viernes, 9 de agosto de 2024

Crítica: The Exorcism (2024)

Película dirigida por Joshua John Miller, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a M.A. Fortin. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos a mediados de junio, mientras que en México hizo lo propio el pasado 1 de agosto; recaudando hasta la fecha $7.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Anthony Miller (Russell Crowe) es un actor con problemas que empieza a mostrar un comportamiento errático mientras se encuentra filmando una película de terror. Haciendo que su hija adolescente empiece a cuestionarse sobre si está recayendo en sus viejas adicciones o si hay algo más siniestro involucrado. 


Comentarios generales:

Creo que nadie se hubiera imaginado que un actor del calibre de Russell Crowe iba a tener durante su carrera una etapa de películas sobre exorcismos, mucho menos que una de esas películas estaría de algún modo ligada a “The Exorcist”. Y es que más allá de la presencia del actor australiano también contamos con un director cuyo padre es Jason Miller, actor quien le diera vida al personaje del Padre Karras y que indudablemente con The Exorcism pretende contarnos algo más introspectivo e íntimo que una simple película sobre posesiones.

Ya que lo traído por Joshua John Miller es una historia que en términos generales propone un análisis de la relación de Anthony con su hija Lee mientras tiene que interpretar a un sacerdote en un remake que claramente es The Exorcist, pero que por cuestiones legales aquí se le llama "The Georgetown Project”. Dejando en manifiesto el toque personal que durante el primer acto puede que no sea el más atractivo, aunque no tanto por lo que presenta, sino porque el ritmo que se utiliza para desarrollar este aspecto no es el más dinámico y además provoca que todo lo referente a la posesión quede un tanto relegado a situaciones poco atractivas.

Algo que cambia conforme se empieza a obtener un tono más oscuro y depresivo por medio del comportamiento errático de Anthony, el cual de manera un tanto endeble se trata de vender como una recaída pero sin que tenga que pasar demasiado tiempo para que resulte obvio sobre lo que verdaderamente es. Llevando a algunos jump scares efectivos y también a la construcción de ciertas escenas que añaden fuerza gracias a lo amenazante que puede llegar a ser el poseído; sin embargo, también se puede notar que durante este punto la película empieza a brincar entre secuencias que no se sienten del todo bien conectadas y poco a poco muchas cosas simplemente parecen no tener un propósito claro rumbo a la parte final.

Una que indudablemente es donde el director (o el estudio) optaron por hacer de esto algo más convencional y se meten de lleno a la posesión, así como al eventual exorcismo. Tratando de que exista la suficiente tensión para que este no sea aburrido ante la falta de elementos más espectaculares y de cierta manera logran su cometido, aunque sin evitar que el cierre te resulte poco relevante.

En cuanto a las actuaciones la verdad es que Russell Crowe lo hace bien para lo que le dan, él es quien mantiene el interés por la película y su posesión es efectiva. Mientras que en producción la factura no está mal: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bueno, el trabajo de sonido no tiene fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje cumple su propósito.

Opinión final: The Exorcism está pasable. Película con un trasfondo más interesante que lo que se ve en pantalla.

Ojometro:
***