jueves, 18 de junio de 2015

Crítica: Curse of the Witching Tree (2015)


Primer largometraje del director James Crow, del cual además es el escritor del guión. Se estrenó el pasado 18 de mayo en los Estados Unidos y Reino Unido directamente en DVD, así como en algunas plataformas digitales.

Sinopsis:

Una mujer inocente, acusada de asesinar a su hijo y colgada como bruja, deja una maldición en un árbol que afecta a los niños que juegan a su alrededor. Los efectos de este acto de revancha hacen eco durante siglos y los espíritus de las almas sin descanso rondan por la casa en donde sus cuerpos fueron enterrados; un lugar que ahora recibe una nueva familia que poco a poco empezará a descubrir la aterradora verdad de su hogar.



Comentarios generales:

He repetido en varias ocasiones que el tema de las brujas es uno desaprovechado dentro del género, está olvidado al menos en el cine y cada trabajo que sale me causa interés a pesar de que sepa muy poco de lo que trata. Algo que en esta ocasión fue contraproducente debido a que Curse of the Witching Tree, aunque en esencia es de brujas, termina siendo una experiencia mucho más genérica ligada a fórmulas que abundan en la actualidad.

Realmente Crow parece tener una idea clara sobre la historia que quiere contar, pero de igual manera uno puede notar cómo le cuesta trabajo desde muy temprano el poder establecer una amenaza interesante con este concepto (el árbol pasa casi inadvertido) y poco a poco empieza a conducir lo que ocurre por caminos más seguros que le permitan explotar mucho mejor los conflictos de la familia azotada por la tragedia. Ya que para ser sinceros los primeros 45 minutos de esto son bastante aburridos, llenos de discusiones, bullying y prácticamente cualquier susto fácil existente en el catálogo para tratar de generar suspenso mientras las piezas pretenden conformar algo que tenga sentido, incluso si eso llega a sacrificar elementos que uno supondría iban a tener más relevancia.

Hay fantasmas, un asechador y alguien en estado de coma con aparentes vínculos que todo el tiempo se sienten completamente desconectados, en parte porque las transiciones de unas escenas a otras no tienen la fluidez necesaria para explicar de manera sólida esto; además de que las conexiones importantes tardan bastante en revelarse. En general todo transcurre lento, no diría que a un ritmo soporífero pero si a uno complicado de aguantar y que se amplifica mucho más cuando la cuestión de los espíritus empieza a dar vueltas sin rumbo al no establecer una sensación de peligro considerable que le dé sentido a sus acciones.

La parte final es lo más destacable a pesar de que el director sigue sufriendo para lograr que la transición de amenaza no física a una física resulte convincente. Por fin nos ofrece escenas interesantes en cuanto al aspecto del terror y aumenta un poco la violencia, además le añade una sorpresa que no vi venir.

Las actuaciones no son la gran cosa, casi todos los actores reciben un tiempo en pantalla similar pero realmente ninguno sobresale del resto; les falta fuerza en muchos momentos. La producción es discreta: el trabajo de fotografía en exteriores tanto de día como de noche es sólido, la ambientación de la granja no es de presumir, el sonido por momentos tiene algunos fallos y todo lo que tiene que ver con efectos/maquillaje es realmente muy básico.

Opinión final: Curse of the Witching Tree es irrelevante. Una película del montón que da lo mismo si la ves o no.

Ojometro:
**