sábado, 3 de junio de 2017

Crítica: The Secrets of Emily Blair (2017)


Primer largometraje del director Joseph P. Genier, cuyo guión fue escrito por Patricia Harrington. La película salió directamente en Netflix el pasado 9 de mayo, pero no hay información sobre si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

Desesperado por salvar a su prometida Emily (Ellen Hollman) de un demonio que ha tomado posesión de su cuerpo, William (Will Kemp) recurre a su sacerdote de toda la vida para que lo ayude.



Comentarios generales:

No diría que vivimos en una época en donde las películas sobre exorcismos están de moda porque ciertamente estas nunca han dejado de estar presentes, pero desde un tiempo a la fecha ha sido evidente que la mayoría de estas siguen un patrón muy similar que difícilmente presenta cambios radicales. Lo cual no creo que sea precisamente malo, pero gracias a esto se ha vuelto complicado que esta clase trabajos me generen emoción ante lo predecibles que resultan y con The Secrets of Emily Blair eso no cambio demasiado.

La verdad debo de reconocer que por lo menos Harrington y Genier le ponen velocidad a las cosas para que en cuestión de minutos se dé la posesión, lo cual da un margen de maniobra amplio para poder realizar lo que les plazca con el personaje de Emily justificando todo bajo la excusa de que no es ella quien realiza todas esas cosas. Un aspecto que logra ofrecer un par de momentos interesantes pero que con el pasar de los minutos va perdiendo fuerza principalmente por la manera en la que el resto de los personajes reaccionan ante dicho comportamiento, provocando así que desde muy temprano la película caiga en un ritmo no muy agradable que te hace sentir que todo avanza muy lento.

Ya entrado el segundo acto la historia adquiere una estructura mucho más clásica cuando se refiere a posesiones, sin embargo, las escenas diseñadas para proporcionar los niveles de impacto necesarios en ocasiones resultan algo cómicas (principalmente por culpa de los efectos) y además el hecho de que nunca se expliquen de manera adecuada los motivos por los cuales el demonio eligió a Emily provoca un vacío importante. Uno que resulta mucho más evidente cuando el sacerdote presentado resulta incompetente y decide buscar ayuda, algo que luce como una simple excusa para añadir con calzador un pequeño conflicto que, al igual que básicamente todo lo que ocurre aquí, no recibe demasiada profundización en cuanto a los problemas del pasado entre ambos personajes y solo integra a alguien más en la dinámica para generarte más preguntas (¿Por qué diablos el demonio conocía al otro sacerdote?).

La parte final tampoco tiene mucho para destacar. El exorcismo es totalmente anti climático, carece de fuerza y al final de cuentas no se responden las preguntas que el espectador lleva teniendo en su cabeza por más de una hora. Incluso dejan la posibilidad abierta para una secuela bajo algo que no tiene gran sentido precisamente por la nula explicación previa.

De las actuaciones no hay mucho que destacar, la única que hace algo un poco más llamativo es Ellen Hollman con su doble personalidad pero tampoco es algo tan espectacular como para elevar el nivel de la película por sí sola. La producción cumple, salvo por un detalle: el trabajo de fotografía está ok, la dirección de arte no tiene mucho, el score es discreto, el trabajo de sonido es bueno y la labor de maquillaje sólida; sin embargo, toda la cuestión de efectos deja mucho que desear.

Opinión final: The Secrets of Emily Blair es bastante olvidable. Una película genérica sobre exorcismos que pasará sin pena ni gloria.

Ojometro:
**