martes, 22 de julio de 2014

Crítica: From Dusk Till Dawn (1996)

Película de 1996 dirigida por Robert Rodríguez y escrita Quentin Tarantino. En su momento fue considerada como un moderado éxito gracias a los 25 millones de dólares que logró recaudar solo en los Estados Unidos, pero desde entonces se convirtió en uno de los trabajos de culto más importantes del género; al cual le siguieron un par de secuelas y además una serie de TV que salió este año.

Sinopsis:

Seth (George Clooney) y Richie Gecko (Tarantino) son dos violentos criminales que huyen hacia México para ocultarse de las autoridades después de que roban un banco. En su camino secuestran a una familia que los ayudará a cruzar la frontera con éxito; aunque una vez estando del otro lado elegirán el peor lugar de todos para pasar la noche.

Comentarios generales:

Pasaron como trece años para que volviera a ver la primera colaboración entre Rodríguez y Tarantino dentro del género, por lo cual tenía ciertas dudas con respecto a cómo iba a reaccionar ante una película de la cual tenía muy buenos recuerdos. Afortunadamente poco cambio desde entonces.

From Dusk Till Dawn es un trabajo esencial (junto con la serie de TV de Buffy the Vampire Slayer y Blade) para entender la evolución del género de vampiros durante la segunda mitad de la década de los 90s, aunque curiosamente es el que menos se enfoca en los chupasangre para contar gran parte de su historia. Incluso se puede decir que son dos películas en una debido al enfoque totalmente diferente que existe entre la primera y la segunda parte; de hecho, para quienes nunca la han visto seguramente resultará desconcertante el encontrar que durante casi una hora lo que nos regala Rodríguez es más que nada un thriller violento en donde se hace un análisis sobre dos hermanos que son peligrosos como pocos, pero manejan las situaciones de manera totalmente diferente. Generando así muchos diálogos para recordar, un ritmo pausado y momentos que sin esperarlo te tendrán tenso; todo bajo un solo propósito: tomarte por sorpresa.

Y es que cuando la historia se traslada a México puedo apostar que absolutamente nadie se esperaba un cambio tan radical como el que ocurre aquí, ya que en ningún momento se te dan señales sobre la posible aparición de los vampiros sino hasta después del increíblemente sensual baile de Salma Hayek y ahí radica su importancia al sacarlos completamente de los estándares comunes llenos de misticismo que por décadas dominaron a esta clase filmes para presentarlos de una forma más decadente. Son 30 minutos de una locura total, llena de acción, un ritmo acelerado, sangre, explosiones y momentos totalmente exagerados que encajan a la perfección a pesar de algunos huecos evidentes en la trama que durante este lapso poco o nada te importarán.

El final es bastante satisfactorio, aunque aquí es donde dichos huecos de los que hablo terminan por generarte una pequeña decepción gracias a que sientes que algo quedo incompleto (¿Qué diablos es El Rey? ¿De dónde diablos llegaron tantos vampiros? ¿Que tiene que ver el templo azteca en todo esto? ).

En actuaciones la dupla conformada por Clooney y Tarantino es estupenda, tienen mucha química y eso ayuda una enormidad durante la primera hora; mientras que todos los demás actores cumplen a la perfección con sus roles. La producción incluso hoy en día luce bastante bien: el aire de serie b sigue intacto, la dirección de arte es muy destacada y el sonido es una brutalidad que ayuda en demasía a que las escenas de acción sean espectaculares. Lo único que no ha aguantado tan bien el paso del tiempo son los efectos y el maquillaje, aunque tampoco es que luzcan en extremo viejos o anticuados.  

Opinión final: 18 años después From Dusk Till Dawn sigue siendo una película esencial de los 90s que ha envejecido de buena forma y sin duda una de las experiencias más divertidas que se pueden encontrar.

Ojometro:
*****