viernes, 2 de marzo de 2018

Crítica: Keep Watching (2018)


Primer largometraje del director Sean Carter, cuyo guión fue escrito por el debutante Joseph Dembner. Se estrenó directamente en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 6 de febrero, aunque parece que en algunos países podría llegar a cines próximamente.

Sinopsis:

Una familia es atrapada dentro de su propia casa por unos misteriosos intrusos, quienes los forzarán a ser parte de un juego de vida o muerte cuyas reglas se irán revelando con el transcurrir de la noche.



Comentarios generales:

Probablemente no exista una actriz en la actualidad que genere más morbo dentro del cine de terror que Bella Thorne, la sexualización que la ha rodeado desde muy joven provoca que la gente esté muy al pendiente de todo en lo que esté involucrada. Esto evidentemente no es algo que los estudios hayan ignorado y desde un tiempo a la fecha se han empeñado en sacar todas aquellas películas en donde aparece sin importar cuánto tiempo lleven en el olvido, siendo este el caso de Keep Watching; un trabajo de 2013 que se la había pasado en la congeladora y que después de verlo se entiende perfectamente el porqué de esto.

Esencialmente porque en este lapso han salido algunas otras películas similares que hacen que su premisa sea obsoleta, pero sobre todo porque carece de dos aspectos fundamentales para que funcione: personajes interesantes y que sea creíble.

Siendo lo primero algo bastante problemático debido a que durante el primer acto el director enfoca sus esfuerzos en tratar de que el espectador tome interés por esta familia de manera inefectiva gracias a que lo presentado no cuenta con la solidez suficiente como para lograrlo; simplemente todo resulta banal, sin nada que sientas que pueda ser fundamental más adelante y cuya única meta en grandes lapsos es hacer lucir muy sensuales tanto al personaje de Jamie como a su madrastra.

Luego está el tema de la credibilidad, algo que en esta ocasión simplemente no se logró porque la manera en la que están colocadas las cámaras es ridícula. Son demasiadas y además se encuentran en los lugares más inverosímiles posibles (botón de un horno de microondas, ventilador, drenaje o en un estante para especias), lo cual quita por completo la ilusión de que esto es un juego de invasión y provoca que uno como espectador se quede pensando más en lo imposibles que resultan dichas tomas y no sobre si los problemas de la familia son interesantes.

Lo anterior sin duda afecta, pero incluso con estos detalles la película podía salir adelante considerando que el juego que plantean daba el material suficiente como para brindar una segunda mitad entretenida; sin embargo, esto tampoco se da. En gran medida porque es una serie de eventos sin gran originalidad que, para colmo, no se complementan con muertes llamativas que justifiquen la supuesta brutalidad que te vendieron al inicio. Todo lo que ocurre es correr del punto A al punto B bajo un ritmo acelerado y una edición pobre, sin momentos que te permitan desarrollar cierta empatía por las victimas en su búsqueda por sobrevivir y con una presencia asesina omnipotente de la cual tampoco llegas a saber demasiado.

Ya con todo lo anteriormente mencionado uno llega fastidiado a la parte final y sin que le importe lo que pueda ocurrirle a los sobrevivientes. Para empeorar las cosas el enfrentamiento definitivo es muy desangelado al carecer de intensidad, de momentos agobiantes y dejar como pago algo demasiado decepcionante.

Sobre las actuaciones no puedo decir que sean terribles o malas porque no lo son, están aceptables, pero el hecho de que los personajes sean tan planos y se vean obligados a realizar cosas tan tontas no les ayuda. La producción es del estándar en este tipo de filmes: un trabajo de fotografía práctico, score cumplidor, trabajo de sonido efectivo y unos efectos medio pobres.

Opinión final: Keep Watching es bastante aburrida. Otro intento fallido por querer explotar la popularidad de Bella Thorne.

Ojometro:
**