martes, 6 de marzo de 2018

Crítica: House of Demons (2018)


Película escrita y dirigida por Patrick Meaney, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó en VOD y DVD el pasado 6 de febrero dentro de los Estados Unidos.

Sinopsis:

Cuatro amigos distanciados se reúnen para pasar una noche dentro de una cabaña que en alguna ocasión perteneció a un culto similar a la Familia Manson. Estando ahí, los extraños rituales del pasado en dicha casa abren unas conexiones con el presente y el subconsciente, forzando a que todos tengan que confrontar sus más profundos secretos y demonios… o ser destruidos por ellos.



Comentarios generales:

Si me hubiera basado únicamente en su sinopsis difícilmente existiría un texto sobre esta película en el blog, ya que la verdad lucia como otro trabajo independiente del montón que no valía la pena checar. Sin embargo, mientras repasaba el elenco vi el nombre de Amber Benson (Tara en Buffy the Vampire Slayer) y mi curiosidad aumentó lo suficiente como para darle una oportunidad a este filme debido a que tenía tiempo que no se involucraba en algo dentro del género. Una decisión que al final de cuentas resultó positiva ya que House of Demons es más arriesgada que la mayoría de esta clase de producciones.  

Con esto no quiero decir que va a provocar una nueva tendencia o signifique una revolución, pero lo que nos trae Meaney es una historia bastante loca que mezcla diversos elementos de manera original y que nunca demuestra miedo alguno por hacerlo, por más ridículas que pudieran llegar a parecer sus ideas. Un riesgo que obvio no está exento de problemas, sobre todo durante un primer acto en el que puede llegar a ser complicado entender qué diablos es lo que está ocurriendo gracias al deficiente manejo de los tiempos que provoca que los cambios entre el pasado y el presente resulten muy bruscos; dejando la sensación de que no tienen mucho sentido o que los problemas de este amplio grupo de personajes son irrelevantes para los efectos de la trama.

Afortunadamente llegada la media hora del metraje las cosas se logran estabilizar cuando se realiza la conexión entre los amigos y el culto, una que tiene tintes de The Twilight Zone pero que poco a poco va desenvolviendo los misterios que hay detrás de manera fluida. Todavía con cierto enredo debido a la poca profundización previa, aunque ya con situaciones que te van brindando claridad y que empiezan a jugar de manera seria con todo el tema de los demonios internos para ofrecer momentos intensos o con un nivel de violencia mayor sin llegar a ser nada precisamente extremo.

La parte final es probablemente la más convencional. Salvo por la extrañísima breve aparición de un personaje muy peculiar, todo sigue un camino que para nuestra mala fortuna no toma demasiados riesgos al no explotar en lo absoluto a la amenaza presentada y optar por un desenlace feliz que desentona con el tono previo (aunque no es malo).

En cuanto a las actuaciones hay de todo, algunas aceptables y otras no tanto; siendo Dove Meir en su papel de líder del culto quien más resalta. La producción es limitada: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es medio arcaica, el score está ok, el trabajo de sonido cumple, los efectos son muy básicos y la labor de maquillaje está aceptable para lo que es.

Opinión final: House of Demons es pasable. Un trabajo independiente bastante original que por lo menos merece una oportunidad.

Ojometro:
***