jueves, 8 de diciembre de 2016

Crítica: Underworld: Blood Wars (2016)


Quinta entrega de la franquicia, la cual significa el debut tras la cámara de Anna Foerster y cuyo guión fue escrito por Cory Goodman. Se estrenó en cines dentro de México y otros países durante el fin de semana pasado, logrando una recaudación inicial de $19.2 millones de dólares en taquilla. En Estados Unidos saldrá hasta enero de 2017.

Sinopsis:

Selene (Kate Beckinsale) se mantiene huyendo de los constantes ataques de los Lycans y la facción de vampiros que la traicionó para proteger a su hija. Sin embargo, gracias a la interminable guerra entre ambos bandos, ella se verá forzada a tratar de terminarla; incluso si eso significa realizar el máximo sacrificio.



Comentarios generales:

Debo de confesar que cuando se trata de la franquicia de Underworld lo que busco ya no es tanto películas de altísimo calibre, sino más bien películas que me hagan pasar un rato divertido considerando cual ha sido su tirada desde la segunda entrega. Por lo tanto, en el caso de Blood Wars mis expectativas no eran muy altas; de hecho, su confusa producción (originalmente iba a ser un reboot) no me daba grandes esperanzas, pero al final me encontré con un trabajo aceptable que añade lo suficiente como para justificar una sexta entrega.

Algo que ciertamente en un inicio no parecía muy probable debido a que Foerster y Goodman arrancan de manera precavida, conectando los hechos actuales con los de la película anterior para no confundir al espectador y a partir de ello seguir la misma dinámica que hemos visto todos estos años que gira en torno a la traición. Un aspecto que ciertamente afecta debido a que el primer acto es casi una calca de la primera entrega en muchos sentidos, obvio con algunas variaciones, pero básicamente es un regreso al pasado que ya vimos muchas veces y que no añade nada llamativo; provocando así que la primera mitad sea un tanto tediosa.

Afortunadamente esto cambia ya entrados en el segundo acto, más concretamente por la presentación de unos nuevos vampiros que no solo se salen por completo de la estética gótica habitual, sino que también trasladan las acciones a otro escenario que visualmente brinda cierto aire fresco; además de que es por medio de estos que se empiezan a revelar secretos importantes. Lo cual genera una dinámica más agradable y un ritmo que para algunos puede resultar un tanto acelerado porque ciertos sucesos se realizan de manera muy rápida; aunque estos en general terminan brindando más profundidad a la historia.

La parte final la encontré entretenida. Es una batalla a gran escala que tal vez no sea tan épica como se esperaba, pero que cumple en cuanto a la acción, despliegue de efectos, la sangre y las peleas, así como en cerrar por fin un capítulo e iniciar otro que me imagino dará vida a lo que sea que tengan pensado para la siguiente entrega.

De las actuaciones realmente nada cambia con respecto a lo que hemos visto anteriormente: Beckinsale sigue en su línea y Charles Dance solo hace una aparición limitada. La producción como siempre es de buena factura: el trabajo de fotografía es bueno, la dirección de arte bien cuidada, el score está ok, el trabajo de sonido es impecable, el maquillaje no presenta grandes cambios y los efectos son bastante buenos considerando el uso importante de CGI.

Opinión final: Blood Wars es una película palomera. Realmente solo es para aquellos que son fans de la franquicia o quienes buscan entretenimiento sin complicaciones.

Ojometro:
***