jueves, 27 de julio de 2017

Crítica: Capps Crossing (2017)


Película escrita y dirigida por Mike Stahl, la cual significa su primer largometraje. Se estrenó directamente en VOD dentro de los Estados Unidos a inicios del mes de junio, pero no se sabe si saldrá en formato físico.

Sinopsis:

10 años atrás David (Brian Cory) dejó a su novia sola en el bosque y ella nunca regresó. Sintiéndose culpable por esto ha desarrollado un dolor y odio durante varios años, los cuales explotan cuando un grupo de jóvenes deciden pasar un fin de semana en dicho bosque que él visita de manera prácticamente religiosa.



Comentarios generales:

En ocasiones es complicado escribir sobre ciertas películas debido a que una vez que concluyen te invade una sensación de vacío muy fuerte que no permite que fluyan las ideas. Es algo curioso, pero por lo general tiene que ver con aquellas que realmente me llevan al límite en cuanto a paciencia se refiere y sin duda alguna Capps Crossing entró en ese selecto grupo gracias a que es un trabajo que tiene muy poco para analizar.

Y es que la verdad, salvo por los primeros 5 u 8 minutos, lo que nos trae Stahl es tan entretenido como ver secar pintura al ofrecernos una historia que desde un inicio te revela la identidad del asesino para acabar de golpe con todo el misterio que se pudiera llegar a tener y así centrarse por completo en una larga exhibición de jóvenes acampando que acapara un 90% del metraje. Convirtiendo así un verdadero suplicio lleno de conflictos juveniles absurdos algo que en teoría tendría que ser sangriento considerando que el personaje de David es alguien con problemas graves.

Problemas que uno supondría que serían mejor explotados pero que se quedan en una serie de flashbacks que pretenden añadir contexto de manera deficiente y que nunca logran clarificar el por qué este chico mata a todo aquel que ponga un pie en el bosque. Simplemente la explicación es muy ridícula como para poder sustentar todas sus acciones con eso.

Los últimos 20 minutos son la única parte en la que el creador se atreve a cambiar un poco la dinámica al poner POR FIN a su mentalmente inestable asesino a realizar la matanza que se te lleva vendiendo por más de sesenta minutos. La cual tristemente dura muy poco y no tiene nada memorable a pesar de que si presenta un nivel de intensidad interesante; además de un giro que no aporta mucho.

Las actuaciones son probablemente lo más rescatable, Cory no lo hace mal como el asesino y el resto de los actores cumplen con lo que les piden hacer. La producción es típica de película independiente: trabajo de fotografía apenas aceptable, score genérico, trabajo de sonido con ciertas fallas, efectos simples y la labor de maquillaje con solo algunos detalles que resaltan.

Opinión final: Capps Crossing es una muy mala película. Evítenla.

Ojometro:
*