martes, 19 de febrero de 2019

Crítica: Dead Ant (2019)


Película escrita y dirigida por Ron Carlson. Se estrenó el pasado 24 de enero directamente en VOD dentro de los Estados Unidos, mientras que su salida en formato físico ya está confirmada para el próximo 5 de marzo.

Sinopsis:

Sonic Grave es una banda de glam metal conocida por un hit de 1989, pero ahora planean realizar su triunfal regreso presentándose en el festival de Coachella. Lo malo es que su viaje en búsqueda de inspiración por medio del peyote pronto resultará en una feroz batalla contra hormigas asesinas gigantes.



Comentarios generales:

Cuando uno termina de leer la sinopsis de Dead Ant sabe inmediatamente qué tipo de película le espera, ya que decir que su premisa es absurda sería quedarme corto. Por eso mismo es un trabajo que no es tan sencillo de analizar porque dada su propia naturaleza esto pasa a un segundo término considerando que su meta no es cumplir con los estándares artísticos convencionales, sino más bien tratar de entretener por medio de las ideas más tontas que se puedan imaginar y en ese sentido puede llegar a ser o no efectiva dependiendo de cómo cada persona pueda asumir este humor.

En mi caso la verdad es que lo presentado por Carlson no me terminó por convencer, obvio entiendo el propósito que hay detrás y todo eso, pero simplemente en ningún momento me pareció que lo ocurrido en pantalla lograra su objetivo. Y es que, más allá de las excentricidades y la burla al glam metal, realmente no hay demasiado en esta historia que resulte lo suficientemente entretenido como para hacer de la primera mitad digerible ante la simpleza de las acciones y el avance un tanto lento que tiene para llegar a lo que es supuestamente el punto central de todo esto, ósea… las hormigas gigantes.

Las cuales integran cierto factor sorpresa a la trama una vez que empiezan a ser más relevantes, proporcionando así cierta profundidad a las razones por las cuales son de ese tamaño. Un detalle que podrá parecer menor pero que en cierta medida ayuda a que lo ocurrido durante la segunda mitad tengan un poco más de lógica y vuelva ligeramente más compleja la situación para los personajes. Aunque también da material para algunos momentos de humor pobre que se sienten muy forzados.

Ya para la parte final el nivel de ridiculez es demasiado alto, pero debo de decir que esta es por lo menos divertida. El hecho de que el objetivo principal de la banda se cumpla y al mismo tiempo esto sea la solución para vencer a las hormigas de algún modo funciona, dejando así un desenlace que provocará alguna que otra carcajada.  

Las actuaciones están ok, en el tono ridículo que se espera y no van más allá de eso. La producción es de corte muy similar a lo que vemos en las películas de The Asylum: el trabajo de fotografía es apenas aceptable, la dirección de arte es básica, el score genérico, el trabajo de sonido irregular, la labor de maquillaje decente y los efectos en verdad terribles, dignos de una cinemática de videojuego de PC a inicios de los 90s.

Opinión final: Dead Ant es ridícula a más no poder. Película para no tomar en serio y que ya dependerá de cada quien si gusta o no.

Ojometro:
**