo guión fue escrito por Brandon Trask. Se estrenó el pasado 12 de julio vía DVD y VOD dentro de los Estados Unidos, mientras que su llegada a otros mercados está en duda (aunque es probable que llegue por medio de TV).

Sinopsis:

Un sheriff recién llegado descubre que hay algo verdaderamente mal en el apartado pueblo de Golden Torch. Un lugar en donde no tiene muchos aliados y del cual rápidamente se da cuenta que tal vez no salga con vida.



Comentarios generales:

Para estas alturas uno supondría que el realizar películas sobre zombies/infectados es algo de mero trámite considerando el auge que han tenido desde inicios de la década. Evidentemente no digo que sea sencillo, pero por lo general lo complicado es encontrar una idea lo suficientemente original para resaltar sobre el resto debido a que la estructura de estos trabajos no suele cambiar demasiado y funciona en un porcentaje bastante alto de las veces; sin embargo, en ciertas ocasiones nos topamos con cosas tan malas que ni siquiera lo más básico pueden hacerlo bien y On the Brain es un perfecto ejemplo de eso.

Ya que lo que nos regalan Stevenson y Trask es una historia sin pies ni cabeza, la cual inicia de manera extremadamente lenta enfocándose en una alcaldesa omnipotente que por alguna razón maneja un restaurante y en un sheriff que impone poco respeto, los cuales en lugar de colaborar para combatir el ataque de infectados se ponen inmediatamente en contra (dejando parado al personaje principal todavía más como un bueno para nada). Un punto que pareciera irrelevante, pero que termina quitando todo el misterio sobre el origen de la infección de manera muy rápida, generando así una serie de ataques cuya relevancia es nula para el proceso de investigación que consumirá gran parte de lo que resta del metraje.

Todo esto obliga a utilizar un ritmo muchísimo más pausado y, por ende, la película se vuelve aburridísima a partir del segundo acto, no solo por la carencia de momentos verdaderamente potentes que involucren a los infectados (casi todas las escenas de impacto o muertes son fuera de cámara), sino porque además le agregan un triángulo amoroso de la nada para generar tensiones. Un movimiento absurdo que no hace ningún tipo de aportación y ni siquiera logra su cometido, el cual además solo revuelve muchísimo más el limitado concepto de la infección; uno que pasa completamente a segundo término y que es confirmado bajo la teoría más absurda que se puedan imaginar.

La parte final te da la sensación de que fue construida en pleno momento, sin ningún tipo de control de calidad y esperando a que todo quedara mínimo decente para darle así algo de fluidez a la historia. Esto porque se siente increíblemente forzado como de pronto un personaje secundario se convierte en el verdadero héroe. Simplemente es imposible creerle y eso provoca que la resolución del inevitable conflicto sea demasiado floja; además de que carece por completo de elementos característicos de esta clase de cine.

Las actuaciones son malas, todas resultan muy planas y carentes de emoción como para poder causarte interés en unos personajes que, en teoría, se encuentran frente a un peligro como ningún otro. La producción es muy pobre: el trabajo de fotografía deja mucho que desear, la dirección de arte es casi inexistente, el score no tiene nada destacado, el trabajo de sonido es pésimo y la cuestión del maquillaje es decente a lo mucho.

Opinión final: On the Brain es malísima. Una de las peores películas sobre zombies/infectados que he visto en años recientes.

Ojometro:
*

viernes, 8 de julio de 2016

Crítica: Dead Rising: Endgame (2016)


Secuela de la película de 2015 que ahora está dirigida por Pat Williams y que cuenta con el regreso de Tom Carter como escritor del guión, aunque compartiendo créditos junto a Michael Ferris. Se estrenó directamente en Crackle dentro de los Estados Unidos el pasado 20 de junio, aunque aún no ha llegado a todos los mercados en los que está disponible dicha plataforma.

Sinopsis:

Dos años después nos encontramos en la zona de cuarentena de East Mission City infestada de zombies, donde el reportero de investigación Chase Carter (Jesse Metcalfe) tendrá que detener una conspiración secreta del gobierno que, a pesar de estar diseñada para acabar con la epidemia, también terminará con la vida de millones de personas inocentes.



Comentarios generales:

La primera entrega no fue nada del otro mundo, pero resultó ser un buen negocio para Legendary y todas las partes involucradas dada la facilidad con la cual se podía vender en distintos formatos para diversos mercados (en menos de un año estuvo en TV), así que una secuela era algo lógico. Lo único que faltaba era ver si mantenían la poca fidelidad hacia el videojuego o si tomaban el camino que en su momento tomó Resident Evil de desviarse por completo para crear su propio universo, lo cual Dead Rising: Endgame termina haciendo.

Esto porque Williams y los guionistas durante el primer acto se alejan por completo de la esencia del juego que involucra atascar todo con zombies y prefieren establecer de manera más sólida la amenaza a gran escala del gobierno, dejando claro que la historia, si bien involucra zombies como un peligro constante, tiene un poco más de fondo. Algo sin duda necesario para expandir esta franquicia, pero que realmente convierte al primer acto en uno bastante aburrido dado a que ocurren muy pocas cosas trascendentes y las escenas con las criaturas son en extremo limitadas; provocando que la película se sienta de todo, menos como parte del género de terror.

Situación que cambia rebasando los 35 minutos, cuando se empieza a explotar lo verdaderamente fuerte dentro de esta producción: las persecuciones/enfrentamientos.

Aquí es donde el ritmo se vuelve frenético y el espectador entra a terrenos conocidos con secuencias muy bien logradas que involucran mucha sangre, armas peculiares, escenarios con cierta complejidad para los sobrevivientes y cantidades muy importantes de zombies que ahora lucen mucho más intimidantes debido a que no son los típicos que con un solo golpe se mueren; además de que pueden correr (lo cual en automático agrega impacto a todo lo que hagan).

La parte final es agradable. Logran producir niveles de tensión sólidos y nuevamente se proporciona una escena de acción con muchos zombies muy entretenida que le brinda bastante dinamismo a un desenlace por demás predecible, el cual está totalmente pensado para preparar el camino a una inevitable tercera entrega.

Las actuaciones no cambian mucho con respecto a lo que se vio el año pasado; Metcalfe realmente cuenta con muy pocos diálogos y se dedica a ser el héroe prácticamente invencible, mientras que los secundarios son realmente los que cargan con cuestiones más emocionales. La producción es un poco menos ostentosa, pero mejor cuidada: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, cuenta con un buen trabajo de sonido, los efectos están bien hechos (sobre todo en las persecuciones) y la cuestión de maquillaje sigue siendo poco imaginativa tratándose de zombies, pero al menos hay mayor variedad.

Opinión final: Dead Rising: Endgame sigue la línea de la primera como un entretenimiento hueco sin mayores pretensiones, pero con mejores escenas de acción.

Ojometro:
***