lunes, 26 de marzo de 2018

Crítica: The Lullaby (2018)


Producción sudafricana dirigida por Darrell Roodt (Drácula 3000) y escrita por Tarryn-Tanille Prinsloo. Se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de marzo, aunque todavía no hay información referente a una posible salida en formato físico.

Sinopsis:

De regreso al pueblo donde creció y abrumada por el nacimiento de su primer hijo, Chloe van Heerden (Reine Swart) trata de adaptarse a su nueva etapa maternal. Sin embargo, a pesar de tener el apoyo de su madre, ella no se logra adaptar a su nuevo rol y pronto una sensación de culpa y paranoia la invadirán al grado de poner no solo su vida en peligro, sino también la de su bebé.



Comentarios generales:

Haciendo memoria creo que la cantidad de películas de terror sudafricanas que he visto se pueden contar con los dedos de una mano debido a que no es un país que se caracterice por producir mucho material. Es por ello que The Lullaby me llamaba la atención, ya que siempre es interesante ver la evolución del género en territorios no tan comunes y, aunque está lejos de ser la mejor exponente de eso, si es un trabajo con cosas que valen la pena.

Ya que Roodt y Prinsloo se encargan de regalarnos algo que desde un inicio tiene tintes bastante oscuros al exponer una situación en la que, contrario a lo habitual, la madre no muestra demasiado afecto hacia su recién nacido y con ello rápidamente se logra crear una sensación de peligro constante. Una situación que, al combinarla con la atmósfera tétrica, hace que de manera rápida se puedan establecer los elementos necesarios para ir desenvolviendo un drama potente cargado de altas dosis de suspenso mientras se empieza a jugar con la probable inestabilidad mental de nuestra protagonista por medio de sustos fáciles.

Hasta ahí todo va bien, pero lamentablemente es justo el uso de estos sustos fáciles los que van arruinando la experiencia gracias a que el director los sobreexplota como pocas veces he visto que suceda. En serio, a partir de cierto punto la dinámica de la película se vuelve en exceso predecible debido a que cada 2 o 3 minutos se recurre a estos, lo cual  solo hace que las acciones sean aburridas y poco a poco se empiece a volver muy confuso lo que ocurre en pantalla al no poder establecer bases sólidas con respecto los sucesos paranormales que supuestamente ocurren.

En general diría que la atmósfera está ahí, el tono es muy bueno y la película cuenta con un ritmo que nunca encontré pesado, pero el hecho de que se recurra a lo mismo una y otra vez hace que uno se fastidie con tanto grito de Chloe.

La parte final no me gustó. No tanto porque careciera de fuerza o de elementos de impacto que uno sabía iba a tener por la naturaleza misma de la historia, sino más bien porque casi todo lo dejan a la interpretación (lo único que responden es el tema del padre); realmente no se hace el más mínimo esfuerzo por darle algo de sentido a la condición de Chloe y sus acciones terminan quedando medio vacías.

En el tema de las actuaciones realmente todo recae en Reine Swart y, aunque no lo hace mal, la repetitividad en la que se ve envuelto su personaje la vuelve bastante detestable y te resulta difícil el poder involucrarte con su sufrimiento. La producción es de buena factura: cuenta con un gran trabajo de fotografía, la dirección de arte cumple, el score es bueno, el trabajo de sonido es limpio y todo lo referente a efectos/maquillaje está bien hecho a pesar de ser bastante simple.

Opinión final: The Lullaby es aceptable. Una película con cosas interesantes que probablemente con otro director hubiera alcanzado otro nivel.

Ojometro:
***