lunes, 8 de agosto de 2016

Crítica: Satanic (2016)


Primer largometraje para el director Jeffrey G. Hunt, cuyo guión fue escrito por Anthony Jaswinski. La película se estrenó de manera limitada en cines y VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 1 de julio, pero todavía no hay información sobre cuándo podría salir en formato físico o sobre su llegada a otros mercados.

Sinopsis:

Mientras se dirigen al festival de Coachella, un grupo de amigos decide hacer una parada en Los Ángeles para realizar un tour en lugares donde ocurrieron famosos crímenes. Al inicio todo parece un simple pasatiempo absurdo, pero cuando se encuentran con una misteriosa chica su viaje pronto se convertirá en una auténtica pesadilla.



Comentarios generales:

Cuando una película se centra tanto en la imagen de una actriz (o actor) de cierto renombre por lo general mis dudas se incrementan porque eso suele ser señal de que no hay demasiado contenido que valga la pena. Obvio no ocurre siempre, pero en un género con tantas complicaciones para encontrar distribución digna es una práctica habitual y con Satanic era tan evidente que me vi obligado a tener cero expectativas para no decepcionarme demasiado, lo cual terminó siendo inútil debido a que este es un trabajo tan malo que incluso al fan más ferviente de Sarah Hyland le costará trabajo digerir.

Esto porque se trata de una historia sin pies ni cabeza, la cual Hunt y Jawinski en un inicio pretenden volverla atractiva hablando sobre lugares verdaderos con un pasado oscuro, pero que realmente solo es una excusa para darle algo de sentido a lo que en esencia es un relleno de 30 minutos. Ya que las atracciones que visitan son únicamente dos y el resto del primer acto se limita básicamente a acciones por demás estúpidas por parte de un grupo de amigos que siguen todos los estereotipos conocidos, las cuales con el paso de los minutos se evidencia que no tienen ningún tipo de peso.

Es pasada la media hora y con la introducción de un nuevo personaje cuando las cosas adquieren un tinte más oscuro, donde la aparición de un pentagrama le da sentido al aparente tema satánico que se maneja y se proporciona la que es la escena más freak de toda la película. Básicamente es a partir de aquí cuándo el ritmo se vuelve ligeramente más ágil y el director recurre a elementos simples para generar así momentos de suspenso que ayuden a solidificar la maldición en la que se ven involucrados los personajes, sin importar si cuentan con un sustento sólido como para llevarse a cabo.
 
La parte final es un total caos. Por simple sentido común uno sabe que lo que les ocurre tiene que ver con el pentagrama; sin embargo, nunca se te brindan los suficientes detalles para redondear todo este tema y como resultado lo que ves es una secuencia genérica llena de gritos que no tiene el más mínimo sentido, al grado de que ni siquiera un momento visualmente impactante es capaz de dejarte con un buen sabor de boca para cuando aparecen los créditos.

Las actuaciones son espantosas de inicio a fin, aunque en defensa de los actores también debo de decir que contaban realmente con muy poco como para poder ofrecer algo decente. La producción es probablemente lo que más se salva: el trabajo de fotografía por momentos es bueno, la dirección de arte no resalta, el score no aporta mucho, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y el maquillaje muestra buenas cosas en los últimos minutos.

Opinión final: Satanic es muy mala. Un total desperdicio de tiempo que sin duda deben evitar a toda costa.

Ojometro:
*