lunes, 4 de septiembre de 2017

Crítica: Little Evil (2017)


Película escrita y dirigida por Eli Craig (Tucker and Dale vs Evil). Se estrenó a nivel mundial de manera exclusiva en Netflix el pasado 1 de septiembre.

Sinopsis:

Gary (Adam Scott) justo se acaba de casar con Samantha (Evangeline Lilly) y lo único que quiere es que esta nueva etapa en sus vidas sea lo mejor. Para lograr eso su primera meta es poderse llevar bien con el pequeño hijo de seis años de ella, quien no parece tenerle mucho cariño y que, tal vez, sea el mismísimo anticristo.



Comentarios generales:

Contrario a lo que suele creer, el hacer comedias de terror no es algo sencillo debido a que se necesita saber cómo balancear dos géneros tan diferentes para poder satisfacer a todos por igual. Por eso casi siempre se recurre al humor centrado en excesiva sangre o a los zombies debido a que son elementos fáciles de mezclar con la comedia, pero en el caso de Little Evil dichos elementos no se veían por ningún lado y eso la volvía una bastante interesante (aunado a quien es su director); aunque lastimosamente está lejos de ser algo memorable.

Y es que lo que nos trae Craig definitivamente no será del agrado de muchos debido a que el balance del que hablo por grandes lapsos no existe, haciendo de está película algo mucho más ligero de lo acostumbrado, pero no por ello sin escenas que te hagan reír. Especialmente durante un primer acto en donde las referencias a The Omen (y algunas otras películas) son mucho más marcadas para hacer de este uno bastante ameno, generando por medio de la dinámica del padrastro tratando de entender al niño algunos de los momentos más graciosos al combinar un estilo visual tenebroso, intentos de sustos fáciles y cierta ingenuidad que establecen el tono del tema satánico que involucra.

Lo malo es que conforme van pasando los minutos la comedia poco a poco se va simplificando y llega un punto en el cual todo lo que esté relacionado con el lado del terror pasa a un segundo término para darle prioridad a un humor simplón que resulta inefectivo la mayoría de las veces. No tanto como para arruinar por completo la película pero si para volverla algo aburrida durante un segundo acto en el que por momentos se le dan muchas vueltas a ciertos aspectos y se le pone énfasis al mensaje sobre la complejidad que representa el tener que ser la figura paterna de alguien con el que no se tiene una conexión, lo cual no está mal; sin embargo, la manera en la que se desarrolla todo esto no terminó por convencerme.

La parte final es entretenida. Toda la cuestión de que puede ser el fin de la humanidad vuelve a tomar relevancia y te brindan las respuestas que hacían falta para comprender la naturaleza del niño; además de que es la parte con más acción a su modo.

De las actuaciones no tengo queja alguna, Scott está bastante bien en su rol de padrastro y Lilly brinda ese toque de ingenuidad necesaria a la perfección; mientras que la mayoría de los secundarios cumplen con sus roles de manera acertada. La producción no es nada ostentosa: cuenta con un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es discreta, el score es simple, el trabajo de sonido cumple y los efectos son muy sencillos.

Opinión final: Little Evil está ok. Es la típica película para pasar el rato, aunque probablemente sea demasiado ligera para el gusto de muchos fans.

Ojometro:
***