viernes, 22 de febrero de 2019

Crítica: St. Agatha (2019)


Película dirigida por Darren Lynn Bousman (Saw II, Saw III, Abattoir), cuyo guión fue co-escrito por Andy Demetrio, Shaun Fletcher, Sara Sometti Michaels y Clint Sears. Se estrenó en VOD dentro de los Estados Unidos el pasado 8 de febrero y también salió en formato físico en algunas partes de Europa.

Sinopsis:

En 1950 una joven madre embarazada de nombre Mary (Sabrina Kern) busca refugio en un convento. Sin embargo, lo que parecía el lugar perfecto para tener un hijo pronto se convertirá en un auténtico infierno que la pondrá a prueba mientras descubre la horrible verdad detrás de este.



Comentarios generales:

Darren Lynn Bousman es uno de los directores más versátiles dentro del género, ya que igual te puede regalar una secuela gore, un musical de terror o experiencias de bajo presupuesto originales que difícilmente se parecen. Por eso mismo es que St. Agatha era una de las películas que más me interesaban de 2019 debido a que, al menos en el papel, se veía como su proyecto más oscuro y polémico hasta la fecha considerando que la religión siempre adhiere eso de manera automática. Algo que afortunadamente se cumplió.  

Y además lo hace por medio de un enfoque distinto al acostumbrado cuando se involucran monjas, ya que Bousman no tiene interés en irse por el camino de lo sobrenatural sino centrarse en lo aterradores que pueden llegar a ser los seres humanos y la maldad pura con la que algunos nacen. Ofreciendo así un trabajo que prácticamente desde el inicio establece el tono oscuro que va a manejar al ponernos frente al personaje de Mary, una chica vulnerable que rápidamente se ve expuesta a un entorno hostil cuando supuestamente tendría que ser todo lo contrario y que poco a poco te va empezando a generar dudas sobre lo que hay detrás del convento debido a que para este punto todavía no es demasiado claro el propósito.

Obviamente con el pasar de los minutos esto empieza a aclararse, pero durante el proceso la manera en la que se logra ir construyendo la atmósfera y, sobre todo, la sensación de terror y peligro constante es muy buena. Todo bajo un ritmo semilento que ayuda a ir elevando la tensión por medio de una serie de eventos diseñados para crear impacto y también para empezar a detestar al personaje de la madre superior, aunque nunca sin caer en el gorefest o en lo grotesco para lograr por momentos cierta incomodidad.

A esto hay que agregar que la evolución que tiene el personaje de Mary es muy interesante de seguir, ya que nunca es presentada como una chica sumisa al 100%. Sin duda al inicio muestra vulnerabilidad; sin embargo, conforme se van revelando las acciones de las monjas ella es la única que las enfrenta o las cuestiona, siendo esto parte importante del desarrollo considerando que cada cosa que hace para salir de ahí tiene consecuencias graves para ella o para el resto de las inquilinas.

La parte final cumple con su objetivo, pero nunca logra brindar esa conclusión memorable que uno espera. En general se siente apresurada y por ende el pago no llega a ser tan gratificante como debería considerando lo visto previamente, esto a pesar de que si cuenta con una muerte particularmente llamativa.

Las actuaciones son bastante buenas, con una Sabrina Kern que está impecable como la protagonista y con una Carolyn Hennesy (Madre Superior) estupenda que ayuda a brindar algunas de las interacciones más memorables y sin duda logra sus objetivo de que la odies. La producción también es de buena factura: el trabajo de fotografía es estupendo, la dirección de arte bien cuidada, el score es sólido, el trabajo de sonido cumple, los efectos son simples y la labor de maquillaje básica.

Opinión final: St. Agatha me gustó. Película que le brinda un toque distinto a las historias de conventos y monjas.

Ojometro:
****