lunes, 24 de julio de 2017

Crítica: Lake Alice (2017)


Primer largometraje del director Ben Milliken, cuyo guión fue escrito por Stevie Jane Miller. Salió directamente en DVD dentro de los Estados Unidos el pasado 18 de julio, aunque no hay información sobre si llegará a otros mercados.

Sinopsis:

Los Thomas van a su cabaña en el bosque dentro de su antiguo pueblo para poder pasar la navidad junto a su hija y su novio, pero su primera festividad juntos puede que también sea la última.



Comentarios generales:

Cuando me llegó el arte y el trailer de Lake Alice (Lake Tomahawk en Europa) hace algunos meses ciertamente capto mi interés, ya que lucía como un slasher prometedor. No tanto porque esperara que fuera a cambiar dicho subgénero ni mucho menos, simplemente se veía entretenido, sangriento, algo para pasar el rato sin grandes pretensiones; sin embargo, esas fueron falsas suposiciones de mi parte debido a que esta película casi no es nada de eso.  

La verdad es que incluso pareciera como si Milliken y Miller no hubieran tenido la intención de hacer un slasher debido a que, salvo por la breve escena inicial, un altísimo porcentaje del tiempo de metraje es un aburridísimo intento por querer establecer conflictos y sospechas que no llevan a ningún lado. En serio, durante todo el primer acto se nos muestra que esta familia por alguna razón no es muy querida por la autoridad, pero en ningún momento se nos brinda algún tipo de historia para añadir un poco de contexto a esto, dejando claro que aquí todo lo que ocurre se da simplemente porque si y que tal vez tenga algún tipo de relevancia (o tal vez no) en la resolución más adelante.

Provocando así un enorme problema no solo de ritmo, sino también generación de contenido, ya que una vez que queda establecido ese resentimiento y se nos muestran otras situaciones para generar ciertas dudas la película topa con pared. Esto porque, más allá de una decente elaboración en cuanto a la atmósfera se refiere, realmente no ocurre nada relevante y con ello las cosas se vuelven sumamente pesadas de ver ante el nulo compromiso por añadir elementos que por lo menos te hagan sentir que estás ante un slasher. Básicamente se trata de un ejercicio que cada vez que esperas que explote no lo hace, lo cual ocurre en repetidas ocasiones y cuando por fin lo hace… simplemente ya no te importa lo que vaya a ocurrir.  

La parte final es sin duda la más violenta porque hay muertes y por fin los asesinos hacen acto de presencia, pero realmente me pareció aburrida. Adivinar la identidad de estos se da básicamente por cuestión de descarte, la dinámica es sumamente repetitiva y el desenlace, si bien cuenta con algo de intensidad, nunca logra generar nada que te vaya a quedar en la mente por un lapso importante de tiempo.  

Las actuaciones no son espantosas realmente, aunque el que la historia sea tan pasiva no ayuda para poder ver algo mucho más desafiante para todo el elenco. La producción está ok tratándose de un trabajo independiente: el trabajo de fotografía cumple, la dirección de arte no es nada del otro mundo, el score tiene cosas interesantes, el trabajo de sonido deja algo que desear, los efectos son simples y la labor de maquillaje no cuenta con nada que resalte.  

Opinión final: Lake Alice es un slasher del montón. Una película bastante aburrida que solo les hará perder 75 minutos de su tiempo.

Ojometro:
**