martes, 12 de noviembre de 2019

Crítica: Doctor Sleep (2019)


Película escrita y dirigida por Mike Flanagan (Oculus, Hush), la cual es una adaptación de la novela del mismo nombre escrita por Stephen King. Se estrenó en cines dentro de los Estados Unidos y México el pasado 8 de noviembre, recaudando hasta el momento $34.1 millones de dólares en taquilla a nivel mundial.

Sinopsis:

Varios años después de los aterradores eventos que vivió en el hotel Overlook, el ahora adulto Danny Torrance (Ewan McGregor) conoce a una pequeña niña con poderes similares a los suyos a la que tratará de proteger de un malvado culto que caza a los niños con dichos poderes para poder mantener su inmortalidad. 



Comentarios generales:

Ver adaptaciones de las novelas de Stephen King últimamente se ha vuelto algo tan cotidiano que ya prácticamente damos por hecho que cualquiera de sus obras puede ser adaptada sin demasiadas dificultades. Sin embargo, el caso de Doctor Sleep presentaba un reto bastante interesante por el hecho de que tenía que lograr dos propósitos al mismo tiempo para que funcionara.

El primero era ser lo más fiel posible al material original para tener contentos a los lectores, mientras que el segundo era tratar de ligar esta adaptación con la versión de “The Shining” hecha por Stanley Kubrick debido a que es la más conocida por el público y por medio de esto el establecer de manera contundente que también es una secuela de ESA versión.

Sin duda un reto difícil, pero que en la práctica me parece que lo lograron sobrellevar de gran manera.

Esto porque Flanagan muestra suficiente habilidad para realizar una mezcla muy bien pensada en la que por cuestiones obvias la novela tiene mayor peso, aunque en ningún momento deja de lado el filme de 1980 y de manera inteligente utiliza la estética de este para que el inicio le resulte familiar al espectador. Haciendo que la transición de niño a adulto de Danny (o Dan) sea fluida mientras que de manera alterna se van revelando detalles sobre este universo mucho más grande que existe y el peligro que representa “El Nudo verdadero”, quienes por medio de comportamientos muy raros ayudan a proporcionar los elementos necesarios para ir construyendo una sensación de peligro particular.

Y es que aquí estamos ante algo que va más allá de simples fantasmas al tratar temas como el alcoholismo o la desaparición de menores, provocando así que el desarrollo durante la primera mitad sea mucho más robusto y por lo consiguiente el ritmo un poco más calmado. Situación que no representa demasiados problemas debido a que lo que vemos en pantalla todo el tiempo resulta interesante, ya que el que no se centre completamente en el terror no quiere decir que no se tomen riesgos; especialmente cuando se trata de las acciones del culto diseñadas para ir transformando el tono en uno más oscuro con el pasar de los minutos.

Haciendo con esto que la segunda mitad cuente con mayor fuerza, tensión y violencia, pero también con una dinámica que sea mucho más ágil. Sobre todo porque es cuando se empiezan a entrelazar los caminos de todos los personajes de manera bastante orgánica y con ello los elementos más fantasiosos adquieren mayor peso rumbo a la parte final.

Una que sin duda será la que genere más polémica debido a que es la que se separa del libro de manera importante, en gran medida para poder darle continuidad a lo que hizo Kubrick. Lo cual puede resultar molesto para varios, aunque a mí en particular me parece que quedó muy bien lograda debido a que la base se mantiene intacta y nos regala un enfrentamiento satisfactorio. Además de que proporciona un cierre mucho más completo con respecto a la redención de Danny.

En cuanto a las actuaciones Ewan McGregor hace una gran labor como Danny Torrance adulto, si lo sientes como una evolución natural del niño y su faceta de mentor resulta muy interesante de ver. Mientras que Rebecca Ferguson (Rose) y la pequeña Kyliegh Curran (Abra) también están impecables con sus respectivos roles, sobre todo la segunda; quien por momentos se roba los reflectores al no ser mostrada como la típica niña indefensa.

La producción es de factura impecable: el trabajo de fotografía es muy bueno, la dirección de arte es de primer nivel (recrearon sets del filme de los 80s), el score es genial, el trabajo de sonido pulcro, los efectos son sólidos y la labor de maquillaje es bastante sencilla. 

Opinión final: Doctor Sleep me ha gustado bastante. Una película que combina de manera genial lo viejo con lo nuevo para ser de lo mejor de 2019.

Ojometro:
*****