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martes, 20 de mayo de 2025

Crítica: Final Destination: Bloodlines (2025)

Película dirigida por Adam Stein & Zach Lipovsky, cuyo guión fue co-escrito por Guy Busick & Lori Evans Taylor. Se estrenó en cines dentro de México y los Estados Unidos los pasados 15 y 16 de mayo; recaudando hasta la fecha $105.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Atormentada por una recurrente pesadilla, Stefani Reyes (Kaitlyn Santa Juana) descubre que está ligada con su abuela y regresa a casa para encontrar respuestas con su familia. Aunque con esto un ciclo de muertes dará inicio y tendrá que tratar salvar a todos de su inevitable destino.


Comentarios generales:

La franquicia de Final Destination cuenta con la peculiaridad de que muchas personas la perciben como una muy actual gracias a las constantes retransmisiones de las películas o por los memes que se ven internet (principalmente de la escena de la carretera de FD2), pero lo cierto es que tuvieron que pasar 14 años para que New Line/WB se atrevieran a revivirla. Lo cual sin duda representaba un riesgo, pero Final Destination: Bloodlines ha dejado en claro que valió la pena tomarlo.

Ya que Stein y Lipovsky hacen los méritos suficientes para que su película pueda ser considerada como la mejor de la franquicia sin que tengan que cambiar de manera radical la fórmula; de hecho, su principal virtud es que mantienen la estructura que conocemos intacta y solo recurren a ligeras variaciones en cuanto al personaje que tiene la premonición para darle cabida a todo el tema de los lazos sanguíneos. Garantizando con esto que el característico desastre inicial tenga como propósito no solo ofrecer un primer acto con una elevada dosis de brutalidad, sino también establecer una problemática con un poco más de sustancia conforme se van uniendo las piezas detrás de la pesadilla.

Algo que es precisamente lo que le brinda la frescura a una historia cuyo manejo del humor negro también se vuelve importante gracias a que con esto se deja en claro que tampoco se debe tomar tan en serio lo que ocurre en pantalla, sobre todo porque algunas de las escenas de muertes llegan a tener tintes caricaturescos por lo ultra elaboradas que resultan. Aunque afortunadamente esto no representa ningún tipo de problema y las acciones siempre avanzan bajo un ritmo agradable, manteniendo la violencia y la sangre en niveles altos para que la sensación de peligro en los personajes siempre esté presente conforme su brutal destino los va alcanzado.

Siendo esto fundamental para que la parte final maneje un sentido de urgencia importante y por lo mismo se pueda generar una atmósfera tensa durante un desenlace que cuenta con bastante fuerza y que, sobre todo, te deja en shock para cuando llegan los créditos.

De las actuaciones hay que decir que cumplen, teniendo a una Kaitlyn Santa Juana que saca adelante a su personaje y con el resto del elenco complementándola de buena forma considerando lo que son estas películas. Además de que ver por última vez a Tony Todd es bastante especial, sobre todo porque su escena es básicamente una despedida perfecta sabiendo la condición en la que se encontraba en ese momento y que sus palabras fueron improvisadas.

Y en cuanto a producción, sin duda tenemos la entrega más ambiciosa hasta el momento: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es agradable, el trabajo de sonido espectacular, los efectos son de muy buena calidad y la labor de maquillaje efectiva.

Opinión final: Final Destination: Bloodlines me gustó. Película divertida que no se toma tan en serio y que se posiciona como la mejor de la franquicia.

Ojometro:
****

viernes, 6 de diciembre de 2024

Crítica: Azrael (2024)

Película dirigida por E.L. Katz (ABCs of Death 2) y escrita por Simon Barrett. Se estrenó de manera limitada en cines y en VOD dentro de los Estados Unidos a finales de septiembre, mientras que su salida en formato físico está programada para el próximo 21 de enero.

Sinopsis:

En un mundo en el que nadie puede hablar, una devota comunidad liderada por mujeres se encuentra cazando a una joven llamada Azrael (Samara Weaving). Quien escapó de su sacrificio para una antigua maldad en el bosque y que ahora peleará por mantenerse con vida.


Comentarios generales:

Hacer películas sin diálogos no es sencillo en la época actual dado a que el público está muy acostumbrado a que le expliquen absolutamente todo y ante la carencia de este elemento tan fundamental muchas veces no se sabe cómo reaccionar. Por ello es que Azrael resultaba una película interesante en muchos aspectos, aunque al final los propios riesgos que toma la terminan perjudicando más de lo que le ayudan.

Y es que con excepción de un breve texto en la introducción, lo presentado por Katz invita a que sea el propio espectador quien deduzca absolutamente todo por medio de algunas pistas muy sutiles a lo largo de los casi 85 minutos de metraje. Lo cual hace que la historia pueda ser confusa e inentendible para muchos, pero también es cierto que esta decisión y la carencia de diálogos llevan a que cada acción de nuestra protagonista sea interesante dado a que la inmersión que se logra es profunda; en especial con aquellas escenas que involucran amenazas de naturaleza salvaje que de inmediato añaden shock tanto por su comportamiento como por su apariencia.

Generando con esto una atmósfera tensa y un tono bastante oscuro que ayudan a darle algo de forma a este mundo apocalíptico en el que Azrael poco a poco va incrementando su instinto de supervivencia a base de situaciones que añaden distintos niveles de tensión. Aunque desafortunadamente también hay que decir que justo a partir del segundo acto se empiezan a notar ciertas incoherencias que vuelven tedioso el desarrollo y ante el poco contexto brindado para el resto de los personajes cada situación que los involucra no parece tener ningún propósito claro más que el de estar ahí porque sí y con la esperanza de que el espectador les proporcione una mayor lógica en su mente.

Dejándonos así ante una parte final que al menos desde el lado de la acción y del gore cumplen de manera satisfactoria. Sin embargo, las nulas respuestas brindadas hacen que el desenlace se quede más como una rareza y no como algo verdaderamente impactante.

En lo que respecta a las actuaciones nuevamente contamos con una Samara Weaving que domina a la perfección este tipo de personajes a los que les persiguen la violencia extrema e incluso sin decir una palabra se puede empatizar con ella. Aunque, por otra parte, el grupo de secundarios es bastante débil.

Y en cuanto a producción, tenemos una factura bien cuidada: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte cumple, el score es un gran complemento, el trabajo de sonido es estupendo, los efectos están bien hechos y la labor de maquillaje resulta efectiva a pesar de ser un tanto básica.

Opinión final: Azrael está ok. Película con decisiones polémicas que causará división, pero que vale la pena darle una oportunidad.

Ojometro:
*** 

martes, 5 de noviembre de 2024

Crítica: Terrifier 3 (2024)

Tercera entrega de la franquicia, la cual nuevamente fue escrita y dirigida por Damien Leone. Se estrenó en cines el 11 de octubre dentro de los Estados Unidos y en México hizo lo propio el pasado 31 de octubre; recaudando hasta la fecha $63.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Cinco años después de su brutal experiencia, Sienna Shaw (Lauren LaVera) sale de una institución mental para empezar una nueva vida con su tía y toda su familia. Aunque pronto los traumas del pasado regresarán cuando Art the Clown empieza a desatar el caos en Miles County durante la víspera de navidad.


Comentarios generales:

Tras diez años de su aparición en “All Hallows' Eve”, finalmente Art the Clown está logrando entrar al mainstream impulsado principalmente por su peculiar apariencia que lo ha convertido en un personaje llamativo incluso para aquellas personas que nunca han visto alguna de sus películas. Es uno de esos crecimientos orgánicos que suelen darse de vez en cuando, pero que también representan cierto riesgo ante probables presiones externas por tratar de cambiar su esencia para que llegue a más público; sin embargo, Terrifier 3 deja en claro que esas no son sus intenciones.

Ya que Damien Leone nos regala la entrega más salvaje hasta la fecha y desde el primer minuto nos hace saber que su propósito es ofrecer un gorefest que solidifique el peligro que representa Art the Clown para cualquiera, pero sin dejar de lado su meta de seguir expandiendo el lore detrás de este y su conflicto con Sienna. Logrando con esto que exista un buen equilibrio de lo extremo con las dificultades de nuestra protagonista para que así el desarrollo jamás caiga en lo monótono y se tenga una constancia que permita mantener la violencia siempre presente.

Lo cual es sumamente importante debido a que conforme pasan los minutos el nivel de dicha violencia se va incrementando y eso hace que el espectador todo el tiempo sienta curiosidad por saber qué nueva salvajada hará el payaso para superar a la anterior, llevando a situaciones que añaden una gran dosis de impacto e incluso algo de humor perverso. Todo bajo un ritmo que nunca decae y que ayuda a que los momentos enfocados en los traumas de Sienna no sean tan densos como para afectar la dinámica; especialmente una vez que se empieza a mostrar la fracturada relación con su hermano.

Un punto que probablemente sea lo más flojo de la película debido a que todo lo que ocurre entre ellos se siente un tanto desconectado y carece de la importancia que uno pensaría que tendría, pero eso no evita que el camino rumbo a la parte final siga siendo entretenido y mucho menos que esta cumpla con lo que se espera.

Y es que los últimos 25 minutos están llenos de una brutalidad que, al combinarla con la ambientación navideña, hacen que las cosas resulten mucho más llamativas. Dejándonos ante un desenlace que sigue jugando con los elementos sobrenaturales que fueron introducidos en la entrega previa, aunque lo que predomina es el gore en un enfrentamiento que le da su aparente cierre a una cosa y deja abierta la puerta para otra secuela.

En cuanto a las actuaciones la verdad es que Sienna Shaw está genial con un personaje que ahora tiene que lidiar con un trastorno mental y eso hace que no se sienta tan plano. Mientras que David Howard Thornton sigue siendo aterrador como Art the Clown, aunque en esta ocasión también se da el lujo de añadir un poco más de toques cómicos que te hacen reír incluso en las situaciones más extremas.

Sobre la producción sin duda se puede notar que hubo un mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de buena calidad.

Opinión final: Terrifier 3 me gustó bastante. Gorefest puro y duro que logra lo que se propone de una manera por demás entretenida.

Ojometro:
*****

viernes, 26 de abril de 2024

Crítica: Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 (2024)

Secuela dirigida nuevamente por Rhys Frake-Waterfield, quien comparte créditos como co-escritor del guion junto a Matt Leslie. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de marzo, mientras que hizo lo propio en México el pasado 18 de abril; recaudando hasta la fecha $670,778 dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Hartos de vivir en las sombras, Pooh, Piglet, Owl y Tiger llevan su batalla al siguiente nivel con el propósito de aterrorizar al pueblo de Ashdown. Donde dejarán un rastro de violencia y sangre como nunca antes se había visto.


Comentarios generales:

Para bien o para mal la primera Blood and Honey fue un éxito comercial y abrió la puerta para que proyectos basados en personajes del dominio público se popularizaran dentro del género de terror. Sin embargo, la simple travesura parecía no ser suficiente con esta franquicia y su creador presentó un peculiar universo cinematográfico (Poohniverse) que promete algo por lo menos más elaborado y con Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 podemos notar los primeros pasos.

Y es que Rhys Frake-Waterfield nos trae una historia que en esencia no es tan diferente a la anterior, pero ahora si se esfuerza por tratar de añadirle trasfondo a esta idea hilarante utilizando de manera más predominante a Christopher Robin al mostrarnos las consecuencias de la masacre que vivió y todos los traumas que esto le dejó. Obvio sin sacrificar la presencia de Pooh y compañía, quienes siguen apareciendo de forma constante en pantalla realizando acciones brutales pensadas para tratar de justificar su animadversión hacía los humanos, mientras al mismo tiempo son la vía ideal para presumir el evidente incremento en el presupuesto.

Aunque una vez pasados los primeros 30 minutos resulta evidente que el director tiene problemas al momento de encontrar un balance adecuado para ambas cosas y poco a poco se va entrando en una dinámica en la que todo lo que involucra el pasado de Christopher Robin se siente demasiado rebuscado, quitándole gracia a las cosas y haciendo por momentos que el ritmo sea pesado. Algo que pretenden solucionar mostrando muertes aleatorias cada vez más gráficas y sacándose de la manga una historia de origen demasiado absurda incluso para estos estándares, lo cual podría parecer un error, pero la realidad es que conforme todo se vuelve más ridículo tenemos mejores resultados y eso queda evidenciado en la parte final.

Una que básicamente se sustenta en una gran masacre que cumple a la perfección su propósito de proporcionar impacto visual y darle mayor protagonismo al desquiciado de Tiger. Dejándonos así ante un desenlace con la fuerza suficiente para que el enfrentamiento decisivo tenga un poco más de emoción y su resolución no se sienta tan vacía como ocurrió el año pasado.  

En cuanto a las actuaciones hay un ligero pasó adelante en comparación a la entrega anterior, pero siguen sin ser las mejores. Mientras que en producción es donde si se nota una gran diferencia en cuanto al presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte no está mal, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, los efectos (en su mayoría prácticos) están bien hechos y la labor de maquillaje es bastante buena.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Winnie-The-Pooh: Blood and Honey 2 está ok. Una mejora con respecto a la primera entrega para ver cuando no tengan otra cosa más que hacer.

Ojometro:
***

martes, 5 de diciembre de 2023

Crítica: Thanksgiving (2023)

Película dirigida por Eli Roth (Cabin Fever, Hostel) y escrita por Jeff Rendell. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos el 17 de noviembre, mientras que en México hizo lo propio el pasado 30 de noviembre; recaudando hasta la fecha $36.7 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Después de que una venta de Black Friday termina en tragedia, un brutal asesino inspirado en el “Día de Acción de Gracias” aterroriza a la comunidad de Plymouth, Massachusetts – lugar en donde nació dicha tradición.


Comentarios generales:

Podrás tener una opinión sobre Eli Roth y sus trabajos, pero es innegable que el tipo es uno de los mayores impulsores del género de terror desde hace varios años y cuando anuncia algún nuevo proyecto inmediatamente este se vuelve de los más esperados. Aunque en el caso Thanksgiving todo eso se magnificó aún más al tratarse de una película que tardó 16 años en poder hacerse realidad y por ello las expectativas eran muy grandes, incluso un tanto irreales, pero lo cierto es que lo que nos ha dejado es uno de los mejores slashers de los últimos años.

Y lo más llamativo de todo es que Roth lo logra sin tener que recurrir a cosas tan complejas o innovadoras, simplemente se enfoca en las bases y a partir de ahí nos cuenta una historia sumamente entretenida que en ningún punto te aburre. Sustentando gran parte de su efectividad en la impecable construcción de una introducción que explota el caos del famoso Viernes Negro no solo para tirar cierta critica a lo absurdo del comportamiento humano en esa “tradición”, sino también para exponernos a prácticamente todos los personajes más o menos relevantes y establecer así con claridad las motivaciones que podría tener el asesino para matarlos.

Esto último siendo algo muy importante debido a que al ser un grupo grande de individuos las opciones de sospechosos son varias y por ello mismo el misterio sobre la identidad de John Carver siempre se mantiene intacto, lo cual se complementa con una brutalidad en pantalla que hace de nuestro asesino uno por demás interesante. Ofreciéndonos así varias muertes con las que no se escatima en lo absoluto en lo visual y además mantienen una frecuencia constante que hace que el ritmo realmente nunca se vuelva cansino o se caigan en situaciones huecas que no tendrán ningún tipo de peso más adelante.

Logrando así que durante el segundo acto la sensación de riesgo siempre sea alta y puedan aprovecharla al máximo para generar un caos agradable con el que se justifique lo difícil que resulta poder detener a Carver, dando pie a una última media hora que en su simpleza todavía guarda varias cosas destacables. 

Ya que es durante la parte final donde nos topamos con el momento más perturbador de la película y por lo consiguiente la muerte más original de todas, añadiendo un shock con el que se le da impulso a un desenlace que funciona precisamente por haber sabido esconder la identidad del asesino de buena manera. Haciendo que la revelación resulte sorpresiva y esto lleve a un cierre que se puede catalogar como estándar, pero que cuenta con la intensidad necesaria para que sea efectivo y deje las bases puestas de una ya confirmada secuela.

En lo que se refiere a las actuaciones tenemos un elenco que en términos generales lo hace bastante bien, cada quien en su rol cumple aportando ya sea estereotipos habituales o personalidades misteriosas. Aunque es innegable que Nell Verlaque (Jessica) como la final girl y Patrick Demsey (Sheriff Eric Newlon) son quienes más resaltan en primera instancia.

Mientras que en producción tenemos una factura impecable: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es buen complemento, el trabajo de sonido aporta bastante a las escenas relevantes, los efectos son de primer nivel y la labor de maquillaje resulta efectiva.

Opinión final: Thanksgiving me gustó bastante. Slasher sumamente entretenido y sangriento que se alza como uno de los mejores que han salido en años recientes.

Ojometro:
*****

martes, 3 de octubre de 2023

Crítica: Saw X (2023)

Décima entrega de la franquicia, la cual está dirigida por Kevin Greutert (Saw VI, Saw 3D) y cuyo guión fue co-escrito por Josh Stolberg y Pete Goldfinger. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 29 de septiembre, recaudando hasta la fecha $29.6 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Un enfermo y desesperado John Kramer (Tobin Bell) viaja a México para someterse a un procedimiento medico experimental buscando curar su cáncer, aunque durante su recuperación se da cuenta que todo ha sido una estafa por la que hará pagar a los responsables.


Comentarios generales:

Cuando hace un par de años atrás salió “Spiral: From the Book of Saw” el sentimiento general fue que no era una buena película, pero que por lo menos iba a servir para darle nueva vida a una franquicia que se encontraba en terapia intensiva. Algo que hasta hace no mucho parecía impensado gracias a la sobreexplotación que tuvo y por lo cual resulta agradable ver un regreso tan satisfactorio como el que ha representado Saw X.

Y mucho de eso se debe a que Greutert y compañía toman una decisión inteligente al no enfocarse únicamente en el shock continuo como ha sido habitual en muchas de las secuelas y mejor tratan de construir una historia sólida en la que sea John Kramer el centro de atención (esta se lleva a cabo entre Saw I y II). Lo cual podría sonar no tan emocionante, pero la realidad es que como consecuencia tenemos un primer acto bastante interesante en el que podemos ver un lado más humano e incluso vulnerable de nuestro protagonista, quien en su desesperación por curarse del cáncer baja la guardia como nunca antes y gracias a ello podemos conocer a un conjunto de personajes con los que está más que justificada la brutalidad que se viene por delante.

Ya que cuando se revela la estafa las cosas se vuelven más oscuras y la vibra conocida de Saw se empieza a manifestar, aunque durante este periodo también se recurre a un terror un poco más convencional para traer de vuelta a Amanda. Generando así una expectativa importante con respecto a la venganza de Jigsaw, cuyos juegos en esta ocasión puede que no resulten tan rimbombantes en lo que respecta a la elaboración, más si cumplen por completo el objetivo de proporcionar un nivel de tensión brutal y las dosis de impacto visual elevadas que uno espera; especialmente porque no se ponen ningún tipo de limite en los fatales resultados.

Junto con esto también nos encontramos con ciertos dilemas por parte de Amanda que ayudan a profundizar su relación con Kramer y, sobre todo, le dan cierta pausa a las cosas. Logrando así que después de que cada muerte exista un periodo donde se pueda desarrollar de manera clara la situación y también se vaya posicionando al personaje de Cecilia como alguien de cuidado rumbo a la parte final.

Una que pone a nuestra pareja de asesinos en una situación un tanto atípica que no es tan sorpresiva, pero que ayuda a que el desenlace sea intenso y se pueda construir el típico giro de estas películas. El cual tal vez no sea el más impactante en cuanto a su ejecución, aunque si deja las semillas plantadas para una posible secuela directa.

De las actuaciones sin duda es la entrega en donde se puede ver al mejor Tobin Bell, ya que no solo mantiene todo lo que hizo a John Kramer/Jigsaw tan popular, sino que también se puede ver un lado más humano que le añade profundidad al personaje. Y lo mismo aplica para Shawnee Smith (Amanda) en un nivel más bajo; además de que Synnove Macody Lund (Cecilia Pederson) también realiza un buen trabajo como la antagonista.

En cuanto a producción nos encontramos con algo de buena calidad: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está bien cuidada, el score es bastante bueno, el trabajo de sonido es espectacular, los efectos son de muy buen nivel y la labor de maquillaje impecable.

* Cuenta con una escena a la mitad de los créditos

Opinión final: Saw X me gustó bastante. Sin duda la mejor entrega desde la original de 2004 y una que vuelve a poner a la franquicia en el mapa.

Ojometro:
*****

viernes, 4 de agosto de 2023

Crítica: Skinford: Death Sentence (2023)

Producción australiana dirigida por Nik Kacevski, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a Tess Meyer. Se estrenó en formato físico durante el mes de mayo dentro de Alemania, mientras que hizo lo propio en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de julio.

Sinopsis:

James Skinford (Joshua Brennan) tiene un plan: robar y vender un misterioso camión para ganar dinero fácil y salvar la vida de su padre enfermo. Todo parece muy simple… hasta que se encuentra con una mujer que vuelve inmortal a todo aquel que toca.


Comentarios generales:

Honestamente Skinford: Death Sentence parecía una película más de torture porn australiano; sin embargo, al dar un repaso por la historia de esta producción uno se encontraba con algo peculiar cuando te enterabas que en realidad se trata de una película de 2017 que nunca salió de Australia y al parecer solo tuvo unos re-shoots para poderla sacar como una producción de 2023. Situación que no es extraña de ver dentro el género, pero si suele ser una señal de que el producto en cuestión probablemente tenga demasiadas carencias como para que pueda trascender y sin duda este es uno de esos casos.

Ya que si bien lo traído por Kacevski tiene potencial para convertirse en un filme de culto, la verdad es que desde un inicio queda claro que será un caos al que el espectador tendrá que tratarle de encontrar sentido como pueda al ponernos frente a una historia cuya meta es brindarte el menor contexto posible y maximizar el nivel de rareza durante la persecución de Skinford. Lo cual funciona durante algunos minutos dado a que realmente ante la extravagancia uno no se pone a cuestionar demasiado lo que ocurre en pantalla, aunque una vez que se empieza a entrar en temas un poco más serios como la trata de mujeres las cosas flaquean.

Y mucho de esto se debe a la renuencia por profundizar en aspectos fundamentales de la trama, algo que inmediatamente hace que las secuencias caóticas (muy bien hechas para un proyecto de este tamaño) se sientan huecas y como una simple distracción más, convirtiendo al segundo acto en uno donde pasa mucho y a la vez no pasa nada. Esto bajo un ritmo que nunca decae para evitar que te aburras mientras sigues presenciando las extravagancias que brincan de un lado a otro entre los villanos y que así la sensación de peligro siempre se encuentre presente, además de los elementos gore encargados de añadir impacto visual.

Llevándonos con todo lo anterior a una parte final que resulta igual de frustrante ante la falta de respuestas concretas, especialmente sobre el tema de la inmortalidad. Apostando nuevamente más por la espectacularidad que por el contenido, pero en este punto eso ya no funciona y el desenlace termina sintiéndose como algo totalmente irrelevante.

Las actuaciones son regulares y la mayoría de estas con un toque caricaturesco que a veces funciona y otras no dependiendo del personaje. Mientras que la producción está bien pulida para tratarse de una de bajo presupuesto: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte simple, el score es un tanto genérico, el trabajo de sonido es bastante bueno, los efectos son una combinación de prácticos/CGI bien lograda y la labor de maquillaje cumple.

Opinión final: Skinford: Death Sentence es mediocre. Película sin demasiado sentido y con solo ciertos detalles para destacar.

Ojometro:
**

martes, 6 de junio de 2023

Crítica: Malum (2023)

Reboot/remake dirigido por Anthony DiBlasi (Cassadaga, Last Shift), quien además comparte créditos como co-escritor del guión junto a Scott Poiley. Se estrenó en VOD y formato digital el pasado 18 de mayo dentro de los Estados Unidos, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Jessica Loren (Jessica Sula) es una oficial de policía novata que pide el último turno para vigilar la antigua estación de policía en un intento desesperado para descubrir la misteriosa conexión entre la muerte de su padre y un peligroso culto.


Comentarios generales:

No es muy común que sea el propio director quien decida hacer un reboot de una película suya en un periodo de tiempo relativamente corto, sobre todo porque existen ciertas reglas no escritas sobre la temporalidad para que esto se dé. Siendo el caso de Sam Raimi con "Evil Dead 2" el otro que se me viene a la mente en estos momentos, aunque en aquella ocasión se trató de un remake y secuela a la vez.

Ante esto evidentemente Malum se convirtió en uno de los proyectos más interesantes de 2023 debido a que la película original de 2015 (Last Shift) en general no era una a la que le urgiera una nueva versión. Sin embargo, ante la posibilidad de tener más presupuesto entiendo perfectamente por qué DiBlasi y Poiley se atrevieron a realizar una movida como esta, simplemente era una oportunidad única para expandir su propia idea que no podían dejar pasar y la verdad no la han desaprovechado.

Ya que aunque no llega a los niveles de la original, lo cierto es que en está ocasión DiBlasi tiene la oportunidad de profundizar un poco más en una historia que sigue manteniendo su base intacta y de hecho durante la primera media hora la diferencia es mínima, pero ahora le proporciona al personaje de Jessica un mayor contexto sobre su vida para que el espectador pueda sentir empatía hacía ella. Siendo esto un punto a destacar porque la manera en la que se establece la conexión de su familia con el culto es más directa y eso hace que resulte un poco más comprensible sin que se pierda ese lado críptico en determinadas escenas que lo usan para ir estableciendo el aspecto tétrico de la película.

La cual ciertamente avanza a un ritmo bastante agradable durante la primera hora al combinar imágenes y sonidos que ayudan a envolverte por completo en lo que estás viendo, lo cual tiene como consecuencia que varios de los jump scares cuenten con un buen nivel de efectividad y con ello la tensión sea elevada. Aunque también llega un punto en el que se nota cierto sobreuso de estos para tratar de maquillar el hecho de que lo referente al culto no está tan bien estructurado como se pensaba y empieza a caer en situaciones un tanto absurdas que no parecen tener un propósito claro o simplemente no encajan del todo con la dinámica general.

Algo que afortunadamente no afecta a una parte final que es probablemente mejor que la versión original y no porque mantenga la gran revelación mejor guardada (que no es el caso), sino porque es mucho más intensa y oscura. Llevando el tema satánico a otra escala a base de violencia y sangre que ayudan para que el desenlace cuente con el gran impacto que se necesitaba.

Las actuaciones son buenas y sin duda Jessica Sula tiene mucho merito por cargar con una historia que depende prácticamente en un 95% de ella para poder funcionar. Mientras que en producción si se nota que hubo mayor presupuesto: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte discreta, el score es sólido, el trabajo de sonido impecable, los efectos están muy bien logrados y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Malum me gustó. Por ciertos detalles prefiero la versión de 2015, pero este reboot vale mucho la pena.

Ojometro:
****

martes, 25 de abril de 2023

Crítica: Evil Dead Rise (2023)

Quinta entrega de la franquicia, la cual está escrita y dirigida por Lee Cronin (The Hole in the Ground). Se estrenó en cines dentro de México el pasado 20 de abril y un día después hizo lo propio en los Estados Unidos; recaudando hasta la fecha $42.4 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Ellie (Alyssa Sutherland) y Beth (Lily Sullivan) son dos hermanas distanciadas cuya reunión se ve interrumpida por el despertar de unos despiadados demonios que terminan poseyendo a una de ellas. Ocasionando con esto una brutal batalla por sobrevivir que distorsiona por completo el concepto de la familia.


Comentarios generales:

Evil Dead es una de las mejores franquicias de cine de terror que existen gracias a que se ha logrado mantener vigente durante tantos años con muy pocos proyectos en comparación con otras franquicias importantes y además todos de una calidad elevada que han establecido un estándar que impone cierto respeto. Por ello es que cuando se anunció una nueva entrega que no era secuela y además no contaba con la presencia de Bruce Campbell existieron ciertas dudas de mi parte; sin embargo, Evil Dead Rise me recordó que siempre hay que confiar en Sam Raimi y compañía.

Ya que lo presentado por Cronin no es tanto un reinicio, sino más bien una extensión que pueda abrir nuevos escenarios por su propia cuenta sin que se tenga que ignorar el lore ya construido, aunque al inicio de la película eso puede no ser tan obvio por la forma en la que deciden presentar esta historia en lo que se refiere a la temporalidad.

Lo cual ciertamente hace que el primer acto se pueda sentir algo raro en cuanto a la lógica, pero una vez que se nos presentan a los personajes y se establece la dinámica de familia disfuncional el panorama se esclarece de gran forma para ir construyendo momentos que hagan de la espera por la posesión una bastante entretenida. Sobre todo porque se van insertando pequeñas cosas que añaden sustancia con respecto al Necronomicon (incluso hay una sutil conexión a “Army of Darkness”) y con ello se aumenta la anticipación para cuando esta llegue, algo que se da de una manera por demás espectacular y así dejar claro que lo que está por venir no escatimará en lo absoluto en su búsqueda por dejar su marca.

Y es que una vez que Ellie es poseída el tono se vuelve muy oscuro, estableciéndola así como un demonio sumamente peligroso que en cualquier momento hará algo extremo y gracias a eso el nivel de tensión siempre resulta elevado. Llevando a escenas perturbadoras que juegan tanto con el aspecto psicológico/emocional de los personajes como con el lado visual, manifestando esto último poco a poco por medio de muertes que añaden mucho impacto y que, al combinarlas con la locación, hacen que se tenga una atmósfera claustrofóbica que magnifica todavía más el riesgo existente dado a que vende a la perfección la idea de que no hay escapatoria.

Todo esto bajo un ritmo ágil que no da respiro y hace que el caos se disfrute sin demasiados contratiempos. Dejando listo el escenario para una parte final brutal que de manera sorprendente logra rivalizar en cuanto a la exhibición de litros de sangre con el remake de 2013 por medio de situaciones bastante originales que se mantienen en sintonía con la esencia extravagante de la franquicia y llevan a un desenlace que, si bien es algo predecible, también clarifica el tema de la temporalidad de manera simple.

Sobre las actuaciones en general todo el elenco lo hace bastante bien, aunque es innegable que quienes se llevan los reflectores son Lily Sullivan y Alyssa Sutherland. Con la primera cumpliendo con su rol de nueva heroína expuesta a un tremendo nivel de salvajismo y con la segunda entregando una posesión realmente potente en la que con una sola sonrisa es capaz de perturbar al espectador y generar una sensación de peligro muy elevada.

Y en cuanto a producción nos encontramos con una factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido espectacular, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primerísimo nivel.

Opinión final: Evil Dead Rise me gustó mucho. Película violenta y muy sangrienta que sin duda es una nueva gran adición a la franquicia.

Ojometro:
*****

viernes, 8 de julio de 2022

Crítica: The Sadness (2022)

Película taiwanesa escrita y dirigida por Rob Jabbaz. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 12 de mayo, pero todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Una joven pareja se trata de reunir en medio del caos después de que Taiwán se ve azotado por un virus que convierte a los habitantes en unos degenerados sedientos de sexo y sangre. 


Comentarios generales:

El género de terror suele ser uno en donde se puede intentar cualquier cosa dada las libertades que ofrece, pero pocos son los directores que suelen ir demasiado lejos en cuanto al nivel de violencia se refiere. Simplemente existen algunos límites y cuando una película se atreve a cruzarlos siempre va a generar mucho ruido a niveles mainstream ante la experiencia retadora que puede significar el visionado para aquellos que no estén acostumbrados a ver cosas de este tipo y sin duda The Sadness es uno de esos ejemplos.

Algo que además resulta sorpresivo si tomamos en cuenta que Jabbaz utiliza uno de los subgéneros más explotados para hacerlo, aunque en este caso no son zombies como tal, sino infectados con un comportamiento primitivo que están plenamente consientes de sus actos. Utilizando de excusa la pandemia sin que sea precisamente una crítica a su politización o los descuidos que causaron tantas muertes, sino más bien solo la usa como vía para mostrar un viaje lleno de violencia y sexo en el que casi todo se vale para lograr que el espectador no haga la vista a un lado.

Y afortunadamente lo logra sin tener que sacrificar la inteligencia de los personajes o al guión en sí, ya que de hecho hay una historia simple en todo esto que logra interesarte lo suficiente y en base a eso se van construyendo los momentos de brutalidad que poco a poco te venden la posibilidad de que tal vez nuestros protagonistas no sean capaces de salir ilesos de esta problemática. La cual se desarrolla bajo un ritmo bastante frenético y evidentemente explosivo ante el gorefest que se presenta en cada situación de peligro existente, con el cual el director se da rienda suelta en el tema de la violencia pero también deja ciertas cosas fuera de cámara que pudieran haber resultado demasiado perturbadoras y mejor opta porque solo se escuche lo que ocurre.

Llevándonos así a la parte final con contados contratiempos; sin embargo, aquí es donde flaquea un poco. No tanto porque el gore se vea disminuido, sino porque se nos presenta una situación con un doctor que se siente fuera de lugar y termina quitándole intensidad a un desenlace que se va más hacía el lado desgarrador de las consecuencias del virus en cualquier persona y no tanto en el shock visual. 

Sobre las actuaciones hay que decir que es de esas películas que funcionan más por su conjunto que por una individualidad y en general el elenco lo hace bastante bien. Mientras que en producción se nota una buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, el score es un buen complemento, el trabajo de sonido es bastante bueno y todo lo referente a efectos/maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: The Sadness me gustó. Una de las películas más violentas y brutales que han salido en años recientes.

Ojometro:
****

martes, 7 de junio de 2022

Crítica: Wyrmwood: Apocalypse (2022)

Secuela de la película de 2015 dirigida nuevamente por Kiah Roache-Turner, quien comparte créditos como co-escritor del guión junto a su hermano Tristan Roache-Turner. Se estrenó en cines dentro de Australia durante el mes de febrero, mientras que su salida en VOD y formato físico se dio el pasado 17 de mayo.

Sinopsis:

En una Australia infestada de zombies, el soldado Rhys (Luke McKenzie) dedica su vida a capturar sobrevivientes para El Cirujano con la esperanza de encontrar una cura. 


Comentarios generales:

Cuando pasa tanto tiempo para que salga una secuela casi siempre existe el temor de que esta no pueda cumplir con las expectativas generadas por la espera tan larga, sobre todo si se trata de continuaciones a proyectos relativamente pequeños que parecía que no la necesitaban. Un escenario lleno de dudas al que Wyrmwood: Apocalypse tenía que enfrentarse y del cual afortunadamente sale avante de la mejor manera en la que podía hacerlo.

Esto porque Roache-Turner no intenta cambiar nada de lo que hizo efectiva a la Wyrmood de 2015 y en lugar de contarnos una historia súper elaborada mejor opta por magnificar la sangre y las escenas de acción over the top que se volvieron tan características, aunque añadiendo ciertos detalles nuevos que sirven como conductores de los sucesos. 

Algo que tal vez no sea tan memorable como en la anterior ante la falta de sorpresa, pero que sigue resultando sumamente efectivo debido a que vuelve el ritmo muy dinámico desde el primer acto y al conocer ya las reglas de este mundo apocalíptico no se necesitan dar demasiadas explicaciones para justificar las acciones de los personajes. Lo cual sin duda beneficia particularmente a todo el tema del Cirujano, quien en esta ocasión obtiene un rol más determinante y por medio de sus caprichos se construye todo un conflicto que va escalando en cuanto al nivel de violencia. 

Permitiendo así que toda la segunda mitad del filme se pueda manejar por medio del caos y mucha acción al exponer nuevamente los alcances de los poderes de Brooke, quien después de estar un tanto desaparecida vuelve a obtener protagonismo por medio de situaciones que además dejan entrever su inestabilidad que en algún punto puede tener graves consecuencias para quienes la rodean. 

Llevándonos con esto a una parte final llena de explosiones, zombies y peleas que ejemplifican todo lo que es Wyrmwood de manera satisfactoria. Proporcionando mucha fuerza e impacto visual a lo bestia, aunque también se preocupan por dejar un desenlace con cierto drama que ayude a establecer más potenciales secuelas.

De las actuaciones se puede decir que todas están bien considerando el tipo de película que es y para el nivel de exageración que los personajes necesitan tener sin caer tan fácil en una simple caricatura. Mientras que en producción tenemos una factura cuidada: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte es simple, el score cumple, el trabajo de sonido es sólido, los efectos (tanto prácticos como CGI) son de buena calidad y la labor de maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Wyrmwood: Apocalypse está entretenida. Secuela para divertirse viendo mucha acción y sangre.

Ojometro:
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viernes, 25 de marzo de 2022

Crítica: Studio 666 (2022)

Película dirigida por BJ McDonell (Hatchet III), cuyo guión fue co-escrito por Jeff Buhler y Rebecca Hughes basándose en una historia pensada por Dave Grohl. Se estrenó de manera limitada en cines dentro de los Estados Unidos a finales de febrero, mientras que en México hizo lo propio el pasado 17 de marzo.

Sinopsis:

En 2019 la legendaria banda de rock Foo Fighters se muda a una mansión con un oscuro pasado para encontrar inspiración y grabar su tan anticipado décimo álbum.


Comentarios generales:

Cuando se anunció que los Foo Fighters harían una película de terror no sabía cómo reaccionar, siempre he sido fan de su música y por algunos de sus videos se podía intuir que Dave Grohl y compañía siempre habían tenido curiosidad por actuar. Sin embargo, una cosa es hacer videos de cuatro minutos y otra muy distinta es realizar un largometraje con todo lo que eso conlleva, así que las probabilidades de que Studio 666 fuera un desastre eran altas; aunque para mi sorpresa y beneplácito fue todo lo contrario.

Esto porque lo presentado BJ McDonell es una película simple que no trata de reinventar nada y no oculta en lo absoluto cuáles son sus fuentes de inspiración (Evil Dead, The Burning) para contarnos una historia que utiliza todos los clichés conocidos cuando se une el terror con el rock, pero bajo un tono cómico que jamás resulte extremadamente absurdo.

Ya que aunque el humor forma parte importante del desarrollo, lo cierto es que nos encontramos ante algo mucho más elaborado de lo que se pudiera imaginar y por ende para llegar a la parte caótica se tarda un poco, sobre todo porque si se le da su respectivo espacio al tema del bloqueo mental de la banda. Lo cual afortunadamente en ningún momento te resulta aburrido de ver gracias a que la dinámica entre sus integrantes siempre es entretenida y los destellos existentes con respecto al pasado de la casa son lo suficientemente bien manejados como para ir proporcionando momentos que resalten desde el lado visual.

Todo para llevar a una segunda mitad que eleva el nivel de violencia y sangre en pantalla de manera considerable bajo un concepto de posesión muy sencillo con el que también se juega un poco con la fama que tenía Grohl de ser muy exigente en sus grabaciones hace años atrás. Logrando así un ritmo ágil que nunca vuelve a disminuir y sobre todo varias muertes espectaculares que proporcionan el impacto necesario para que la amenaza se sienta como algo importante sin que se deje de lado el aspecto cómico.

Ante esto tenemos una parte final que le brinda un buen cierre al tema de la posesión por medio de uno de los exorcismos más peculiares e improvisados de la historia. Aunque lamentablemente también se extienden las acciones de manera innecesaria para añadir algo que, si bien proporciona más gore, se siente un tanto forzado.

Sobre las actuaciones es claro que ninguno de los miembros de la banda es actor, pero se nota que todos están bastante comprometidos con el proyecto y logran sacar adelante las cosas. Mientras que la presencia de Whitney Cummings (Samantha) y Jeff Garlin (Jeremy Shill) resulta agradable.

En cuanto a producción tenemos una factura cuidada considerando las limitantes: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte cumple, cuenta con un gran score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos prácticos son bastante buenos (los de CGI no tanto) y la labor de maquillaje es adecuada.

Opinión final: Studio 666 me gustó. Película divertida con pretensiones claras que se puede disfrutar siendo o no fan de los Foo Fighters.

Ojometro:
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lunes, 21 de febrero de 2022

Crítica: Texas Chainsaw Massacre (2022)

Secuela directa del clásico de 1974 dirigida por David Blue García, cuyo guión fue escrito por Chris Thomas Devlin. Se estrenó a nivel mundial el pasado 18 de febrero por medio de Netflix.

Sinopsis:

Tras casi 50 años de mantenerse escondido, Leatherface regresa para aterrorizar a un grupo de amigos idealistas que de manera accidental perturban su refugio en un remoto pueblo abandonado de Texas.


Comentarios generales:

Estamos en un periodo muy interesante en el que casi todas las franquicias legendarias sin problemas legales están viendo un renacer para que las nuevas generaciones las conozcan a estas y, sobre todo, a sus icónicos asesinos. Así que no es de extrañar que Texas Chainsaw Massacre se subiera a ese tren, es una decisión de negocios lógica y con esta nueva entrega logra dicho cometido a la perfección, aunque con un enfoque mucho menos meticuloso que otros trabajos con un propósito similar y sin aspiraciones de agradar a gente que nunca ha disfrutado del género.

Y es que lo que nos trae García es un slasher puro y duro con el que no pretenden reinventar el subgénero o incluir temas forzados para no ofender a nadie; ni mucho menos expandir de manera profunda lo ya conocido dentro de la franquicia. Más bien su propósito principal es ofrecer un espectáculo lleno de brutalidad y sangre que posicione a Leatherface como una amenaza de otro nivel.

Algo que ciertamente consiguen con honores sacrificando mucha sustancia, sobre todo durante unos primeros minutos que no son muy interesantes gracias a que están llenos de diálogos u actitudes de los jóvenes protagonistas que rápidamente harán decantarte por el lado de nuestro asesino y además porque que apenas se hace referencia a lo ocurrido en la película original. Sin embargo, afortunadamente no tiene que pasar mucho tiempo para que eso se quede en un segundo plano con el inicio del frenesí de muertes debido a que desde la primera se vuelve claro que aquí lo más importante será conseguir el mayor impacto visual posible por medio del gore y un trabajo de fotografía que le da mucha personalidad a un pueblo que en cuanto a espacio no es tan grande.

Una particularidad que el director también aprovecha para construir algunos momentos de suspenso que preparen el camino hacia una segunda mitad frenética que, a pesar de su predictibilidad, resulta magnética y te tiene esperando cada locura sin aburrirte un solo instante. En especial porque es en esta parte cuando se tienen los momentos más espectaculares y el conteo de cuerpos sube como la espuma, elevando de manera progresiva la violencia mientras se va insertando un elemento de venganza muy a lo "Halloween" que hasta este punto se había mantenido como algo secundario y que lamentablemente nunca se siente bien explotado.

Lo cual lleva a una parte final que se centra en dicho conflicto, aunque su desarrollo no es tan predecible como todo lo anterior. Proporcionando así un nivel de shock agradable y las dosis de sangre estables mientras se construye un cierre intenso que deja claro que este puede ser solo el comienzo para una nueva serie de entregas de TCM.

Sobre las actuaciones no hay mucho que decir, básicamente todo el elenco joven está pensado para ser odioso y sus personajes son más que nada sacos de carne para que Leatherface se luzca de las maneras más brutales posibles con ellos. Mientras que Olwen Fouéré como Sally Hardesty no lo hace mal, pero se siente totalmente desaprovechada.

En cuanto a producción es donde brilla completamente: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte está bien cuidada, cuenta con un buen score, el trabajo de sonido es impecable, los efectos están muy bien hechos y la labor de maquillaje es de primer nivel.

* Cuenta con una escena post-créditos

Opinión final: Texas Chainsaw Massacre está divertida. Slasher como los de antaño que no oculta sus intenciones en ningún momento y con el que pasarán un buen rato si saben apreciar eso.

Ojometro:
***

viernes, 21 de mayo de 2021

Crítica: Spiral: From the Book of Saw (2021)

Novena entrega de la franquicia, la cual cuenta con el regreso tras la cámara de Darren Lynn Bousman (Saw II, III, IV) y cuyo guión fue co-escrito por Josh Stolberg y Peter Goldfinger. Se estrenó en cines en México y Estados Unidos el 13 y 14 de mayo respectivamente, recaudando hasta la fecha $10.8 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Trabajando bajo la sombra de su padre, el detective Ezekiel Banks (Chris Rock) y su novato compañero se hacen cargo de una escalofriante investigación que involucra unos terribles asesinatos que recuerdan de manera inquietante el espantoso pasado de la ciudad.


Comentarios generales:

Creo que una de las sorpresas más grandes de los últimos años fue enterarnos que un comediante como Chris Rock era el principal interesado en darle nueva vida a la franquicia de Saw después de que esta parecía haber quemado su último cartucho en 2017 con “Jigsaw”. Simplemente resultaba una combinación muy extraña que pasó de ser rumor a toda una realidad y con ello se le dio vida a Spiral, la entrega que más expectativas ha generado desde hace bastante tiempo.

Aunque la verdad dudo que esta secuela (cuasi spin-off) traída por Bousman logre satisfacer a todo el mundo debido a que se trata de una historia que tiene elementos característicos de Saw y a la misma vez, por grandes lapsos, no sientes que estés viendo una película de Saw.

Más que nada porque en esta ocasión se le da más relevancia al tema detectivesco y, sobre todo, a la crítica social que involucra el abuso policiaco. Lo cual le brinda cierta sustancia pero hace que la violencia quede en un plano secundario mientras se explotan los conflictos que giran alrededor del detective Banks con porcentajes de efectividad variados, ya que lo mismo pueden añadir tensión a las interacciones con otros policías como generarte una sensación de extrañeza gracias a que resulta complicado comprar a Chris Rock bajo este tipo de personaje.

Obviamente con esto no quiero decir que no existan las clásicas muertes que proporcionan el gore porque si las hay, pero más que nada se utilizan como complemento para que el ritmo de la película nunca se vuelva pesado. Algo que sin duda es benéfico para el visionado; sin embargo, una vez que ocurre un evento en particular durante el segundo acto es prácticamente imposible el no descifrar quien está detrás de los asesinatos y a partir de ahí las cosas se tornan sumamente aburridas ante su predictibilidad, al grado de que ya nada puede causar impacto y con ello el misterio como tal pierde relevancia.

Problemática que logran contrarrestar un poco durante la parte final por medio de las que son las muertes con la producción más elaborada de todas para añadir unos visuales llamativos. Lo malo es que el desenlace como tal resulta muy flojo, realmente nunca sientes la tensión que debería de generar tal evento y el cierre en general pone en duda la longevidad del planteamiento sobre los policías (de ahí que parezca más un spin-off que una secuela).

Sobre las actuaciones, tal como lo mencione antes, resulta muy difícil comprar a Chris Rock bajo un papel como este. No es que lo haga mal, pero jamás logra alcanzar el nivel de intensidad necesario y eso se acentúa mucho más cuando el resto del elenco en la mayoría de los casos solo está de adorno.

En cuanto a la producción tenemos lo habitual con la franquicia: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido es impecable y todo lo referente a efectos/maquillaje es de primer nivel.

Opinión final: Spiral es decepcionante. Entrega que le dará nueva vida a la franquicia, aunque dudo que se vuelva una de las favoritas de los fans.

Ojometro:
**

viernes, 19 de febrero de 2021

Crítica: Willy's Wonderland (2021)

Película dirigida por Kevin Lewis y escrita por G.O. Parsons. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 13 de febrero, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 13 de abril.

Sinopsis:

Un callado hombre solitario (Nicolas Cage) se ve obligado a tomar un trabajo como conserje por una noche en el ahora condenado salón de fiestas Willy’s Wonderland. Aunque su jornada laboral pronto se convertirá en una batalla por sobrevivir contra un grupo de diabólicos animatrónicos en la que solo habrá un ganador.


Comentarios generales:

Vivimos en una época en la que las redes sociales y los sitios web que recopilan críticas para determinar una calificación han provocado que todo se limite a ser catalogado como una obra maestra o una basura que no vale la pena. Los puntos medios simplemente ya no existen y gracias a eso cada vez vemos menos películas que se atrevan a ser solo un entretenimiento pasajero sin grandes pretensiones, lo cual es justo lo que Willy's Wonderland aspira ser.

Objetivo que sin duda alcanza de manera satisfactoria debido a que lo que nos presenta Lewis es un filme que nunca se toma en serio y de hecho trata de ser lo más over the top posible por medio de una premisa realmente simple. En donde lo llamativo recae evidentemente en los animatrónicos asesinos, pero también en el hecho de tener a un protagonista que no dice ni una sola palabra y que desde el primer instante lo establecen como un héroe de acción cuasi ochentero cuyo extraño comportamiento contrasta con el entorno en el que se encuentra o las tareas tan banales que realiza.

Una combinación que sirve perfectamente para construir una experiencia llena de acción, peleas y violencia con mucha sangre (o aceite) en la que el ritmo se vuelve frenético, aunque se complementa con ciertas pausas que tienen una razón de ser. Además de que con el pasar de los minutos no solo se añaden a las acciones más personajes para incrementar la carnicería, sino que también se empieza a revelar un poco más sobre la historia de Willy’s Wonderland para responder así algunas de las preguntas principales y hasta cierto punto brindar un toque siniestro con respecto a todo lo que rodea a dicho lugar.

Provocando así que la película fluya sin demasiados contratiempos y se llegue en un suspiro a una última media hora que no desentona. En la que se eleva un poco más el nivel de impacto con alguna que otra muerte espectacular y se nos brinda un enfrentamiento final entretenido en el que la naturaleza ridícula y exagerada de la propuesta alcanza su nivel máximo para dejar un cierre que se siente muy adecuado a pesar de que probablemente muchos se queden algo frustrados con respecto a la identidad del personaje principal.

En el tema de las actuaciones Nicolas Cage vuelve a hacer lo suyo y cumple perfectamente con su rol a pesar de la ausencia de diálogos, manejando todo con puras expresiones faciales y algún grito pasajero. Con respecto a la producción, es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte está impecable, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje no es muy compleja y los efectos en su mayoría están bien hechos, salvo por cierto uso de CGI en determinados momentos.  

Opinión final: Willy's Wonderland es muy divertida. Película absurda y sangrienta para pasar un buen rato. 

Ojometro:
****

martes, 24 de noviembre de 2020

Crítica: Triggered (2020)

Producción sudafricana dirigida por Alastair Orr (From a House on Willow Street), cuyo guión fue escrito por David D. Jones. Se estrenó directamente en VOD dentro de Canadá y los Estados Unidos el pasado 6 de noviembre, mientras que su salida en formato físico está programada para el próximo 29 de diciembre.

Sinopsis:

Después de una noche de fiesta dentro del bosque, nueve amigos se despiertan con unas bombas atadas a sus cuerpos. Desconcertados y sin saber qué hacer, todos deciden trabajar en equipo para encontrar una solución… hasta que descubren que la única forma de sobrevivir es matándose entre ellos.


Comentarios generales:

Vivimos en una época en donde pareciera que está mal realizar películas que utilicen fórmulas simples para entretener a la audiencia. Un fenómeno que no es algo exclusivo del género de terror, sino de la industria en general, pero aquí se suele magnificar por diversas razones y como consecuencia muchos trabajos son ignorados sin importar si el producto final es uno mucho más agradable de lo que se esperaría. Tal como es el caso con Triggered.

Una propuesta a la que desde un inicio se le etiquetó como un simple clon de Saw por su temática, aunque la verdad cuenta con los suficientes elementos para tener una identidad propia sin negar su fuente de inspiración. 

En gran medida porque Alastair Orr se toma todas las libertades necesarias para ofrecer la experiencia más caótica y sangrienta posible, donde salvo por los primeros 15 minutos todo lo demás es un recorrido lleno de violencia y desesperación por medio de un juego que utiliza el tiempo como la excusa perfecta para reflejar el sentido de urgencia desde muy temprano. Lo cual sin duda es un concepto simple, pero que garantiza que las acciones cuenten con un ritmo frenético en todo momento y las muertes con una justificación sólida que además explote el tema de las mentiras o las relaciones frágiles existentes dentro de este grupo de amigos. 

Quienes conforme van pasando los minutos revelan su verdadera cara y con ello se logran construir situaciones intensas que para el segundo acto ofrecen buenos momentos de impacto, aunque también algunos otros un tanto fastidiosos que caen en la repetitividad e incluso en ciertos sentimentalismos que resultan medio bobos ante la apremiante situación que están viviendo.

Detalles que afortunadamente no afectan a una parte final que resulta por demás disfrutable. Ya que aquí no solo se contesta la principal duda de todas, sino que además se eleva el nivel de violencia para llevar así a un conflicto definitivo que entre su predictibilidad logra ofrecer cierta sorpresa y en términos generales un cierre gratificante.

En cuanto a las actuaciones todo el elenco cumple con el nivel de intensidad necesario para este tipo de historia y es difícil decir que alguien resalta por encima del resto. La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía cumple, el score es sólido, el trabajo de sonido es bastante bueno y los efectos están bien hechos.

Opinión final: Triggered me gustó. Película simple y sangrienta que les hará pasar un buen rato.

Ojometro:
****

martes, 15 de septiembre de 2020

Crítica: The Babysitter: Killer Queen (2020)


Secuela dirigida por McG (The Babysitter), quien ahora comparte créditos como co-escritor del guión junto a Dan Lagana, Brad Morris y Jimmy Warden. Se estrenó directamente en Netflix el pasado 10 de septiembre.

Sinopsis:

Dos años después de que Cole (Judah Lewis) sobreviviera al ataque del culto satánico, ahora él vive otra pesadilla: la escuela secundaria. ¿Y los demonios de su pasado? Bueno… todavía siguen haciendo de su vida un infierno.



Comentarios generales:

The Babysitter fue una de las grandes sorpresas de 2017, la cual además catapultó a su protagonista como alguien a seguir dentro del género. Así que cuando se anunció una secuela nadie se sorprendió y en general la respuesta fue muy positiva ante la noticia; sin embargo, el que no estuviera de vuelta el guionista original generaba algunas dudas gracias a que eso por lo regular trae consigo cambios que pueden terminar resultando contraproducentes, pero con Killer Queen no fue así.

Esto porque McG logra mantener en un 80% la esencia del primer filme por medio de un humor totalmente exagerado y muchos litros sangre, donde el cambio más evidente es la integración de muchas referencias a películas o de la cultura pop.

Una combinación que durante el primer acto puede generar cierto desconcierto debido a que por varios lapsos pareciera que estás viendo una película de “American Pie” y no una sobre un culto satánico. Aunque en cierta forma este enfoque tiene sentido considerando que ahora el centro de atención es la complicada adolescencia de Cole y su relación platónica con Melanie, lo cual obliga a dejar en un segundo plano momentáneo lo ocurrido con Bee para poder desarrollar de manera consistente dicha dinámica.

Afortunadamente este periodo donde el humor puede resultar un problema no es suficiente como para arruinar la experiencia gracias a que el ritmo de las acciones es bastante ágil y no te aburres, además de que no tiene que pasar demasiado tiempo para que se desate la locura en donde las mayores virtudes del filme salen a relucir. Ya que una vez que aparecen los personajes que supuestamente estaban muertos la sangre brota por montones y el director no se guarda nada al momento de generar impacto, haciendo de la mayoría de las muertes un show bastante divertido ante lo gráficas que resultan y por las propias situaciones que llevan a estas.

Dejando así todo puesto para una parte final de la que no puedo profundizar demasiado por riesgo a soltar spoilers, pero que en términos generales es efectiva a pesar de que dura unos diez minutos de más. En la que se mantiene intacto el tema del shock visual y se tiene la capacidad de ofrecer algo sorpresivo.

En cuanto a las actuaciones hay que decir que Judah Lewis logra presentar una buena evolución de su personaje al mantener su lado nerd intacto, pero complementándolo con una fase paranoica que nunca resulta exagerada; mientras que Emily Alyn Lind (Melanie) y Jenna Ortega (Phoebe) son el complemento ideal desde distintas perspectivas. Igualmente hay que resaltar que todos los secundarios que regresan siguen igual de hilarantes; especialmente Robbie Amell (Max) tiene algunos diálogos/momentos muy graciosos.

La producción es igual de sólida como en la película de 2017: cuenta con un buen trabajo de fotografía, la dirección de arte es simple, el score funciona bastante bien, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje cumple y los efectos son incluso más espectaculares, sobre todo los prácticos.

* Cuenta con una breve escena a la mitad de los créditos

Opinión final: The Babysitter: Killer Queen está entretenida. No se encuentra al nivel de la primera entrega, pero mantiene la esencia para que se pueda pasar un buen rato.

Ojometro:
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viernes, 14 de agosto de 2020

Crítica: Becky (2020)


Película dirigida por Jonathan Milott y Cary Murnion (Cooties), cuyo guión fue escrito por la tripleta conformada por Nick Morris, Ruckus Skye y Lane Skye. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 5 de junio, aunque todavía no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

El fin de semana de Becky (Lulu Wilson) con su padre en la casa del lago se convierte en un auténtico infierno cuando un grupo de convictos en fuga les realizan una inesperada visita.



Comentarios generales:

El año pasado vimos a Dannis Quaid salirse de su zona de confort para adentrase en el género de terror y este año tocó el turno de Kevin James, un actor que incluso generaba más sorpresa considerando que toda su trayectoria se ha centrado en la comedia. Por eso mismo es que Becky resaltaba por encima del resto de las películas en esta época carente de estrenos de peso, él era el mayor punto de venta; sin embargo, al final su presencia se puede decir que resultó meramente anecdótica.

Y es que lo que nos regalan Milott y Murnion se podría describir como la “Home Alone” del cine de terror, donde realmente todo lo importante recae en su joven protagonista y lo demás termina siendo secundario.

Esto por medio de una historia de invasión que es bastante simple en su estructura y cuyo inicio no es precisamente emocionante debido a que más que nada se centra en el escape de los presos y, sobre todo, en lo frágil que es emocionalmente hablando el personaje de Becky. Quien inclusive durante el primer acto queda parada como alguien un tanto desagradable en medio de una dinámica familiar muy frágil que te brinda el suficiente contexto para entender los motivos detrás de su comportamiento.

Lo realmente destacable inicia pasando los 30 minutos de metraje, ya que es cuando el conflicto adquiere unos tintes mucho más violentos y se le da más juego a los convictos; en especial al personaje de Dominick. Cuyas motivaciones realmente son vagas y terminan generando un problema a largo plazo, pero que para propósitos de impacto visual llevan las cosas a terrenos sumamente convenientes debido a que aquí no se guarda nada en lo que respecta a la sensibilidad del espectador, haciendo poco a poco que Becky se vaya convirtiendo en una maquina asesina con la cual disfrutas ver cómo resuelve de manera perturbadoramente creativa un problema en el que tiene una desventaja evidente.

Todo bajo un ritmo dinámico que se traslada hasta una parte final que encontré bastante disfrutable gracias a la intensidad con la que se maneja y porque no escatiman en nada para generar impacto. Aunque definitivamente si te quedas con cierta sensación de vació con respecto a un detalle en especifico (la llave) debido a que básicamente es por esto que se desencadena todo y no responden la pregunta fundamental que conlleva.

En cuanto a las actuaciones, quien se lleva todos los reflectores es Lulu Wilson. Tal vez no con el personaje más complejo que existe, pero si al que logra sacarle el máximo provecho por medio de un comportamiento violento (incluso sádico por momentos) con el cual puedes llegar a sentir mucha empatía y que de alguna forma logra que no cuestiones tanto la credibilidad de sus enfrentamientos físicos con tipos mucho más grandes que ella.

La producción es de buena factura: el trabajo de fotografía es sólido, la dirección de arte básica, cuenta con un score adecuado, el trabajo de sonido no tiene fallos, la labor de maquillaje resulta efectiva y los efectos están muy bien hechos para añadir un nivel de shock que resulta fundamental en el filme.

Opinión final: Becky me gustó. Película simple, pero muy violenta que te deja claro que Lulu Wilson puede llegar a ser alguien importante dentro del género los próximos años.

Ojometro:
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martes, 4 de agosto de 2020

Crítica: Blood Quantum (2020)


Película escrita y dirigida por Jeff Barnaby, quien hace su primera incursión dentro del género. Se estrenó en VOD dentro de Canadá y los Estados Unidos durante el mes de abril, mientras que su salida en formato físico está confirmada para el próximo 1 de septiembre.

Sinopsis:

Es 1981 y los muertos andan volviendo a la vida dentro de la aislada reserva Mi'kmaq en Red Crow, a excepción de sus pobladores nativos que por alguna extraña razón son inmunes a la plaga zombie.  



Comentarios generales:

Ya he manifestado en ocasiones anteriores que el cine de zombies es de mis favoritos debido a que difícilmente me aburre, esto a pesar de que lleva toda una década siendo exprimido como pocos. Obviamente esto no quiere decir que todas las películas me gusten y es claro que la falta de creatividad ha vuelto cada vez más complicado que generen gran interés entre los fans gracias a lo habituales que resultan, pero de vez en cuando salen trabajos que valen la pena y tristemente pasan de noche, tal como es el caso de Blood Quantum.

Una propuesta traída por Barnaby que, si bien cuenta con elementos característicos que se pueden ver en cualquier historia de zombies, también trata de poner sobre la mesa ciertas cosas que le puedan dar un sello distintivo. Y para ello se sustenta en una idea tan simple como la inmunidad de una determinada población con la cual no solo se establece un conflicto de “ellos contra nosotros” en un escenario apocalíptico, sino que además sirve como un tipo de analogía sobre la extinción de los pueblos indígenas gracias a la invasión del hombre blanco.

Aunque afortunadamente esto no está tan politizado como parece; de hecho, ni siquiera existe una intención clara sobre explotar dicho mensaje y eso se puede comprobar durante una primera media hora en la que se establece más que nada un drama entre determinados personajes que planta la semilla para los conflictos que están por venir. Haciendo de esta parte ciertamente la menos atractiva debido a que en este punto el ritmo no es precisamente el más ágil y el inicio del caos se tarda en llegar, a pesar de que siempre está presente la amenaza.

Es pasando los treinta minutos del metraje cuando las acciones se tornan violentas y se empieza a construir poco a poco una atmósfera que logre reflejar de mejor manera el deplorable estado de la humanidad, además de profundizar en las problemáticas de raza. Todo mientras también se va aumentando el nivel de violencia gracias a un impecable trabajo de efectos prácticos que proporcionan el shock visual necesario para solidificar la parte de terror que hasta este punto no había sido tan marcada.

Dejándonos así una parte final que en términos generales es agradable. Por ahí se puede argumentar que hay cosas que se desarrollan de manera un tanto acelerada y por lo mismo el conflicto familiar no resulta tan intenso como debería, pero la sangre y la acción hacen que sea lo suficientemente entretenida como para que esto no afecte demasiado. Además de que el cierre no se va por el camino feliz.

En el tema de las actuaciones realmente el elenco (conformado en un 95% por actores nativos) me resultó bastante desconocido, pero en su conjunto logran realizar una labor muy sólida que le da una identidad plena al filme. Mientras que en la producción las cosas son de calidad: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte está bien cuidada, el score cumple, el trabajo de sonido es limpio, la labor de maquillaje resulta efectiva y los efectos prácticos son sin lugar a dudas uno de los puntos fuertes de toda la película al ser de primer nivel.

Opinión final: Blood Quantum me gustó. Película de zombies con mucha sangre y una temática que la hace alejarse un poco del resto. 

Ojometro:
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