viernes, 19 de enero de 2018

Crítica: Voice from the Stone (2017)


Película basada en la novela “La Voce Della Pietra”, la cual está dirigida por Eric D. Howell y cuyo guión fue escrito por Andrew Shaw. Se estrenó por medio de VOD dentro de los Estados Unidos en 2017 y desde esta semana ya se encuentra disponible en Netflix.

Sinopsis:

Verena (Emilia Clarke) es una joven enfermera a la que contratan en un aislado castillo en la Toscana para que ayude a un niño que dejó de hablar. Un caso difícil que no piensa abandonar, pero con el cual pronto empezará a vivir situaciones que van más allá de su lógica y que poco a poco pareciera que la consumen también a ella.



Comentarios generales:

Contar con la presencia de una actriz que participa en una de las series de televisión más importantes de la actualidad hizo que Voice from the Stone obtuviera muchos más reflectores de los que probablemente hubiera tenido con alguien más, así que de la noche a la mañana se convirtió en una película de interés mucho mayor y, por ende, una que para muchos era un must see en el 2017. Sin embargo, sus extraños problemas de distribución hacían suponer que algo raro ocurría y después de verla queda claro el por qué de esto, ya que no solo se trata de un trabajo mediocre, sino que además es de las cosas más aburridas que he visto últimamente.

Algo que en gran medida se debe a que Howell y Shaw nunca parecen tener definido cómo presentar su propuesta al establecer un escenario ideal para desarrollar una historia de terror con un tono bastante oscuro, pero que con el pasar de los minutos nunca termina de ser explotado con esa finalidad y realmente solo sirve para mostrar escenas visualmente atractivas. Lo cual es una pena porque el inicio de la película no me pareció malo; de hecho, es por demás efectivo al establecer a un personaje femenino con fuertes convicciones que al mismo tiempo puede ser cariñosa y afectiva con un niño cuyo estado sirve como la vía perfecta para ir insertando las dudas con respecto a si existen elementos sobrenaturales o si simplemente se trata de un trauma que necesita atención medica.

Sin duda algo genérico, pero sirve… al menos por un periodo breve de tiempo. Ya que no tiene que pasar mucho para que las cosas se empiecen a volver aburridas gracias al ritmo lento implementado y porque con el avanzar de los minutos la sensación de duda que uno pudiera haber tenido en un inicio desaparece por completo.

Descifrar lo que ocurre no es tan difícil, la mezcla de realidad y fantasía está tan mal balanceada al grado de que lo que uno ve en pantalla se siente con una falta de inspiración terrible y como algo que fue puesto ahí bajo el único propósito de alargar el tiempo de metraje o explotar la locación. Realmente nada lleva a construir un misterio interesante o a generar suspenso, incluso el propio tema central (el problema del niño) va obteniendo tintes secundarios por el poco sentido que tiene y, sobre todo, por un giro ridículo que se implementa para la parte final.

De pronto algo que creías iba por un camino más oscuro se transforma por alguna razón en un lio romántico sin pies ni cabeza que provoca el deterioro mental de Verena y desencadena una serie de eventos que para este punto no añaden ningún tipo de impacto o sorpresa. Dejando como único camino posible un final feliz que desentona por completo con el tono previo y no explica demasiado.

De las actuaciones no tengo queja, realmente Emilia Clarke es quien hace que la película no sea tan insufrible con su deterioro progresivo y Marton Csokas (Klaus) cumple a secas con su papel. La producción también es de buena calidad: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es bueno y todo lo referente a efectos/maquillaje es ínfimo. 

Opinión final: Voice from the Stone es decepcionante. Una película aburridísima que nunca tiene claro qué es lo que te quiere contar.

Ojometro:
**