jueves, 26 de marzo de 2015

Crítica: A Girl Walks Home Alone at Night (2015)


Producción estadounidense hablada completamente en persa que significa el primer largometraje para la directora Ana Lily Amirpour, quien además es la guionista. Obtuvo notoriedad en el Festival de Sundance del 2014, pero no fue sino hasta este pasado 20 de marzo que se estrenó vía VOD; además tiene planeada su salida en formato físico durante el mes de abril.

Sinopsis:

Una historia de amor entre dos almas torturadas en el pueblo iraní llamado BAD CITY… un lugar que huele a muerte y soledad; donde un solitario vampiro se aprovecha de los habitantes más depravados para saciar su sed de sangre.



Comentarios generales:

“Un nuevo clásico del género de vampiros”, “Lo mejor que le ha pasado a los vampiros desde Let the Right One In”, “Una obra maestra”. Estas son solo algunas de las opiniones que leí desde que se exhibió en Sundance, así que mis expectativas se encontraban por las nubes y las peculiaridades que la envuelven (dirigida por una mujer, dónde se lleva a cabo, el idioma) solo hacían que aumentaran; vamos… esperaba algo en verdad espectacular, pero después de una hora y media no lo pude encontrar.

A Girl Walks Home Alone at Night es un trabajo que inmediatamente te deja claro que es poco común y que no existe algo similar por ningún lado debido a que Amirpour juega de manera muy inteligente con el aspecto visual al utilizar ciertas técnicas con la cámara para hacerte sentir que no solo estás viendo una película, sino también un secuencia de imágenes estáticas que, gracias al uso del blanco y negro, resultan absorbentes. Algo que sin duda ayuda a darle un toque único porque es en base a esto que se logran construir casi en su totalidad los contados momentos de terror genuino para respaldar lo que en esencia es una historia de “amor” muy simple; en la cual todo se desarrolla de manera lenta, centrándose principalmente en lo raro y deprimente que rodea a Bad City.

Lo malo es que dicho desarrollo llega a un punto en donde te desesperas porque no pasa mucho, las cosas no avanzan y esto se acentúa con la poca relevancia que tienen el resto de los personajes secundarios (así como la integración de algunas escenas que no encajan); básicamente es una ciudad fantasma sin nada interesante más allá de su sanguinaria vigilante.

Ella es la que realiza todas las conexiones dentro de la historia y la naturaleza misma de su relación con Arash termina por desencadenar muchas preguntas sobre su extraño comportamiento debido a que a todas luces hay afecto por un humano cuyas acciones no son muy diferentes a las de aquellos que ha matado, pero por alguna razón con él se comporta de manera distinta.

El final te deja con la sensación de vacío. No esperaba acción o sangre considerando todo lo previo, pero si una conclusión más interesante que no solo se limitara a tratar con pinzas el extraño enamoramiento entre ambos protagonistas.

Las actuaciones están bien, Sheila Vand y Arash Marandi cargan con todo el peso de la película; siendo ella la que ofrece varios de los momentos más aterradores a base de expresiones. La producción no es llamativa, tiene efectos mínimos y en general la ambientación se puede apreciar muy poco; sin embargo, si tiene dos cosas que resaltan bastante: su fotografía y su score.

Lo primero ayuda a imprimir un aire de los años 30s dada su simpleza, mientras que lo segundo es una combinación de sonidos interesante que contrastan de buena manera con la eterna soledad presentada. 

Opinión final: A Girl Walks Home Alone at Night es una película complicada de valorar y definitivamente no es para todos. Hubo cosas que me gustaron pero el producto general simplemente no me convenció.

Ojometro:
***