lunes, 7 de julio de 2014

Crítica: Blood Widow (2014)


Debut tras la cámara del director Jeremiah Buckhalt, cuyo guión fue escrito por la dupla conformada por Chad Coup e Ian H. Davis. Se estrenó directamente en DVD y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 3 de junio, pero igualmente ha estado saliendo en varias plataformas digitales desde entonces.

Sinopsis:

Laurie (Danielle Lilley) y Hugh (Brandon Kyle Peters) son una joven pareja que recién acaba de comprar una casa fuera de la ciudad. Lo que no saben es que la propiedad abandonada de al lado guarda un terrible y sangriento secreto; peor aún, en esta vive una emocionalmente quebrada máquina de matar que hará una completa pesadilla su primer fin de semana en su nuevo hogar.



Comentarios generales:

Cada vez me cuesta más trabajo ver slashers independientes debido a que la simpleza de este subgénero por lo regular provoca que los cineastas sean poco imaginativos y reciclen viejas ideas, pero con peor producción. Blood Widow no es muy diferente.

Buckhalt y compañía nos traen una película que cuenta con básicamente todo lo que se ve en automático dentro de un slasher: un lugar alejado de la sociedad, celulares sin señal, jóvenes con un IQ limitado pero sexualmente desesperados, drogas, etc. Realmente no aporta nada nuevo, algo que no importaría mucho si por lo menos fuera divertida en su desarrollo, pero el hecho de que se note en demasía que no sabían muy bien qué diablos querían contarnos arruina toda la diversión; de pronto nos vemos envueltos en una historia en donde lo más relevante son los problemas entre la pareja protagonista y cuando inicia la masacre todo se siente muy light ante la poca construcción de suspenso previa.

Lo mejor de todo sin duda es Blood Widow, una asesina despiadada con un look bastante llamativo a la cual no dejan brillar del todo gracias a que su background nunca se profundiza más allá de unas simples fotografías, un diario y una llamada telefónica; generando así un vació importante en el misterio que la rodea. Simplemente no sabes por qué hace lo que hace (al parecer en la versión definitiva quitaron las escenas que lo explican, esto según gente que la vio en festivales) y para el colmo hay pequeños detalles que no la ayudan como su increíble velocidad para trasladarse de un lugar a otro.

El final es totalmente anti climático, aunque por lo menos se le tiene que aplaudir el hecho de que se va por un camino no tan convencional.  

En actuaciones todos están a nivel amateur (el peor de todos es el asiático), la única que se salva es Lilley gracias a que durante los últimos 10/15 minutos regala una interpretación con bastante fuerza. En producción es sumamente limitada, lo más llamativo sin duda son los efectos: algunos pueden resultar muy ridículos, mientras que otros cumplen su cometido en la parte gráfica extrema.

Opinión final: Blood Widow es un slasher más, pero por lo menos nos deja el debut de un asesino interesante.  

Ojometro:
**