lunes, 29 de julio de 2024

Crítica: The Forbidden Play (2023)

Película dirigida por Hideo Nakata (Ringu, Sadako), cuyo guión fue co-escrito por Karma Shimizu y Noriaki Sugihara. Se estrenó en cines dentro de Japón a finales de 2023, mientras que en México hizo lo propio el pasado 18 de julio.

Sinopsis:

Después de que una esposa y madre amorosa de nombre Miyuki (Uika First Summer) muere de forma trágica, su pequeño hijo trata de revivirla con un conjuro de resurrección. Pero lo que en teoría es un inocente deseo pronto despertará a un monstruo vengativo cuya atención parece estar en la joven Hiroko Kurasawa (Kanna Hashimoto).


Comentarios generales:

Cuando las leyendas sacan un nuevo trabajo considero casi como una obligación el tener que verlo, ya que al final de cuentas estamos hablando de personajes que construyeron el camino para lo que es el cine de terror en la actualidad. Sin embargo, a pesar de la idolatría que uno pudiera llegar a tener, también hay que aceptar que varios de estos personajes con el pasar de los años se han ido quedando rezagados con su visión y The Forbidden Play es uno de esos claros ejemplos.

Y es que lo traído por Hideo Nakata desde un inicio se siente como algo que debió de haber salido hace 20 o 25 años atrás cuando el terror japonés estaba viviendo su mayor auge dado a que la historia nos recordará a algunas otras que ya hemos visto, pero con una falta de creatividad en cuestiones básicas que termina afectando el producto general. Sobre todo durante un primer acto que se siente demasiado apresurado ante la falta de profundización en ciertos detalles importantes y por unos saltos de tiempo que solo ocasionan que las cosas no puedan avanzar con mayor fluidez dado a que se muestran dudas con respecto a qué personajes darles importancia.

Por si esto no fuera suficiente, también se tiene que lidiar con elementos un tanto excéntricos que proporcionan un humor involuntario que desentona por completo con el tono más oscuro que se quiere manejar; aunque también es cierto que para el segundo acto ya existe una línea más clara sobre hacía donde van las cosas.

Algo que no es tan positivo como parece debido a que es aquí cuando se quiere desarrollar el principal misterio de una forma exprés y por lo consiguiente cada nuevo detalle que se revela resulta más incoherente que el anterior, además de que los intentos por tratar de generar tensión no son muy efectivos y realmente para la parte final lo único a lo que se aspira es que la rareza de la amenaza sea suficiente como para olvidar todo lo anterior.

Objetivo que tampoco se logra, pero al menos son en estos minutos finales donde se puede encontrar lo más “entretenido” gracias al pobre trabajo de efectos y porque todo es demasiado absurdo. Dejándonos así ante un desenlace que, a pesar de que si cuenta con un poco más de intensidad, lo cierto es que es vacío y sin consecuencias importantes.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que por algunos momentos Kanna Hashimoto tiene ciertos destellos considerando que su personaje es el menos plano de todos, pero en general lo que vemos es mediocre. Aunque definitivamente la del niño es la que simple y sencillamente no querrán recordar por lo mala que es.

Sobre la producción tenemos una factura muy estándar del cine japonés de antaño: el trabajo de fotografía es efectivo, la dirección de arte básica, el score no está mal, el trabajo de sonido es limpio, los efectos no son muy buenos y la labor de maquillaje resulta genérica.

Opinión final: The Forbidden Play es decepcionante. Película del montón que se quedó con ideas del pasado.

Ojometro:
**