lunes, 26 de junio de 2017

Crítica: Life (2017)


Película dirigida por Daniel Espinosa, cuyo guión fue co-escrito por Rhett Reese y Paul Wernick. Se estrenó en cines a nivel mundial durante el pasado mes de marzo, recaudando $99.7 millones de dólares en taquilla; mientras que su salida en formato físico se dio el 20 de junio.

Sinopsis:

Un equipo de científicos a bordo de la Estación Espacial Internacional rescata una cápsula con muestras sustraídas de Marte con la esperanza de poder encontrar evidencia de vida en aquel planeta. Para su alegría, una de las muestras contiene lo que tanto habían soñado, aunque con el paso de los días dicho organismo se volverá más inteligente y letal de lo que hubieran imaginado.



Comentarios generales:

En un año en el que iba a salir una nueva entrega de Alien probablemente nadie hubiera estrenado una película sobre un organismo extraterrestre a bordo de una nave en el espacio, para cualquiera eso hubiera sido la peor idea de todas, salvo por la gente de Columbia Pictures. Gracias a esto Life pasó de largo para muchas personas durante su periodo de exhibición (entre las que me incluyo), ya que simplemente parecía un trabajo hecho para aprovecharse de la popularidad de otro, pero al final lo que me encontré fue algo mucho más entretenido de lo que esperaba.

Evidentemente lo que nos trae Espinosa no es algo que vaya a recibir muchos elogios por su originalidad, pero desde un inicio se puede notar el cuidado que se tuvo para tratar de hacer esta historia lo más realista posible desde el lado científico. Un aspecto que sin duda puede ser problemático para muchos debido a que gracias a esto los primeros 25 minutos avanzan de manera lenta y se centran principalmente en los cuestionamientos clásicos sobre cómo tratar un descubrimiento tan importante que puede ser potencialmente peligroso para el futuro de la humanidad; aunque, igualmente, es en base a estos conflictos que la película empieza a obtener una atmósfera tensa que explota por completo cuando se pone en manifiesto que el alíen  (Calvin) es una verdadera amenaza.

A partir de ahí el ritmo se incrementa de manera considerable porque se empiezan a dar las persecuciones obligatorias, centrando gran parte en la acción, pero también integrando elementos visuales que le añaden un impacto mucho mayor a las muertes. Sin embargo, el verdadero encanto viene con el hecho de que estos humanos tan inteligentes son puestos en peligro de manera convincente; no son las victimas promedio y sus respuestas ante situaciones adversas son las adecuadas, pero Calvin es mucho más inteligente como para hacerlos parecer unos ineptos y con ello hacer que cada situación presentada resulte agobiante. Lo cual se incrementa cuando se le añade el factor de que todo se realiza sin gravedad, limitando así su margen de maniobra en una instalación de por si delicada.

La parte final me agradó a pesar de ser algo predecible. Está bien manejada y el director logra crear un aire de desesperanza bastante importante para los científicos ante este alíen prácticamente indestructible, logrando con esto que el desenlace cuente no solo con momentos tensos, sino además con un nivel emocional más elevado del que te esperas.

Sobre las actuaciones la verdad es que, más allá de tener un elenco llamativo, nadie sobresale de manera importante y todas se quedan como correctas (Ryan Reynolds claramente fue usado por simple táctica promocional). La producción es de gran factura: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte en extremo cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido impecable y los efectos en general están muy bien hechos (salvo por cierta sangre generada con CGI).

Opinión final: Life me gustó. Definitivamente no es la película más original que se pueda encontrar pero es una buena opción para quienes no quedaron satisfechos con Alien: Covenant.

Ojometro:
****