viernes, 15 de septiembre de 2023

Crítica: The Misstress (2023)

Película escrita y dirigida por Greg Pritikin. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 28 de julio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una pareja de recién casados se muda a la casa de sus sueños, donde descubrirán una colección de cartas con cien años de antigüedad escritas por una mujer que se suicidó después de ser abandonada por el antiguo dueño. 


Comentarios generales:

Cuando una película hace ruido en festivales se tiene que ser cuidadoso con las expectativas debido a que, si bien hay casos en los que dicho ruido está justificado, la mayoría de las veces este se encuentra sustentado en una serie de intereses y amiguismos que forman parte de esta industria. Así que cuando empecé a escuchar tantas cosas buenas sobre The Misstress sin ser precisamente un trabajo con muchos reflectores mis dudas se dispararon y después de verla me quedó claro que estaban justificadas.

Esto porque lo traído por Pritikin pretende aparentar más de lo que realmente es por medio de una historia con ideas simples con las cuales se puede construir algo aceptable, pero que en su afán por querer darle muchas vueltas termina haciendo que el espectador se aburra. Lo cual durante los primeros 15/20 minutos pudiera no ser tan evidente porque la presentación de los personajes y la exposición de las cartas se da de una forma genérica; sin embargo, conforme se van exponiendo las anomalías que se viven dentro de la casa se empiezan a percibir dudas con respecto a cómo establecer una amenaza convincente.

Provocando así que la simpleza vaya desapareciendo poco a poco al combinar la cuestión sobrenatural ligada a las cartas con una problemática demasiado rebuscada ligada a un stalker, cuya meta claramente es generar dudas, aunque en el proceso dichas dudas jamás se dan porque es muy obvio que lo segundo no tiene demasiada lógica. Situación que solo hace que con el pasar de los minutos la dinámica resulte repetitiva y como consecuencia de eso el ritmo se vuelva pesado, incluso cuando durante el segundo acto se hacen ciertos esfuerzos por construir escenas que pongan a Parker en contratiempos y así generar una sensación de paranoia que pueda añadir un poco de intensidad a las cosas.

Algo que no logra porque la parte final carece de grandes emociones y ante esto se tiene que apostar por un giro poco efectivo. No tanto porque la idea en si me parezca mala, sino porque todo lo previo está tan mal construido que en realidad queda como un recurso forzado para conseguir un shock barato durante la conclusión.  

Las actuaciones no diría que son terribles, pero en realidad ninguna significa un valor extra para el filme. Mientras que la producción tampoco tiene mucho para destacar: el trabajo de fotografía no es el mejor, la dirección de arte es simple, el score genérico, el trabajo de sonido cumple y todo lo referente a efectos/maquillaje es muy discreto.

Opinión final: The Misstress es mediocre. Thriller psicológico del montón que se les olvidará en un par de días.

Ojometro:
**