viernes, 26 de abril de 2024

Crítica: Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 (2024)

Secuela dirigida nuevamente por Rhys Frake-Waterfield, quien comparte créditos como co-escritor del guion junto a Matt Leslie. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que hizo lo propio en México el pasado 18 de abril; recaudando hasta la fecha $670,778 dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Hartos de vivir en las sombras, Pooh, Piglet, Owl y Tiger llevan su batalla al siguiente nivel con el propósito de aterrorizar al pueblo de Ashdown. Donde dejarán un rastro de violencia y sangre como nunca antes se había visto.


Comentarios generales:

Para bien o para mal la primera Blood and Honey fue un éxito comercial y abrió la puerta para que proyectos basados en personajes del dominio público se popularizaran dentro del género de terror. Sin embargo, la simple travesura parecía no ser suficiente con esta franquicia y su creador presentó un peculiar universo cinematográfico (Poohniverse) que promete algo por lo menos más elaborado y con Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 podemos notar los primeros pasos.

Y es que Rhys Frake-Waterfield nos trae una historia que en esencia no es tan diferente a la anterior, pero ahora si se esfuerza por tratar de añadirle trasfondo a esta idea hilarante utilizando de manera más predominante a Christopher Robin al mostrarnos las consecuencias de la masacre que vivió y todos los traumas que esto le dejó. Obvio sin sacrificar la presencia de Pooh y compañía, quienes siguen apareciendo de forma constante en pantalla realizando acciones brutales pensadas para tratar de justificar su animadversión hacía los humanos, mientras al mismo tiempo son la vía ideal para presumir el evidente incremento en el presupuesto.

Aunque una vez pasados los primeros 30 minutos resulta evidente que el director tiene problemas al momento de encontrar un balance adecuado para ambas cosas y poco a poco se va entrando en una dinámica en la que todo lo que involucra el pasado de Christopher Robin se siente demasiado rebuscado, quitándole gracia a las cosas y haciendo por momentos que el ritmo sea pesado. Algo que pretenden solucionar mostrando muertes aleatorias cada vez más gráficas y sacándose de la manga una historia de origen demasiado absurda incluso para estos estándares, lo cual podría parecer un error, pero la realidad es que conforme todo se vuelve más ridículo tenemos mejores resultados y eso queda evidenciado en la parte final.

Una que básicamente se sustenta en una gran masacre que cumple a la perfección su propósito de proporcionar impacto visual y darle mayor protagonismo al desquiciado de Tiger. Dejándonos así ante un desenlace con la fuerza suficiente para que el enfrentamiento decisivo tenga un poco más de emoción y su resolución no se sienta tan vacía como ocurrió el año pasado.  

En cuanto a las actuaciones hay un ligero pasó adelante en comparación a la entrega anterior, pero siguen sin ser las mejores. Mientras que en producción es donde si se nota una gran diferencia en cuanto al presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no está mal, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos (en su mayoría prácticos) están bien hechos y la labor de maquillaje es bastante buena.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 está ok. Una mejora con respecto a la primera entrega para ver cuando no tengan otra cosa más que hacer.

Ojometro:
***