viernes, 29 de junio de 2018

Crítica: The Body Tree (2018)


Película dirigida por Thomas Dunn (The Ungodly), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Mikhail Kukushkin. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el pasado mes de marzo, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Un grupo de estadounidenses viajan a Siberia para honrar la memoria de una amiga asesinada. Estando ahí, en medio de excéntricos rituales locales y con la familia de esta, pronto descubrirán un aterrador secreto que pondrá en riesgo sus vidas.

   

Comentarios generales:

Una producción que cuenta con dinero español, que se desarrolla en Rusia y está hablada en inglés sin duda iba a captar mi atención, digamos que es una combinación peculiar que pocas veces se ve y por lo menos generaba cierta curiosidad. Y es que sin eso realmente The Body Tree hubiera sido una película de la cual nadie tendría conocimiento, de esas que solo te enteras que existen de pura casualidad porque realmente no tiene nada especial.

Lo cual resulta sorpresivo considerando que en un inicio la película juega con supuestas tradiciones rusas que desconozco si son reales o no, pero que al menos le brindan a Dunn ese toque de originalidad para explotar. Sin embargo, esto solo se da por un lapso de tiempo muy breve en el primer acto, siendo por mucho la parte más interesante precisamente por la rareza misma de estas “tradiciones” que desde el primer instante te hacen esperar lo peor y que de manera adecuada implantan dudas con respecto a la familia de la muchacha asesinada utilizando ciertos elementos visuales llamativos que ayudan a construir los pocos momentos de tensión que existen.

Unos que terminan perdiéndose al entrar al segundo acto debido a que la historia empieza a dejar de lado dicho enfoque folclórico para darle más peso al tema sobrenatural y eso provoca de manera casi inmediata que las cosas se vengan para abajo. Ya que a partir de aquí todo se centra en un espíritu maligno que mata mediante posesión para convertir esto básicamente en un slasher genérico en el que los intentos por querer añadir un poco de misterio se ven nulificados ante la incompatibilidad de ambas cosas; generando así momentos aburridos que provocan poco a poco un ritmo lento y una sensación de que daba igual si desarrollaban esto en Rusia o en algún bosque desconocido en cualquier otra parte del mundo.

La parte final no mejora demasiado las cosas. Todo es correr de un lado a otro mientras ocurren peleas absurdas y algunas muertes nada memorables que preparan el camino para un giro ciertamente sorpresivo, pero que se siente demasiado forzado ante la carencia de detalles con respecto a la relación entre los involucrados.

Las actuaciones están pasables, ya que al ser un elenco tan extenso y por la misma naturaleza de la película se pueden ocultar varias carencias para que la mayoría de los actores saquen con lo mínimo sus personajes. La producción es decente: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte es simple, el score no resalta, el trabajo de sonido es limpio y los efectos son muy sencillos.

Opinión final: The Body Tree es bastante mala. Película intrascendente que solo servirá para aumentar el catálogo de los servicios de streaming o la programación de canales de TV.  

Ojometro:
**

lunes, 25 de junio de 2018

Crítica: Downrange (2018)


Película dirigida por Ryuhei Kitamura (No One Lives), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Joey O'Bryan. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos durante el mes de abril, mientras que en ciertas partes de Europa salió en formato físico a finales de mayo.

Sinopsis:

Varados en una solitaria carreta después de una ponchadura de llanta, un grupo de jóvenes se convierte en el objetivo de un enigmático y despiadado francotirador. 



Comentarios generales:

Nunca he sido gran fan de Kitamura pero reconozco que tiene un estilo con todo lo necesario para atraer a un público considerable, aunque por alguna razón siempre ha mantenido un perfil bastante discreto cuando se trata de sus filmes occidentales. Es por eso que no me extraña que Downrange haya pasado tan desapercibida desde su salida y eso es una pena debido a que sin duda es uno de sus trabajos mejor logrados, a pesar de ser uno de los más simples.

Y es que en esta ocasión el director japonés no se complica en lo absoluto la vida al ofrecer una historia que va al grano de manera rápida y en cuestión de unos 13 minutos te coloca ante la situación de peligro por medio de muertes visualmente impactantes que establecen sin problemas la línea que seguirán las acciones. Provocando con esto que el nivel de tensión y violencia sea uno bastante elevado desde temprano para que así cada situación en la que estén involucrados los personajes se sienta como una de verdadero riesgo para ellos y se pinte un panorama desalentador ante la desventaja que tienen con el francotirador.

El cual siempre se muestra como alguien superior ante cualquier circunstancia y ese es un aspecto fundamental con el pasar de los minutos debido a que, gracias a la ausencia de distracciones externas (flashbacks o escenas ajenas al tiroteo), no existe ningún lapso de relajación y eso obliga a que se tengan que construir todo el tiempo acciones que logren mantener tensión constante en base a esa superioridad. Provocando así momentos sumamente interesantes en los que no solo se ven muertes dramáticas, sino que además generan una dinámica agradable con la improvisación de este grupo de jóvenes para mantenerse con vida.

Aunque si debo de decir que hay algunos minutos en donde la película flaquea y se vuelve algo repetitiva, pero afortunadamente eso no dura demasiado porque cuando empieza a ser muy evidente llega uno de los momentos de mayor impacto para añadirle fuerza y cambiar de cierta manera las circunstancias en la parte final.

Una que es bastante divertida al jugar de manera ligera con los convencionalismos del género (aquí la oscuridad de la noche es una ventaja) y mantener su propósito inicial de hacer esto siempre lo más violento posible. Incluso con una conclusión que raya en lo ridículo.

En cuanto a las actuaciones debo de decir que para tratarse de un elenco prácticamente desconocido no lo hacen mal; no hay nada del otro mundo pero cumplen sin mayores problemas con lo que les piden. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, el score cumple y el trabajo de sonido es impecable; sin embargo, son los efectos y la labor de maquillaje los que se llevan los reflectores gracias a lo bien hechos que están para lograr imprimirle tal nivel de crudeza al filme.

Opinión final: Downrange me gustó. Una película sin grandes pretensiones y llena de violencia que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

jueves, 21 de junio de 2018

Crítica: Blood Honey (2018)


Debut dentro del género por parte del director Jeff Kopas, quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Doug Taylor. Se estrenó en VOD y DVD dentro de los Estados Unidos durante el pasado mes de febrero.

Sinopsis:

Torturada por la memoria de un trauma de su niñez, Jenibel (Shenae Grimes-Beech) regresa después de una década a su casa para ayudar a sus hermanos con su moribundo padre. Aunque pronto ella misma se encontrará atrapada en un drama familiar que poco a poco se convertirá en una aterradora pesadilla.



Comentarios generales:

La premisa de Blood Honey no es algo precisamente original, así que en un inicio no tenía grandes expectativas sobre esta e incluso llegué a considerar dejarla pasar. Sin embargo, al ver su casting mi interés se incrementó ligeramente porque contaba con algunos nombres interesantes que podían hacer de este trabajo al menos mirable y así ocurrió; aunque sin llegar a ser nada del otro mundo.

Ya que lo que nos regala Kopas es una película que desde el primer instante te deja claro que todo se manejará bajo una atmósfera bastante depresiva dentro de un escenario limitado en el que la prioridad será, al menos de entrada, ir estableciendo esta relación familiar nada amorosa. Situación que origina invariablemente que el primer acto sea uno que pudiera resultar pesado para muchos ante lo poco relevante que ocurre y porque los sucesos diseñados para brindar cierto contexto no cuentan con la suficiente sustancia como para entender el claro conflicto que existe no solo entre la familia, sino entre todos quienes los rodean.

Es hasta pasados los 30 minutos cuando las cosas empiezan a mejorar y en gran medida se debe a que se presenta una muerte que cambia por completo la manera en la que piensas que se desarrollará el curso de las acciones, añadiendo más tensión entre la familia y siendo la catapulta para empezar a explotar los aspectos sobrenaturales de la historia. Unos que por momentos se tambalean por la falta de claridad pero que sin duda terminan ayudando para que el ritmo sea más agradable, así como para ir generando un mayor interés en los misterios que rodean al comportamiento de Jenibel.

Preparando así un último acto que sin duda es la parte más interesante de la película porque aquí todas las piezas empiezan a caer en su lugar de manera natural para ir desenredando el misterio que hay detrás y le brinda a este conflicto familiar un tono mucho más oscuro. Además de que hay un giro muy bien cuidado que si me tomó por sorpresa.

Las actuaciones están bien, nada del otro mundo pero definitivamente todos cumplen; aunque por el peso de ser la protagonista Shenae Grimes-Beech es quien tiene mayor exposición y hace un buen trabajo. La producción tiene sus altibajos: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte no destaca, el score es sólido, el trabajo de sonido por momentos no es tan limpio y los pocos efectos con los que cuenta parecen hechos con alguna aplicación para celular.

Opinión final: Blood Honey es aceptable. Un trabajo independiente con cosas rescatables para ver cuando no tengan otra opción.

Ojometro:
***  

lunes, 18 de junio de 2018

Crítica: Scarecrows (2018)


Película dirigida por Stu Stone (The Haunted House on Kirby Road), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a  Adam Rodness. Salió directamente en VOD y formato fisico dentro de los Estados Unidos el pasado 2 de junio.
 
Sinopsis:

Cuatro adolescentes tienen que pelear por sus vidas cuando por error entran al territorio de un sanguinario granjero que utiliza a personas como espantapájaros y los deja morir a merced de los cuervos.



Comentarios generales:

Existen películas que cuentan con una promoción enorme que muchas veces no logran captar mi atención y, por otra parte, también existen películas de las cuales no sé absolutamente nada pero con el simple hecho de leer su sinopsis me generan interés de inmediato. Es algo que pasa y con Scarecrows se dio lo segundo debido a que su idea central me pareció demasiado llamativa como para no brindarle un poco de mi tiempo; aunque es un lástima que no se pudiera explotar de mucho mejor manera.

Esto porque Stone y Rodness parecen más preocupados por hacer de esta historia una mucho más “teen” que en explotar el único elemento que pudiera diferenciarla del resto de los slasher, desperdiciando así parte importante del metraje en situaciones que supuestamente tendrían que ser graciosas, pero que están lejos de serlo. Ocasionando que durante 40 minutos veamos cosas que básicamente califican como relleno y cuyo principal sustento es el sexo, mientras que de manera esporádica ocurre alguno que otro asesinato sin mayor relevancia para tratar de darle algo de exposición al asesino.

Es hasta ya avanzado el segundo acto cuando se empieza a ver algo más acorde a lo que se esperaría de un trabajo de esta naturaleza, ofreciendo un nivel de violencia ligeramente mayor y tratando de, finalmente, brindar algo de contexto con respecto a las acciones del granjero. Aunque esto último se da de la peor manera posible al integrar a un nuevo personaje que aparece de la nada y que, en lugar de ser fundamental para el desarrollo, solo sirve para ganar algunos minutos dando explicaciones vagas que no tienen peso alguno más adelante.

Los últimos 20 minutos se puede decir que son los que tienen más intensidad considerando la naturaleza misma de los slasher, sin embargo, no son suficientes como para rescatar el desastre previo. Casi nada tiene consecuencias importantes, un personaje desaparece por completo sin justificación alguna y la persecución final carece del impacto necesario como para brindar un cierre entretenido o al menos sumamente sangriento.

Las actuaciones son muy malas; en gran parte por lo débil del guión, pero tampoco es que los actores muestren muchos recursos para sacar adelante personajes tan simples. La producción es decente hasta eso: el trabajo de fotografía está bien, la dirección de arte no es la gran cosa, el score tiene algunas piezas interesantes, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y la labor de maquillaje adecuada.

Opinión final: Scarecrows resulto muy mediocre. La idea es llamativa pero simplemente nunca se logra construir algo que valga la pena.

Ojometro:
**