martes, 22 de agosto de 2023

Crítica: The Angry Black Girl and Her Monster (2023)

Película escrita y dirigida por Bomani J. Story. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos a finales de julio, mientras que su salida en formato físico se dio el pasado 8 de agosto.

Sinopsis:

Vicaria (Laya DeLeon Hayes) es una brillante adolescente que tiene la firme creencia de que la muerte es una enfermedad que puede ser curada. Así que después del asesinato de su hermano se embarca en un peligroso camino para traerlo de vuelta a la vida.


Comentarios generales:

Adaptaciones de “Frankenstein” de Mary Shelley no son algo extraño, aunque no es tan común que estas se den bajo la perspectiva de la comunidad negra. Por ahí tenemos a “Blackenstein” de los 70s y alguno que otro trabajo más sin que realmente exista uno que se pueda jactar de ser un tipo de referente, título que probablemente The Angry Black Girl and Her Monster termine adoptando con el pasar del tiempo.

Y no tanto porque lo presentado por Bomani sea espectacular, sino más bien porque la manera en la que integra el contexto de la comunidad negra a la historia hace que esta se sienta relevante y tenga un toque de seriedad como ocurre en la obra original. Lo cual se ve reflejado principalmente durante un primer acto que se centra en el entorno de Vicaria, donde tiene que lidiar con el racismo, las pandillas o el abuso policiaco de manera constante; siendo esto parte fundamental para entender su forma de ser y sus motivaciones para querer revivir a su hermano a pesar de la locura ligada a todo esto.

Eso le da cierta sustancia a las cosas y no está nada mal la forma en cómo se plantea todo; sin embargo, es la llegada de la propia resurrección lo que provoca que el visionado empiece a volverse poco emocionante cuando tendría que ser todo lo contrario.

Obvio hay muertes que ayudan a construir escenas con un poco más de intensidad y tampoco es que exista un bajón de ritmo pronunciado, pero la manera en la que se integra al monstruo (Chris) en la dinámica general no resulta tan eficiente debido a que optan por mantenerlo entre las sombras la mayor parte del tiempo para darle más exposición a un conflicto entre Vicaria y los delincuentes que en teoría debería de generar una sensación de peligro importante, más solo se queda como algo desarrollado a medias que nunca define de manera sólida determinadas posturas de los involucrados.

Afortunadamente para la parte final se logra recomponer el rumbo y en gran medida se debe a que por fin le dan exposición al monstruo. Brindándole automáticamente un impacto mayor y crudeza a un desenlace que logra plantear de buena forma la duda esencial de la novela sobre quién es el verdadero monstruo en todo esto, aunque sin dejar tan mal parada a nuestra protagonista gracias a determinadas decisiones que toma.

Sobre las actuaciones en realidad todo el peso de la película recae en Laya DeLeon Hayes y no lo hace mal, tal vez al inicio puede resultar un tanto irritante por su carácter, pero con el pasar de los minutos se vuelve un personaje muy interesante. Mientras que en producción tenemos algo estándar: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte es discreta, el score no resalta demasiado, el trabajo de sonido es sólido, los efectos son simples y la labor de maquillaje es de buen nivel.  

Opinión final: The Angry Black Girl and Her Monster está ok. Película con buenas cosas a la que todo el tiempo sientes que le hace falta algo.

Ojometro:
***