domingo, 2 de marzo de 2014

Crítica: Dead of the Nite (2014)


Primer largometraje y por ende debut dentro del género del director S. J. Evans. La película salió a la venta en DVD, VOD y plataformas digitales en los Estados Unidos el pasado 7 de enero, mientras que ya se ha informado que estará llegando a otros mercados con el pasar de los meses.

Sinopsis:

Cuando un grupo de famosos cazadores de fantasmas en la red es masacrado en una mansión que se presume tiene una gran cantidad de actividad paranormal, las autoridades tendrán que descubrir que fue lo que verdaderamente pasó. Para ello cuentan con los vídeos recuperados de la escena del crimen y mientras los ven descubrirán algo aterrador.



Comentarios generales:

En el 2013 tuvimos Evidence, la cual personalmente disfrute mucho por la forma en la que combinaba el found footage con el estilo clásico y si hay una película con la que Dead of the Nite puede compararse es precisamente esa, aunque no con los mismos resultados.

Lo que Evans en realidad nos trae es una historia poco inspiradora que pretende darle un nuevo giro a la cada vez más desgastada fórmula de mansiones con actividad paranormal al incluir a un asesino en toda la ecuación; una idea que podrá escucharse cool de inicio, pero que conforme pasan los minutos se confirma que no lo es tanto. Y es que ambas cosas simplemente no congenian, no se siente nada natural el mezclarlas y te termina resultando muy estúpido primero el estar viendo una sesión con tabla Ouija para luego darte cuenta de que ese evento (como prácticamente todos los previos a la matanza) termina teniendo cero relevancia en la parte del asesino serial.

Otro problema que tiene es que, a diferencia de Evidence, aquí la integración de los dos formatos no se siente nada fluida: la mayoría del found footage está totalmente fuera de lugar hasta que empieza la cacería de los personajes. Situación que no permite una consistencia en los eventos; existen demasiadas escenas totalmente intrascendentes que no solo no generan siquiera un pequeñísimo desarrollo en los personajes, sino que además evitan que el propio espectador se sienta lo suficientemente integrado desde la perspectiva de primera persona y, por ende, el nivel de tensión se incremente.

La parte final no esta tan mal. La identidad del asesino no es sencilla de descifrar y su cacería, si bien no es nada del otro mundo, termina agregándole una dosis de acción y violencia más que necesaria a un trabajo que lo pedía a gritos.

En actuaciones el nombre que más resalta evidentemente es el de Tony Todd, quien tiene un rol muy limitado (5 minutos a lo mucho); de ahí en fuera todo lo demás difícilmente se les quedara grabado en la cabeza. En producción es sumamente limitada, al grado de que realmente lo único más o menos destacable son los pocos efectos de la parte final; aunque cuenta con una de las elaboraciones de sangre más tristes que recuerde.

Opinión final: Meh! Dead of the Nite solo les quitara una hora y media de su tiempo por lo tremendamente aburrida e intrascendente que resulta.

Ojometro:
**