sábado, 13 de abril de 2024

Crítica: Stopmotion (2024)

Producción británica dirigida por Robert Morgan (ABCs of Death 2), quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Robin King. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 15 de marzo, aunque no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Ella Blake (Aisling Franciosi) es una animadora de stop-motion que sufre para tratar de controlar sus demonios tras la pérdida de su exigente madre y la presión para poder terminar su nueva película.


Comentarios generales:

Después de diez años mis recuerdos de “ABCs of Death 2” son vagos, sin embargo, todavía tengo más o menos presente en mi memoria el cortometraje de stop motion que incluía debido a lo peculiar que era visualmente hablando. Por ello es que Stopmotion me resultaba interesante porque quería ver que tanto podía desarrollar su visión el propio director combinando la animación con actores reales, aunque el resultado final no ha sido tan convincente.

Y es que lo traído por Morgan es una historia en la que trata de integrar su experiencia con el stop motion de una manera que de inicio parece natural, pero con el pasar de los minutos se va quedando como una simple ocurrencia cuyo principal aporte tiene que ver más con lo visual. Ya que realmente la problemática de Ella no es algo que te genere gran empatía hacia ella y la forma en la que trata de sobrellevar la pérdida de su madre carece de cosas de interés para el espectador, quien probablemente encontrará más llamativo cualquier momento con la animación que con el derrumbe mental que empieza a ser evidente desde temprano.

Un derrumbe que pretende convertir el tono en uno más oscuro conforme nuestra protagonista va avanzando en la creación de su película, utilizando situaciones que se pueden catalogar como extrañas pero jamás sin llegar a ser tan extremas como para sustentar la experiencia solo en el shock. Optando mejor por jugar con el lado psicológico al tener la presencia de un personaje en especifico que indudablemente está ahí para generar ciertas dudas, aunque la verdad es que conforme se entra al segundo acto uno puede descifrar sin demasiados contratiempos su naturaleza y eso provoca que las acciones se empiecen a volver un tanto aburridas dado a que el comportamiento errático de Ella lleva a situaciones que no logran aportar gran impacto y son, casi en su totalidad, demasiado genéricas.

Ante esto la parte final queda con la obligación de presentar algo que resulte trascendente y, a pesar de los problemas previos, lo consigue de cierto modo. Más que nada porque el director por fin se atreve a elevar un poco más el nivel de intensidad para construir un suceso con la fuerza suficiente como para que la locura que se pretende reflejar en pantalla sea convincente, además de que también es en el desenlace donde se pueden notar algunos de los momentos más llamativos desde el lado técnico.

Sobre las actuaciones no hay mucho que decir, Aisling Franciosi cumple pero nunca logra ofrecer algo tan potente considerando la situación que vive su personaje. Mientras que en producción se nota un presupuesto discreto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte es simple, el score no está nada mal, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos son de buen nivel y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Stopmotion está pasable. Película un tanto vacía cuyos visuales terminan rescatándola de ser algo peor.  

Ojometro:
***