viernes, 11 de agosto de 2017

Crítica: Breakdown Lane (2017)


Película escrita y dirigida por el debutante Bob Schultz, aunque también contó con la participación de Robert Conway (Exit to Hell) para filmar escenas adicionales que él mismo escribió. Se estrenó a inicios de año en Estados Unidos en VOD y su salida en DVD se dio el pasado 16 de mayo.

Sinopsis:

Cuando la camioneta de Kirby Lane (Whitney Moore) se descompone en medio del desierto, ella no solo tendrá que enfrentar los peligros de la deshidratación y a los coyotes, sino también a cientos de zombies que han comenzado a aparecer de la nada.



Comentarios generales:

Zombies + producciones independientes = desastre. Esto es una constante que cualquier fan del género debe de saber y en mi caso suele ser una de las combinaciones a las que más les huyo cuando se trata de hacer las críticas; sin embargo, los zombies siempre serán una debilidad conmigo y por más que quiera evitarlo termino viendo algunas cosas de las cuales sé de antemano que me voy a arrepentir y definitivamente Breakdown Lane es ejemplo perfecto de esto.

La verdad no sé cuanto material adicional filmó Schultz pero es evidente que en algún punto alguien se dio cuenta que tenían un verdadero desastre y decidieron recurrir a sus servicios para tratar de corregir algo destinado al fracaso, aunque en lugar de mejorar el producto solo terminaron haciéndolo mucho más ridículo. Ya que esta es una de las historias sobre zombies más huecas que me haya tocado ver debido a que, a pesar de que muestran mucho en pantalla, casi nada lleva a algo concreto y en general se trata de una serie de eventos aleatorios que pretenden venderte un apocalipsis zombie a gran escala sin explicarte absolutamente nada; de hecho, los niveles de profundización al respecto son tan pobres al grado de que en cuestión de UN DIA ya muestran a humanos realizando actos de canibalismo.

Realmente pocas cosas parecen tener una razón de ser, lo único constante es ver a esta chica quejándose mientras se integran cada determinado tiempo unas viñetas tipo cómic para tratar de añadir dinamismo a algo que avanza de manera sumamente lenta y que en determinado punto pasa de ser una historia de supervivencia a una de rescate simplemente porque si. Lo cual sirve de excusa para introducir a otro personaje que deja en evidencia la falta de desarrollo y claridad en cuanto al tiempo transcurrido; el cual es el medio para presentar cierto nivel de impacto visual y generar una sensación de desesperanza total, pero que fracasa ante lo débil que resulta el sustento detrás (nuevamente, no han transcurrido ni si siquiera un par de días como para que sus acciones sean creíbles).

La parte final es un burdo intento por querer convertir al personaje de Kirby Lane en alguien badass y hasta cierto punto lo logran, lo malo es que el desenlace no cuenta con absolutamente nada de intensidad como para poder comprarla por completo. Además de que el cierre presentado es por demás ridículo y va totalmente en contra de lo que supuestamente es su nueva personalidad.

De las actuaciones no hay mucho que decir, son bastante malas y en general no te provocan absolutamente nada. La producción también es muy pobre: el trabajo de fotografía es espantoso, el score es genérico, el trabajo de sonido es horrible, los efectos son de muy mala calidad y la labor de maquillaje, aunque extremadamente básica, es lo más decente.

Opinión final: Breakdown Lane es horrible, probablemente una de las peores películas de zombies que he visto. Evítenla.

Ojometro:
*

martes, 8 de agosto de 2017

Crítica: Bonejangles (2017)


Película dirigida por Brett DeJager (The Legend of Cooley Moon) y escrita por Keith Melcher. Se estrenó en VOD el pasado 18 de julio dentro de los Estados Unidos, pero todavía no hay información sobre su salida en formato físico o si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Mientras se encuentran trasladando al temible asesino serial Bonejangles a una nueva instalación de máxima seguridad, un grupo de policías entra a un pueblo que sufre de una maldición que lo infesta de zombies una vez al año. Atrapados y desesperados, su única alternativa para salir con vida y salvar al pueblo es al mismo tiempo su peor pesadilla: liberar a Bonejangles.



Comentarios generales:

El cine serie b es un gusto culposo no solo para mí, sino para muchas otras personas debido a que suele ser una vía de entretenimiento sin grandes complicaciones con la cual puedes desconectar el cerebro un rato y reír por diversos factores que rodean a esta clase de producciones. Lo malo es que en años recientes también se han vuelto la excusa perfecta para realizar trabajos de muy cuestionable calidad que, bajo el argumento de ser serie b, quieren escudar todas sus falencias y desafortunadamente Bonejangles es uno de esos ejemplos.

Lo cual es una pena porque la premisa era lo suficientemente absurda para que DeJager nos pudiera regalar algo divertido tomando en cuenta que su historia mezclaba slasher con zombies, dos de los subgéneros más convenientes para poder exagerar todo lo que quisiera y regalar un bonito baño de sangre. Sin embargo, en lugar de eso mejor decide sustentar su trabajo en el humor, pero no en uno inteligente, sino en más bien en uno juvenil que depende casi exclusivamente de chistes sobre sexo (incluso para la breve aparición de Reggie Bannister) en su intento de generar risas mientras nos presentan en pantalla a un asesino serial que supuestamente es una máquina de matar pero que durante todo el primer acto es opacado por un grupo de policías estereotipados.

Realmente el inicio no diría que es lento, aunque tampoco tiene demasiadas cosas como para emocionarse y no es sino hasta que llegan al pueblo cuando la dinámica se vuelve un poco más digerible gracias a que los zombies y el asesino suelto provocan de manera automática eso. Lo malo es que realmente todas las escenas que los involucran se sienten muy genéricas, sin intensidad; básicamente están hechas de un modo para que nada más ocurran porque si mientras se le sigue dando prioridad al humor hueco y se trata de mezclar el tema de la maldición de manera sumamente forzada en unos cuantos minutos para poder justificar la presencia de Bonejangles, quien por un periodo importante de tiempo pasa a segundo plano.

La parte final tampoco ofrece muchas cosas memorables. De hecho, lo que uno supone será una batalla al menos entretenida termina siendo opacada, una vez más, por el humor excesivo y una conclusión que carece por completo de cualquier tipo de emoción.

Sobre las actuaciones puedo decir que, salvo por Bannister, prácticamente todo el elenco es uno bastante amateur por lo exagerados que resultan en pantalla. La producción tiene cosas buenas y cosas malas: el trabajo de fotografía es decente, la dirección de arte es pobre, el score no tiene nada destacado, el trabajo de sonido cumple, los efectos son arcaicos y la labor de maquillaje es digna de atracción de Halloween.

Opinión final: Bonejangles es decepcionante. Un pobre intento de cine serie b que solo a unos cuantos les parecerá entretenido.  

Ojometro:
** 

viernes, 4 de agosto de 2017

Crítica: Darkness Rising (2017)


Película dirigida por Austin Reading, cuyo guión fue escrito por Vikram Weet. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD el pasado 30 de junio dentro de los Estados Unidos, pero no hay información sobre cuándo saldrá en formato físico.

Sinopsis:

En compañía de su novio y su prima, Madison (Tara Holt) irrumpe dentro de su antigua casa abandonada antes de que sea demolida para encontrar algunas respuestas sobre por qué su madre se volvió loca y casi la mata cuando era niña.



Comentarios generales:

Por alguna razón Darkness Rising obtuvo una promoción mucho más grande de la que normalmente obtienen otras películas de escala similar y gracias a ello el interés por esta se fue elevando poco a poco conforme pasaban los meses a pesar de que su premisa ciertamente no era nada del otro mundo. Se veía como un trabajo más sobre casas poseídas, pero con el potencial de tener algo escondido que la diferenciara de manera importante del resto; aunque al final esta suposición no pudo ser más errónea.  

Ya que lo que nos regalan Reading y Vikram no solo es algo que tiene bien poco sentido incluso en cosas tan simples como el establecer los tiempos en los se desarrollan los eventos en los que sustentan la historia, sino que además fue realizado con el manual sobre cómo hacer lo más genérico que se pueda todo lo que ocurre en pantalla. Obligándote a ver un largo y tedioso primer acto cuya meta es establecer que el pasado de Madison es traumático para así poder sentir empatía hacia ella, pero eso simplemente nunca se da debido a que con lo que ocurre durante este periodo de tiempo sientes que será más un peligro que otra cosa; esto mientras tratas de fingir sorpresa o espanto con cada uno de los trucos utilizados que ya has visto en incontables ocasiones (muñecos con ojos sangrando, niño muerto apareciendo de la nada, algo detrás de las cortinas de baño, etc).

Es hasta pasada la media hora cuando finalmente las cosas se vuelven un poco entretenidas, principalmente porque el personaje de Katrina Law (Izzy) obtiene más relevancia y, con ello, llega una exageración de los sucesos que por lo menos logran brindarle una dinámica distinta a la película. Lo malo es que esto no es suficiente para ocultar todas las inconsistencias que existen y no tiene que pasar mucho tiempo para que se caiga una vez más en lo repetitivo, haciendo que el espectador se empiece a impacientar cuando la información recabada hasta el momento no lleva a ningún lado; en especial cuando todo el tema de los espíritus, que supuestamente es lo importante, solo ha sido utilizado de manera superficial.

La parte final es un desastre. Ciertamente se eleva el nivel de intensidad con algunas escenas que añaden impacto y por fin deciden elaborar un poco más los motivos de los espíritus, pero todo esto se siente tan forzado que solo termina dejándote con más dudas que respuestas (y con algunas cuentas que no encajan).

De las actuaciones no tengo mucho que decir, tanto Law como Holt por ciertos momentos logran cosas decentes; mientras que Bryce Johnson (Jake) aporta poco o nada. La producción tampoco tiene grandes cosas que destacar: el trabajo de fotografía es pobre, la dirección de arte no resalta, el score es muy simple, el trabajo de sonido está ok, los efectos cumplen y la labor de maquillaje es probablemente lo más llamativo.

Opinión final: Darkness Rising es bastante mala. Una película genérica que solo les hará perder su tiempo.

Ojometro:
**

martes, 1 de agosto de 2017

Crítica: Sam Was Here (2017)


Primer largometraje del director Christophe Deroo, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Clement Tuffreau. Se estrenó directamente en DVD dentro de Francia (bajo el nombre de “Nemesis”) durante el pasado mes de abril, mientras que su llegada a los Estados Unidos está anunciada para algún punto de 2017.

Sinopsis:

En 1998 Sam (Rusty Joiner) viaja por algunas de las pocas zonas habitadas del desierto de Mojave en búsqueda de clientes, aunque para su sorpresa no hay ni una sola persona en dichos lugares. Con la sensación de que todo el mundo lo anda evitando decide marcharse de ahí, pero ese solo será el comienzo de una experiencia que lo quebrará tanto a nivel físico como mental.



Comentarios generales:

Tener una visión y plasmarla tal como quieres es algo que siempre se tiene que admirar dentro de una industria en la que existen diversas presiones por generar dinero a como dé lugar, mucho más dentro de un género en el que pareciera que ya todo está escrito. Es por eso que el que Sam Was Here haya podido salir a la luz me resulta sorprendente, ya que detrás de su premisa y trailer en apariencia “convencionales” se esconde una de las películas más ambiguas que haya visto en los últimos años.

Algo que en un inicio no parece serlo en lo absoluto debido a que Deroo construye un primer acto hasta cierto punto simple, donde el principal objetivo es generar una atmósfera solitaria que de inmediato ponga en alerta a nuestro protagonista y en base a esto ir desenvolviendo poco a poco un misterio no precisamente original, más si interesante. Sustentándose principalmente en un show de radio y en una serie de acciones realizadas por el personaje de Sam que no parecen tener nada fuera de lo normal, pero que se empiezan a convertir en un aspecto clave durante una travesía en la que absolutamente todo le sale mal dentro de un escenario que no le proporciona muchas opciones para poder lidiar con sus problemas.

Es entrando al segundo acto cuando las cosas se vuelven prácticamente indescifrables, donde el ritmo cambia de golpe y se le da pie a situaciones destinadas a generar impacto visual, aunque sin saber exactamente los motivos por los cuales se dan. Realmente lo único que tienes es este show de radio que te va dando ciertas ideas pero que está lejos de ser suficiente para entender por qué de la noche a la mañana Sam se ha vuelto un tipo odiado al que quieren matar, dejando a partir de este punto todo al aire, sin las mínima intención de establecer las bases de algo que igual puede ser una historia sobre un asesino serial, de aliens o un simple capítulo de The Twilight Zone.

La parte final si contiene un mayor nivel de violencia al integrar a más personajes para propósitos específicos que añaden cierta fuerza y algunos elementos visuales interesantes, pero todos pensados de manera meticulosa para que sea el espectador quien interprete la resolución como le plazca. Una situación con la cual no suelo tener problemas; sin embargo, en esta ocasión si considero que termina siendo contraproducente considerando que a lo largo de la película son muy pocos los elementos que se te brindan como para poder sacar una conclusión sólida y no dejarte con esa sensación de que nada de esto tuvo sentido.

De las actuaciones realmente todo recae en Joiner, quien hace una gran labor para mantenerte interesado en el filme a pesar de que durante gran parte de este no sabes qué es lo que está pasando. La producción es donde tiene varios de sus puntos más fuertes: cuenta con un muy buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es simple, el score es genial, el trabajo de sonido sólido, los efectos no son la gran cosa y la labor de maquillaje es muy limitada.

Opinión final: Sam Was Here me pareció interesante, pero es una película bastante complicada de calificar. Recomendable más que nada para aquellos que buscan cosas poco convencionales.

Ojometro:
***