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viernes, 17 de noviembre de 2023

Crítica: Cuando acecha la maldad (2023)

Producción argentina escrita y dirigida por Demián Rugna (Terrified). Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a inicios de octubre y posteriormente el 27 del mismo mes hizo lo propio en VOD.

Sinopsis:

En una granja remota, Pedro (Ezequiel Rodríguez) y su hermano encuentran a un hombre infectado por un demonio que está a  punto de “dar a luz” al mal mismo. Asustados deciden deshacerse del cuerpo putrefacto, aunque esto solo esparcirá el caos hacia todos aquellos que les importan.


Comentarios generales:

Para este punto el encontrar propuestas sobre posesiones que resulten innovadoras es algo complicado debido a que es uno de los subgéneros más explotados que existen, así que siempre es complejo el poder generar interés por estas salvo que pertenezcan a alguna franquicia muy bien establecida. Sin embargo, de vez en cuando te vas a encontrar con una película que te sorprenda a pesar de los convencionalismos y justamente “Cuando acecha la maldad” es una de esas.

Ya que lo traído por Rugna se posiciona como una de las mayores sorpresas en este 2023 gracias a que logra darle frescura a una fórmula conocida sin tener que recurrir a cosas complejas y en base a eso construye una historia inquietante por la forma tan natural con la que los personajes lidian con el tema de la posesión, optando por no ocultar nada para no perder el tiempo en obviedades y así poder aprovecharlo para redondear la idea. Brindándole con esto un tono depresivo que desde el primer acto hace sentir que un suceso tan simple es en verdad riesgoso, lo cual se magnifica ante el pavor que manifiestan distintos personajes al saber que la maldad puede alcanzarlos.

Siendo esto último algo clave porque es la vía con la que el director puede exponer escenas de muertes brutales que no solo añaden el impacto inmediato por lo visual, sino también porque con estas establece sin ningún tipo de compasión que, en efecto, nadie está a salvo y así incrementar el nivel de intensidad de manera impresionante. Además de que gracias a estas muertes se clarifica cómo se manifiesta el demonio y con ello también empiezas a cuestionar si nuestro protagonista en verdad es alguien de confianza porque sus acciones son demasiado egoístas a sabiendas del riesgo que él mismo representa para sus seres queridos.

Llevándonos con ello a un segundo acto que se podría decir que es el más emocional porque precisamente es donde Pedro tiene que lidiar con las consecuencias de sus actos, pero eso no significa que el shock desaparezca. Aunque igualmente es aquí donde se profundiza un poco más con respecto a la problemática que enfrentan y las revelaciones sobre lo complejo que será frenarla para que en ningún momento desaparezca esa sensación de desesperanza rumbo a la parte final.

Una que probablemente no sea tan explosiva como se esperaría dado a que apuestan más por lo tétrico y gracias a eso el ritmo en esta parte es más tranquilo. Decisión que no afecta mucho que digamos al desenlace porque este sigue manteniendo las mismas bases y cumple a la perfección su propósito de ser desalentador sustentándose en las malas decisiones de Pedro.

En cuanto a las actuaciones tenemos un gran trabajo de Ezequiel Rodríguez por medio de un personaje bastante complejo con el que se pueden entender sus temores pero al mismo tiempo es difícil sentir empatía por él gracias a lo egoísta que resultan sus acciones. Mientras que Demián Salomón (Jimi) y el resto del elenco logran complementarlo de buena forma.

Y en lo que respecta a la producción tenemos una buena factura: el trabajo de fotografía es bastante bueno, la dirección de arte simple, el score resulta agradable, el trabajo de sonido no presenta fallos, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje es impecable.

Opinión final: Cuando acecha la maldad me gustó bastante. Película oscura y cruda que se les quedará en la memoria durante varios días.

Ojometro:
*****

lunes, 28 de mayo de 2018

Crítica: Los Olvidados (2018)


Película dirigida por los hermanos Luciano y Nicolás Onetti, quienes además comparten créditos como co-escritores del guión junto a Carlos Goitia. Se estrenó en cines dentro de Argentina durante el mes de marzo y, posteriormente, hizo lo propio en Netflix para el resto de Latinoamérica durante el mes de abril.

Sinopsis:

Un equipo de filmación se dirige a la devastada Epecuén para realizar un documental sobre la inundación que sufrió el pueblo en 1985. Más allá del desolador escenario nada parece fuera de lo común, pero una vez que su camioneta sufre una extraña avería sus vidas se verán en grave peligro gracias a la presencia de un grupo de brutales asesinos.



Comentarios generales:

En los últimos años los hermanos Onetti se han convertido de manera intempestiva en unos de los exponentes más reconocidos del cine de terror latinoamericano gracias a propuestas que hacían ver su amor no solo por el giallo, sino por el género en sí. Es por ello que cuando se anunció Los Olvidados mis expectativas eran considerables debido a que tenía mucha curiosidad por ver como se desenvolvían en el slasher y debo de decir que el resultado final ha sido positivo. 

Antes que nada hay que decir que los hermanos no tienen temor de mostrar sus influencias debido a que prácticamente desde el inicio se te vienen a la mente clásicos como The Texas Chainsaw Massacre o The Hills Have Eyes gracias a esa atmósfera tan reconocible que genera incomodidad y una sensación de peligro sin tener que hacer o decir mucho. Lo cual es algo sumamente importante durante al menos el primer acto, uno en donde el verdadero protagonista es la locación y todas las posibilidades que le brinda a los directores para explotarla por medio del increíble trabajo de fotografía mientras llega el sadismo y la sangre.  

Algo que se da sin darle muchas vueltas, situación que no está nada mal para los amantes de esta clase de filmes considerando que si hay violencia gráfica bien hecha, pero que trae consigo algunos problemas al momento de construir tensión. Más que nada porque existen ciertos brincos entre los sucesos que dejan cosas en blanco y afectan un poco en lo que respecta a la continuidad (por ejemplo: en una escena vemos a una chica buscando a su perro y un par de minutos después la vemos corriendo por su vida en otra), provocando así que el golpe de adrenalina que brindan esta clase de eventos no sea tan elevado e incluso que el ritmo sea un tanto inestable.

La parte final no está nada mal. Sigue sufriendo del problema mencionado pero logran manejarlo mucho mejor al ir uniendo los hilos con respecto a este conjunto de psicópatas y porque los elementos de impacto están bien cuidados; además de que logran añadir un giro que funciona de manera adecuada.

De las actuaciones no tengo quejas, el elenco en general hace una buena labor pero por la naturaleza misma del filme es difícil que alguien resalte por encima del resto. En cuanto a la producción, es de nota altísima: el trabajo de fotografía es espectacular, la dirección de arte cumple, la música resulta genial, el trabajo de sonido es muy bueno, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje impecable.

Opinión final: Los Olvidados está entretenida. Una propuesta interesante que no oculta sus influencias, pero que logra generar una identidad propia.

Ojometro:
***